El amor, ¿Qué es el amor?, Me gusta definirlo como ese sentimiento especial que tienes, esa sensación de calidez, de calma que puedes obtener cuando estás con la persona indicada, o por lo menos, así sucede en mi caso.
Cuando la cuarta guerra termino, creí que lo lograría, creí que podría dominar a los bijus, creí que podría dominar la aldea, creí que podría dominarlo a él, pero me equivoqué.
— ¿Por qué llegar tan lejos por mí?
— Porque eres mi amigo.
— Me has dicho tantas veces eso, pero, ¿Qué significa para ti?
— Si quieres una explicación, ni siquiera yo lo sé, es solo que te veía cargando con tantas cosas, y no sé, me dolía, me dolía muchísimo, tanto que no podía ignorarlo.
Lo intente, realmente lo intente, acabar con todos, acabar con la aldea, con mi sufrimiento, pero hiciera lo que hiciera, Naruto estaba ahí, apoyándome y tratando de convencerme de sus tontos ideales.
— No creo que muriendo resuelvas nada, quédate y colabora conmigo, necesito la ayuda de todos los ninjas para lo que pienso hacer y eso te incluye.
— Aunque te parezca bien, los demás no estarán de acuerdo.
— Otra vez con lo mismo, ¿Te vuelvo a patear el trasero?
— Podría volver a traicionarte.
— Entonces te detendré de nuevo, además no lo harás.
— ¿Cómo estás tan seguro?
— No me hagas repetirlo, parece que nunca entiendes nada, quien diría que eras tan tonto.
Es un tonto, es un ridículo, es un usuratonkachi, ¿Por qué?, ¿Por qué confiar en mí?, Después de todo lo que había hecho, solo recibía su mano en señal de apoyo, no tenía lógica.
Regrese a la aldea, y fui castigado por mis crímenes, lo que me pareció lo más coherente por parte de los altos mandos, aunque Naruto no pensara lo mismo.
Gracias a que ese rubio tan hiperactivo puede convencer a cualquier persona, salí de ese lugar, aunque la verdad, sigo pensando que me merecía tal castigo.
— ¿Tienes que irte?
— Tengo que expiar mis pecados, hay muchas cosas que tengo que resolver solo.
— Iré contigo, te acompañaré a tu viaje, expiare tus pecados, hagámoslo juntos.
— No seas ridículo, tu deber está aquí, en la aldea como próximo Hokage, yo tengo mis propios asuntos.
— Sasuke...
— No seas un usuratonkachi y obedece.
A pesar de que recibí un abrazo de su parte, lo necesitaba, no era lo mismo sin él.
Mi viaje solo me sirvió de algo, para saber que no era bienvenido en ningún lugar, muchos me recordaban como el héroe de guerra, pero sabían mucho mejor que cause tal conflicto.
Jamás recibí un golpe o un mal trato por nadie, no eran ese tipo de personas, pero cada vez me hundía más y más en la oscura soledad, creí que ese era mi destino.
Viajando de aquí a allá, visitando aldeas, salvando gente, nada me hacía sentir mejor.
Porque me faltaba algo, me faltaba alguien, después de tanto tiempo pude descubrir que el problema siempre fui yo, y que los problemas que causé, solo traían desgracia para las demás personas.
Lo único que me mantenía vivo, era el sol que iluminaba mis días, y no me refería a la estrella en el cielo, más bien en un cabello rubio que pasaba a verme de vez en cuando.
— Haces un té muy rico, ttebayo.
— Lo sé.
— ¿Que has hecho?, Sakura me dijo que ha venido a visitarte.
— Si lo ha hecho.
— ¿Piensas tener algo con ella?
— ¿Algo?, ¿A qué te refieres?
— He estado saliendo con Hinata, los altos mandos dicen que debería casarme, para unir dos clanes muy reconocidos, según ellos claro.
— ¿Lo harás?
— No lo sé, no me gusta la idea de casarme, por lo menos no con Hinata, no me mal entiendas, en buena chica, pero no es para mí.
— Sakura también menciono el matrimonio, quiere que me case con ella, según para restaurar mi clan.
— Es una buena idea, después de todo, es lo que deseas, restaurar tu clan.
— Yo deseo otra cosa...
Y a pesar de que siento que puedo tener todo, no tengo nada, tengo a una chica que se desvive por mí, y la oportunidad de revivir mi familia, pero no lo quiero, no quiero a Sakura, no quiero una familia si tengo que estar atado a ella sin ningún motivo.
Quiero, quiero a mi amigo, quiero a Naruto, quiero que este para mí y solo para mí, quiero que me recuerde porque sigo vivo, quiero que me recuerde porque me salvó de la oscuridad, quiero que me lo recuerde.
Me lo pregunte, me lo pregunte muchísimas veces, ¿Qué significa Naruto para mí?, Él dice que soy su amigo, pero para mí, él no es mi amigo, y no es mi mejor amigo, es más, es mucho más, es la razón por la que me despierto cada mañana, es la persona en la que pienso cuando estoy feliz, es la luz que ilumina mi oscuridad y es la razón por la que mi corazón late tan rápido cuando lo veo.
Es mi persona especial, por la que di mi vida en múltiples ocasiones, a la que convertí en mi rival por tonto.
Yo creí que era mi debilidad, cada vez que me superaba, cada vez que hacía algo increíble creí que quería opacarme, pero jamás lo hizo, jamás intento demostrar su superioridad, solo busco mi aceptación.
Y la tenía claro que la tenía, para mí Naruto era un ejemplo a seguir, sin embargo, no podía llevar con la idea, de que alguien era mejor que yo, y mucho menos que me estaban atrasando en mi verdadero plan, acabar con todos.
Fui un cobarde, un tonto, que nunca supo entender que solo querían ayudarme, ahora pagaba las consecuencias, un futuro solo, sabiendo que nunca pude decir lo que realmente sentí.
— Hola, Sasuke, ¿Qué te trae por aquí?
— Tienes el mismo departamento.
— Bueno, no necesito más, con los entrenamientos y las misiones ni siquiera estoy mucho en casa.
— Claro debí imaginarlo.
— No quiero correrte Sasuke, pero ¿Qué haces aquí? A esta hora de la madrugada, ¿Estás bien?
— Si, solo pasé a saludar, escuché que te casas pronto.
— Los altos mando están pide y pide un matrimonio, y la verdad no tengo algo mejor que hacer.
— Ya veo, también yo estoy considerando lo de Sakura — agrego sentándose en la cama.
— Ah, que bien, es lo que quieres, ¿No?
— No... — susurro.
— Sasuke, ¿Estás bien?
— Si, estoy bien.
— Sasuke, no estás bien — hablo mientras lo abrazaba.
Y entonces solo pude desahogarme y llorar, en los brazos de la persona que amo, porque no me importa nada, mientras tenga a Naruto a mi lado, nada más importa.
— Sabes que estoy aquí para ti, lo que quieras, solo dímelo.
— No quiero que te cases, no te cases Naruto, no me abandones, por favor — suplico entre lágrimas.
— No lo haré, si no quieres que lo haga, no lo haré, de eso no te preocupes.
— Lo siento, solo soy un estorbo para ti, estoy aquí pidiéndote que no seas feliz.
— No, no, mi felicidad está aquí contigo, haga lo que haga, me basta con que estés a mi lado.
— ¿Aunque te impida hacer muchas cosas?
— No me impides nada, ¿Por qué dices eso?
No importa lo que haga o diga, Naruto siempre está a mi lado, haciendo lo que quiero, y diciendo lo que quiero escuchar.
— Dijiste que quieren que te cases.
— Así es, y lo haré, pero no con Hinata, ya que no quieres, no te preocupes me casare con alguien más especial.
— ¿Me abandonaras?
— Nunca Sasuke, nunca.
Me di cuenta que no quiero otra cosa que no sea estar a lado de las personas más importantes que tengo, me di cuenta que estar de aldea en aldea solo no valía la pena, me di cuenta que sumergirme en mi soledad no me llevaba a nada, porque solo necesito una persona, y dos palabras para estar bien.
— Te amo, Sasuke.
Te amo, no necesito nada más, ni a nadie más, porque yo, también te amo.
Te amo