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Ramé por Eira Baker

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Notas del fanfic:

Holaaaaa, aaah, que esto sea rápido porque ya van a ser las doce! Okey, no releí las veces necesarias este fic para que sea algo entendible ;-; así que perdón por eso :c y además que subir un fic por aquí es complicado o yo lo veo así porque lo hago desde mi celular :c cuando lo voy corrigiendo, a veces se aprieta dos veces para atrás y se sale todo (corazón roto) y tengo que volver a hacerlo y es agotador :c pero como dije, las versiones bonitas en Fanfiction y wattpad :'D por cierto, yo subo desde mi celular, el tamaño de letra está bien??? Dx 

Notas del capitulo:

Que carajos con las advertencias y demás jajajaja enserio, no sé angustien por eso ;w; eeeh Death note no es mío! Y como me cuesta cambiar el tipo de letra para que sepan que es un recuerdo, decidí no hacerlo... Pero creo que dentro de todo se entiende (? Es decir, en alguna parte de este fic, Mello recuerda el pasado :3 cualquier duda, pueden hacerla~

Enjoy! 

 

Ramé.

 

Palabra de origen balinés 

que se refiere a algo que es

caótico y hermoso a la vez.

 

Mello hizo una mueca al ver la sede del SPK frente a él, reprimiendo un suspiro de exasperación. Bajó de su moto y la dejó ahí, llevando entre sus manos un bolso deportivo negro que era grande y algo pesado. 

 

Entró al edificio y pasó entre los empleados de Near, quienes estaban con una expresión sombría ante su presencia y además tuvieron la valentía de dirigirle una mirada de muerte, claro que lo hicieron una vez que les dió la espalda. Excepto Halle. A ella la notó nerviosa.

 

Él simplemente se alzó de hombros y continuó su camino, sin prestarles atención. 

 

Ya estaba acostumbrado a esas miradas. No era como si le importara, pero a veces pensaba que debió haberlos matado a todos. Pero si decidió dejar con vida a esos tres fue porque sabía que jamás le pondrían una mano encima a Near. Eran betas, incapaces de sentir el aroma de un omega, mucho menos el de un omega ya marcado. 

 

Si, Near era un omega marcado. Él se encargó de hacerlo cuando Near tenía once años, en el momento que descubrió que era su pareja destinada. No fue un momento dulce y repleto de amor. Prácticamente sometió a Near contra el suelo, y lo folló con dureza y agresividad en una habitación vacía de la casa de Wammy. 

 

Él solo era un niño al igual que Near, incapaz de frenar sus impulsos. 

 

Cuando lo vio, los latidos de su corazón se aceleraron y un intenso calor lo invadió, junto a un hormigueo en el vientre que se iba incrementando con el correr de los segundos. 

 

No había controlado sus hormonas y sus deseos de marcar su territorio para que nadie más se acercará a Near. Se guió por su instinto y su uso de razón se rompió debido al libido que le ocasionó el dulce aroma a vainilla y miel que venía de ese pequeño niño de rizos blancos, dando como resultado que arremetiera contra el pequeño cuerpo de Near tan fuerte y duro como pudiera, estrellando sus caderas contra las de él y haciéndolo suyo más de una vez, clavando sus dientes en la delicada piel blanquecina y llenando lo más profundo que pudo al pequeño omega con su cálido y pegajoso semen.

 

Near no le reprochó nada, pero sí estaba llorando bajito cuando terminaron, con un ligero temblor en su pequeño y débil cuerpo, cubierto de moretones y mordidas. 

 

Mello se sintió horriblemente mal cuando la calentura se le bajó y vio a Near echado en el suelo en posición fetal, abrazando protectoramente sus delgadas piernas mientras un suave hipido salía de sus afelpados labios rojos, sollozando casi silenciosamente. Y se sintió aún más terrible cuando miró el piso manchado de pequeños charcos de semen y sangre. 

 

Recuerda que lo sostuvo entre sus brazos, abrazándolo con cuidado, y lo besó por todo su rostro lloroso, consintiendo al más pequeño y prometiéndole que aprendería a controlarse. Near solo lo miró con sus enormes ojos grises repletos de lágrimas y se acurrucó cerca suyo, ocultando luego su rostro en el pecho del rubio y asintiendo con la cabeza, confiando en él. 

 

Detestaba a Near, pero él era su pareja destinada. Cualquier dolor que el pequeño lactoso sufriera, también le dolería a él. Por eso se aseguró que Near siempre estuviera protegido, que no estuviera solo y siempre contara con ayuda. Ese fue el motivo por el cual dejó con vida a esos tres betas, para que ayudaran a su omega y lo cuidaran en su ausencia. Claro que sí sentía a su omega en peligro, correría desde donde fuera para ir en su ayuda. 

 

Cuando estaba por subir las escaleras que lo llevarían a la habitación de Near, Halle lo detuvo agarrándolo por el brazo.

 

—¿Qué quieres? —le gruñó fríamente, volteando hacia ella. 

 

Halle soltó su brazo y miró hacia el suelo, en sumisión, inquieta al ver como la mirada de Mello se oscurecía y la perforaba con ella. 

 

Un alfa siempre sería bastante intimidante incluso para un beta, sobre todo Mello que era un alfa puro, hijo de dos alfas.

 

—Solo... —se relamió los labios— sé suave con Near. En su último celo, no pudo caminar por varios días... Near es frágil, trata de ser más cuidadoso con él. 

 

Mello sonrió. Oh si, en su última visita prácticamente parecían dos animales en celo teniendo sexo brutal y salvaje, como si fuese la última vez que cogieran en la vida. Follando una y otra vez con desmedida pasión y lujuria, en donde estrujó al pequeño omega contra la cama y no lo soltó hasta haberse asegurado de llenarlo por completo con su semilla. 

 

—Near trabaja muy duro… —Halle continuó hablando ante el silencio de Mello—. Él necesita poder estar bien… ¿Qué es lo que…?

 

Mello la interrumpió soltando un resoplido de hastio. 

 

—No es asunto tuyo lo que yo haga con Near. Él es mi omega —su voz salió filosa, dirigiendole a Halle una mirada cortante—. Mantente en tus asuntos y deja de involucrarte en los míos. 

 

Mello subió las escaleras sin dirigirle una segunda mirada, llegó arriba y pasó por el pasillo con un andar seguro, deteniéndose frente a una puerta blanca. 

 

Había un olorcillo dulce y tentador volando por el aire que le picoteaba la nariz. 

 

No tenía que pensarlo mucho para saber que ese delicioso y embriagante aroma eran las feromonas de Near.

 

Inspiró con un poco de fuerza, permitiendo pasar aquel olor dulce por su sistema. Casi al instante todo su cuerpo se estremeció y un suave jadeo brotó de sus finos labios, sintiendo su miembro endurecerse con rapidez; con su entrepierna apretandose dolorosamente dentro de su pantalón y formando un visible bulto. 

 

Las feromonas de celo de Near siempre lo dejaban tembloroso y muy acalorado, teniendo el único deseo de follarse salvajemente a su bonito omega, gozando de sus lujuriosos gritos calientes y sus lloriqueos de placer.

 

Tocó suavemente la puerta, ocultando sus ganas de simplemente tumbar la puerta y lanzarse encima del pequeño omega que se escondía dentro. 

 

—¿Lo trajiste? —se escuchó la voz ligeramente inexpresiva de Near. 

 

—Si —contestó enseguida. 

 

La puerta se abrió un poco y lo único que vio Mello fue la pequeña mano blanca de Near asomándose por esa pequeña ranura. 

 

El olor dulzón en el aire aumentó y se hizo más fuerte, y mucho más atrayente para Mello. 

 

—Dámela —exigió la suave voz del omega.

 

Mello rodó los ojos y le pasó el bolso. Ahí dentro estaban sus prendas, que Near le había pedido traer. 

 

Near volvió a cerrar la puerta con seguro. 

 

Mello se burló internamente, como si eso pudiera detenerlo. Solo sería cosa de levantar su pierna y patear fuerte aquella puerta para mandarla abajo. Pero no lo haría. Sabía que la privacidad para trabajar en la construcción de un nido era algo importante para Near. Si llegaba a entrar a la habitación sin su consentimiento, Near se pondría muy sensible y seguramente lloraría. 

 

Los omegas eran muy delicados respecto a ese tema, y si alguien llegaba a profanar su lugar sagrado, llorarían y armarían un escándalo enorme. A pesar de que la imagen de Near llorando debería resultarle divertida, la verdad le oprimía el corazón, no quería por nada del mundo ver a su omega herido o lastimado luego de lo que pasó cuando eran niños. Solo le gustaba verlo llorar cuando era de placer, con su diminuto cuerpo debajo suyo, clamando por más mientras abría sus piernas para él. 

 

Mello no sabía cómo era la construcción de un nido, por eso Near siempre se encargaba de hacerlo. El omega usaba las mantas más suaves que tenía, almohadas y prendas de su alfa, por supuesto. Mayoritariamente a Near le gustaba usar prendas que tuvieran el olor de ambos, por eso frotaba su glándula omega en cada prenda de Mello y con eso construía su nido. 

 

Nadie podía entrar a esa habitación en la semana que a Near le costaba hacer su nido, y Mello se aseguró de amenazar a los empleados de Near de sufrir una muerte lenta y dolorosa si llegaban a importunar al pequeño de esponjoso cabello blanco.

 

Instintos alfas que le obligaban a actuar protectoramente con su omega. Pero más que su instinto, era su corazón el que le pedía cuidar de que nadie lastimara los sentimientos de Near, o que alguien lo agrediera. 

 

Era una necesidad muy grande la que sentía, de proteger a su pareja con su vida de ser necesario. 

 

Le había prometido no volver a hacerle daño, y pensaba cumplirlo hasta que muriera, por eso se quedaría pacientemente en el pasillo hasta que Near terminará, esperando que le diera permiso para entrar… a pesar de que sus feromonas de celo lo estaban atacando de una forma brutal, volviéndolo loco de placer. 

 

Intentó respirar lo más suave que podía para no perder el control de su cuerpo. 

 

Mientras esperaba, no pudo evitar pensar en que era alguien muy afortunado por el simple hecho de que su omega haya estado en el mismo lugar que él, que la vida lo hubiera puesto en su camino, ya que eran pocos los casos en dónde un alfa encontraba a su pareja destinada, porque el omega en cuestión podría estar en otro país, en otro sitio, tal vez incluso haber sufrido un accidente y muerto sin llegar a conocerlo. 

 

Encontrarse… era como encontrar una aguja en un pajar. Y él sinceramente jamás se hubiera interesado en hacerlo. Grande fue su sorpresa cuando era un niño de casi trece años y fue a encarar al chico nuevo, que lo había superado y desplazado al segundo lugar en el ranking de la casa de Wammy, y se quedó congelado en su sitio cuando sintió el olor más dulce y agradable que hubiera olido en su vida. Un exquisito aroma que lo dejó sin habla y con el corazón latiendo deprisa. Y cuando sus ojos se encontraron con los de ese diminuto niño nuevo, lo supo. Ese pequeño niño de esponjosos y suaves cabellos blancos, y enormes y hermosos ojos plateados… era su omega.

 

Para un niño huérfano que no tenía nada propio, se sintió bien saber que tenía algo que era solamente suyo. Secretamente se sintió muy feliz y dichoso por haber encontrado a su pareja destinada. También se sentía sumamente orgulloso de que su omega fuera alguien con un coeficiente intelectual altísimo, un omega capaz de mantener la calma ante cualquier situación y con unos asombrosos nervios de acero. Un chico manipulador, cínico y sagaz. 

 

Y cada día aprendía algo nuevo de Near que le gustaba más. 

 

Lo detestaba, pero también lo quería. Mucho. 

 

Mello volvió a inhalar el delicioso olor dulzón que Near exhalaba, sintiendo que estaba a punto de descontrolarse y perder la calma. Near olía muy bien. 

 

Estaba tan malditamente duro que tuvo que apretar los dientes y abrazarse a sí mismo, clavando sus uñas recortadas en sus brazos con fuerza, intentando frenar sus impulsos. 

 

Siguió pensando en el pasado…

 

Cuando se vieron, Near lo reconoció como su alfa al instante, y Mello recuerda que el bonito omega se paró del lugar en dónde estaba sentado para acercarse a él, que seguía congelado en su lugar, y luego presionó sus labios lo más suave que pudo contra los suyos. Near se separó un poco y lo miró con su rostro sonrojado, diciéndole dulcemente que estaba feliz de que él sea su alfa. 

 

Mello todavía se preguntaba, ¿por qué dijo eso? ¿acaso ya lo conocía? 

 

No tenía respuestas, y no se había animado a preguntarle a Near. 

 

En fin, luego de marcar a su omega, todos en el orfanato ya sabían que ellos eran pareja porque Near olía menos dulce. Su suave aroma a vainilla se había distorsionado con la esencia de Mello pegada en él. 

 

Desde su primera noche juntos, que tuvieron sexo, siempre lo hacían cuando llegaba el periodo de celo de Near. Sabían bien que no podían hacer nada en contra de ello. Los celos que pasaran serían más fuertes y dolorosas al no ser saciadas ahora que sabían que tenían una pareja. 

 

Por eso nadie en la casa de Wammy impidió que tuvieran coito. Solo mantuvieron la discreción y los llevaban a un hotel cuando Near estaba en celo. 

 

Una vez ahí, solos en una habitación, iniciaban con besos torpes y descuidados, caricias y toqueteos, algo para saciar el placer abrumador que sentían mientras se iban quitando la ropa y la arrojaban a cualquier lado de la habitación, sin importarles.  

 

Near acariciaba el cabello de Mello y éste amasaba con sus dedos la suave carne del pequeño y perfecto trasero del niño. 

 

El tierno omega se estremecía y gemía contra sus labios, con un rubor subiendo a sus mejillas al sentir a Mello acariciar su trasero y acercarlo más hacia su caliente cuerpo. 

 

Repentinamente Near fue alzado y estampado con algo de brutalidad contra la pared, haciéndolo abrir sus ojos de par en par y mirar asombrado a su alfa. Su lado omega se encontraba chillando por el susto que le ocasionó ser levantado sin problemas del suelo por Mello, pero se calmó cuando éste comenzó a besar suavemente la curvatura de su cuello y apretar su trasero desnudo. Gimió y dejó caer su cabeza hacia un lado para que Mello pudiera besar con más libertad su piel blanca. Mello ronroneó complacido y recorrió con su húmeda lengua las marcas de dientes que tenía Near, dando algunas mordidas más, no muy sutiles, en esa delicada piel de porcelana. 

 

Near soltaba pequeños gemidos acalorados mientras envolvía el cuello de Mello con sus delgados brazos, enredando sus delgados y pequeños dedos en las hebras doradas. Sus piernas estaban enroscadas en la cintura de Mello, provocando un roce más profundo entre sus pieles desnudas. 

 

Corrientes eléctricas recorrieron ambos cuerpos cuando sus hinchados miembros se apretaron juntos, con fuertes gemidos saliendo de sus labios entreabiertos, cerrando los ojos para disfrutar más de aquella agradable y placentera sensación.

 

Los dos se miraron y al mismo tiempo eliminaron la poca distancia que los separaba, juntando sus labios en un beso brutal y demandante, sintiendo mucho más calor envolver sus jóvenes cuerpos.

 

Sus lenguas participaban mucho, enredándose la una con la otra con absoluto deseo y ardiente necesidad de contacto.

 

Near sintió unas mariposas revoloteando en su estómago y gimió cuando Mello chupó de su lengua para luego presionar con fuerza sus labios juntos, acariciando su lengua con la suya y explorando cada rincón de su pequeña boca. 

 

Mello soltó sus labios con un gruñido lascivo y levantó a Near más arriba. Su omega era tan pequeño y delgado, que Mello fácilmente podía maniobrarlo como a una bonita muñeca de porcelana. Comenzó a repartir más besos por su blanca piel cubierta por una fina capa de sudor, atrapando entre sus labios el bonito botón rosado de Near, chupandolo con avidez y moviendo su lengua alrededor de su pezón. 

 

Near soltó un fuerte gemido, estremeciéndose y sintiendo como estaba lubricándose aún más. Se sentía tan agitado y excitado. Todo era muy bueno, los toques y los besos de Mello. 

 

Quería más. 

 

Mello separó el cuerpo de Near de la pared y fue retrocediendo hasta terminar sentado sobre la cama, con el cuerpo de Near encima suyo. Llevó uno de sus dedos al borde del ano de Near, tocándolo un poco, pero lo suficiente para que Near hiciera un pequeño ruido con la garganta por la sorpresa y mirara sobre su delicado hombro la mano de Mello acariciándolo. 

 

El corazón de Near estaba acelerándose y comenzó a gimotear dulcemente cuando el dedo de Mello se deslizó fácilmente por su pequeño agujero. 

 

Miró otra vez a Mello y se sintió acalorado por aquellos hermosos ojos azules que brillaban de placer, casi devorándolo con su mirada tan lujuriosa. Inconscientemente se acercó más a su alfa, haciendo que sus labios se rozaran. 

 

Mello no perdió el tiempo, empujó aquel dedo más profundo y rápidamente lo torció contra la próstata de Near, haciéndolo estremecer violentamente y que tuviera que morderse el labio inferior con fuerza para no gemir alto. 

 

El delicioso olor de Near se volvió más fuerte y dulce, escurriendo un líquido ámbar que iba mojando sus muslos lechosos y suaves, y también la mano de Mello. 

 

Near se sentía más ansioso y todo su ser gritaba por ser follado ya por Mello. Lo ansiaba. Quería tenerlo dentro suyo.

 

Mello sacó su dedo y se preparó para volverlo a meter junto a uno más, pero Near lo agarró de su rostro para inmediatamente después presionar sus labios con fervor contra los suyos. 

 

El rubio no se negó al beso de Near, moviendo sus labios lentamente contra los ajenos.

 

Se besaron con suavidad y calma, jugando con sus labios y de vez en cuando lamiendo los labios del otro. Poco a poco el beso fue subiendo de intensidad y ambos cerraron los ojos, centrándose en sentir y disfrutar del delicioso sabor de la boca del contrario. 

 

Near, cegado por el exquisito olor de su alfa, se acomodó cuidadosamente sobre la polla erecta de Mello y comenzó a mecerse encima suyo, moviéndose lentamente de atrás hacia adelante, gimiendo en voz baja contra los labios de Mello por aquella sensación tan agradable y exquisita que le enviaba ligeras descargas de placer por su espalda. 

 

El de ojos azules fue bajando entre besos de mariposa por el mentón de Near, apretando con fuerza sus frágiles caderas y empujándolo más hacia abajo. Gimió ronco, apretando los dientes cuando sintió su miembro ser empapado por el fluido del agujero de Near. 

 

Mello observó detenidamente al omega que tenía encima suyo. 

 

En esos momentos su omega tenía su esponjoso cabello blanco desordenado; sus mejillas estaban de un bonito tono rosado que resaltaba mucho debido a su piel blanquecina; sus afelpados labios se encontraban muy rojos e hinchados por los besos que se dieron; y su cuerpo estaba temblando, con sus orbes grises mirándolo con un brillo bellísimo y único, con desmedida pasión y anhelo. 

 

Near era hermoso. No era algo raro, los omegas siempre tenían que ser lindos y adorables, pero Near sin lugar a dudas era el omega más perfecto y bonito que había visto en su vida. 

 

Un bellísimo angelito caído del cielo.

 

Tragó saliva, se le había acelerado el pulso de manera repentina, con unos deseos abrumadores de besar otra vez aquellos labios suaves y rojos de Near, brillantes por la saliva de su anterior beso. 

 

Colocó su mano detrás de la nuca del niño mas joven y lo acercó hacia sí, respiraron el mismo aire por solo unos segundos y luego los labios de Mello se apretaron contra los labios malditamente suaves y afelpados del pequeño omega en un beso apasionado y fogoso. 

 

Mello lo besó con ganas y de una manera salvaje, no tenía paciencia, quería más de él. Near gimió en medio del demandante y húmedo beso mientras disfrutaba del sabor dulce y ligeramente amargo de la boca de su alfa, explorando y jugando con la lengua de Mello. 

 

Tuvieron que apartarse debido a la falta de oxígeno, pero permanecieron cerca, con Mello presionando cortos besos en sus hinchados labios, volviendo a llevar ambas manos al trasero del omega y apretando con firmeza ambos glúteos. 

 

Lentamente fueron cayendo en la cama, y Mello hizo que Near terminará acostado encima suyo, moviéndolo para que su pequeño y redondo trasero estuviera contra su rostro, y la cabeza de Near contra su hombría. Near no necesitaba que le dijera algo para saber lo que tenía que hacer, agarró la gruesa polla entre sus pequeñas manos y lo acarició lentamente, mirando con asombro como necesitaba de sus dos manos para poder manejar ese enorme e hinchado pene. 

 

Por otro lado, el alfa abría las suaves mejillas del tierno y diminuto omega, jadeando al ver un pequeño agujero rosado chorreando un líquido ámbar que olía sumamente delicioso. Mello se relamió los labios e inmediatamente atacó el lugar con su lengua, haciendo gemir fuerte a Near y que todo su pequeño cuerpo se sacudiera, sintiendo mucho placer por esa experta lengua que había ingresado en su cuerpo y que enseguida se movía muy bien dentro suyo. 

 

Near pudo respirar algo tranquilo cuando Mello sacó su lengua, lamiendo ahora superficialmente su pequeña entrada y apretando sus nalgas para abrirlas más. Un gemido más fuerte salió de sus labios rojizos cuando Mello deslizó su lengua más profundamente en él, moviendola de lado a lado en su interior como el movimiento de una serpiente. 

 

Mello saboreó los jugos de Near y penetró con la lengua su húmeda cavidad sin parar, mordiendo de vez en cuando la suave piel del omega.

 

Near hizo un pequeño ruido lascivo y todo su pequeño cuerpo se estremeció, volviéndose a concentrar en la polla que tenía en sus manos. Tímidamente lamió la cabeza hinchada, saboreando el sabor dulce y suave de la polla de Mello, luego fue repartiendo besos por todo el largo, aún acariciándolo con sus manos. Agarró confianza por los seductores ruidos de Mello y se llevó la gorda cabeza dentro de su boca, tarareando felizmente por saborear más de aquel líquido preseminal que tenía un sabor dulce y delicioso. Succionó la cabeza y lo acarició con su lengua, con sus pequeñas manos encargándose de acariciar el tronco, sintiendo la gruesa polla latir contra sus palmas y dedos. 

 

Mello gruñó de placer por tener a Near chupándole la polla de aquella forma gloriosa, y con sus dos manos apretó fuertemente las nalgas de Near para abrirlas aún más y ver el agujero rosado totalmente lubricado del pequeño omega. Olfateó con locura el intenso aroma que emanaba Near y miró aquel gordo trasero que brillaba intensamente, ya sea por su endemoniada blancura o por el sudor de su piel, pero tenía un brillo hermosamente mágico. Y lo tenía tan cerca, pudiendo ser capaz de hacer lo que quisiera con él. 

 

Metió su lengua otra vez dentro del calor de Near y comenzó a moverla rápidamente, lamiendo y chupando con ganas ese lugar, haciendo maravillas en el sensible interior de Near y empapándose con su sabrosa lubricación. 

 

Palabras incomprensibles salieron de los labios carnosos de Near que todavía estaban alrededor de la polla de Mello, y este le dió un golpe en su trasero, susurrando con voz ronca y excitada que no hablará con la boca llena. 

 

Near se sacó el pene de la boca con un plop húmedo y le susurró una rápida disculpa, besando suavemente la carne erecta para después pasar su lengua húmeda por todo el largo de la gorda polla de Mello. 

 

Cubrió el resto con sus manos y lo bombeó hábilmente, inclinándose hacia adelante para volver a atrapar entre sus jugosos labios el miembro erguido de Mello y seguir chupando.

 

El alfa gimió, dentro de la boca de Near se sentía tan increíblemente bien. 

 

Húmeda, cálida y suave. 

 

Simplemente maravilloso. 

 

Acomodó las piernas de Near y ahora sus cremosos muslos estaban a cada lado de su rostro. Near no pudo evitar tratar de cerrarlas un poco cuando Mello movió ágilmente su lengua dentro de él, haciendo que su cuerpo temblara de gusto. 

 

Near gimió de satisfacción por la sensación resbaladiza de la lengua de Mello en su interior, y un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando Mello hundió un dedo en la humedad de su sonrojado agujero. Sin parar de gemir, Near chupo la verga del rubio un poco más y luego lo sacó de su boca para empezar a lamerlo con ganas, recorriendo con su lengua todo el largo del miembro de Mello de abajo hacia arriba, besando la punta y volviéndolo a meter dentro de su boca, logrando que ingresara unos centímetros más adentro de su cavidad. 

 

Mello entrecerró los ojos, todavía con su lengua dentro del pequeño agujero de Near, jugando con su suave y cálido interior, pero ahora también había metido un dedo, jadeando ronco por el calor y la tensión que rodeaba su índice. 

 

Lo penetró un par de veces más, y aprovechó lo mucho que Near estaba goteando para empujar un segundo dedo en él. No fue difícil, prácticamente el cuerpo de Near lo succionó hacia su apretado calor. 

 

Near soltó un gemido ahogado cuando sintió el triple asalto a su cuerpo, apretando los labios alrededor de la polla con sus mejillas muy sonrojadas por aquellos dos dedos y aquella lengua que se movían a un ritmo rápido dentro suyo, entrando y saliendo frenéticamente. 

 

Escalofríos recorrieron su columna cuando Mello frotó sus dedos contra su próstata, haciendo que más gemidos ahogados se le escaparan. Se sentía desfallecer por aquellas increíbles y extremadamente sabrosas caricias que estaba recibiendo.  

 

Sintiéndose muy acalorado, abrió aún más su boca y, con esfuerzo, logró meterse la gruesa y muy erecta polla más profundamente en su cavidad, sintiéndolo llegar hasta su garganta. Pequeñas lágrimas se formaron en los bordes de sus ojos, pero se concentró en respirar por la nariz y lamer el pene de su alfa, chupando con avidez. 

 

Mello soltó un suspiro de alivio cuando Near se lo metió por completo en su boca, gozando por completo de lo estrecho, caliente y húmedo que estaba la pequeña boca del mas joven. Sin querer movió sus caderas hacia arriba pero Near no se quejó, le dejó embestir contra sus labios. 

 

Near movió su lengua alrededor de la gruesa longitud lo mejor que podía, ahuecando las mejillas para chupar más fuerte y profundo, moviendo la cabeza de arriba hacia abajo, metiendo y sacando la polla de su boca con rapidez, escuchando satisfecho los deliciosos gemidos de Mello. 

 

Mello deseaba tanto empujar la nuca del tierno omega contra su palpitante polla, pero se conformaba con solo mover sus caderas contra la húmeda cavidad del tierno niño, hundiendo más de su extensión en la garganta de Near. 

 

La saliva iba deslizándose por la comisura de los labios hinchados y rojos de Near, resbalando por la polla de Mello. Near envolvía su lengua rosada alrededor de la caliente verga, chupándole el pene con verdadero hambre y deseo. 

 

El adorable omega intentaba mantener la concentración en su tarea de chupar, succionar y lamer, pero la lengua de Mello y sus largos dedos penetrando rápidamente su agujero lo estaban volviendo loco. 

 

Near gimió ruidosamente, dejando de sorber la polla de Mello y soltándolo con un chasquido cuando éste curvó sus dedos, tocando más fuerte ese lugar especial dentro suyo que casi hace que llegue al orgasmo. Mello sintió los muslos de Near temblar y volvió a mover sus dedos hacia aquel lugar, empujándolos lo más profundo que pudo y arrancando de la boca de Near un grito extremadamente lascivo seguido de muchos otros pequeños gritos de placer por los movimientos sucesivos y rápidos de sus dígitos. 

 

Mello separó sus dedos y miró como el anillo de músculos se estiraba visiblemente, y para él fue la imagen más deliciosa y obscena que hubiera visto en su vida. Quería ya meterse dentro de Near. 

 

Near se encontraba delirando, apenas siendo consciente de los hilos traslúcidos y cremosos como telarañas que unían su boca con el pene de su alfa. Los dedos de Mello se sentían tan bien. Tocando su próstata y enviando electricidad por su columna. Fue una sensación demasiado abrumadora y buena, pero a la vez no tenía suficiente.

 

El pequeño omega respiró agitadamente y se llevó a la boca los testículos de Mello, chupándolos con suavidad. Sentía que ya estaba demasiado duro y ciertamente le dolía, deseaba llegar al clímax y correrse, pero necesitaba que ese dulce lugar dentro suyo fuera tocado con más entusiasmo. 

 

Necesitaba algo más grande ahí, algo que golpeara y tocara su próstata con fuerza y rapidez, que hiciera todo un desastre en su interior. 

 

Como si leyera sus pensamientos, Mello bruscamente sacó sus dedos mojados y su lengua del pequeño agujero goteante de Near.  

 

El dulce omega reprimió un gemido de queja por la pérdida de fricción y también dejó de brindarle atenciones a la llorosa polla de Mello, mirándolo con sus ojos nublados, vidriosos y necesitados. 

 

El rubio le preguntó suavemente si ya se sentía listo para pasar a más, y Near asintió frenéticamente con la cabeza, entusiasmado. 

 

Near se quitó de encima y se acostó boca arriba sobre las suaves sábanas de la enorme cama, con su rostro ardiendo de un rojo brillante y sintiendo algo de nerviosismo.  

 

Mello se incorporó y se acercó hacia Near, acariciando sus húmedos labios entreabiertos con el pulgar, inclinándose más hacia él para besar dulcemente sus labios rojos. Fue un beso cariñoso y suave, para después irse lentamente alejando pero depositando en el camino más besos por su perlado pecho y vientre. Se arrodilló en la cama, viendo como una mancha dulce se iba deslizando por las piernas de su omega. 

 

Near se sonrojo profundamente, y hasta las orejas, cuando Mello lo agarró con fuerza de sus tobillos y lo arrastró por la cama, quedando más cerca de él para luego poner sus piernas en sus hombros. 

 

El corazón de Near palpitó con más rapidez, teniendo su espalda apoyada contra las sábanas pero su cintura elevada en el aire, en una posición perfecta para que Mello pudiera frotarse contra él. 

 

Mello guió su erección palpitante a la pequeña entrada hinchada y mojada de Near. Primero acarició el sonrojado agujero del frágil omega con la punta de su polla, suavemente, manchandola con su propia humedad. Se miraron a los ojos, conteniendo el aliento, y luego Mello fue presionando la cabeza dentro, logrando meterla con un suave jadeo de alivio escapándose de sus finos labios. 

 

Near tembló y gimió, aferrándose desesperadamente a los brazos de Mello, con su cuerpo estremeciéndose al sentir a la perfección como la gran cabeza entraba en él. 

 

Le dolió un poquito. 

 

El alfa besó las mejillas sonrojadas del angelical niño, calmándolo y susurrándole palabras tiernas en el oído. Cuando lo sintió menos tenso, lo sostuvo firmemente de las caderas para después empujar violentamente hacia adelante, adentrándose de golpe en su omega.

 

Near se arqueó hermosamente y un fuerte grito acalorado salió de sus rojizos labios, gimiendo deliciosamente por la enorme y caliente verga que quedó profundamente enterrada en su interior, sintiéndolo palpitar dentro suyo y como lo llenaba tan bien. Sus delgadas piernas temblaron sobre los hombros de Mello y el calor en su vientre creció. 

 

Mello estaba mirando el techo, con su respiración acelerada y entrecortada, y su cuerpo temblando, sin poder creer que estuviera teniendo sexo con un omega tan bonito y adorable como Near. 

 

El calor húmedo que rodeaba su polla era increíble. Una sensación bastante deliciosa y sinceramente adictiva. Si pudiera, le gustaría estar dentro de Near por siempre, que sus cuerpos quedarán conectados eternamente. 

 

Conteniendo el aliento, Mello se apartó solo un poco para volver a enterrar su polla tan profundamente como pudo en el calor apretado de su omega. Near volvió a gemir fuerte y Mello gruñó por el placer que le ocasionaba estar dentro de Near, sintiendo como su apretado y húmedo interior envolvía muy bien su palpitante polla como un guante a la medida. 

 

Fue tan satisfactorio para Near tener a Mello dentro suyo, que cuando él volvió a hundir su gruesa y enorme verga en su interior, chocando dura y directamente contra su próstata, tiró su cabeza hacia atrás y se vino copiosamente entre ambos estómagos con un fuerte gemido saliendo de sus carnosos labios rojos. 

 

Mello miró embelesado y enamorado cómo su omega llegaba al clímax, quedándose quieto pero con la cabeza de su polla todavía presionandose contra la próstata del niño, disfrutando de la repentina tensión de Near alrededor de su pene. 

 

Near cerró sus ojos fuertemente y siguió gimiendo, disfrutando de esas oleadas de increíble placer que lo hacían sentir muy bien. 

 

Fue algo deliciosamente agradable. Y lo único que sabía era que quería más. 

 

Mello jadeó de placer. Near lo apretaba tan bien, succionando su pene hasta lo más profundo de su cuerpo, haciéndolo gozar del calor y suavidad de su interior. 

 

Con el reciente orgasmo burbujeando todavía en su cuerpo, Near abrió débilmente sus ojos, con su pecho subiendo y bajando con velocidad en un intento de recuperar el aliento, y apretó la enorme polla dentro suyo, pidiéndole a su alfa con una suave y entrecortada voz que se moviera. 

 

Mello miró el bonito pene de Near volver a hincharse y sonrió. Lo besó suavemente en los labios, clavando sus dedos en la delicada piel blanca de Near hasta dejar moretones en ella, y comenzó a empujar sus caderas de atrás para adelante con seguridad, haciendo temblar de satisfacción a su bonito omega por cada deliciosa y certera embestida contra su próstata. 

 

El chico mayor disfrutó de aquella increíble tensión del pequeño omega, aumentando más la velocidad de sus estocadas mientras levantaba a Near más alto de la cama.

 

Near llevó sus manos a las sábanas y las apretó con fuerza, intentando mantener la compostura mientras más deliciosos sonidos salían de sus labios por aquellos movimientos constantes en su interior que golpeaban su próstata cada vez más fuerte. 

 

Su boca se abrió y un fuerte gemido se le escapó cuando Mello alzó más sus caderas y embistió fuertemente contra él, golpeando ruda y brutalmente contra su sensible próstata. Todo su diminuto cuerpo se sacudió de placer y su interior se volvió aún más apretado, ocasionándole un inmenso placer al alfa. 

 

Near arrugó las cejas y le pidió entre dulces gemidos que volviera a hacerlo. Mello sonrió arrogante, golpeando con la misma fuerza aquel dulce lugar dentro del omega que lo hizo tensarse aún más y gemir sonoramente. 

 

Las suaves mejillas de Near se pusieron de un agradable color rojo, sintiéndose en el cielo con cada fuerte y profunda estocada contra su tembloroso agujero, embriagandolo de éxtasis al escuchar el vulgar sonido de los testículos de Mello chocando contra su trasero desnudo. 

 

Incluso eso se sentía maravillosamente bien, sentir los testículos de Mello chocar contra su piel desnuda. 

 

El pequeño omega abrió un poco sus ojos y mantuvo sus deliciosos labios entreabiertos, gimiendo cada vez más fuerte mientras sentía a Mello meter su órgano erecto profundamente dentro de él. Una y otra vez. Cada vez con más fuerza y rapidez. 

 

A Mello le complació sentir la respiración agitada del menor, ver sus ojos grises brillando de deseo y su hermoso rostro sonrojado; y como su blanquecino cuerpo semi desnudo -solo llevaba una camisa desabrochada-, estaba cubierto por una fina capa de sudor. Mordiéndose el labio, continuó empujando lo más fuerte que podía contra ese lugar, aprovechándose de lo apretado que estaba Near para adentrarse cada vez más en él. Miró más abajo, en donde sus cuerpos estaban unidos, y contuvo un fuerte gemido al ver su hinchada verga follarse a Near, entrando y saliendo de ese pequeño agujero. 

 

Mello jadeaba mientras seguía embistiendo el cuerpo de Near cada vez con más entusiasmo, moviendo rápidamente sus caderas y chocando ruidosamente contra su redondo trasero desnudo. 

 

Lentamente salió de aquel calor abrasador y se inclinó hacia Near para volver a besar sus adictivos labios rojos. Tan hermosamente rojos y regordetes. Suaves, agradables y perfectos para ser besados. 

 

Mello bajó las suaves piernas de Near de sus hombros y lo agarró bruscamente de sus gordos muslos, casi arañando su sensual y lechosa piel, para separarlos aún más. Near lo miró acalorado y él mismo llevó sus pequeñas manos por debajo de sus rodillas para mantener sus piernas abiertas para Mello. 

 

El alfa sonrió y volvió a besarlo fuertemente en los labios, atrapando el labio inferior de Near entre sus labios para tirar de el de forma juguetona, luego bajó y presionó fuertes besos por su mentón, cuello y hombros. 

 

Acomodándose en medio de esas delgadas piernas, enfiló su hombría con una mano, jadeando de placer cuando frotó la cabeza húmeda de su polla contra el pequeño agujero de Near. Mello respiró hondo y luego lo penetró de golpe. 

 

La columna vertebral de Near se arqueó y puso los ojos en blanco por la intensa ola de placer que atacó su cuerpo sin piedad cuando Mello impactó directamente contra su próstata.

 

Ruidosos gemidos fueron arrancados de los labios de Near cuando Mello empezó a empujar frenéticamente contra su punto dulce, una y otra vez, aumentando la velocidad con cada segundo que pasaba. Near gimió agudamente y cerró fuertemente los ojos, gritando el nombre de Mello con cada feroz y dura embestida.

 

La sinfonía de los gemidos de Near fue glorioso, haciendo al alfa temblar de placer y enterrar sus dientes en la delicada piel blanca de Near, haciendo más notoria la marca que ya tenía.

 

Near se retorció debajo de su cuerpo sudoroso, con mas dulces y ruidosos sonidos saliendo de sus labios; temblando y jadeando, mordiéndose los labios mientras Mello empujaba con más fuerza dentro suyo, en un vaivén violento y desesperado por llegar a la culminación del acto. 

 

Mello disfrutó de la deliciosa vista de su polla desapareciendo en el interior de Near, viendo el borde enrojecido apretándose a su alrededor. No quitó sus ojos de aquel espectáculo, sacando y volviendo a meter su enorme polla en el apretado agujero de su omega, lo más rápido y profundo cómo pudiera. 

 

Near gimió en voz alta, viéndose tan precioso mientras se retorcía entre las sábanas, con sus labios deliciosamente entreabiertos y su pecho subiendo y bajando con rapidez. 

 

Su imagen era tan seductora, atractiva y a la vez muy atrayente por aquella pureza que se reflejaba en sus enormes ojos grisáceos. 

 

Mello se agachó hacia el pequeño niño y primero besó su cálida mejilla, para después bajar más y tomar un tierno pezón entre sus labios, chupando y envolviendo una de sus manos en la endurecida polla de Near para masturbarlo de arriba hacia abajo, todo mientras seguía golpeando frenéticamente dentro de Near. 

 

Near jadeó húmedo y clavó fuertemente sus uñas en sus piernas mientras Mello jugaba con sus pezones rosados, tirando de ellos y chupándolos; dejándolos hinchados y reafirmados. 

 

Mello apretó la polla de Near una última vez y luego recorrió todo el cuerpo del niño con sus manos, disfrutando de la suavidad de aquella hermosa piel de porcelana. 

 

Sus dedos finalmente se engancharon en la pequeña cintura de Near, manteniendo un poderoso agarre en ella mientras besaba por última vez los labios de Near. Salió un poco y al momento siguiente empujó salvajemente sus caderas hacia adelante, iniciando fuertes embestidas y golpeteos constantes contra la sensible próstata del niño, haciendo crujir la cama y que se moviera junto a sus feroces embestidas. 

 

Mello volvió a dirigir sus orbes azules al bonito chico debajo de él. La expresión acalorada, sonrojada y desesperada de Near era tan linda. 

 

Le excitó verlo en ese estado. Y le gustaba muchísimo ver sus cuerpos unidos en uno solo. 

 

Apartó los húmedos mechones nevados de su frente y lo beso en ese lugar unas tres veces, fue bajando y también besó sus párpados. Por último acercó su boca a los labios apacibles y entreabiertos de Near. El omega lo miró y Mello ronroneó de gusto por esa mirada grisácea repleta de amor y deseo por igual. Sin poder resistirse, Mello estampó sus labios contra los de él con fuerza, como el choque entre dos trenes. El rubio introdujo su lengua en el interior de la cálida boca de Near y ambos compartieron un beso húmedo y caliente. El mayor lamió sus labios con sensualidad y lo follo con dureza. Near gimió fuertemente mientras mantenía su mirada conectada a la de Mello, envolviendo sus temblorosas piernas en la cadera de su alfa, apretando fuerte para que se acercará más. A Mello le gustó mucho que hiciera eso, besándolo con más fuerza en su cálida boca y empujando más duramente contra él, aumentando la rapidez con la cual lo hacía suyo. 

 

Agarró una pierna de Near y la levantó más arriba para follarlo más fuerte, abandonando sus adictivos labios para chupar de su cuello mientras con su mano libre volvía a acariciarlo. 

 

Near sonrió como si estuviera borracho, con sus ojos entrecerrados y poniendo expresión complacida, amando cada violento empujón que golpeaba tan deliciosamente su punto G. 

 

Tiró del cabello sedoso de Mello para que estuvieran otra vez cerca. Respiraban agitadamente con los labios pegados al otro y de vez en cuando presionaban sus labios juntos o sacaban la lengua para lamer la contraria. 

 

Debido a las embestidas brutales, había un vergonzoso y morboso sonido de aplausos cada vez que las bolas de Mello golpeaban las nalgas de Near. De no haber estado cegado por el placer, Near seguramente le hubiera pedido apagar las luces o que pusiera una fuerte música para no tener que escuchar eso ante la pena que le ocasionaba. 

 

Las embestidas de Mello eran cada vez más fuertes, enviando corrientes eléctricas por la columna de Near, quien dejó que su ojo izquierdo se cerrará por el inmenso placer que sentía, dejando escapar un pequeño hilo de saliva de la comisura de su labio. 

 

La cama estaba crujiendo aún más fuerte y Mello aceleró más sus bestiales embestidas al sentir las paredes internas de Near apretandolo con fuerza; envolviendo su hinchada polla en el calor y humedad de su cuerpo. 

 

Near sintió el placer concentrándose en su vientre y le informó de eso a Mello, haciendo que el mayor continuará follandolo más y más fuerte, yendo más rápido que nunca antes y metiendo su durísimo e hinchado pene más profundo en el cuerpo de su pequeño omega. 

 

El bonito omega quedó enterrado en el colchón, con el cuerpo de Mello encima suyo, quien estaba arrodillado en la cama con las blancas piernas de Near encima de las suyas. El pecho de Near tocaba el de Mello, con sus blancas manitos tocando la espalda del alfa; clavando sus uñas rosadas en ella. 

 

Ambos estaban proyectando una imagen tan caliente. Ahí, besándose en los labios con fuerza, aferrándose al cuerpo del otro mientras Mello movía sus caderas demasiado rápido y duro, sacudiendo el cuerpo de su omega. Las piernas de Near temblaban y sus uñas rasguñaban la piel del rubio. Mello entreabrió los ojos y miró de forma salvaje y lasciva al pequeño niño debajo suyo. Al sentir como la estrechez de Near aumentaba con cada segundo que pasaba, sus embestidas se volvieron más feroces, gruñendo como un animal salvaje cerca de la boca del más pequeño. Las lágrimas de Near iban cayendo por sus mejillas sonrojadas y sudorosas, abrazándose con más fuerza a Mello cuando lo sintió chocar fuertemente contra su próstata una y otra vez, arrastrándolo hacia un mar de infinito placer. 

 

Mello lo penetró más profundo y comenzó a ir más rápido, follando una y otra vez su adolorido agujero. Lamió las heridas del cuello de Near y lo besó una vez más en los labios. 

 

Near se estremeció violentamente, gimiendo demasiado fuerte por cómo Mello golpeaba violentamente contra su próstata, moviéndose cada vez más rápido y frenético, chocando fuerte contra su cuerpo y deslizándose entre besos más hacia abajo para morder agresivamente su cuello. 

 

Lo estaba por volver loco de placer. 

 

Era demasiado para él, no podía manejar tanto placer y tanto calor recorriendo su cuerpo. Se sentía en llamas y con la mente perdida en las nubes, con solo el pensamiento de que amaba tener a Mello dentro suyo, follandolo de esa manera tan intensa, agresiva y salvaje. 

 

Una fuerte embestida más contra su punto dulce y Near se aferró con más fuerza al cuerpo de Mello, clavando sus uñas en la piel de su alfa hasta el punto de lastimarlo. Cerró fuertemente los ojos y llegó al orgasmo con un gemido prolongado escapándose de sus hinchados labios. 

 

Mello disfrutó enormemente de los sonidos dulces y fuertes que hacía Near, sintiéndolo temblar en sus brazos y como se apretaba alrededor de su palpitante miembro, siendo demasiado apretado como para que pudiera aguantarlo y manejarlo. Lo miró a la cara y se excitó muchísimo al ver su expresión de placer y liberación. 

 

Con un gruñido, Mello se apartó y alzó las caderas de Near más alto, agarrando fuertemente su pequeña cintura y empujando agresivamente contra su próstata. Contó al menos unas cinco duras y fuertes embestidas más, empujando contra Near lo más profundo que pudo, quedándose quieto ahí. 

 

Se le escapó un jadeo de sus labios y tiró la cabeza hacia atrás, sintiendo como su pene iba creciendo en el calor apretado de Near. Oh sí, estaba anudando dentro de su omega. 

 

Los gritos de Near se hicieron más fuertes, retorciéndose debajo de Mello cuando lo sintió crecer dentro suyo, tornándose algo doloroso pero de todos modos deliciosamente agradable. Apretó alrededor de la polla de Mello y el delicioso estiramiento le hizo llegar por tercera vez al orgasmo, corriendose sobre su vientre con un largo gemido erótico saliendo de sus labios. 

 

Mello mordió el cuello de Near con fuerza para hacer su marca más notoria y, en ese momento, se corrió con fuerza dentro de su apretado calor, empujando su polla más adentro de Near para llenarlo tan profundamente cómo pudiera, sintiéndose sumamente feliz y poderoso al vaciarse en el interior de su omega.

 

Near se sacudió con cada ola de espesa carga de semen caliente que se iba derramando dentro suyo, liberando un grito acalorado y sintiendo como su rostro se ruborizaba al sentir aquella sustancia caliente, viscosa y pegajosa llenándolo. Fue una sensación demasiada buena y ardiente, apretando los músculos con fuerza para no dejar escapar la verga del rubio, intentando mantener aquel líquido hirviendo en su interior. 

 

A pesar de lo frágil que lucía Near, pudo lidiar con la base hinchada de Mello dentro suyo, todavía temblando y respirando a bocanadas. 

 

Sintiéndose exhausto, Mello descansó sobre el cuerpo de Near, moviendo sus caderas de atrás hacia adelante con cierta dificultad al estar atrapado dentro del omega, pero fueron pequeñas embestidas que Near disfruto al sentirlo golpear contra su punto dulce. 

 

Near respiraba agitadamente, con su frente perlada de sudor y el corazón palpitando frenéticamente, todavía sintiendo espasmos en su cuerpo mientras el pene de Mello palpitaba en su interior, derramando todavía más semen caliente. 

 

Mello lamió y besó el cuello de Near, relajandolo luego de haberlo mordido con fuerza. Acarició los cabellos despeinados de Near y besó suavemente sus labios, sintiendo su respiración pesada, húmeda y caliente contra él.  

 

Near se dejó besar, intentando recuperar fuerzas. Estuvieron unos buenos minutos así, besandose, hasta que Near tembló y gimió suave cuando sintió a Mello sacar lentamente su polla de su cuerpo, dejando la punta presionada contra su tembloroso agujero que inmediatamente empezó a gotear, ensuciando las sábanas anteriormente prístinas. Near no pudo evitar fruncir los labios ante la extraña e incómoda sensación de sentirse vacio. 

 

Mello apoyó una mano sobre el colchón y se incorporó un poco, observando la delgada y pequeña figura debajo suyo. El sentimiento de tener a alguien tan bonito y frágil como Near lo emocionaba bastante. Le gustaba tanto estar con él. Tenerlo como su pareja era completamente satisfactorio.

 

Pasó un dedo por el vientre plano de Near y recogió un poco de la semilla del niño, llevándose ese dedo a los labios y sacando su lengua para lamerlo ante la atenta mirada del menor. 

 

Mello se inclinó para volver a presionar sus labios contra los rojizos de Near, luego depositó un beso en su pequeña nariz y uno más por su frente sudada. Volvió a erguirse y lo miró lujuriosamente.  

 

La enorme camisa blanca de Near estaba abierta de par en par, dejando ver su piel enrojecida y suave, junto a unos grandes chupetones rojos que adornaban su cuello y hombros. Sus pezones rosados y animados se veían bonitos. Sus ojos… tan atrayentes y preciosos, mirándolo con tanto amor. 

 

Mello repartió besos húmedos por el rosado pecho de Near, succionando suavemente trozos de piel y clavando con un poco de fuerza sus dientes en Near para dejarle muchas más marcas. Llevó sus manos al vientre de Near y se maravilló por su suavidad, repartiendo besos ahí también y lamiendo más de su blanquecino semen. Le dijo entre pausas lo perfecto y bonito que era, sin evitar comentar que seguramente sus hijos saldrían igual de hermosos y adorables que él. 

 

Las comisuras de los labios del precioso omega se curvaron hacia arriba, en una pequeña sonrisa mientras agarraba a Mello de sus mejillas y lo atraía hacia sí para volverlo a besar, susurrando suavemente contra sus labios que le gustaba muchísimo y que esperaba tener muchos hijos suyos.  

 

Una sonrisa apareció en el rostro de Mello y volvió a besarlo tiernamente en los labios, envolviendo su delicada figura entre sus brazos, presionando el cálido cuerpo de Near más contra el suyo.  

 

Near se rió suavemente, sintiendo cosquillas por el dorado cabello húmedo cayendo sobre su rostro sonrojado. Cerró los ojos en relajación y atrajo más cerca el rostro de Mello. 

 

La sonrisa de Mello se hizo más grande cuando sintió los suaves labios de Near por toda su cara, presionando unos ocasionales besos en sus labios pero concentrándose más en besar cada rinconcito de su rostro perlado por el sudor. 

 

Mello capturó los suaves labios rojos de su omega con los suyos, empujando su lengua dentro de su boca mientras se acomodaba entre las piernas de Near. Tantos besos y movimientos entre sus cuerpos desnudos provocó que ambos volvieran a estar duros y con unos enormes deseos de volver a hacerlo. Mello frotó la cabeza húmeda de su polla contra el agujero rosado que goteaba. Near ronroneó y gimoteo suavemente ante la sensación, entrecerrando los ojos y lentamente envolviendo con sus piernas temblorosas la cintura de Mello. Le suplico suavemente que necesitaba que lo follara y Mello se sintió morir ante lo hermoso y sexy que se veía Near diciéndole eso, acercándose bruscamente a él para volverlo a besar en la boca. 

 

Un fuerte gemido quedó retenido en la garganta de Near cuando Mello empujó sus caderas hacia adelante, deslizándose brutalmente en su interior y sintiendo como lo llenaba muy bien. Sin dejar de besarse, Near se abrazó al cuerpo de Mello y éste lo agarró con fuerza, empujando implacablemente contra su próstata; entrando y saliendo a un ritmo increíblemente rápido. 

 

Near temblaba y gemía con cada embiste, siendo inundado por una sensación de euforia y éxtasis, casi viendo estrellas y sintiendo escalofríos por todo su cuerpo.

 

Podía sentir a la perfección cada centímetro de la gruesa polla de Mello recorrer su recto, deslizandose dentro y fuera suyo con rapidez, escuchandose nuevamente los vergonzosos sonidos de chapoteo cada vez que los testículos del rubio chocaban contra el trasero del menor. 

 

Mello besó a Near hasta dejarle los labios hinchados y más rojos, comenzando luego a morder su cuello con posesión; dejando tantas marcas rojas como pudiera. 

 

Fue bajando entre besos y mordidas hasta que su boca atrapó un rosado pezón y volvió a chuparlo y morderlo con ansias, pensando en que se sentiría cuando pudiera sacar leche de ahí. 

 

Era muy consciente de que Near podía embarazarse. Bromeaban sobre eso pero aún no lo habían decidido. Cada que tenían sexo, Near tomaba pastillas para impedir quedarse preñado. Estaba bien, todavía eran jóvenes para tener hijos. Y con Near tomando esas pastillas… podía correrse dentro de él las veces que quisiera sin preocuparse. 

 

Una sonrisa se asomó en el rostro atractivo de Mello mientras seguía chupando el pezón de Near como un bebé hambriento, follando brutalmente su enrojecido agujero. 

 

Near cerró los ojos fuertemente y gimió con aprobación, amando todo lo que hacía Mello con su cuerpo y la manera en la cual empujaba contra su punto dulce, embistiéndolo dura y ferozmente. 

 

Mello sentía mucho placer en esos momentos, la tensión alrededor de su hinchada longitud era exquisita. Se apretó más contra Near, besándolo y follandolo con más fuerza, golpeando contra su próstata como si mañana todo el mundo se acabará.

 

Sonidos de puro placer abandonaron los labios de Near por la follada brutal contra su próstata, sintiendo a Mello golpear contra ella más y más fuerte. 

 

Near apretó sus pequeñas manos y se mordió con fuerza el labio inferior, intentando resistir y no llegar al orgasmo tan pronto, pero joder que era imposible, Mello había empujado sus piernas contra el colchón, manteniendolo tan abierto que sus pómulos se tiñeron de rojo carmesí, avergonzado, pero eso paso a segundo plano cuando sintió la gorda polla de Mello arremetiendo frenéticamente contra su vientre, una y otra vez, con embestidas fuertes y precisas, dejándole con la mente nublada de placer y con el deseo de querer más. 

 

Mello no se perdió de ninguno de los estremecimientos y movimientos del cuerpecito curvilíneo de Near, jadeando de placer al volver a sentir como se apretaba alrededor de su caliente polla. Oh, aquella tensión tan buena e increíble. 

 

Lo agarró de sus cabellos nevados y se acercó hacia esos maravillosos labios rojizos de Near. El omega soltó un gemido gutural cuando sintió los labios de Mello contra los suyos, acariciándolos de una manera dulce y tierna. Una sensación eléctrica recorrió todo su cuerpo, haciéndolo gemir de placer cuando Mello se retiró hasta que solo la punta estaba dentro, y luego se hundió de una sola estocada en él, estrellando sus caderas contra las suyas y golpeando fuertemente ese dulce lugar en su interior que le hizo babear y poner los ojos blancos por el exquisito placer. 

 

Cuando el agujero de Near se volvió aún más apretado hasta el punto en no poder soportarlo, Mello fue golpeando contra él lo más fuerte y rápido como pudiera, encargándose de llenarlo hasta que no hubo más espacio. 

 

Mello mantuvo la boca abierta, jadeando de placer por lo bien que se sentía perderse en el apretado agujero de Near una y otra vez, gozando de la estrechez y suavidad de sus paredes contrayéndose a su alrededor. 

 

Gritos acalorados salían de los labios de Near, estremeciéndose y sintiendo como Mello lo follaba ferozmente, acabando con el poco raciocinio que le quedaba y sumergiendolo en un mar de excitación e inmenso calor. 

 

Sus ojos se cerraron con fuerza y sonidos de puro placer abandonaron sus labios con cada empuje fuerte contra su próstata que lo volvían loco y lo hacían retorcerse debajo del cuerpo del rubio. 

 

Near tiro la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos de placer y manteniendo la boca abierta, dejando escapar un pequeño hilo de saliva por la comisura de sus labios. Mello estaba tocando con entusiasmo su próstata y masturbandolo al ritmo de sus embestidas, haciendo de Near un simple manojo de nervios; gimiendo y lloriqueando por más. 

 

Mello aceleró el ritmo y todo se volvió demasiado para Near. Sonidos dulces y sonoros salían de los labios del omega, apretando los músculos alrededor de la polla erecta de Mello aún más. 

 

El alfa repartió besos por el mentón de Near y siguió moviendo sus caderas, aumentando la velocidad de sus fuertes embestidas mientras disfrutaba del delicioso y embriagante olor dulce de Near. 

 

Near se mordió los labios y se estremeció violentamente porque Mello empezó a embestirlo brutal y duramente, repartiendo más mordidas por su piel y tocándolo por todas partes. 

 

Era mucho el placer que sentía recorriendo cada centímetro de su pequeño cuerpo. Se sentía como una gelatina temblorosa por cada dulce beso de Mello, cada caricia, con el cuerpo del mayor encima suyo sin dejar de moverse en su interior, y de susurrarle acaloradamente en el oído palabras vergonzosas sobre lo estrecho y suave que se sentía por dentro. 

 

El orgasmo se fue acumulando en su vientre, sintiéndose aliviado y complacido cuando Mello aumentó aún más el ritmo de sus penetraciones, dando estocadas profundas en su interior. Cada vez más intensas, más salvajes, como si quisiera dejarlo sin poder caminar por varios días. 

 

Los gemidos de Near se iban mezclando con los gruñidos de Mello, ambos abrazándose con desesperación, sintiéndose tan cerca de acabar. 

 

Near sintió unos suaves labios presionandose contra su garganta junto a una mano bombeando vigorosamente su pene, haciéndolo gemir y abrir más sus piernas.

 

Mello gruño y empujó tan fuerte como pudo contra Near, una y otra vez, buscando hundirse aún más en su cuerpo. 

 

Las oleadas de placer que sentía Near eran más fuertes cada vez que Mello arremetia con más fuerza dentro suyo, follando brutalmente su próstata, escuchandose más fuerte ese sonido erótico cuando sus pieles sudorosas chocaban. 

 

Mello lo agarró con más brusquedad, hundiéndose profundamente en él, amando la expresión de intenso placer que hacia Near, cómo las lágrimas contenidas hacían que sus ojos grises brillarán aún más, viéndose más bonitos.

 

Una fuerte embestida más contra su próstata y Near gritó, poniendo los ojos en blanco. Se retorció en la cama y el nombre de Mello se le escapó de sus labios rojos en sílabas rotas. Los pequeños dedos de sus pies se curvaron y sus muslos blancos temblaron de placer cuando llegó al orgasmo, viendo estrellas en el techo y gimiendo ante la sensación placentera de sentirse llegar al paraíso; terminando eyaculando en ambos torsos, manchandose y manchando a Mello de un cremoso líquido blanco. 

 

Una corriente eléctrica recorrió la espina dorsal de Mello al sentir a Near aún más apretado de lo que ya era, sintiendo las pulsaciones alrededor de su palpitante polla. No pudo dejar que Near disfrutará tranquilo de su orgasmo, se sentía tan cerca de llegar a su propia liberación que siguió follandolo brutalmente. 

 

Near sufrió de violentos espasmos, sintiendo perfectamente como la polla de Mello comenzaba a inflamarse poco a poco dentro de su cuerpo, haciéndole envolver el cuello de Mello con sus delgados brazos y apretandolo con fuerza para que estuviera más cerca suyo. 

 

Los gemidos lascivos de Near emocionaron más a Mello, haciéndolo deslizar rápidamente dentro y fuera de su agujero, más fuerte y más duro. 

 

Con un último empujón vicioso, Mello se metió profundamente y su pene comenzó a hincharse aún más, quedando atrapado en el apretado interior de Near. 

 

El alfa empujó un par de veces más con mucha dificultad antes de clavar su polla hasta el fondo, enterrándose muy profundo en Near, arrancándole un pequeño grito. 

 

Mello se agachó hacia él y Near giro el rostro, dándole acceso a su cuello, mirándolo de reojo con sus ojos nublados por el placer. Mello gruñó y enterró sus colmillos en Near, mordiendo sobre su marca. 

 

Near se retorció y libero un fuerte gemido lascivo, apretando sus piernas alrededor de Mello y volviendo a gritar cuando la polla dentro suyo derramó un líquido pegajoso y caliente de golpe, manchando por completo sus paredes. Jamás podía acostumbrarse a eso, era una sensación extraña pero para nada desagradable, sentir el ardiente semen de Mello llegando hasta lo más profundo de su cuerpo le gustaba muchísimo. 

 

Mello lamió la herida de su hombro y lo besó suavemente, acercándose luego hacia el rostro de Near para probar otra vez sus labios. El pequeño omega le ganó en su acción, tirando de él en un beso caliente y voraz, devorándose mutuamente. 

 

Near se separó un poco para tomar aire, tarareando complacido y pensando felizmente que Mello anudó dos veces en él. Sonrió ampliamente, con sus mejillas sonrosadas y sus ojos brillando una vez que Mello terminó de correrse dentro suyo, besando tenuemente sus labios. 

 

Le gustaba tanto que Mello se corriera en su interior, que corriera el riesgo de dejarlo embarazado. 

 

Quería tanto tener a sus hijos.

 

Mello miró cariñosamente a Near, tomando nota de su aspecto: su cuerpo brillaba por el sudor, sus pezones estaban animados y rosas, y se encontraba jadeando y gimiendo debajo suyo; con sus piernas liberandolo de su poderoso agarre y ahora descansando a cada lado de su cadera.

 

El rubio no podía salir de su interior hasta que su glande se aflojara, por eso se acostó sobre Near, meciéndose hacia adelante y hacia atrás lentamente, con la cama moviéndose ligeramente por los lentos y sensuales movimientos.

 

Near gimió con satisfacción, disfrutando de aquellas lentas pero profundas estocadas, besando los suaves labios de Mello mientras se apretaba y aflojaba eróticamente alrededor de la polla del rubio a modo de juego. Mello mordió sus labios en reproche y ambos rieron suavemente. 

 

Se acercaron y se besaron en los labios con dulzura y cariño, susurrando el nombre del otro. 

 

Mello le dió algunos empujones especialmente fuertes para acabar de derramar todo en su interior y finalmente salió, mirando como cascadas de semen escapaban del pequeño agujero de Near.

 

Una ola de placer embargo al pequeño al sentir aquel caliente y pegajoso líquido deslizarse fuera de él. Miró el desastre entre sus piernas blancas y otra sonrisa apareció en sus labios. 

 

Mello se dejó caer totalmente agotado a un lado de Near, respirando agitadamente y sintiendo mucha sed. 

 

Se limpio el sudor de su frente y débilmente estiró su brazo para sacar una botella de agua del minibar, la abrió y tomó un enorme trago; gimiendo de alivio cuando el líquido frío bajó por su garganta.

 

Se volvió a acostar y notó como su piel brillaba por el sudor, además de estar cubierta con algo de semen. 

 

Dejó la botella en la mesita de luz y llevó una mano hacia su pecho, sintiendo a su corazón palpitar frenético como el galope de un caballo. La otra cosa que noto fue el olor a sexo desenfrenado inundando el ambiente junto a las feromonas de ambos, fusionandolos en un solo aroma que la verdad no era malo. Le gustaba.

 

Cerró sus ojos en relajación y luego los abrió débilmente cuando Near se acurrucó a su lado. Lo miró y vio que su esponjoso cabello blanco estaba desordenado, completamente despeinado y húmedo, y su pequeño cuerpo también estaba sudoroso, además de tener una expresión de satisfacción total en su rostro, con sus rosados labios entreabiertos; respirando casi como si estuviera sin aliento. 

 

Envolvió su brazo alrededor de los hombros de su bonito omega y lo acercó más hacia su cuerpo, quedándose acurrucados el uno con el otro. 

 

Near envolvió la cintura de Mello con sus delgados brazos, y el rubio sonrió cuando escuchó la suave voz de Near decir: "hagámoslo otra vez". 

 

Volviendo al presente, Mello también recordó que luego de decir aquellas palabras, Near se le subió encima, colocando las plantas de sus pies sobre el colchón, doblando las piernas y agarrando su miembro para acariciarlo de arriba hacia abajo, volviendolo a poner duro y erecto, para luego guiarlo hacia su mojada entrada y lentamente ir bajando, ambos gimiendo por la sensación de sentirse otra vez unidos. Emocionados por el momento, Near subía y bajaba sobre él con entusiasmo, mientras Mello lo agarraba de la cintura y empujaba sus caderas hacia arriba, penetrandolo más rápido y sin piedad, escuchando claramente los sucios chapoteos de su enorme polla en ese diminuto y estrecho agujero. Near gemía con más fuerza y Mello disfrutaba del excitante espectáculo, mirando embelesado cómo Near lo cabalgaba, con sus rizos blancos danzando en el aire mientras bajaba y subía más y más rápido sobre su hinchado miembro. 

 

—Termine, Mello. Puedes entrar. 

 

Mello despertó de sus deliciosos recuerdos pasados con un respingo al escuchar la dulce y ansiosa voz de su omega. 

 

Tragó saliva y abrió la puerta de la habitación, entrando. Lo primero que vio fueron los ojos grandes y centelleantes de Near, tan bonitos y brillantes, observándolo con la misma atención que él lo hacía. 

 

Cerró la puerta detrás de él, sin quitar la mirada de aquel precioso angelito que estaba sentado tranquilamente en la alfombra. 

 

Near se veía tan delicioso con su cabello blanco revuelto, sus orbes plateados nublados de excitación, sus regordetes labios rojos y su pálida piel brillando por el sudor de su cuerpo. El pequeño omega no llevaba puesto sus pantalones, solo estaba usando una camisa blanca, que apenas y le llegaba por los muslos. Unos muslos extremadamente suaves, con buena forma y sumamente agradables al tacto.

 

Definitivamente los tocaría y los morderia hasta el cansancio. 

 

—Halle me advirtió que tengo que ser suave contigo —comentó Mello para sacarle plática. 

 

Near miró hacia otro lado, jugando distraídamente con un mechón blanco de su esponjoso y ligeramente rizado cabello. 

 

—Bueno, es que siempre que terminamos, tengo problemas para caminar —explicó, volviendo la piel lechosa de sus mejillas en un agradable tono rosado. 

 

Mello quiso sonreír por esa deliciosa expresión infantil que no lo abandonaba a pesar de los años, continuando viéndose cómo un chiquillo de catorce años. 

 

Avanzó unos pasos, acercándose más y aspirando con avidez el dulce olor de Near, dejando que las feromonas de su omega lo dominarán. 

 

Near solo lo miraba a través de su flequillo desordenado y voluminoso, quedando fascinado por el porte lleno de seguridad de Mello y lo atractivo que se veía usando una simple camiseta con cuello circular negra, una sudadera holgada del mismo color con letras blancas en inglés y un pantalón cargo negro, sin olvidar su preciado rosario que usaba desde los cinco años. 

 

A Mello le gustaba vestir ropa negra ajustada, normalmente de cuero que hacía resaltar su complexión delgada, pero cuando tenía que ir a verlo para tener sexo, usaba algo más cómodo y que fuera fácil de quitar. 

 

—¿Te gustaría que sea más suave? 

 

Near hizo un pequeño sonido de disgusto ante la pregunta de su alfa.

 

—No, para nada, me gusta la manera salvaje en la cual me tomas. 

 

Mello sonrió, acercándose peligrosamente hacia Near. Lentamente fue bajando, quedando en cuclillas para estar a la altura de su bonito omega.  

 

—¿Enserio? —preguntó con una voz ronca y excitada, inclinándose para besar su pequeña nariz y repartir húmedos besos por sus mejillas, apoyando luego sus labios contra los suaves y afelpados de su omega en un beso corto que le arrancó un suave gemido a Near—. ¿Qué es lo que más te gusta? —preguntó sin despegar sus labios aún, acariciandolos traviesamente con los suyos y tocando la marca que tenía su omega en el hombro. 

 

Near sintió un cosquilleo en el estómago y tembló, mirando con atención los hermosos ojos azules del mayor. Llevó sus manos blancas hacia el atractivo rostro de Mello y acarició dulcemente sus labios delgados con los pulgares, besando su fina nariz y volviendo a bajar para rozar sus labios con suavidad. 

 

—Me gusta cuando Mello me tira a la cama y me muerde, abriendo mis piernas y metiéndose de golpe en mi —respondió suavemente, ahora presionando más fuerte sus labios contra los de Mello, con sus mejillas sonrojadas por la vergüenza que le daba admitir eso en voz alta. 

 

Conteniendo una risita ante la ternura que le ocasionaba el omega, Mello acarició el muslo blanco de Near y éste abrió las piernas, mostrando su pequeño y sonrojado agujero totalmente lubricado. 

 

La sonrisa de Mello creció y acarició tiernamente el diminuto agujero que lucía de un hermoso color rosa, estando húmedo y completamente mojado para él. 

 

Near chilló sorprendido y entrecerró los ojos por el suave masaje, temblando de placer y soltando algunos gemidos lascivos. 

 

—Estás chorreando mucho, cariño —le dijo sensualmente en el oído, mordiendo el lóbulo de su oreja y sonriendo de forma torcida. 

 

Near se avergonzó y enrojeció fuertemente.

 

—Estoy en mi celo, Mello. Es completamente normal —se quejó, mirándolo fijamente y con sus labios algo fruncidos, sin dejar de soltar gemidos calientes y fuertes ante las caricias superficiales en su entrada que lo hacían temblar y querer más. 

 

Mello arqueó una ceja, sonriendo divertido, con un brazo envolviendose cuidadosamente alrededor de la pequeña cintura de su omega, acercándolo a su cuerpo. 

 

—Es así… ¿o tener mis dedos tocandote te excita y mucho? —sopló aire caliente contra el más pequeño, haciéndolo estremecer. 

 

Near tragó saliva y bajó la mirada, no queriendo darle la satisfacción de verlo tan débil ante él, pero su cuerpo se sentía terriblemente caliente y necesitado, gritando y suplicando por los toques de su alfa. Levantó despacio su rostro, chocando con la intensa y penetrante mirada del rubio, sintiendo un toque eléctrico por su columna ante aquella mirada depredadora y lujuriosa. Mello no le quitaba los ojos de encima, poniéndolo más nervioso y cachondo, tanto así que no pudo evitar caer ante esos seductores ojos color azul, lanzándose a sus brazos y aferrándose a él. 

 

—Me gusta —tarareo Near contra los labios de Mello y con sus ojos nublados por el placer, abriendo aún más sus piernas para su alfa—, s-sigue, por favor… 

 

Al rubio le gustó escuchar aquella dulce súplica del mas bajito, besándolo otra vez en los labios e ingresando dos de sus dedos más allá del esfínter del omega, rozando suavemente su próstata, haciéndolo estremecer y gritar, con sus caderas moviéndose al compás de aquellos dedos intrusos. 

 

—Te sientes bastante apretado, suave y caliente por dentro… ¿Debería meterme ahora o podré hacerte llegar al clímax con solo mis dedos? —preguntó juguetón, manteniendo su sonrisa traviesa y respirando en el oído de su omega. 

 

Near se mordió el labio bruscamente, sintiendo su corazón palpitar con mucha fuerza y un cosquilleo intenso en el estómago que iba creciendo conforme el tiempo pasaba. 

 

Mello sacó sus dedos y los volvió a meter lentamente, siguiendo con unos pequeños movimientos cortos y lentos que aún así le hicieron sentir increíblemente bien por lo sensible que estaba. 

 

—Oh, Mello… ¡Nn! —Near soltó un suave gemido, sintiendo los cálidos labios de Mello en su cuello, besando el área con ternura y calma. 

 

Mello metió un dedo más dentro del calor húmedo de su omega, separando sus dedos y provocando que los dulces sonidos que hacía Near fueran más fuertes y más deliciosos de escuchar. 

 

Near dejó escapar un suave grito cuando sintió el estiramiento, disfrutando de cómo Mello iba empujando sus dedos dentro y fuera de su mojado agujero. 

 

Las feromonas eran más potentes a cada segundo que pasaba, y Near temblaba como gelatina, con un fuego ardiendo en sus entrañas mientras continuaba soltando sonidos de puro placer porque Mello comenzó a embestirlo con sus dedos más y más fuerte, ahora lamiendo su cuello y dejándolo mojado con su brillante saliva. 

 

Se volvieron a besar con necesidad, con Near empujando su lengua dentro de la boca de Mello y explorandola a su gusto, llevando sus blancos dedos hacia los suaves y sedosos cabellos rubios para jugar con ellos. 

 

Mello movió sus dedos más rápido, extendiendolos y empujándolos más al fondo, escuchando complacido los gritos acalorados que salían de los labios hinchados y rojos de Near. 

 

Él mismo sentía como su polla se contraía de excitación, gruñendo por lo increíblemente caliente y apretado que estaba Near por dentro. Lo besó una vez más en los labios y luego volvió a atacar su cuello, mordiendolo agresivamente ese lugar, ya con la mente nublada por el placer que sentía. 

 

El rubio se acercó más al omega, deslizando su mano libre por debajo de la ropa, sintiéndose emocionado cuando tocó la extremadamente suave y cálida piel de Near. 

 

Near soltó un pequeño gemido erótico, estremeciendose hermosamente mientras su pulso se aceleraba y sentía mucho más calor concentrandose en su vientre. 

 

Mello presionó sus labios contra los labios de Near, comenzando un beso caliente y repleto de deseo, con sus dedos curvándose y presionando su próstata con fuerza. Near gimió en medio del beso, envolviendo el cuello del rubio con sus brazos. 

 

El modo en el cual lo estiraba era demasiado bueno, enviando electricidad por su espalda y que sus débiles piernas temblarán. 

 

Mello iba moviendo sus dedos más rápido y más profundo, simulando penetraciones y chocando frenéticamente contra su próstata al sentir a Near apretarse más fuerte alrededor de sus dígitos. 

 

Near gemía más fuerte, casi viendo estrellas mientras sentía que algo grande se avecinaba si Mello no dejaba de penetrarlo hondamente con sus dedos. 

 

—E-espera, Mello… —Near quiso apartarse un poco, pero Mello no se lo permitió, apretandolo más contra su cuerpo y pegando sus labios contra el cuello de su adorable omega. 

 

Un toque eléctrico recorrió el cuerpo de Near y dejó escapar un suave jadeo, completamente ruborizado por los besos del rubio en su piel descubierta. 

 

—Sólo hazlo, mi amor —susurró en voz baja e íntima, disfrutando del melodioso sonido de placer que hacia su pareja, de cómo temblaba en sus brazos y de sentir su respiración caliente y húmeda contra él. 

 

Near se estremeció al escuchar como lo llamó Mello, resultandole agradable y bonito. Deseaba que le dijera así más seguido. 

 

Cuando sintió a Mello deslizar su otra mano entre sus piernas abiertas para agarrar su polla temblorosa y masturbarlo, todo se volvió demasiado, cerró los ojos con fuerza y sus caderas se movieron aún más, sintiendo su cuerpo en llamas. 

 

Near sollozó y terminó corriéndose, manchando sus muslos con aquel cremoso líquido blanco que salía de su pene mientras echaba la cabeza hacia atrás con un grito extremadamente lascivo y largo, gimiendo complacido por las corrientes eléctricas recorriendo su cuerpo. 

 

Mello lo embistió un poco más con sus dedos, despacio y con cuidado, sonrojándose al ver el hermoso rostro enrojecido y complacido de su omega. 

 

Near se quedó con la boca abierta y la respiración agitada, intentando calmarse y controlar los espasmos de su cuerpo. 

 

Mello sacó sus dedos húmedos por la lubricación del menor y envolvió el pequeño cuerpo de Near con sus brazos, sentándolo en su regazo y besándolo dulcemente en su frente sudada y sus párpados cerrados. 

 

Siempre fue así de cariñoso con él, desde que en aquel orfanato descubrieron que eran parejas destinadas, luego de aquella terrible noche que juró jamás repetir. 

 

Mello seguía detestando a Near un poco. Pero sus toques siempre se volvían amorosos cuando lo tenía en sus brazos, besándolo suavemente y brindándole caricias tiernas, deseoso por mimar a su omega luego de haberse apareado con él, aunque en este caso simplemente quería ser suave con Near y hacerlo sentir cómodo. 

 

Near siempre se mostraba contento y cariñoso por aquellas caricias, como un lindo gatito con su amo, besando a Mello y acurrucandose más cerca suyo, olvidándose por completo de aquel estrés y ansiedad que sufría cuando no tenía a su alfa cerca todos los días. 

 

Mello lo visitaba seguido, pero Near realmente quería tenerlo para siempre a su lado. 

 

—Eres hermoso, ¿lo sabías? —le susurró, besándolo otra vez en los labios, disfrutando de lo endulzante de su boca y de la suavidad de sus bonitos y rosados labios. 

 

Near sonrió suavemente, todavía sintiéndose tembloroso y algo mareado, pero muy feliz de estar en los cálidos brazos de Mello y que este lo llene el rostro de besos suaves y tiernos, como si fuera lo más importante y valioso de su vida. 

 

Mello no era solo así con Near por ser su pareja destinada. No era solo deseo y lujuria. Near le despertaba muchos más sentimientos cálidos que lo hacían sentir bien cuando estaba a su lado, a pesar de que aún le costaba admitirlo y decírselo a Near, por eso quería demostrárselo con acciones y no palabras. 

 

El pequeño peliblanco era como su gran pilar, aquel en el que podía confiar ciegamente y al cual quería mucho. Era cierto que tenían personalidades bastantes diferentes, razón por la cual a veces solían discutir, pero era por eso mismo que lograban complementarse muy bien. 

 

Mello llevó su mano a la mejilla regordeta de Near y la acarició con suavidad y cariño, pensando en que ellos eran el vivo ejemplo de opuestos complementarios.

 

—Eres hermoso pero un completo dolor de muela —le susurró besando su mejilla, riéndose débilmente. 

 

Near se sonrojo profundamente y quiso patear al rubio, pero sinceramente sentía el cuerpo muy débil como para hacerlo, por lo que solo refunfuño y frunció el entrecejo.

 

Mello lo abrazó entre pequeñas risas y Near no se impidió descansar contra el pecho del rubio e inhalar su olor que lo relajaba. 

 

—Perdoname por ser tan molesto —hablo Near con ironía. 

 

—Mmm —Mello hizo un ruido, cómo si lo estuviera pensando —. Vale, te perdono solo porque me alegra mucho que lo reconozcas —dijo divertido, sonriéndole de forma socarrona y mirándolo con burla. 

 

Near lo mira con indignación, haciendo un adorable puchero. 

 

—Mis disculpas no eran sinceras —se quejó, enfurruñado. 

 

—Ah, ¿no lo eran? —Mello sonó herido —. Hieres mis sentimientos. Me has roto el corazón, mala persona. 

 

La mirada de Near se suavizó, con una bonita sonrisa apareciendo en su adorable rostro. En esos momentos, ahí junto a Mello, su corazón se sentía muy cálido y también sentía un cosquilleo en su vientre que lo hacía querer reír. Era bastante incomprensible para él como cada vez que estaba con Mello o hablaba con él por teléfono, se ponía muy feliz, olvidándose por completo de los momentos de molestia y hastío que pasaba por tener que lidiar con el equipo de investigación de Japón. 

 

Era fascinante, cómo con tan solo escuchar la voz de su alfa ya sentía mucho mejor el día. 

 

Mello sintió sus mejillas ponerse rojas ante la sonrisa sincera y preciosa de Near, volteando el rostro para que su omega no lo viera. 

 

—Mello —tarareo Near su nombre con mucha dulzura, atrayéndolo del rostro hacia él y besándolo suavemente en la boca. 

 

—¿Mmh? —respondió Mello, presionando con más fuerza sus labios juntos, acariciando la espalda baja del más joven. 

 

—¿Puedo chupartela, Mello? —preguntó con una voz calmada y suave, mirando con intensidad al rubio. 

 

Un fuerte deseo embargó a Mello y un brillo hambriento se reflejó en sus ojos azules, agarrando con más fuerza a Near mientras su corazón estaba latiendo a mil. 

 

—Si, mierda, si —gimió contra su boca, bajando entre besos por la curvatura de su cuello, mordiendo aquella delicada piel y besando con calma la marca color rosa que tenía Near en la clavícula. 

 

Near sintió agradables escalofríos recorrer su cuerpo, y sus labios suaves y rojos, brillantes por la saliva, formaron una sonrisa dulce y provocativa. 

 

—Déjame ver tu lengua —pidió Mello enterrando su nariz en el cuello de su pareja, disfrutando de su fuerte y dulce olor a vainilla. 

 

Near sonrió aún más y sacó su lengua, permitiendo que Mello la tocará, mirándolo hacerlo con sus ojos grises iluminados. 

 

—Mmh sí, perfectamente húmeda y suave… 

 

Near gimió de placer cuando Mello tocó su lengua con la suya, lamiendola deseoso y luego atrayéndolo de la nuca para presionar sus labios juntos, comenzando un beso caliente y apasionado. 

 

Oh sí, iban a estar ahí encerrados por mucho tiempo. 

Notas finales:

La personalidad de Mello es más cariñosa y amable, ne? Pues eso se debe por lo que le hizo a Near cuando eran niños u.u pero más adelante va a tener su personalidad hostil, intimidante, agresiva y salvaje (? Yo amo a ese Mello :D (? Tengo gustos extraños jajajaja 

Gracias por leer :3 


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