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Mi alma, mi decisión por Sora Hatake

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—¿Es una broma? —Obito frunció el ceño.

—No, es muy en serio —habló firmemente Kakashi.

—Escúchame bien: Yo prefiero perder mis alas antes que trabajar junto a un demonio —lo señaló Obito.

—No te estaría proponiendo esto si en verdad no necesitara tu ayuda. Nos estamos enfrentando a algo que quizá salga de mis manos. Lo único que quiero es proteger a Naruto, ¿o acaso no te importa él?

—¿Protegerlo? ¿Tú? —Obito soltó una risa burlona —No bromees. ¿De qué sirve protegerlo si al final vas a arrástralo al infierno?

Kakashi se quedo callado, tenía razón en eso.

—Mi deber es hacer que Naruto ascienda al cielo, y si algún demonio interfiere me encargaré de erradicarlo, eso también te incluye—dijo Obito para abrir sus alas. —Si en verdad quieres protegerlo, aléjate de él.

—Me alejaré solo si Naruto me lo pide —contestó Kakashi para darse la vuelta. —Pero mientras eso no suceda, me quedaré a su lado.

Obito vio como el demonio caminaba hacia el rubio, luego ambos se fueron juntos a casa. Tenía que descubrirlo, debía haber una forma de conocer el nombre completo de Kakashi.

—¿Qué vamos a comer? —preguntó Kakashi acercándose a Naruto que estaba concentrado frente a su computadora.

—No creo poder preparar nada hoy, debo enviarle el trabajo al profesor Orochimaru —contestó Naruto. —El profesor Jiraiya me dio un par de días y él solo unas horas, es tan injusto. Y ni siquiera tengo el numero de Sasuke para llamarlo y decirle que me ayude.

—Que mal—Kakashi bajo la mirada.

—Pero mi juego ya esta cerca, y si todo sale bien ese día vamos a comer algo muy rico —dijo Naruto girándose a verlo.

—¿En serio? —Los ojos de Kakashi brillaron de emoción. —Ya quiero que llegue el día entonces.

—Yo también—Naruto regreso a su tarea. —Además, después de eso será mi cumpleaños. Si me consigues a mi amigo antes de la fecha, también comprare comida rica.

—No puedo prometerte nada —respondió con sinceridad el demonio. Primero debía asegurarse de que siguiera vivo después de su cumpleaños y después regresaría a su tarea principal de conseguirle un amigo.

—Bueno, ya veremos que haremos ese día.

—¿Yo estoy invitado a tu fiesta de cumpleaños, Naruto? —preguntó Sai entrando a la habitación.

—Por supuesto que si Sai. Probablemente solo lo festejemos nosotros tres —dijo Naruto. Celebrarlo con un demonio y un fantasma no era el mejor plan, pero era mejor a hacerlo solo.

—Debo pensar en un regalo entonces —Sai llevo su mano a su barbilla.

—Yo tengo algo que darte ahora mismo Naruto —Kakashi se puso a su lado.

—¿Un regalo? —preguntó el rubio emocionado volteándose hacia el demonio.

—Eh…no—Kakashi saco el pequeño frasco con liquido negro para entregárselo a Naruto.

—¿Y esto qué es? —Naruto lo vio confundido.

—Sangre de demonio —dijo Kakashi provocando que Naruto gritara asustado y soltara el frasco. —¡No! —Kakashi se movió rápido para sujetarlo antes de que tocara el suelo.

—¿Por qué me das algo así? Se ve horrible —Las manos de Naruto temblaban.

—Es para emergencias —contestó Kakashi. —Te puse unas instrucciones de uso. Últimamente las cosas están algo peligrosas, así que, si tienes un problema y por alguna razón yo no puedo ayudarte, usa esto.

—Es un regalo extraño, pero gracias, supongo —Naruto tomo de nuevo el frasco, esperaba no usarlo.

—No es lo único. Yo no suelo hacer esto, pero dadas las circunstancias no tengo otra opción —Kakashi respiro hondo y vio a los ojos del rubio que estaba confundido. Poco a poco fue acercándose a su rostro. Las mejillas de Naruto se pusieron rojas al tenerlo tan cerca.

Sai ladeo la cabeza extrañado, ¿qué estaba ocurriendo exactamente entre esos dos?

Los ojos de Naruto se abrieron de golpe tras el murmuró que Kakashi soltó en su oído.

Kakashi se apartó —Bien, ya que no hay comida yo me voy, nos vemos mañana —se despidió antes de desaparecer.

Naruto bajo la mirada al frasco de sangre.

—¿Qué te dijo? —preguntó Sai curioso.

—Que me daba lo más importante que tiene un demonio.

—¿Su sangre?

El rubio negó con la cabeza y levantó la vista para ver a Sai. —Su nombre.

Kakashi apareció en el infierno, esta vez fue directo a su hogar, la puerta estaba abierta ya. Entro para ver a su alrededor.

—¿Cómo entraste? —pregunto observando la figura sentada en su cama.

—Dejaste la llave debajo del tapete, eres muy obvio —contestó Yamato.

—¿En serio lo es? —Kakashi rasco su cabeza.

—Kakashi, eres el único que tiene un tapete, ¿de dónde lo sacaste?

—Se lo robe a alguien en la tierra —Kakashi se acercó al castaño para sentarse a su lado.

—¿Descubriste algo nuevo? —preguntó Yamato.

—Los asesina a los 20 años, es un demonio —contestó Kakashi. —¿Sabes si edad significa algo?

Yamato se quedó pensativo un momento —20 años no, pero a los 21 es el promedio en que las almas tipo B y C comienzan a pecar, pero asesina almas tipo A así que no tendría sentido.

—Lo mismo pensé…debe haber algo más entonces —dijo Kakashi cruzándose de brazos. —También me enteré que asesino a un ángel, probablemente porque evito que lastimará a su humano.

—Te estas enfrentando a un demonio de alto rango —comentó Yamato. —Ellos son los únicos que saben cómo terminar con los Ángeles.

—Bueno, Hidan me dijo que mato uno la otra vez.

—Pues un demonio de alto rango se lo debió contárselo.

—Tendré que averiguar quien fue para saber si encaja como sospechoso…—Kakashi se quedó pensativo.

—¿No crees que estás haciendo demasiado por esa alma? —Yamato arqueo una ceja. —Sé que es tu alma número 100 y es una tipo A, pero, ¿no sería más fácil concentrarte en conseguirle su amigo para cumplir el trato y que ya no sea problema tuyo si lo matan o no?

—Eso no es tan fácil como parece —Kakashi negó con la cabeza.

—Lo dices como si fueras un inexperto, sin embargo, ya has logrado exitosamente otros 99 tratos, ¿qué es distinto en este?

—Ninguno de los 99 contratos me pidió lo que Naruto, la mayoría eran personas ambiciosas que querían dinero o fama y Naruto…él, es distinto. “El señor” pareciera que lo trata como saco de box solo para que pueda ir al cielo, eso se me hace injusto.

—No estás ahí para evitar que “el señor” lo golpee, estas ahí para comerte su alma, ¿ya lo olvidaste?

—No, no lo he olvidado, pero… —Kakashi se levantó para dar unos pasos.

—Pero—indicó Yamato para que siguiera.

—Pero…—Kakashi extendió su pausa—él no pertenece aquí, así que me gustaría hacerlo feliz antes de arrastrarlo al infierno.

—¿No crees que eso es un poco cruel? —cuestionó el castaño viendo la espalda de su compañero.

—Tal vez, pero al menos Naruto conocerá la felicidad antes de caer a las sombras —la voz del demonio sonaba apagada, cosa que llamo la atención de Yamato.

—¿Acaso esto tiene algo que ver con tu vida humana? —indagó levantándose para acercarse a Kakashi quien solo asintió sin girarse. Yamato lo medio un momento y puso su mano sobre el hombro de su compañero. —Tal vez no sea lo correcto, pero dale esa felicidad de Naruto, quizá hasta puedas conocerla tú también.

.

.

.

 

Naruto veía al techo, reviso su celular, era más de media noche y no podía dormir.

—Sai, ¿sigues despierto?

—Si.

—¿Te puedo contar algo? Pero es secreto, no puedes decírselo a nadie.

—Bueno, tampoco es como que hable con muchas personas —indicó el fantasma recostado a su lado.

Naruto se giro a verlo. —Yo… no se que me pasa. Kakashi es un demonio…

—Sí, ya sabía eso —contestó Sai.

—Pero él…no se que hace que me pone nervioso.

—¿Nervioso en qué sentido? —cuestionó Sai.

—Mi estomago se revuelve, mis cachetes se ponen rojos y creo que lo veo guapo —respondió Naruto.

—Pues lo es, supongo que tiene que ver con que sea un demonio, ya sabes, deben hacer que caigas en tentación de alguna forma —señaló Sai.

—A lo que me refiero es que…—Naruto soltó un suspiro. —Creo que me gusta. Y se que puede parecer una tontería porque hace solo un par de días que lo conozco, y aparte es un demonio.

—Quizá has pasado tanto tiempo solo que te estas encariñando demasiado con la primera persona que te presta atención —dijo Sai.

—No lo había pensado así… puede que tengas razón.

—Solo digo—Sai encogió sus hombros.

—Pero es un demonio, ¿Cómo puede gustarme un demonio? —preguntó Naruto. —Solo es estúpidamente lindo, protector y amable conmigo.

—Olvida lo que dije hace rato, creo que si te gusta —señaló Sai.

—No le digas que te dije esto.

—No lo haré.

—Prométemelo —insistió Naruto.

—Te lo juro por mi vida —Sai analizo lo que dijo. —Solo te lo prometo.

—Si, con eso es suficiente. Ya que lo solté creo que puedo dormir.

—Que descanses —dijo Sai para acomodarse

—Gracias Sai. Aunque seas un fantasma, me gusta saber que cuento contigo para charlar. De haber sabido antes, hubiera abierto el armario para sacarte de ahí todas esas veces que lo golpeaste.

—Ya para que me harás llorar —contestó Sai.

Naruto soltó una risa. —Buenas noches.

.

.

.

Kurenai caminaba por los pasillos de la escuela. Usualmente no salía de la biblioteca, pero uno de los profesores le pidió un par de libros y no pudo negarse a llevárselos.

Iba de regreso a su lugar de trabajo cuando un aroma fuerte llego a su nariz. Olía a azufre, así que cubrió su nariz, este olor era más fuerte que el emitido por Kakashi u otros demonios con los que se hubiera cruzado antes.

Estaba a punto de irse corriendo cuando la esencia cambio; Ahora inhalaba un aroma dulce y agradable. Olía bien, muy bien. Su cuerpo comenzó a moverse solo, siguiendo aquel olor.

Afuera era un día soleado, y ella caminaba directamente al exterior.

Aquello era peligroso; No solo se expondría al ardiente sol que la quemaría, también dejaría ver su secreto, pero en ese momento no era consciente del inminente peligro. Sus piernas se movían guiadas por su olfato.

Estaba en la puerta, a dos pasos de que los rayos del sol la golpearan.

—Kurenai —escucho que alguien la llamada.

—Asuma —murmuró estirando la mano al exterior. Ese olor dulce, ¿era él?

—¡Kurenai! —Kakashi la sujeto del brazo deteniéndola a escasos centímetros del sol.

El olor de azufre que el demonio emitía la saco del trance. Sacudió su cabeza, ¿qué estaba haciendo?

—¿Estas bien? —preguntó Kakashi viendo su rostro confundido.

—Esta allá, el demonio…—dijo señalando al exterior.

Kakashi la soltó para ir sin dudar. Vio a todos lados, ¿Quién? ¿Quién era el asesino? Vio todos los rostros a su alrededor, nadie se veía extraño, tampoco había alguien que intentará huir o salir de ahí.

Apretó los puños por la frustración, estaba tan cerca y a la vez tan lejos. Regreso al lado de la vampira.

—Creo saber algo más de este demonio.

—¿Qué?

—Es un asesino, no solo de humanos, sino también de ángeles.

—¿Eso es posible? ¿Se puede matar a los ángeles? —cuestionó Kurenai.

—Si, pero solo conozco a un demonio que sabe hacerlo.

—Entonces es él, vamos a atraparlo.

Kakashi negó con la cabeza. —No creo que Hidan sea el asesino, es alguien más, un demonio de alto rango; pero, creo que Hidan podría guiarnos a él.

—¿Y dónde está? —preguntó Kurenai.

—Por allá —Kakashi señaló al campo de béisbol donde estaba Suigetsu practicando.

—Vamos —habló decidida la mujer.

—Pero, y el sol —señaló Kakashi.

—Dame un momento —Kurenai fue corriendo a la biblioteca.

Kakashi se quedó esperando. El demonio ya se había encargado del ángel de Sasuke y ahora intento atacar a Kurenai, definitivamente se había dado cuenta ya de que lo estaban cazando, Tenían que atraparlo cuanto antes.

—Interroguemos a ese demonio —dijo Kurenai usando unos lentes de sol y una sombrilla.

Kakashi asintió y ambos se dirigieron al campo. Hidan esperaba afuera de la red, cargando las cosas de su contratista.

—Oye Hidan—lo llamó Kakashi atrayendo su atención. —¿Podemos hablar?

—Pues no tengo nada mejor que hacer —el demonio se acercó a ellos. —¿Y tú amiga quién es? Tiene lindos ojos —Hidan sonrió mostrando sus colmillos.

—Alguien que no tiene ningún interés en ti —contestó Kurenai.

—Escucha Hidan, necesito que me digas quien fue el que te dijo como matar ángeles —habló Kakashi.

—No sé si pueda decirte eso —Hidan llevo sus manos tras su espalda despreocupado.

—¿Por qué no?

—Se dice el pecado, no el pecador.

—Vamos, mi alma numero 100 está en juego —dijo Kakashi juntando sus manos en forma de súplica.

—Te lo digo, pero entonces tú me debes un favor, ¿qué dices? —Hidan extendió su mano.

Kakashi soltó un suspiro para tomarla —Está bien.

—Es un trato entonces —Hidan sonrió. —Me lo dijo el señor Mammon.

—¿Mammon? —repitió Kurenai confundida.

—El demonio de la avaricia —mencionó Kakashi.

—Creo que en este mundo usa el nombre de “Kakuzu” —añadió Hidan.

Kurenai abrió los ojos con sorpresa—Maldición, si es él, no podríamos hacerle nada.

—¿Por qué no? ¿Lo conoces? —cuestionó Kakashi girándose a verla.

—Kakuzu es el empresario más rico del país, y el tercero más rico en el mundo—explicó la mujer.

—De hecho, me dijo que ahora estaba en el segundo lugar —aclaró Hidan.

—¿Por qué él te ayudo? —preguntó Kakashi.

—Le hice un par de favores—Hidan se encogió en hombros. —El señor Mammon es muy codicioso, dijo que los demonios de la lujuria ya no le satisfacen así que buscaba algo más rudo.

—Ya entendí, no digas más —lo detuvo Kakashi levantando su mano.

—Ahora me toca a mí preguntar, ¿por qué tanto interés en él? —Hidan movía su cabeza para ver a ambos.

—Creo que hay un demonio de alto rango asesinando y va tras mi contratista —contestó Kakashi.

Kurenai le dio un leve golpe en el brazo. —¿Podemos confiar en él?

—Descuida, Hidan está concentrado en lo suyo.

—Un demonio de alto rango asesinando humanos —Hidan se quedó pensativo.

—¿Sabes algo de eso? —indagó esta vez Kurenai.

—No sé quién es, pero el señor Mammon si lo menciono en uno de nuestros encuentros. Dijo que él no era el único capital aquí, que otro de los suyos rondaba la tierra buscando diversión —contó Hidan.

—Así que otro de los suyos, eso nos reduce sospechosos —mencionó Kakashi girándose a ver a Kurenai.

—¡Hidan, mis cosas! —gritó Suigetsu.

—Ya debo irme, nos vemos luego —se despidió Hidan antes de correr hacia el chico.

—¿No deberías estar también con tu contratista? —preguntó Kurenai viendo a Hidan acerándose al chico.

—Se quedó haciendo un trabajo con Sasuke, está bien —dijo Kakashi.

—Yo lo dudaría, no olvides que ese demonio está aquí ahora —señalo Kurenai. —Ya fue una vez por Sasuke, ¿qué te asegura que no ira de nuevo? Si Naruto y Sasuke están juntos, podría matar dos pájaros de un tiro.

—Maldición —Kakashi fue rápido hacia el edificio.

Naruto y Sasuke estaban en la sala de computo. La mayoría de estudiantes estaban en clase, así que el salón se encontraba vacío.

—Listo, creo que ahora si quedo bien —habló Naruto para apartarse un poco de la computadora y estirarse.

—Eso espero, porque es la tercera vez que lo corregimos y el profesor sigue encontrando errores —se quejó Sasuke.

—Y lo pudimos terminar antes de su clase, incluso tenemos una hora libre, ¿quieres ir a comer? —el rubio se giró hacia el azabache.

—No, debo ir a entrenar —contestó Sasuke.

—No sabía que también estabas en un equipo, ¿qué deporte practicas? —preguntó Naruto.

—Tiro con arco —respondió Sasuke.

—Wow, eso es genial.

—Así que ya debo irme —dijo Sasuke para levantarse; Al hacerlo todas las máquinas de la sala se apagaron al igual que las luces.

—¿Eh? ¿Qué paso? —Naruto vio a su alrededor.

—Por favor, dime que guardaste el trabajo —Sasuke se giró al rubio.

—Creo que si —Naruto sonrió nervioso.

—¿Ocurre algo? —preguntó alguien a espaldas del azabache quien se sobresaltó, ni siquiera escucho en que momento entro, ni mucho menos que se acercara a él.

Kakashi iba subiendo las escaleras tan rápido como podía, vio de reojo como alguien jalaba a un estudiante a un salón y cerraba la puerta de golpe así que se detuvo.

—¡No, déjeme! —gritaba mientras se escuchaban golpes tras la puerta.

El demonio se fue acercando al salón para detenerse al quedar frente a la puerta.

Los golpes se hacían más fuertes y se escuchaban cosas cayendo al piso.

—¡Basta! ¡Déjeme ir! ¡Ella me está esperando!

Tras escuchar eso abrió la puerta de golpe, todo estaba en orden. Vio a su alrededor hasta que escucho golpes venir del interior de un mueble.

Kakashi mordió su dedo para dibujar un símbolo en el mueble usando su sangre. — Domine tenebrarum, dimitte hanc animam a tormento suo.

Un fantasma azabache abrió las puertas del mueble para finalmente salir. —Debo irme.

—¿A dónde? —preguntó Kakashi.

—Con…con —el fantasma se quedó pensando. —Ella, ella me espera.

—¿Quién?

El fantasma llevo su mano a su cabeza con frustración. —No puedo recordarlo, pero...ella siempre dice que huelo bien, así que me espera para ir a casa juntos.

Kakashi soltó un suspiro y bajo la cabeza. —¿Puedes recordar tu nombre?

—Asuma…creo que me llamo Asuma.

—¿Y sabes que te paso Asuma?

—Yo…termine de mi entrenamiento e iba a casa, pero olvide algo, le dije que me esperara, ella dijo que me acompañaba a buscarlo, y yo le dije que no… cuando iba hacia la salida alguien me llamo—el fantasma apretaba sus ojos, estaba haciendo su máximo esfuerzo por recordar.

—¿Quién fue?

—Él…era—Asuma sacudió su cabeza. —Estaba aquí, y no había luz… quise correr, pero me jalo… era

—¿Quién? ¿Quién? —Kakashi lo sujeto de los hombros, pudo sentir la desesperación y miedo de Asuma.

—¡No lo recuerdo! —exclamó el fantasma frustrado, Kakashi lo soltó. ­—Ya debo irme, en la sombra, ella me esta esperando. —Asuma iba a avanzar, pero el demonio lo sujeto del brazo.

— Requiesce animam tuam donec invenias lucem, habe aliquam pacem. —dijo Kakashi haciendo que el fantasma se quedará dormido. Lo acomodo con cuidado de nuevo en el mueble para salir del salón y seguir su camino hasta detenerse en la entrada del salón.

—Por favor profesor, denos más tiempo, le juro que ya lo teníamos listo —decía Naruto.

—Bien, haré una excepción solo en esta ocasión porque la luz se fue sin ningún motivo —contestó Orochimaru. —Lo quiero para el viernes.

—¿Este viernes? —repitió Naruto. —¿No puede ser el otro viernes?

—No, debe ser este.

—Pero este viernes es mi partido, y debo entrenar más que nunca, será la primera vez que entre a jugar—lloriqueaba el rubio mientras Sasuke lo veía con desagrado.

—Este viernes lo tendrá profesor —dijo finalmente el azabache.

—Eso espero —Orochimaru fue hacia la salida, al cruzar la puerta junto a Kakashi la luz pareció regresar al salón.

—Estoy sintiendo escalofríos —soltó Naruto.

—No seas dramático, mejor revisa si se guardó el trabajo —indicó Sasuke.

—¿Todo bien? —preguntó Kakashi acercándose a los chicos.

—No, si ese documento no se guardó estoy muerto —decía Naruto apretando desesperadamente el botón del mouse. —Ya tengo el trabajo del profesor Jiraiya encima, no puedo tener otro más.

—Ya deja de llorar, si no se guardó yo lo termino —habló Sasuke.

—¿En serio harías eso por mí? —los ojos de Naruto brillaron cuando Sasuke asintió. —¡Muchas gracias Sasuke! —el rubio saltó a abrazarlo.

—No me toques —Sasuke lo aparto de mala gana.

—Así podré estar concentrando totalmente en mi juego —hablaba Naruto entusiasmado—Estoy muy emocionado, ¿en serio no quieres que vayamos por algo de comer? Yo invito.

—No, ya te dije que tengo cosas que hacer —contestó Sasuke para tomar sus cosas. —Los veo luego.

—Será en otra ocasión entonces —comentó Naruto viéndolo irse.

—Yo si quiero comer —dijo Kakashi.

—¡Pues vamos entonces! —Naruto tomo su mochila y la mano del demonio. —Comamos algo rico.

El demonio puso sus ojos rojos en el rubio que iba sonriente.  A diferencia de los fantasmas, tocar a Naruto se sentía agradable.

Naruto merecía definitivamente su felicidad, ¿y él? ¿Realmente merecía el alma de Naruto?


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