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EL BEBÉ INESPERADO DEL SEDUCTOR MULTIMILLONARIO por cyntia

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Sasuke observó al doncel que estaba en la bañera y se le volvió a encoger el pecho, igual que le pasaba cada vez que Naru se reía, le hablaba o le tocaba. No se habían tocado mucho últimamente y él sabía que era el culpable, pero estaba cansado.

Caminando hacia la bañera, él se quitó la camisa y se quitó los pantalones justo cuando Naru abrió los ojos. Entonces los abrió de par en par y lo observó con duda.

Él le agarró el brazo y tiró de Naru para que se levantara.

—Hazme sitio.

Naruto entreabrió los labios sorprendido. Él hizo lo que le pidió mientras él acomodaba su enorme cuerpo en la bañera por detrás de Naru. Inclinándose hacia atrás, Naru respiró hondo cuando sus caderas presionaron su miembro endurecido y descansó la espalda sobre su pecho. Tragando, contempló cómo él deslizaba las manos por sus brazos y le cubría la barriga. Extendió los dedos sobre él de forma protectora, queriendo tocar cada centímetro de su cuerpo, pero sin saber bien cómo hacerlo.

El silencio se rompió con el sonido de sus respiraciones profundas. Él puso los labios sobre su oreja.

—Te he echado de menos, dobe. Naruto apretó los ojos.

— ¿Te das cuenta…? —Dijo Naru con frialdad mientras él pasaba los labios por la curva de su cuello—. ¿De que no hemos estado cerca en casi dos semanas?

Sasuke lo envolvió con los brazos y lo atrajo más cerca, dejando escapar un suspiro de los labios cuando Naru presionó las caderas contra su miembro.

—Lo sé. Ha sido muy difícil mantenerme alejado de ti.

— ¿Por qué lo has hecho?

La acusación en su voz hizo que sus labios se detuvieran y él contempló su  perfil mientras Naru miraba al frente como si se estuviera preparando para una pelea.

—Porque te encontrabas muy mal y no quería cansar tu cuerpo más de lo que ya lo estaba.

Naruto inclinó la cabeza de repente con los ojos empañados.

—Ni siquiera me has besado —dijo en un susurro. Él le miró la boca con avidez.

—Porque no habría sido capaz de detenerme si te hubiera besado.

— ¡Menudo imbécil teme!

Sasuke abrió los ojos de par en par y se echó hacia atrás.

— ¿Cómo dices dobe? —Él ahogó una risa.

Naruto le clavó el codo en la cintura de forma juguetona y se acomodó contra él.

—Eres un idiota.

— ¿Qué he hecho?

—Nada.

Sasuke, de forma instintiva, envolvió los brazos alrededor de sus hombros, apretando los pechos al acercar la cara a su pelo para oler su fragancia.

— ¿Creías que no quería hacerte el amor? Sueño con ello. Te  veo y quiero hacerte el amor. Pero estabas muy débil.

Naruto cerró los ojos.

—Ya me encuentro mejor.

Sasuke le liberó el cuerpo y deslizó las manos hasta su barriga, acariciándola y deteniéndose cuando sentía a un bebé retorciéndose, dejando ver claramente el codo puntiagudo. Ellos se rieron juntos y Sasuke llevó la mano a la parte baja del vientre.

Bruscamente, Naruto puso la cabeza sobre su hombro y gimió con los pechos sobresaliendo al arquear la espalda ligeramente. Relajó los muslos para darle espacio, abriendo más las piernas cuando él deslizó los dedos por su entrepierna de forma territorial.

A sasuke la excitación le agitó las entrañas, lo tensó, hizo que su piel se estremeciera y levantó la mano libre para cubrirle el pecho.

—Deberías verte.

Fascinado, arrastró la mano por su pecho hasta llegar a la barriga y la volvió a subir para cogerle el pecho. Lo apretó ligeramente y sus pezones se endurecieron como botones. La carne que tocaba era firme.

—Dios… —Él respiraba con pasión y le mordió el lóbulo mientras sus dedos jugaban con sus pezones.

Naruto gimió y se sacudió de nuevo mientras él le masturbaba repetidamente de arriba abajo su miembro extremadamente sensible. Estaba nervioso y tenso.

—No me he corrido en días.

—Yo tampoco —le susurró él al oído y le clavó la lengua en la curva de la oreja.

Naruto giró la cabeza a un lado para ofrecerle la boca. Cuando él tomó sus labios fue suave, dulce y cariñoso. Sus labios jugaban con los de Naru, primero el superior y después el inferior, y su lengua se movía por la boca de Naru para explorarla.

—Tienes un sabor tan agradable.

Él gimió cuando Naru se sacudió mientras él lo sujetaba y Naru dejó que los muslos cayeran hacia los lados en esa enorme bañera. La erección de Sasuke se chocó contra la parte baja de su espalda mientras él seguía torturando su pene.

Naruto interrumpió el beso y se agarró a los lados de la bañera, levantándose sobre él. Él le cogió de la cintura para que mantuviera el equilibrio cuando se levantó. Con el agua derramándose por su piel perfecta, se giró para quedar de frente a él.

Él inclinó la cabeza hacia atrás para mirarlo, para ver su barriga redonda y sus pechos voluptuosos. Su cuerpo era muy diferente al cuerpo al que le había hecho el amor hacía solo unos meses.

—Estás más guapo ahora que antes.

—Estaba triste pensando que ya no te excitaba.

Él negó con la cabeza, horrorizado, cogiéndole la mano y tirando de Naru hacia abajo con suavidad. Naruto se agachó y envolvió los brazos alrededor de su cuello mientras se sentaba sobre sus muslos.

—Deja de ser irracional —murmuró él—. Simplemente no quería cansarte por mi propia satisfacción sexual.

—¿Y qué pasa con la mía?

Sasuke lo atrajo más cerca hasta que la tripa quedó presionada contra sus abdominales y los senos chocaron contra su pecho, y él lo besó apasionadamente. Cada palabra que él no había dicho, cada sentimiento que no había sido capaz de transmitirle, estaba en ese beso. Sus labios tenían hambre, eran rápidos y ávidos y los suavizó brevemente antes  de ganar intensidad de nuevo. Él deslizaba las manos por su espalda, agarrándole de las caderas y acercándola para que abriera su sexo sobre su miembro. El agua se salía de  la bañera y caía sobre el suelo de mármol cuando se movían. Naruto pasó las manos mojadas por su pelo y parecía deleitarse con la sensación y, cuando él interrumpió el beso, Naru se inclinó a por más y gruñó cuando él no lo dejó continuar.

Agarrándole las caderas, lo levantó de sus muslos y, cuando la cabeza de su miembro se había introducido en la abertura de su sexo, Naruto dejó caer la cabeza hacia atrás y se sentó sobre él. Un pequeño grito de placer se le escapó del pecho y se apretó las caderas, llevando su miembro más adentro.

Naru abrió los ojos y la expresión de lamento que tenía en la cara lo delató.

—Me voy a correr.

Sasuke apretó los dientes. Naru todavía no se había movido y tenía las mejillas rosadas, los hombros tensos y los ojos somnolientos, preparado para el orgasmo.

Sus entrañas se contrajeron sobre su miembro, y él tensó los músculos para contener su propio orgasmo.

—Te he deseado tanto cada segundo.

sasuke empezó a moverlo hacia atrás y hacia delante sobre su miembro, y Naru movía las caderas sobre su entrepierna en vez de moverse arriba y abajo. Él apretó la mandíbula cuando Naru le clavó las uñas en los hombros, y Naru jadeó intensamente antes de cerrar los ojos y sucumbir a las ráfagas del orgasmo.

Su cuerpo se mecía violentamente como si una corriente le atravesara el cuerpo, y relajó las manos sobre su espalda mientras sus entrañas se tensaban sobre su miembro.

Gimiendo, Sasuke se inclinó hacia delante y atrapó el pezón oscuro y endurecido con la boca. Naru deslizó las manos por su pelo otra vez manteniéndolo sobre sus pechos mientras él chupaba como si su vida dependiera de ello.

—Te he echado de menos —susurró sobre su pezón antes de arrastrar los dientes por la carne hasta llegar al otro pecho. Eran voluptuosos y se le escapaban de las manos cuando los apretaba.

***

Naruto se echó ligeramente hacia atrás con su miembro todavía dentro de él hasta que su cuerpo se aferró a la base del miembro y le acercó la cabeza a sus pechos. Naru tenía todo el cuerpo sensible y necesitado, y no quería nada más que hacer que el momento durase. Había esperado, había tenido miedo. Dejó que el miedo lo inundara  de nuevo, el miedo a perderlo, a no tenerlo a su lado, y entonces lo apartó bruscamente. Tenía que dejar de ser tan paranoico. Ese hombre había demostrado sus intenciones una y otra vez y, por lo que conocía de él, Sasuke Uchiha no era infiel.

Naru bajó la mirada a su cara y pasó una mano por su mandíbula para disfrutar del bonito contraste de sus pieles. Él le pertenecía por ahora; le pertenecía porque él había elegido estar con él. Por los bebés.

El corazón le dio un vuelco de dolor, pero se negó a que la autocompasión lo entristeciera. Cuando él lo atrajo más cerca de nuevo, Naru sonrió. Él lo agarraba con fuerza mientras miraba la barriga como si tuviera miedo de hacerle daño.

—Bésame —imploró él levantando la boca.

Esa dura orden emitida con tanta súplica hizo que a Naru le estallara el corazón de amor, admiración y posesión.

—Eres mío —gimió Naru antes de cubrirle los labios con los suyos.

Sasuke lo besó apresuradamente mientras le agarraba la parte baja de la espalda con las manos para acercarlo. Su boca se tragó el gemido de Naruto. Su miembro llegó muy adentro cuando levantó la cadera al mismo tiempo que la acercaba. Lo hizo una y otra vez mientras pasaba las manos por su espalda, por su barriga y después por sus caderas. Naru clavó la lengua en su boca y no le dejó que lo dominara con la lengua.

Cuando él se dio cuenta, le atrapó la lengua con los labios y la succionó con brusquedad.

Gimiendo en protesta por la brutalidad, Naru se retiró y suspiró cuando sus lenguas se enredaron explorándole la boca. Él no dejaba de atraerlo sobre su miembro, dejando que el miembro de naru presionado sobre su  estómago, y Naru dejó que él tomara el control con su pasión. Él respiraba con más intensidad sobre su boca.

Lo agarraba más fuerte que antes con las manos y, cuando se sacudió debajo de Naru, gimiendo en su boca, sus hombros se estremecieron bajo sus manos.

En ese momento, el cálido y abundante brote de semen se derramó dentro de él, y esa sensación ardiente y distinta hizo que el cuerpo de Naru se retorciera en un nuevo orgasmo. Naruto se agarró de sus hombros y empezó a moverse más fuerte, más rápido, y él gruñó interrumpiendo el beso y presionando la boca sobre su cuello. En segundos, Naruto, lubricado por su semen, lo agarró violentamente y se estremeció intensamente sobre él, uniéndose a su orgasmo.


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