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Mi alma, mi decisión por Sora Hatake

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—Aun sabiendo que no soy humano, ¿te atreves a amenazarme de esta inútil forma? —cuestionó Kakashi tomando las tijeras por la punta, quitándolas del agarre de Sasuke para aplastarlas sin sufrir daño alguno y lanzarlas a algún lado del salón. Tras hacerlo chasqueo los dedos haciendo que las luces del lugar se encendieran.

—Y bien, después de tus estúpidos trucos de magia, ¿ya me dirás que eres? —insistió el azabache.

—Esa respuesta la sabes bien, ¿no es así? Solo estas preguntando para corroborar tu información —habló Kakashi dejando de lado su actitud relajada para ponerse serio. — ¿Qué crees que soy, Sasuke?

—Un demonio —contestó sin rodeos.

Kakashi sonrió dejando sobresalir sus colmillos —Una mejor pregunta es, ¿cómo sabes que lo soy?

—Desde siempre he tenido la peculiar habilidad de ver entes paranormales, como lo eres tú.

—Entiendo, ¿entonces a qué se debe tu amenaza?

—Mi hermano mayor desapareció hace años; durante todo este tiempo he buscado cualquier indicio para saber si él sigue vivo o…al menos encontrar su fantasma para ayudarlo a cruzar la luz —explicó Sasuke. Kakashi lo veía de forma desinteresada. —Y tú me vas a ayudar a encontrarlo.

—Tú historia es muy triste, pero si necesitas que un demonio te ayude, ve a hacer un contrato con alguien más —hablaba Kakashi mientras caminaba hacia la puerta.

—¿Por qué no tú? Ya que estas aquí—Sasuke se atravesó en su camino impidiéndole el paso a la salida.

—Porque yo ya tengo un contratista, si te ayudo no obtendré nada a cambio. Además, si puedes ver demonios, ya deberías saber que no soy el único aquí, no entiendo porque no fuiste a amenazar a alguien más.

—Eres quien luce menos aterrador —dijo Sasuke para apartarse de la puerta.

—¿Qué? ¿Me estás diciendo que el idiota de Hidan luce más aterrador que yo? —cuestionó Kakashi indignado.

Sasuke solo encogió sus hombros. —Ya que estas con Naruto, simplemente deduje que debías ser igual de idiota que él.

—Ni Naruto ni yo somos idiotas —aclaró Kakashi apretando sus puños. —Como sea, si me disculpas debo regresar a lo que estaba.

—Ah, sí, siendo el esclavito de Naruto —dijo Sasuke con un leve tono de superioridad.

—No soy su esclavito—Kakashi salió indignado del salón para ir al que el rubio le había indicado para entrar atrayendo la atención del profesor que revisaba algunos documentos. —Naruto me envió a dejar esto.

—La gente suele tocar y preguntar si se puede pasar antes de entrar a algún lugar —dijo Orochimaru estirando su mano.

—Oh…lo siento —se disculpó Kakashi para acercarse a entregarle el folder.

—¿Cuál es tu nombre jovencito? —preguntó el profesor para revisar el trabajo.

—Kakashi.

—Kakashi, te he visto estos últimos días vagando por la escuela, pero estoy seguro de que no eres un estudiante.

El demonio negó con la cabeza. —Soy…oyente —dijo recordando la palabra que Naruto uso con Jiraiya.

—¿Y no te gustaría estudiar?

Kakashi se quedó pensando su respuesta, él era quien preguntaba a los otros que querían o deseaban, era la primera vez que alguien le preguntaba a él. “Estudiar” era algo que los humanos hacían, o al menos eso había observado en todos esos años que había hecho contratos, pero era algo que él no hizo cuando fue humano, y ahora como demonio no es como que lo necesitará hacer. —No…

—Está bien, no importa —dijo Orochimaru de forma compresiva al ver que por lo visto movió algo en el interior del joven frente a él. Kakashi fue hacia la puerta para salir. —Solo espero que puedas seguir acompañando a Naruto, he visto que estos días has estado a su lado, me alegra que al fin alguien le haga compañía. La soledad no es buena, para nadie.

—Aquí me tendrá un largo tiempo —contestó Kakashi con un leve tono de fastidio, ya que por lo visto tardaría más de lo que pensaba en darle su amigo a Naruto.

Cuando cerró la puerta tras de sí se quedó pensando, a Naruto parecía no agradarle ese profesor, y Orochimaru parecía preocuparse un poquito por él, que curiosos eran los humanos.

Comenzó a caminar de regreso cuando Sasuke lo jalo bruscamente de regreso al salón.

—¿Y bien? ¿Me ayudaras? No sé qué se le ofrece a un demonio, pero te daré lo que quieras, solo ayúdame a encontrar a mi hermano. Vivo o muerto, no me importa, solo quiero encontrarlo —esta vez había bajado su tono arrogante, casi sonaba como una súplica.

Un foco pareció brillar sobre la cabeza del demonio. —Bien, te ayudo, y a cambio tú debes hacerte amigo de Naruto.

—Sabes que, olvídalo, creo que puedo seguir con mi búsqueda solo —dijo Sasuke para soltarlo y ahora dirigirse a la salida. —Solo fue un pequeño momento de debilidad, pero no tanta como para hacerme amigo de ese idiota.

Kakashi apretó los puños y esta vez fue él tras el azabache. —Escucha, no sé qué tienen todos que parecen evitar a Naruto, pero nadie me dice porque demonios lo hacen, y no, estoy muy seguro de que no es porque sea un “idiota”.

Sasuke detuvo su andar para girarse a verlo. —Así que nadie te lo ha dicho.

—No, nadie.

—Todos evitan a Naruto porque está maldito —soltó Sasuke.

—Por supuesto que no, yo sé bien cuando alguien esta maldito y te puedo asegurar que Naruto no lo está —replicó Kakashi seguro de sus palabras.

Un castaño tras de ellos se detuvo al escuchar aquella discusión. —Lo está, todos aquí lo saben bien. Te he visto cerca de él, será mejor que te alejes antes de que la maldición te alcance—advirtió antes de seguir su camino.

—¿Y ese quien se cree? —cuestionó Kakashi.

—Ese es Shikamaru, era amigo de Naruto hasta que la maldición le llego —explicó Sasuke. —Regresaban juntos de una fiesta en el auto de Shikamaru, un coche los golpeo, Naruto salió ileso, Shikamaru estuvo internado un mes en el hospital; perdió un campeonato mundial de ajedrez por eso y no ha tenido oportunidad de competir de nuevo desde entonces, siempre queda en octavos de final.  

—Pero…eso no pudo haber sido culpa de Naruto —contestó Kakashi,

Sasuke se acercó a las ventanas de edificio, Kakashi fue tras él.

—¿Ves al gordito de allá? —señaló a un chico que comía cerca de las jardineras, Kakashi asintió. —Se llama Chouji, otro de los que eran sus amigos, hasta que un día, saliendo a comer juntos fueron asaltados, Chouji recibió 4 puñaladas, una casi le perfora el estómago, Naruto solo recibió un corte superficial.

—Eso tampoco podría ser culpa de Naruto…

—Kiba—Sasuke señaló a otro castaño que estaba sentado en el campo viendo a sus compañeros jugar. —Eran muy unidos porque jugaban juntos, hasta que en una fiesta donde acompaño a Naruto tropezó por las escaleras, se lesiono la rodilla y se olvidó de los deportes. Y podría seguir así con los pocos amigos que tenía. Puedes decir que no fue culpa de Naruto, pero son demasiadas coincidencias de personas que lo rodean —dijo el azabache. —Cualquier persona que se acerque a él caerá ante la maldición y esta le arruinará la vida.

—¿Y te da miedo que te arruine la vida? Si ya perdiste a tu hermano, ¿de qué otra forma te la podría arruinar? —preguntó Kakashi de forma provocativa.

—Aún tengo a mis papás —respondió Sasuke. —Y se dice que la maldición de Naruto comenzó justamente con sus padres.

Kakashi observo a través de la ventana cuando escucho la voz de Naruto acercarse junto a Jiraiya.

—Creo que ya debo irme —dijo Kakashi suponiendo que Naruto lo buscaba.

—Entonces, ¿me vas a ayudar a o no? —preguntó una vez Sasuke.

El demonio se giró a verlo, Sasuke era la primera persona que le daba información en ese lugar. —Lo pensaré —contestó para comenzar a caminar.

—Itachi Uchiha—nombró el azabache haciendo que Kakashi se detuviera. —Ese es el nombre de mi hermano.

Kakashi solo asintió para seguir su camino hacia Naruto. Sasuke se mantuvo observando por la ventana para sonreír, claramente no le iba a contar que cuando se acercó a Hidan quien lo lanzó contra pared y lo golpeo hasta que se cansó, y aunque temía que él reaccionara igual, se alegró de que no fuera así.

—Oh, ahí estás —mencionó Naruto para señalarlo. —Tardaste demasiado, ¿otra vez estabas jugando a los caza fantasmas?

—Algo así, encontré a alguien con quien jugar —respondió Kakashi de forma vaga.

—Gracias de todas formas profesor Jiraiya —agradeció el chico girándose hacia el mayor.

—No es nada Naruto, sabes que siempre puedes contar conmigo para cualquier cosa que necesites —dijo Jiraiya para despeinarlo.

Naruto soltó una risa. —Lo sé.

—Nos vemos chicos —se despidió el docente para seguir su camino hacia su oficina.  

—Vamos a casa —dijo Naruto. —¿Hoy si me ayudaras con mi tarea?

—Yo…—Kakashi estaba a punto de negarse para recordar las palabras dichas por Orochimaru, y después de saber que sus amigos lo fueron abandonando uno por uno sin ser su culpa, se sentía mal por él. —Si, si puedo ayudarte hoy.

—Pues vamos —habló Naruto con emoción sujetándolo de la mano para llevarlo hacia su hogar. —¡Regresamos! —exclamó entrando al lugar para lanzar su mochila a un lado. —Deja comer y te digo que tengo de tarea.

—Está bien —Kakashi camino por la casa para esperar.

—¿Qué tal tú día? —preguntó Sai acercándose a Naruto.

—No estuvo tan mal, el entrenador me dijo que tal vez esta vez sí podría entrar al juego que se aproxima, lo cual es genial porque es la primera vez que lo hago en todo el año que llevo en el equipo —contaba Naruto mientras sacaba su comida.

El demonio se acercó a las fotos que tenía, eran fotos familiares y en todas podía apreciar la enorme sonrisa de Naruto y la pelirroja que deducía era su madre. No había fotos con amigos o alguien más, solo era fotos de aquella familia conformada por tres personas. Sasuke dijo que la maldición comenzó con sus padres, así que sentía cierta curiosidad por saber cómo fue que inicio, y mientras el expediente aparecía, debería averiguarlo por su propia cuenta.

—Oye Naruto —lo llamó mientras caminaba al comedor.

—¿Qué pasa? —el rubio se giro a verlo mientras comenzaba a comer.

—¿Y tú no trabajas o algo así?

—No, por ahora, lo haré cuando termine mi universidad —respondió Naruto.

— ¿Y de dónde sacas el dinero para mantenerte entonces?

La expresión de Naruto cambio, ahora se veía desanimado. —Bueno… es por… un seguro de vida.

—¿Eso qué es? —preguntó Sai que ahora también estaba interesado.

—Digamos que es algo así como dinero que se le da a la familia cuando alguien de esta fallece—explicó Naruto buscando palabras sencillas para que ambos entendieran.

Kakashi ya sabia a donde se dirigía eso. Naruto había dejado de comer, ahora solo jugaba con los alimentos de su plato.

—Fue hace casi tres años… mis papás y yo estábamos celebrando mi cumpleaños cuando paso, regresábamos en auto cuando algo fallo y bueno… yo estoy aquí. —Naruto hizo una leve pausa para suspirar y apretar los puños. —Mi papá me dijo que esperara al fin de semana, pero yo le insistí en querer celebrarlo ese día…si no lo hubiera hecho, nada de eso hubiera pasado.

Con eso fue suficiente, no hubo necesidad de preguntar más. Sai puso su mano en el hombro de Naruto, y aunque no lo pudiera sentir, el rubio agradeció aquel gesto de apoyo.

Kakashi estaba sentado en el escritorio de Naruto terminando la tarea de latín, se giró a ver al rubio que se había quedado dormido junto a Sai. Le parecía divertido que al inicio hubiera renegado tanto del fantasma y ahora parecían llevarse más que bien.

—La has pasado muy mal, ¿no es así? —murmuró picando la mejilla del rubio que roncaba. —Todos a tu alrededor, e incluso tú te culpas por esas cosas. Vivir en un infierno y luego ir a uno no es tan agradable, te lo digo por experiencia… así que mientras este aquí, al menos haré que tu vida sea buena. —Kakashi se levantó para arropar a Naruto de irse al inframundo.

Yamato revisaba los expedientes, iba de un lado a otro por toda aquella biblioteca de almas.

Kakashi entro de golpe abriendo las puertas de par en par. — Espero que me tengas buenas noticias hoy.

—No, pero descubrí algo que te podría interesar —dijo el castaño para ir hacia él. —He estado revisando expediente por expediente, y descubrí que el de Naruto no es el único que falta, hay alrededor de quinientos expedientes perdidos.

— ¿Eso no es mucho? Pensé que tenías el control de este lugar.

—Bueno, algunos de ellos pudieron perderse incluso antes de que llegara. Sus almas fueron registradas aquí, pero sus expedientes simplemente desaparecieron en algún momento —Yamato le entregó una lista. —Pero eso no es todo, la única información que hay aparte de sus nombres es que todos ellos eran almas tipo A, como Naruto.

Kakashi reviso el listado con los nombres de las almas, pudo ver el nombre de Sai ahí, leyó otro poco hasta encontrar otro nombre que reconocía bien. —Maldición, no puede ser que el también —se quejó para llevar una de sus manos a su cabeza con frustración.

— ¿Reconoces a alguien más? —preguntó Yamato con curiosidad.

—Itachi Uchiha, también quería saber más sobre él, su expediente no es lo único que desapareció, él también lo está en el mundo humano —contestó Kakashi. —Esto no me está gustando.

—A mí tampoco. Que haya tantos expedientes perdidos y nadie lo haya reportado antes es extraño —comentó Yamato llevando la mano a su mentón.

—Bien, investiguemos esto, tú aquí y yo buscaré en el mundo humano —sugirió Kakashi.

— ¿Por qué tanto interés? —cuestionó el castaño.

—Porque mi contratista y un fantasma que conozco están involucrados —respondió Kakashi regresándole la lista. —Ahora, si algo sale mal allá, te llamo, si algo sale mal aquí me llamas.

— ¿Cómo que si algo sale mal? Yo ni siquiera puedo salir de aquí —indicó el castaño viendo confundido a Kakashi.

—Ya te dije que esto no me da buenas vibras, no sé en qué nos estemos involucrando —Kakashi busco en su bolsa para sacar dos frascos. —Llena uno de estos con tu sangre.

Yamato vio el frasco y luego al demonio frente a él para arquear una ceja. —Me estás dando miedo.

—Tú hazlo, de esa forma podré invocarte en el mundo humano; es la única forma de que puedas salir de aquí. Yo te dejaré la mía para que me puedas llamar rápido si tienes problemas —explicó Kakashi.

Yamato fue al mostrador para sacar un cuchillo —Solo no dejes que esto caiga en manos de un vampiro —bromeo mientras se hacía un corte en la muñeca.

Kakashi lo vio atentó, en todo el tiempo que conocía al demonio de un cuerno, era la primera vez que notaba las cicatrices en sus muñecas. —Parece que ya tienes experiencia.

El castaño se aseguró de que la sangre fuera directo al frasco—Un pecado tuve que cometer para llegar aquí, uno que me impidiera llegar al cielo pero que no es considerado demasiado grave como para ser un demonio de verdad.

—Entonces, el pecado que cometiste fue…

—Me quite la vida —dijo Yamato para entregarle el frasco lleno de sangre negra y el cuchillo. — ¿Cuál fue tu pecado?

Kakashi vio fijamente a Yamato y bajo su mirada al cuchillo—Asesine a alguien —respondió mientras cortaba su mano buscando llenar el frasco.

—Pero he escuchado que ese no es un pecado que te impida ir al cielo, si te arrepientes te permiten entrar.

—Yo no me arrepentí —dijo Kakashi para entregarle el frasco con su sangre.

Ambos permanecieron en silencio un momento, pero no era un silencio incomodo, sabían bien que el otro no los juzgaría por sus pecados, en el infierno era difícil confiar en un demonio, por suerte entre ellos existía y por eso no dudaban en compartir secretos íntimos como ese.

—Se como invocarte, por mi lado solo necesito tu sangre, pero para que tú me puedas invocar necesitas algo más —hablaba Kakashi.

—Tú nombre completo —dijo Yamato viendo a su alrededor asegurándose de que no hubiera nadie. Asintió indicándole que se lo podía decir ya que se encontraban solos, o eso era lo que creía.

Kakashi se acercó a su oído para decirle su nombre completo, que a pesar de ser un murmuro fue escuchado por alguien que se ocultaba entre los estantes de la biblioteca.


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