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EL BEBÉ INESPERADO DEL SEDUCTOR MULTIMILLONARIO por cyntia

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Notas del capitulo:

aqui va el ultimo capitulo y epilogo

Llegó a casa diez minutos antes de las tres horas a las que se había comprometido, y sonrió cuando el rostro de Naruto se iluminó al verlo.

—Hola. —Observó el gran ramo de rosas rojas que llevaba en la mano—. Imagino que eso es para mí.

Se inclinó hacia Naru, lo besó dos veces en la mejilla y le tendió las flores.

—Te quiero —le susurró con pasión al oído.

—Sabes que yo también te quiero, ¿verdad? Sasuke tragó saliva.

—Sí.

—Bueno… —Tomó aire, sobrecogido por la emoción—. ¿Qué tal tu reunión?

—Aburrida y larga. ¿Has tenido alguna visita?

—No.

—Perfecto.

Naruto le dirigió una sonrisa de lado.

—¿Por qué? ¿Debería haber tenido visita?

Sasuke suspiró y le cogió la mano, llevándolo al sofá y haciendo que se sentara.

—La señora Namikaze ha ido hoy a mi oficina. —No conseguía utilizar la palabra «madre».

A Naruto se le descompuso el rostro.

—Vaya. ¿Por qué?

—Ya sabes, por esa inversión que querían… en el negocio ese. Naruto lo miró boquiabierto.

—Joder, ¿me estás vacilando?

—No digas palabrotas. Las niñas lo oirán y lo aprenderán. —Intentó bromear—.

No ha funcionado.

—¿Quieres decirme que de verdad quieren pelear por el dinero?

—Yo no diría pelear, pero sí, están muy insistentes con que son familia. Naruto resopló.

—¿Quién lo dice?

—Naruto, de verdad. —Se le frunció el ceño cuando se dio cuenta de que estaba avergonzado por lo que estaban haciendo sus padres—. dobe, no tienes que estar avergonzado por nada de lo que hagan. Ellos no lo sé, pero tú y yo sin duda somos una familia. Y en todo caso, no puedes avergonzarte de ellos delante de mí.

Naruto respiró hondo.

—Están intentando sacarte dinero solo porque eres mi prometido. Es tan patético… Es demasiado rastrero incluso para ellos.

—No pasa nada, de verdad. Y tengo que admitir que… les dije que no invierto en proyectos fuera de mi cooperativa y que podían pedirte el dinero a ti.

—¿Y por qué has hecho eso?

—Porque pensé que… a lo mejor querías darles dinero.

—¡Pero yo no tengo dinero! —gritó. Sasuke negó con la cabeza.

—Ya has dicho eso hoy. No vuelvas a decirlo. Nunca. Por favor —añadió para restarle importancia a la orden—. Además, pensé que como ellos te criaron, a lo mejor querrías…

—No. No quiero darles nada, y que quede claro: prácticamente me crie yo solo encogiéndome de miedo en los rincones. —Las lágrimas le rodaron por las mejillas al recordar esos horribles momentos. Sasuke lo obligó a acercarse a él, pero Naru se resistió, limpiándose las lágrimas con furia—. No puedo ocuparme de ellos mientras me ocupo del resto de líos que hay en mi vida. Solo quiero que se vayan.

Naru se levantó lentamente del sofá. Aunque Sasuke notó que quería ser rápido, su peso extra y su gigantesca barriga hacía que todo fuera muy limitado, así que lo ayudó a ponerse de pie.

Naru murmuró un «gracias» y caminó hacia el frigorífico para coger agua.

No era difícil sacar a la pareja de la vida de Naruto. Lo único que tenía que hacer era darles el dinero y obligarles a firmar un acuerdo por el que aceptaban no volver a presentarse delante de Naruto y dejarían de ser unos parásitos. Los despreciaba y no era ningún secreto que Naruto sentía lo mismo. Hacer que desaparecieran sería sencillo, solo supondría cinco millones de su riqueza. Eso era algo que podía arreglar.

Pero al mirar al precioso y orgulloso chico, supo que eso no le gustaría. Ya  estaba avergonzado por cómo su supuesta familia estaba actuando, denigrándose a sí mismos.

Se levantó y puso las manos en el mostrador de la cocina.

—¿Qué hay de comer?

—La señora Shizune ha hecho guisado.

Sasuke asintió, en realidad poco preocupado por la comida.

—Naruto, si simplemente les diera el maldito dinero…

—¡No! —dijo Naruto súbitamente, como si ya hubiera esperado que dijera eso.

—Escúchame.

—No, y no a lo que sea que te quedaba por decir —rebatió con cabezonería.

—Si les doy el dinero, simplemente saldrán de tu vida.

—No —repitió Naruto con énfasis, mirándolo a los ojos con enfado.

Sasuke tragó saliva y se frotó las sienes. Era evidente que esto significaba mucho para Naru. Tenía la sensación de que se trataba de una forma de castigo por su infancia perdida. No sentía ningún tipo de vínculo con los Namikaze.

—Quieras lo que quieras, dobe, no actuaré a tus espaldas ni haré nada que no apruebes. Tenemos un trato.

—Vale. —Golpeó el plato contra la encimera de modo infantil. Sasuke respiró hondo y reprimió una sonrisa.

—Por cierto, ¿te cambiarás el apellido cuando nos casemos?

Naruto se encogió de hombros.

—Por supuesto que sí. Es el único motivo por el que acepté casarme contigo, para deshacerme del apellido Namikaze.

***

Al día siguiente se encontró a los Namikaze discutiendo con sus guardas de seguridad en la verja de su propiedad cuando se iba al trabajo. Furioso, pasó con el coche por su lado y supo que Naruto no oiría sus voces.

Esa noche le dijo que se sentara y se lo contó.

Naruto pareció pensar durante mucho tiempo, en silencio y, cuando por fin habló, sus solemnes palabras estaban llenas de convicción.

—Consigue una orden de alejamiento.

Sasuke se sorprendió por la vehemencia con la que habló.

—Solo son cinco millones de dólares, Naruto. No los vamos a echar en falta.

—No.

—Vale. —No dijo nada más y llamó a su abogado.

Sasuke había dado por hecho que Naruto estaría un poco disgustado por la orden de alejamiento una vez estuviera emitida, pero en todo caso parecía aliviado. No solo eso, sino que incluso sugirió que lo celebraran. Pensaron en cómo hacerlo, ya que el champán no era una opción a menos que Sasuke quisiera beber solo, y no era así. Así que a Sasuke se le ocurrió una idea.

Lo metió en el coche y lo llevó de compras a ver vestidos de novio. Funcionó, y el pequeño niño que había en Naruto sonrió cuando entraban de tienda en tienda y luego se sentaban en el sofá mientras las dependientas se apresuraban a rodearlo.

Naruto estaba sonriendo de oreja a oreja cuando finalmente lo llevó a casa.

—Estoy intentando no pensar en cómo me estás chantajeando emocionalmente. Él se rio.

—No estás pensando en ello ahora mismo, pero espero que sepas que pretendo casarme contigo en cuanto tengamos a los bebés. Tienes que estar preparado para tener una boda con pocas semanas de aviso.

Naruto lo miró como si estuviera loco.

—No puedo planear una boda en pocas semanas.

—Te conseguiré al mejor organizador de bodas del país. Naruto puso los ojos en blanco bromeando.

—Qué fanfarrón eres.

Sasuke se rio. Pero la felicidad de su relación había cogido el constante hábito de ser temporal y voluble, porque la alegría solo duró durante la noche.

Capítulo Veintidós

La tarde siguiente Naruto se sentó en el asiento de la ventana que daba a los acres de extensos jardines. Los jardineros estaban trabajando como de costumbre. Hacía falta un ejército para el mantenimiento. Naruto disfrutaba viéndolos mover el césped, recoger las semillas, cuidando las flores…

Cuando oyó que el coche de Sasuke se aproximaba por el camino de entrada, se le hizo un nudo en la garganta. Le daba pánico oír la noticia, aunque había dado por sentado que estaba preparado para ello. Ya  había vomitado dos veces desde esa mañana al pensarlo y preocuparse por ello.

Sasuke entró por la puerta y los ojos de Naruto se precipitaron hacia el sobre que llevaba en la mano; el gran sobre marrón que lo destrozaría para siempre. Cerró los ojos al volver a notar náuseas. Probablemente el estrés lo mataría antes de dar a luz a los bebés. Tenía que dejar de estresarse de inmediato.

Dio un brinco cuando la amable mano de Sasuke se posó en su hombro. En estado de pánico, abrió los ojos de golpe. Él estaba sentado en la mesa de centro, sosteniéndole las rodillas.

—Naruto… —dijo suavemente; su voz sonaba extrañamente calmada, aturdida y llena de alivio. —No soy el padre.

Le zumbaron los oídos y el aturdimiento en el que estaba sumido pareció arrastrarlo aún más hacia sus oscuros recovecos. Naruto lo miró boquiabierto, oyendo las palabras que su mente parecía rechazar. Había admitido que se había acostado con Karin. En su mente no había habido ninguna duda de que él sería el padre del hijo de Karin.

—¿teme? —Eso fue todo lo que logró decir. Sasuke sonrió, negando con la cabeza.

—dobe, no soy el padre del bebé de Karin. Yo no la dejé embarazada.

A Naruto se le paró el corazón y respiró con dificultad varias veces para compensar la energía perdida. Temblando, jadeando, disfrutó de la satisfacción de contemplar su hermoso rostro mientras él le tendía los resultados de la prueba de paternidad. Naruto se derrumbó, ahogándose en sus propios sollozos, llorando sin vergüenza mientras dejaba que él lo sostuviera sin reservas, sin ningún miedo ni desconfianza. Naruto cantó su nombre entre sollozos mientras lloraba en la curva de su cuello, y él lo apretó con fuerza.

—Te vas a poner malo. No llores.

—Eres todo mío —susurró, lleno de amor.

—Para siempre.

Le sostuvo la cara y le cubrió la boca llorosa con su boca ansiosa. Y esta vez, cuando sus labios tomaron los de Naru, volvían a ser posesivos, con esa dominancia que durante tanto tiempo había desaparecido controlando cada mordisco y cada contacto.

Él absorbió sus sollozos, como si intentara desesperadamente quitarle el corazón roto y sustituirlo por el demente anhelo que sentía. En poco tiempo los sollozos se calmaron y Naru lo besó con la misma voracidad, pasándole las manos por el pecho. Él lo puso en el asiento de la ventana y le cubrió cuerpo con el suyo.

Epílogo

Sasuke sostuvo la mano de Naruto y le besó los nudillos una y otra vez. Le resultaba imposible deshacerse del escozor que notaba en los ojos.

—¿Naruto? —dijo por décima vez en los últimos cinco minutos, y Naru no respondió. Salió precipitadamente a buscar a la enfermera.

—¿No debería estar ya despierto?

La enfermera entró para comprobarlo y le pidió a Sasuke que esperara.

Sasuke se desplomó en su silla. La mitad de él quería ir al cuarto de los bebés para ver a las niñas, y la otra mitad no quería despegarse de Naruto porque quería darle la noticia.

Media hora después, la mano de Naruto tocó la suya y él se incorporó de un brinco, acariciándole la cara y apartándole el pelo.

—¿dobe?

Naruto entreabrió los ojos.

—Hola teme —intentó decir, pero solo salió aire de sus labios entreabiertos. Se aclaró la garganta y lo intentó de nuevo—: Hola. —Y esta vez la palabra sonó como si croara. Naru se rio e hizo un gesto de dolor, y Sasuke le posó los labios en la frente.

—Naruto, cariño, eres papi de dos pequeñas preciosas.

Naru sollozó brevemente; las lágrimas le caían por los lados de los ojos hasta las orejas.

—Shhh. —Él le limpió las lágrimas—. Somos padres, Naruto.

—¿Están bien? —preguntó con evidente desconfianza. Sasuke cerró los ojos e inclinó la frente contra la suya.

—Una de las niñas tiene un pequeño problema cardíaco, pero eso ya lo sabíamos,

¿verdad? —dijo lentamente, sin estar seguro de lo preparado que estaba Naru emocionalmente para esa información.

—Siempre y cuando estén bien.

—Pero, ¿sabes cuál es la buena noticia?

Naruto esperó con los ojos llenos de esperanza.

—El problema es mucho menos complicado de lo que los médicos se temían al principio. No necesita cirugía y podremos llevárnoslas a las dos a casa en un par de semanas.

Naruto se derrumbó, las lágrimas le rodaban por las mejillas y levantó un brazo para agarrarse a él. Se dio cuenta un poco tarde de que tenía un tubo, así que levantó el otro brazo y se agarró a su cuello.

La época mala ya había terminado. Para siempre.

Y tres semanas más tarde, estaban todos en casa: Michelle, Himawari y sus padres. Sasuke estaba montando la primera de las dos mecedoras para bebés en el salón, y Naruto estaba dando de comer a Michelle en el sofá.

—Dios mío. Yo creía que los productos de BubFun eran los más fáciles de montar.

Naruto miró con los ojos entrecerrados las piezas de metal y plástico que tenía en la mano, y sacudió la cabeza.

—Esta va a la izquierda, Sasuke. Mira la curva.

Sasuke la miró como si estuviera siendo condescendiente con él, pero no tardó en darse cuenta de su error.

—Ah, es verdad. Naruto se rio.

—¿Cuándo fue la última vez que montaste algo tú solo? Sasuke negó con la cabeza.

—Debería hacer contratado a alguien para que se encargara de esto.

—Niño mimado —dijo Naru como si fuera el piropo más romántico del mundo. Esa noche se sentaron juntos delante de la televisión cuando se retransmitió el nuevo anuncio de BubFun. Naruto estaba sentado con inquietud mientras millones de personas de todo el mundo lo veían en sus pantallas en ese preciso instante.

Sin embargo, Sasuke estaba tan emocionado que no podía sentarse quieto, y no dejaba de abrazarlo y besarle la cabeza.

—Estoy tan orgulloso de ti, dobe. Estoy muy muy orgulloso de ti.

Pasaron las siguientes dos horas entre risas mientras seguían el progreso del anuncio en las redes sociales.

En dos semanas, el anuncio era aclamado como un éxito nacional y obtuvo un gran reconocimiento.

***

Sus hijas tenían cuatro semanas cuando Sasuke llegó a casa con rosas y con una gran carpeta. Después de besar a Naruto y a sus hijas, le entregó la carpeta cuando Naru extendió la mano para coger las rosas.

—¿Qué es esto?

Sasuke se tiró en el sofá despreocupadamente.

—Es una lista de candidatos para el puesto de ser tu agente.

—¿Mi qué? —Naruto arrugó la nariz.

—Estás recibiendo ofertas, Naruto. Anuncios, sesiones de fotos. Y…

—¡Ni de broma! Él le sonrió.

—Lo has conseguido. Tienes un talento innato. Tienes una nueva oportunidad para empezar de cero con tu carrera y hacer lo que realmente querías hacer.

El hormigueo que sentía en el cuerpo era de gratitud, adoración y confianza por el hecho de que Sasuke siempre estaría a su lado.

—¿Qué he hecho para merecerte?

Sasuke se levantó y lo estrechó entre sus brazos, y Naru se sintió culpablemente feliz de que no hubiera ningún bulto que los mantuviera alejados. Se acomodó en su pecho con facilidad mientras él lo sostenía.

—Eres lo mejor que me ha pasado nunca —susurró él con vehemencia, y se echó hacia atrás para sostenerle la cara entre ambas manos—. ¿Te casarás conmigo en dos semanas?

Naruto sonrió.

—Naruto Uchiha. Me gusta  cómo suena. Sasuke rio y le besó su boca sonriente.

—Te quiero mucho.

FIN

Notas finales:

mi intension es compartir algunos libros que lei y que fueron adapatado a las personajes de naruto 


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