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Déjame amarte una noche más por hola101

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Notas del fanfic:

Advertencias: Consentimiento dudoso

Notas del capitulo:

Este es mi primer fanfic en este sitio. Espero que disfruten la lectura.

 

 

Ricardo estaba sentado en la sala de su casa. Su televisor estaba encendido y el canal transmitía las noticias.  

Sus ojos amenazaban con cerrarse mientras el sueño lo vencía. Su trabajo tan aburrido como demandante, le privaba del sueño y del descanso. En tiempos como este Ricardo debería estar dormido, pero escuchó que se transmitiría una noticia de él, y el sueño paso a ser una segunda prioridad, ya que las ganas de ver ese rostro melancólico vencieron todas sus demás necesidades.  

Ricardo persistió durante una hora, y luego empezó a pensar que los rumores que había escuchado de sus compañeros habían sido inventados. Planeaba apagar la televisión cuando sin previo aviso el rostro esperado apareció detrás de la pantalla.  

Y con su aparición, todo el sueño y el cansancio desaparecieron.  

Un estremecimiento que parecía ser electricidad bajo su piel lo envolvió.  

Ricardo vio con los ojos bien abiertos mientras la presentadora, saludaba a su invitado especial. Pero Ricardo no estaba escuchando lo que la presentadora hablaba. Su mente estaba concentrada en observar al hombre guapo que reía y le sonreía a la cámara.  

Habían pasado años, desde que los dos se habían encontrado, pero para Ricardo, Skull no parecía haber cambiado.  

Un esponjoso cabello morado que se sentía sedoso bajo el toque de los dedos, una clavícula frágil y delgada que se podía ver a través de la camiseta negra que actualmente utilizaba, y labios carnosos pintados con ese distintivo color purpura, a los que incluso en su adultez la otra parte se negaba a renunciar.  

Cuando Ricardo escuchó a Skull hablar por primera vez, sintió un hormigueo en sus oídos.  

"Ah, su voz se ha puesto más grave" Pensó distraídamente.  

Este cambió lo sorprendió, pero no lo disgustó. Solo lo impactó, porque hasta ahora, la imagen de Skull en la mente de Ricardo se había mantenido intacta a lo largo de los años. Inmóvil, desde ese día en que Ricardo había huido avergonzado de los actos que había cometido.  

Esta no era la primera vez que Skull daba una entrevista, pero si era la primera vez en que Ricardo se había atrevido a mirar una de ella.  

Y ahora que miraba.  

Ricardo no pudo evitar desear más, y sin que pudiera evitarlo las memorias traidoras volvieron a asaltarlo.  

  

  

  

Ricardo había crecido en un hogar disfuncional, con padres siempre discutiendo, pero que no se atrevían a divorciarse por temor a lo que dirían los demás y una creciente pobreza porque ni su padre ni su madre podían encontrar trabajos estables.  

Pero incluso con todas esas desgracias que plagaron su infancia, Ricardo podía encontrar consuelo en la desgracia de su vecino que de alguna manera lo tenía peor.  

Ricardo sabía que era una persona horrible por alegrarse con el sufrimiento de otros. Pero de todas maneras no pudo evitar refugiarse en ese consuelo barato. Que le hizo pensar que tenía un compañero en sus penurias.  

En ese entonces, Skull no era la exitosa estrella que a menudo daba entrevistas por la televisión. Skull era simplemente el joven vecino de Ricardo, un joven dos años menor que él, que no podía controlar las cosas que decía lo que inevitablemente lo metía en líos.  

En el pasado, la vida de Skull era un desastre, y Ricardo lo sabía porque podía escuchar los gritos y golpizas desde su hogar.  

Para el joven Ricardo, Skull bien podría ser un extraterrestre.  

Él simplemente no podía entender los circuitos mentales de su vecino. El joven tenía una autoestima tan alta, que le hizo pensar a Ricardo que el joven no venía de un hogar con un padre borracho, pero que había crecido en algún hogar rico o en la aristocracia.  

Pero esa ilusión era rápidamente destruida, cuando un moretón o una cicatriz se mostraban por algún agujero de su camiseta. Y el joven Skull se volvía repentinamente tímido, sin olvidarse de farfullar que se había caído o tropezado. Cosa que nadie creía porque las golpizas se oían atreves de toda la cuadra.  

Ricardo se hizo amigo de Skull, por un sentimiento algo retorcido de superioridad. Ya que, por primera vez, Ricardo no era el que tenía que avergonzarse porque su ropa era demasiado vieja o porque le quedara pequeña.  

Esa retorcida amistad duró unos años mientras crecían, aunque solo era Ricardo el que estaba consciente de la podrida naturaleza de su relación. En lo que respecta para Skull, su vecino era uno de sus más viejos y queridos amigos.  

El momento que cambió su relación llegó cuando Skull cumplió dieciséis años.  

Ricardo aún recuerda ese momento fresco en su mente.   

Skull había venido a quedarse en su casa, ya que su padre había desaparecido en algún bar y no le había dejado las llaves a Skull para que entrara en su hogar.  

Ricardo había dejado a Skull en su habitación y luego se largó a su sala para hacer su tarea. Ricardo no se preocupó porque Skull husmeara sus cosas o robara. El adolescente era honesto de esa manera, incluso cuando no le convenía. Aunque probablemente fue un subproducto por ser un terrible mentiroso. 

Ricardo dejo a Skull solo, mientras terminaba sus labores y cuando terminó se dirigió a su habitación para tomar una siesta. Pero cuando llegó a la puerta, la imagen que vio lo congeló en su lugar.  

Skull se estaba pintando lentamente los labios con un pintalabios rojo. Sus movimientos eran algo lentos e inexpertos, pero Ricardo encontró que la vista de esos labios rojos y carnosos eran bastante lascivos.  

La sorpresa hizo que ni siquiera reaccionara cuando Skull se dio cuenta de su presencia y empezó a lanzar una diatriba avergonzada.  

Ricardo solo podía concentrarse en la vista de esos labios. Y de repente un pensamiento bochornoso lo asaltó, quería que esos labios se envolvieran alrededor de su polla.  

El pensamiento fue tan repentino, que Ricardo no pudo defenderse de ello, y todo lo que pudo hacer fue esconderse en su cama y envolverse en sus mantas, con la esperanza de que Skull no se diera cuenta de su sonrojo y de la creciente erección en sus pantalones.  

No escuchó la disculpa de Skull, el pintalabios no era importante, probablemente era un objeto olvidado de alguna de las chicas que trajo a su casa esa semana.  

Lo importante era que Ricardo había tenido pensamientos lascivos con Skull. Un chico. Y Ricardo juró y les juraría a todos sus conocidos, que él no era gay.  

Pero conforme pasaban los días. Tuvo que replantear esos pensamientos.  

Si, talvez, Skull era un chico más bonito que sus compañeros varones.  

Pero incluso si tenía algunas características femeninas, Skull seguía siendo un chico.  

Era alto, siendo casi de la misma altura que Ricardo. Y todas las travesuras alocadas le habían dado un cuerpo delgado y atlético. Y un trasero firme, pero Ricardo se tiraría de un puente antes de admitir que había notado ese detalle.  

En ese entonces, Ricardo hizo todo lo posible para evitar encontrarse con Skull.  

Lo evito y trato de no pensar en él.  

Pero mientras más evitaba. Más Ricardo quería.  

Su obsesión muy pronto no tuvo pare.  

Sus sueños húmedos dieron un giro total, ya no aparecían hermosas mujeres que lo seducían, esas escenas fueron cambiadas por una repetición de esa tarde, pero la escena siempre terminaba con finales diferentes. Su sueño favorito era cuando Skull terminaba de rodillas, haciéndole una mamada de disculpa. 

La imaginación de Ricardo era feroz y corría por todos lugares. Fue solo cuestión de tiempo para que esos sueños tuvieran un impacto en su vida diaria 

Ricardo comenzó a sentir la necesidad de estar el mayor tiempo posible con Skull, para escuchar su voz, para observar su cuerpo y en breves ocasiones, para tocar su piel.  

El punto culminante en que su obsesión tomo forma y no pudo contenerse más, fue cuando Ricardo cumplió veinte años.  

En ese momento, Ricardo por fin se había hartado de su familia, y ya estaba empacando sus cosas para mudarse a otra ciudad con otro amigo que planeaba lo mismo.  

Ricardo recuerda, que Skull se pudo triste porque su mejor amigo se estaba marchando. Y Ricardo no pudo evitar ablandarse cuando esos ojos morados se llenaron de lágrimas, así que, en una última aventura, los dos se fueron a escondidas con planes de emborracharse.  

Ese día Ricardo bebió mucho, Skull no bebió demasiado.  

Ricardo piensa que esa era una de las cosas buenas del adolescente, probablemente era la única buena enseñanza que su padre borracho le había enseñado. Pero Skull apenas tocaba el alcohol, como si el líquido fuera veneno que quemaba sus venas 

Esto causo que Skull tuviera poca resistencia, y que por lo tanto incluso cuando solo había bebido una lata de cerveza, el adolescente ya tenía el rostro rojo y comenzó a balbucear tonterías. 

En ese momento Ricardo estaba borracho y audaz. La noche era joven y tenía a su belleza soñada justo al alcance de sus manos.  

Así que, sin pensarlo mucho, aun con la cabeza mareada por el alcohol. Ricardo se inclinó hacia Skull y le dio un beso en los labios y luego, lo empujo hacia abajo.  

Era un poco gracioso, como a pesar de estar sumamente borracho ese día, Ricardo podía recordar vívidamente lo que paso después.  

Él recuerda, desnudar a Skull. Sus movimientos eran casi desesperados mientras arrancaba la ropa del cuerpo deseado.  

Skull se agito en su agarre, sus ojos estaban confundidos y mareados, sin procesar lo que pasaba.  

Cuando Ricardo desnudo a Skull, empezó a tocar en todas partes. Como un hombre desesperado que por fin encontraba agua en el desierto, acarició todo rastro de piel pálida que estuvo a su alcance.  

Froto, acarició y pellizcó, hasta que Skull comenzó a sollozar asustado por lo que estaba pasando, pero sin defenderse o tratar de apartarlo.  

Ricardo actuó como un hombre poseído mientras separaba esas piernas esbeltas y se adentró en ese agujero cálido sin mucha preparación de antemano.  

A partir de allí, Ricardo embistió ese cuerpo flexible con dureza y rapidez, dejando a Skull desorientado y sollozante.  

Los pedidos de Skull para que fuera más lento, junto a sus gemidos se mezclaron, lo que fue demasiado excitante para él y terminó embistiendo más ferozmente ese trasero apretado.  

Toda la situación fue increíble, el cuerpo suave y flexible se arqueaba cada vez que Ricardo lo embestía. El rostro de Skull se puso sonrojado por el alcohol y la vergüenza. Y las finas lagrimas que caían por su rostro eran como pequeños diamantes que hacían que la situación libertina, fuera algo más pura. 

Ricardo movió sus caderas desesperadamente, hasta que finalmente se corrió dentro del trasero de Skull con una fuerte embestida. En ese momento su borrachera se desvaneció un poco.  

Ricardo tenía la respiración agitada, y sus manos estaban al lado de la cabeza de Skull encerrando al hombre más joven debajo de él. Skull se había desmayado.  

El cuerpo de Skull estaba manchado de marcas rojas por las mordidas y besos que Ricardo había dejado en su piel. Y un líquido blanco se derramaba por el interior de los muslos del joven. 

La vista de lo que había hecho, éxito y avergonzó a Ricardo. 

El conocimiento de lo que hizo, junto a la vergüenza por forzarse sobre alguien, hizo que Ricardo se vistiera espantado y abandonara rápidamente el lugar, dejando a Skull solo y desnudo en ese callejón.  

Ricardo sabía que había huido como un cobarde, pero si se hubiera quedado, no estaba seguro de haber podido detenerse así mismo. 

Él jamás supo que es lo que le pasó a Skull después.  

Y después de eso. El contactó de Ricardo con Skull, se cortó  

  

  

  

Cuando la entrevista terminó y la vista de Skull desapareció de la televisión. Ricardo apagó la televisión.  

Sentía melancolía, así como deseo y arrepentimiento. Siempre se preguntó qué hubiera pasado, si no hubiera huido después de esa noche.  

Era una lástima que no pudiera regresar al pasado.  

Ricardo hecho su cabeza para atrás en el respaldar del sofá y cerró los ojos, repasando la apariencia de Skull en su mente y memorizando todos los detalles. Su mano lentamente desabrochó la hebilla de su cinturón. 

Se encargaría de recordar esa apariencia para más tarde y en todos los momentos. En que Ricardo tuviera que pasar otra noche solitaria. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Si les gusto o tienen una opinion, son bienvenidos en dejar un comentario. Pero sean corteces porfavor. :3

.... ¿Estarían interesados en ver la perspectiva de Skull sobre los eventos?


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