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Mi alma, mi decisión por Sora Hatake

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—Oye, levántate —decía Sasuke dándole leves golpes en las costillas con su pie.

—Vamos Sasuke, no hagas eso, lo acaban de atropellar —Naruto le dio un leve empujón al azabache para apartarlo de Kakashi.

—Solo está de dramático —se defendió Sasuke recordando como cuando lo intento amenazar, Kakashi fácilmente aparto las tijeras sin sufrir ningún daño, y podría jurar que justo ahora tampoco le había pasado nada.

—Estoy en el mundo humano, debo fingir ser uno, y los humanos son débiles —murmuró Kakashi.

—O también puedes fingir estar furioso con un ataque de adrenalina que te haga recuperarte y reclamarle a ese auto —habló Sasuke para girarse y ver como el conductor bajaba asustado.

— ¿Qué demonios te sucede? ¡¿Acaso no viste el semáforo?! —gritaba alguien acercándose para sujetarlo de la ropa.

—Yo…frene pero no se detuvo —respondió el chico al borde del llanto.

—Olvídalo, parece que alguien ya se adelantó—comentó Sasuke.

—Naruto, ¿estás bien? —Jiraiya soltó al conductor para acercarse al rubio.

—Sí, solo…es un rasguño —contestó Naruto que aun temblaba.

—Alguno de ustedes, llame a la policía —indicó Jiraiya viendo a las personas que los rodeaban. —Debes rendir tu declaración Naruto, que esto no quede impune.

—Eh…yo—Naruto lo pensó por un momento, hacer eso implicaba que Kakashi fuera interrogado; los policías preguntarían nombre, edad, y demás datos básicos que el demonio claramente no tenía, quizá lo mandarían al hospital a revisarse y ahí notarían sus cuernos. —No lo veo tan necesario, digo, un error lo comete cualquiera, y yo estoy seguro de que Kankuro no lo hizo de forma intencional, ¿verdad?

—No, no, te juró que el auto no freno —decía el castaño.

—Sí, yo te creo, no pasa nada. Además, yo solo tengo un rasguño, Kakashi fue el que amortiguo el golpe y él también está bien, ¿cierto Kakashi? —Naruto se giró buscando al demonio quien ya no estaba.

—Le dio pena que todos lo vieran y se fue corriendo —dijo Sasuke.

—Lo ve, esta tan bien que puede correr —habló Naruto.

—Mmm está bien —Jiraiya no parecía tan convencido.

—En serio Naruto, perdóname, no me envíes a la cárcel —suplicaba Kankuro tomándolo del brazo.

—Descuida, no haré eso, solo ten más cuidado —contestó Naruto.

Sasuke vio a su alrededor, en el auto parecía ir otro ángel que también lucia molesto, ¿ese era el guardián de Kankuro? Creía que los ángeles eran agradables, pero todos se veían enojados.

— ¿Seguro que estas bien Naruto? ¿Puedes ir solo a casa? —preguntó Jiraiya con preocupación.

—Sí, eso creo—contestó Naruto para sonreírle buscando calmar a su profesor.

—Sasuke, ¿Crees poder acompañarlo? Me preocupa que algo le pase en el camino —sugirió el docente.

—Bien, vamos Naruto —indicó Sasuke para comenzar a caminar.

— ¿Sabes hacia donde fue Kakashi? —preguntó el rubio una vez que se habían apartado un poco.

—Creo tener una idea —respondió el azabache.

 — ¡Baja de una vez cobarde! —gritaba Kakashi mientras le lanzaba piedras a Obito.

— ¿Por qué no mejor tú vienes aquí? Oh, cierto, no puedes porque no tienes alas —soltó en tono burlón el ángel que aterrizo en un poste de luz.

— ¿Qué fue eso? Se supone que tienes un solo trabajo que es cuidar de Naruto y casi lo matan —reclamó Kakashi.

—Eso no lo iba a matar—Obito fue descendiendo poco a poco. —Él solo tendría una fractura leve como una pierna rota o algo así, está en su destino.

—Eso no lo hace mejor —Kakashi negó con la cabeza. —Se iba a lastimar, y él no puede lastimarse, porque si conoces su destino deberías de saber que pronto tiene un evento importante en ese deporte donde golpea una pelota pequeña con un palo y…—algo pareció embonar en la mente del demonio que se giró furioso a ver al ángel. —No me digas que esta es otra de las estúpidas pruebas de “tu señor”.

—Estas alas se ganan a base de sufrimiento y fe, pero claro, es algo que un demonio como tú no comprendería—soltó de forma despectiva Obito viéndolo hacia abajo. —Tú solo sabes pecar sin siquiera arrepentirte, ¿qué vas a saber de sufrir y aun así mantenerte en la senda del señor?

—No hables como si me conocieras —advirtió Kakashi.

—No necesito conocerte, si estas en el infierno es por algo. El alma de Naruto aún tiene salvación, y si el señor dice que esa salvación es a base de sufrimiento, me encargaré de que así sea.

— ¿Ah, sí? Pues no importa cuántos autos me atropellen, yo me asegurare de que Naruto no vuelva a sufrir.

—Claro, no quieres que sufra en la tierra, pero cuando lo arrastres al infierno le cobraras todo, ¿no es así?

—Para eso aún falta mucho, pero mientras Naruto este en la tierra, no dejaré que ni tu ni tu señor lo hagan sufrir —sentenció Kakashi antes de darse la vuelta.

—Te voy a exorcizar Kakashi, ¡y llevaré el alma de Naruto al cielo! —exclamó el ángel. —¡Haré que desaparezcas de cualquier plano existencial!

El demonio solo siguió avanzando, ignorando las amenazas hasta que dejo de oírlas, entonces se detuvo.

Una fuente brisa lo golpeo, derribo aquel gorro que cubría sus cuernos y quedo mal puesto después de ser arrollado. Por un momento fue como si hubiera olvidado que era un demonio.

Incluso si Obito lo haría sufrir, al final Naruto obtendría salvación, ¿y él? ¿Qué le daría? Una vida agradable para luego arrastrarlo a las profundidades del inframundo; Naruto no estaba hecho para ese lugar.

Mordió su labio, era asqueroso, pero más asqueroso sería si no comiera el alma de Naruto. Vivir demasiado tiempo como demonio de bajo rango lo relevaría a ser un repugnante incubo.

A diferencia de Naruto, para él no había marcha atrás, no se podía salvar. O comía esa alma o se convertía en basura.

— ¡Kakashi! —Naruto corría hacia él preocupado. —Maldición, cúbrete, que alguien podría verte —. Lo regañó mientras levantaba el gorro para colocárselo. — ¿Estas bien? ¿Por qué saliste corriendo? ¿No te paso nada?

—Estoy bien, un golpecito como ese ni siquiera lo sentí —respondió evitando ver al rubio.

— ¿Y por qué dejaste que te diera? ¿No era más fácil detenerlo con tu supe fuerza? —cuestionó Sasuke acercándose.

—Tengo que actuar tan humano como pueda, y no sé qué tan humano sería que detuviera el auto con una mano.

—Tampoco fue muy natural que salieras corriendo después de ser arrollado y aun así lo hiciste —replicó Sasuke para ver a su alrededor, ya no podía observar al ángel en ningún lugar.

— ¿Tú que haces aquí? ¿No ya te ibas? —Kakashi busco desviar la conversación.

—El profesor Jiraiya me dijo que acompañara  Naruto a casa, ya que el atropellado de su amigo salió huyendo —respondió Sasuke. —Ese viejo siempre se preocupa demasiado.

—No le digas viejo al profesor Jiraiya, él solo es un profesor muy amable que se preocupa por todos sus alumnos—reclamó Naruto.

— ¿Y eso que tiene que ver con que es viejo? Él y el profesor Orochimaru le dieron clases a mi hermano, deben tener como 100 años o algo así—decía Sasuke.

—Un alma pura y vieja, esas son las más ricas —comentó Kakashi para relamer sus labios.

—No necesitaba saber eso —soltó Sasuke para comenzar a caminar.

—Ni yo —lo siguió Naruto.

—Perdón, olvide que los humanos eran muy sensibles.

Sasuke y Kakashi esperaban afuera de una tienda mientras Naruto hacia sus compras, el azabache se cuestionaba en qué momento se convirtió en el guardaespaldas de aquel rubio idiota.

—Ese ángel que perseguiste…—habló atrayendo la atención del demonio a su lado. — ¿es el ángel de Naruto?

—Sí, ese idiota lo es.

—Es la primera vez que veo un ángel, y no sé porque, se supone que yo también debo tener uno de esos, ¿no? —se giró hacia el demonio esperando una respuesta.

—Quien sabe, tal vez te abandono cuando se enteró que podías ver fantasmas —contestó Kakashi vagamente encogiéndose en hombros.

—Ya supera eso —reprochó Sasuke con fastidio.

—Los ángeles son unos idiotas, se creen superiores así que por lo general están volando demasiado alto como para que puedas verlos.

“Los ángeles son unos idiotas” repitió Sasuke en su mente, de seguro Kakashi solo decía eso porque era un demonio…o tal vez había algo de razón en sus palabras.

—Listo, vamos a casa —dijo Naruto saliendo de la tienda. —Si quieres ya puedes ir a tu casa Sasuke, Kakashi me acompaña a la mía.

—Bien, nos vemos mañana —se despidió el azabache.

—Ve con cuidado —contestó Naruto.

—Tú igual —Sasuke se dio la vuelta y comenzó a caminar.

— ¿Por qué tendrías cuidado? Yo voy contigo, ¿no es eso suficiente? —cuestionó Kakashi.

—Lo dijo por amabilidad, ya quedo más que demostrado eso —aclaró Naruto. —Ahora vamos, que le dijimos a Sai que llegaríamos pronto y ya vamos tarde.

— ¿Crees que siga llorando?

—Espero que no.

Naruto estaba sentado en el sofá viendo su celular, a su lado estaba Sai centrado en la televisión aun. Kakashi estaba en la habitación, haciendo la tarea de Naruto una vez más.

— ¿Por qué hay fuego bajo el mar? —preguntó Sai.

Naruto levanto la vista para ver—Es una caricatura, no le busques sentido.

—Me gustaba, desde niño —soltó el fantasma atrayendo la atención del rubio.

— ¿Lo puedes recordar? —preguntó Naruto con emoción, era raro que Sai recordará algo.

—Sí, yo…veía Bob esponja, pero había alguien más a mi lado —Sai ladeo la cabeza.

— ¿Tus papás? —preguntó Naruto, pero Sai negó con la cabeza. — ¿Tal vez un hermano?

—Tal vez —dijo dudando de sus memorias.

—Termine, al fin—decía Kakashi saliendo de la habitación para entregarle la libreta a Naruto.

Sai se asomó un poco — ¿En serio tu profesor se cree que eso lo hiciste tú?

— ¿Por qué lo dices? ¿Hay algo mal?

—No, pero, la letra del señor demonio se ve bien y la tuya es ilegible —contestó el fantasma.

Kakashi vio el apunte de Naruto y luego su escrito. —Sai tiene razón, a la próxima hare mi letra fea.

—No, no, no le hagas caso, así está bien —Naruto cerro su cuaderno.

—Bueno, pues yo me voy.

— ¡Espera! —lo detuvo antes de que desapareciera.

— ¿Qué pasa ahora?

—Yo, compre algo para ti —Naruto fue corriendo a la cocina para regresar con un bote entre manos. —Esta vez debes comerlo aquí para que no se derrita.

Los ojos rojos de Kakashi brillaron con emoción por un momento, era helado.

—Gracias por salvarme —dijo Naruto mientras se lo extendía.

Ahora sí que se sentía asqueroso, repugnante. Arrastraría al infierno a alguien que le sonreía de esa forma tan amable.

Aun así, comió el helado con emoción porque era la primera vez en toda su existencia que lo hacía.

Naruto vio a los dos entes paranormales en su habitación. No sabía que los demonios disfrutaran tanto de algo tan banal como el helado, o que los fantasmas pudieran llorar, pero esos pequeños detalles de alguna forma lo hacía olvidarse que eran entes paranormales.

.

.

Sasuke y Kakashi estaban de nuevo en el edificio abandonado.

—Aquí es —señaló Kakashi entrando al salón.

— ¿Qué es eso? —preguntó Sasuke viendo el pizarrón.

—Escribí la hora exacta en que escuchamos el grito, porque estoy seguro que se repetirá hoy —contestó Kakashi.

Sasuke reviso su reloj. —Tendría que escucharse, justo ahora.

Un gritó de ayuda se hizo presente, y a pesar de estar acostumbrado a oír las voces agonizantes de los fantasmas, Sasuke se sobresaltó al escucharlo.

—Corre, hay que encontrarlo antes de que desaparezca —Kakashi salió corriendo, dejándose guiar por el sonido.

Sasuke fue tras él. Mientras se acercaba pudo escuchar golpes, como si aquel fantasma luchara contra alguien.

—Quien sea, ¡ayuda!

—Es ahí —indicó Kakashi una pequeña puerta. Se acercó a intentar abrirla pero parecía atascada.

Los golpes se hacían más fuertes— ¿Qué demonios es eso? —preguntó Sasuke.

—Un alma en pena asustada —respondió Kakashi antes de patear la puerta logrando abrirla. Parecía ser el armario de un conserje. — ¿Puedes verlo?

—Brilla, tras la pared —señaló Sasuke

Kakashi mordió su dedo, dejando que la sangre fluyera un poco para dibujar un símbolo extraño en la pared. —Domine tenebrarum, dimitte hanc animam a tormento suo.

De aquel lugar cruzo el ente que fue de inmediato hacia Sasuke. —Ayúdame, ya viene y viene por mí…

— ¿Quién? —preguntó Kakashi.

—Viene por mi cuello.

Esa expresión asustada, era la misma que la de Sai despertando de su pesadilla.

— ¿Viene por tu cuello? —repitió Sasuke viendo a la fantasma. — ¿Quién?

—No lo sé, no puedo recordarlo —la chica llevo sus manos a su cabeza para despeinar sus cabellos rosas. —Lo único que recuerdo, es que viene por mi cuello.

Sasuke y Kakashi intercambiaron miradas.

—Suena como un vampiro—comentó el azabache.

—Eso parece —Kakashi se giró a ver a la fantasma, veía a todos lados asustada, temblando, llena de miedo.

—Vamos a buscarlo a otro lugar —dijo Sasuke para comenzar a caminar.

—No me dejen, vendrá por mí—sollozó intentando sujetar el brazo de Sasuke quien se giró a verla.

— ¿Qué haremos con ella? —preguntó el azabache.

Kakashi se acercó y puso su mano suavemente sobre la cabeza de la fantasma. — Requiesce animam tuam donec invenias lucem, habe aliquam pacem.

La chica cerró los ojos y cayó de espaldas, Kakashi la sostuvo de forma gentil antes de que tocara el suelo.

— ¿La mataste? —preguntó el azabache.

—No puedo matar algo que ya está muerto. Deberías de poner más atención a tus clases de latín para comprender lo que dije—regañó el demonio. —Solo la puse a dormir un poco—aclaró mientras la recostaba en el suelo.

—No sabía que tú si podías tocarlos —comentó el azabache.

—No me gusta hacerlo —respondió el demonio para levantarse y comenzar a caminar.

— ¿Por qué?

—Porque puedo sentir cualquier emoción que hayan tenido antes de morir, y no es agradable que te transmitan su miedo.

— ¿Y ahora? ¿Dónde podemos encontrar a un vampiro? —cuestionó Sasuke.

—No creo que sea tan difícil, solo hay que buscar a alguien que no le guste salir al sol, se vea extrañamente pálido y viva de noche.

—Acabas de describir a la mayoría de introvertidos que asisten a la universidad —dijo Sasuke para suspirar.

—Bueno, preguntémosle a alguien que conozca bien a los alumnos, eso tendría que facilitarnos la búsqueda.

Sasuke se quedó pensativo por un momento. —Solo hay dos personas que conocen a la mayoría de estudiantes.

— ¿Puedo pasar? —preguntó Kakashi entrando a la oficina de Orochimaru.

—Eso se pregunta antes de entrar, pero gracias por el esfuerzo —respondió el profesor. — ¿Necesitas algo joven Kakashi?

—Sí, Sasuke me dijo que usted conoce a casi todos en la escuela.

—Así es, ayudo en el área de control escolar.

—Bueno, me preguntaba si no conoce a un chico pálido, que venga a la escuela antes de que amanezca y se vaya al anochecer, tal vez tenga enormes colmillos y no disfrute de actividades al aire libre.

—No sé si cuente, pero acabas de describir al profesor Orochimaru —bromeó Jiraiya sacando un jugo de la máquina expendedora.

—Pero busco a un alumno —insistió Sasuke.

—Pues sí, creo conocer a alguien con esa descripción.

— ¿Quién es? —preguntó Sasuke.

—Su nombre es Gaara, de primer grado, es un chico bastante introvertido, de hecho es hermano menor de Kankuro, escuche que te atropello ayer —habló Orochimaru.

—En realidad iba a atropellar a Naruto, pero alcance a empujarlo —aclaró Kakashi.

— ¿Y estás bien? ¿Ya fuiste al doctor? —interrogó Orochimaru.

—No pero, me siento bien, ni me dolió.

—Claro, los jóvenes creen que son de goma a tu edad. Aun así deberías ir a checarte, para evitar cualquier problema a futuro.

—Tal vez lo haga, si me dice dónde encontrar a ese chico Gaara.

—Casi siempre está en la biblioteca, de seguro lo encuentras ahí ahora —respondió Jiraiya.

—Entiendo, gracias por su ayuda —dijo Sasuke.

—Espera, toma esto —el profesor saco un chocolate de la máquina. Sasuke lo vio y arqueo una ceja. —Te ves un poco pálido, come un poco de azúcar.

—Ah, sí, me asusto un fantasma —bromeó Sasuke tomando el dulce.

—Ten cuidado, no vaya a jalar tus pies mientras duermes —le siguió la broma Jiraiya.

— ¿No tiene alguna frase en latín que me proteja de los fantasmas?

—Claro, si se te acerca uno solo grita “Expecto Patronum” —Jiraiya movió su mano como si agitará algo.

—Eso es de Harry Potter —señaló el chico.

—Es un encantamiento poderoso, así que asegúrate de practicarlo antes —Jiraiya le guiñó el ojo.

Sasuke sonrió de lado. —Gracias, nos vemos después.

El azabache llego a la biblioteca, Kakashi ya lo estaba esperando en la puerta.

—Puedo sentirlo, está ahí —dijo Kakashi.

Sasuke respiro hondo —Si se lanza a modernos, pon tu brazo.

— ¿Por qué el mío?

—Porque eres un demonio, no puede convertirte en vampiro, ¿cierto? ¿O serias un vampiro demonio?

Kakashi se quedó pensativo. —Ni idea, eso no venía en el manual que me dieron.

— ¿Te dieron un manual para ser demonio?

—Algo así, pero bueno, terminemos con esto —habló decidido para abrir la puerta.

La biblioteca estaba casi vacía, así que fue fácil para Sasuke buscar con la mirada aquella alma que emitiera una luz roja.

— ¿Lo ves? —preguntó Kakashi viendo al chico pelirrojo centrado frente a una pila de libros.

—Sí, el vampiro está aquí —contestó Sasuke viendo fijamente aquella alma color sangre.


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