Gurov Nobokov por momu

Al contrario que Feliz, Gurov jamás pidió a una chica o chico salir, con lo tímido que resulta para temas románticos me atrevo a confesar que si no poseyera un atractivo tan resaltable, tal vez jamás hubiera tenido oportunidad de experimentar una relación amorosa.  Por lo menos los tres amantes que le supe, todos habían sido ellos los primeros en declarársele.

Por otro lado muy opuesto, Feliz, nunca ha temido expresar directamente sus sentimientos, a veces incluso, con cierta falta de tacto. No le se de un solo chico que le haya gustado al que no se le hubiere confesado.

Por ende fui demasiado ingenuo al pensar que aquella noche de navidad en la que mis dos personas favoritas se encontrasen, una muy reservada y amable para negarse y la otra lo suficientemente insistente y encantadora para cumplir el más mínimo de sus caprichos, no fueran a terminar saliendo.

Ya no se si sea justo arrepentirse de haber invitado a Gurov el último día que nos vimos en la ciudad para que llegara en navidad a la casa de mis padres, en ese momento fue la única oportunidad que tuve para planear volverlo a ver, no tenía idea de que yo no llegaría, peor aún, que Feliz y él se enfrascarían en una relación simplemente inexpugnable.





.....
Cuando supe sobre su romance cancele los vuelos de vuelta a casa, había dicho al arrendatario de la cabaña en la playa que me iría a mediados de enero y tuve que suplicarle que me volviera a dar el contrato de la casa por 6 meses más, vendí mi ropa y la mayoría de las cosas inútiles que poseía para quedarme. El corazón se me rompió en mil pedazos, nunca en mi vida había experimentado un dolor tal.

Por un largo tiempo deseé quedarme aislado del mundo en esa cabaña solitaria y jamás volver.

Mi familia que siempre ha sido muy unida sufrió mi ausencia, me llamaban todos los días para platicarme sobre las nuevas noticias, me preguntaban el motivo de mi propio exilio, me rogaban volver lo antes posible y que me amaban. Son personas muy agradables.

Al principio admito que creció en mí un rencor poco usual contra Feliz, la odie a ella y todas sus virtudes las primeras semanas, pero conforme el tiempo transcurrió pude concluir en lo absurdo que aquel sentimiento fue. Y entonces irónicamente, comencé a odiar a Gurov, por jactarse de ser un tipo muy minucioso con los detalles y transcurridos dos muy evidentes años a mi lado, jamás pudo darse cuenta que me gustaba; y al final del ciclo entendí, que si nunca había hecho mención de un "nosotros" es que en realidad nunca había sentido nada.

Porque si él me hubiera querido la mitad de lo que yo le quiero, en algún momento hubiera sido menos cobarde que yo y me lo hubiera dicho, se hubiera arriesgado peligrosamente y me hubiera ido a buscar al lugar más recóndito de la faz de la tierra solo para decirme lo mucho que me extrañaba y que me quería.

Creí que permanecería ahí hasta que el dolor me abandonase y en un inicio jure hacerlo así, pero para mi desgracia, el primer año se cumplió y el dolor aún perduraba.

No tuve más remedio que, aún con el corazón molido, volver a casa, no solo porque extrañaba mi hogar y todos su pequeños encantos, también de alguna forma entendí que seguir adelante requería enfrentar aquello que más me dolía.