Empecé a buscar a Sara con la mirada, ojalá fuera más fácil de encontrar entre tanta gente…
-Prima querida ¿se te perdió algo? Porque yo estoy justo aquí a tu lado, no tienes que seguir buscando- Antonio se burlaba, pero trate de ignorarlo.
-Para que lo sepas no busco a un tonto presumido de metro setenta, estoy buscando a alguien más atractiva visualmente- Antonio resoplo.
-Mido uno setenta y cinco para tu información… ah claro estas buscando a cierta alumna estrella de ojos avellana, metro sesenta y uno, delgada y de cabello negro cual noche… la cual probablemente este con un cerebro musculoso de metro setenta y seis… - Le di a mi primo un golpe en el brazo.
-Antonio no digas idioteces- Antonio suspiro.
- Podrías teñirte de Rojo el pelo y así cualquiera te vería a la distancia- Volví a golpear a mi primo.
-No cambiare el color de mi pelo, me gusta tal y como esta, además soy yo la que la esta buscando no ella a mí, no sirve de nada un color chillón si no soy buscada por nadie- Antonio se puso a reír.
-Oh vamos… el pelo castaño oscuro te queda, pero el rojo se te vería bien también, yo ya me lo teñí una vez ¿recuerdas? – Sonreí.
-Si y la abuela te persiguió dos cuadras enteras con una escoba cuando te vio, nadie creería su edad después de algo así- Antonio se puso a reír.
-Ok admito que tal vez el morado no fue la mejor opción de color- Enarque mi ceja.
- ¿Tú crees? – Antonio me dio un leve empujón.
-Solo viste cuando me siguió, no viste cuando casi me rapa, por suerte el tinte solo duraba una semana o habría venido a clases calvo-
-Bueno tienes el pelo corto, no habría habido mucho cambio- Antonio suspiro.
-Eres la peor-
-Pero me quieres-
-Por desgracia-
-En fin, donde no logro ver a Sara y cada vez veo mas personas- Empezaba a sentirme un poco hastiada.
-No encontraras a una persona de estatura media entre tanta gente- Antonio ni siquiera estaba ayudándome y solo me miraba divertido.
-Y cuál es tu solución entonces-
-Fácil solo necesitas más altura-
-Oh claro espera que ahora mismo crezco hasta los dos metros- Dios que hice para merecer esto.
-No hablo de eso tonta- En eso Antonio se agacho – Sube a mis hombros te ayudare- Sonreí, Dios olvida lo que dije.
Una vez me subí Antonio se levantó haciendo que fuera capaz de ver todo a mi alrededor y también viéndome muy visible… tal vez demasiado.
-Aun no la encuentro- Antonio suspiro.
-Y si en vez de buscar a tu chica, buscas a Oscar, ese idiota siempre esta con su chaqueta con pinchos y siempre llama la atención- Eso es verdad si lo encuentro a él encontrare a Sara.
-A veces tienes buenas ideas- Antonio puso un puchero.
- ¿Solo a veces? – Lo ignore y por fin logre divisar la chaqueta de tipo duro de Oscar.
-Lo encontré, Antonio camina hacia esa dirección- Antonio comenzó a caminar conmigo aun en sus hombros.
-No te ofendas, pero te haría bien bajar un poco de peso prima- Le di un pequeño golpe en la cabeza.
-No te ofendas, pero creo que te haría bien hacer mas ejercicio- Mi primo suspiro.
-Siempre sabes que responder ¿verdad? -
-Me crie contigo después de todo- Sonreí, Antonio podrá ser un tonto inmaduro, pero es mi mejor amigo.
Llegamos con Sara la cual nos miro curiosa y Oscar el cual se puso a reír.
-Vaya, ustedes si que son algo raros, que intentan ¿hacer?, ¿una torre humana? - Oscar se reía y Sara suspiraba.
-No, fíjate, intentábamos la fusión, pero a nuestra propia manera- Yo rodé los ojos.
-Antonio no le respondas- Me bajé de los hombros de Antonio y me puse delante de Sara.
-Había mucha gente-
-Puedo entenderlo, no le hagas caso, Oscar se aburre fácil- Sara se disculpaba.
-Puedo entenderlo- Le sonreí.
-Bueno podemos ir a casa, hace calor y quiero irme a comer un helado- Oscar empezó a caminar.
-Tendrías menos si dejaras de usar una chaqueta no crees-
- ¿Y perder mi estilo?, yo creo que no-
-Oscar…- Sara trato de convencerlo, pero Oscar solo le dirigió una mirada seria y fría que hizo que Sara se callara.
-Oye no seas un idiota con ella solo por que se preocupa por ti- Antonio gruño.
-Tu no te metas Pinky- Antonio gruño.
-Que sepas que no era rosado sino morado idiota- Antonio se cruzó de brazos.
-Que mas da, Pinky- Suspire, si yo tolero poco a Oscar, Antonio lo tolera menos.
-Antonio, para- Pero por mucho que quisiera que Antonio lo ponga en su lugar no quiero alejar a Sara.
-Oscar por favor- Sara se veía cansada.
-Cállate- Oscar empezó a caminar delante de nosotros.
-Es un imbécil- sí, si lo es.
-No eres el mas indicado para hablar Antonio- Sara lo miro con reproche.
-Siempre pensé que las cerebritos como tu tendrían mejor gusto con los hombres la verdad, pero veo que no- Fruncí mi ceño.
-Es mi mejor amigo estúpido- Sara siempre se deja llevar por Antonio.
-Entonces peor-
-Realmente compadezco a Claudia, yo querría pegarme un tiro si tuviera que verte todos los días de mi vida- Antonio rodo los ojos.
-Eres una…- Tape la boca de Antonio.
-Antonio basta, Sara lo siento- Sara suspiro.
-Vamos, quiero llegar a casa y que este idiota desaparezca- Suspire.
Antonio me aparto un poco de Sara
- ¿De qué lado estas tu? -
-Del lado que impida que ella me odie-
-Ella ni siquiera te ve de esa manera-
-Es cuestión de tiempo ya verás-
-Siento que estas siendo demasiado optimista Clau-
-Antonio está bien enserio-
-Claudia te apoyare, eso tenlo por seguro, pero no quiero que salgas herida- Sonreí.
-No lo haré lo prometo- Antonio suspiro.
Seguimos caminando, la primera casa a la cual iríamos seria la casa de Sara ya que era la mas cercana, Oscar se iría por su cuenta y con Antonio nos marcharíamos a mi casa a estudiar o a pasar el tiempo como siempre hacemos.
Mientras caminábamos Sara alcanzo a Oscar y empezó a caminar a su lado mientras trataba de sacarle conversación, realmente no comprendía como alguien como Sara podía elegir a alguien como Oscar.
Vi la casa de Sara a unos cuantos metros y supe que por hoy no había nada que pudiera hacer lo cual me desanimo un poco, ojalá hacer algo para poder alejar a Sara de Oscar, pero siendo su mejor amigo por supuesto que no lo dejara tan fácil.
Sin embargo, por alguna razón sentía que no debíamos acercarnos… algo dentro de mi empezó a inquietarse y tuve el impulso de alejarme del lugar.
-Antonio…- Antonio aparto su vista del teléfono y me miro.
- ¿Qué ocurre? – Sentía escalofríos.
-No lo sé…-
- ¿Estas bien? – Sara y Oscar seguían caminando.
-Tengo un mal presentimiento- Antonio sonrió.
-Oh vamos que pasa ahora-
Quise responder, pero noté que Sara llegaba a la puerta de su casa y algo me decía que fuera con ella ahora.
Apresure el paso cuando el sonido de unas llantas me hizo congelarme y voltear para ver como de una esquina un auto blanco aparecía de la nada a alta velocidad paso a nuestro lado y disparando en el proceso.
Sentí mi cuerpo estático y solo pude ver como Oscar decía algo y de un salto se metió a una de las casas para escapar mientras que veía como Sara era derribada, Antonio nos tiro al piso y el auto se marchaba por otra esquina.
-OH MIERDA- la voz de Antonio me saco del shock y me levante rápidamente para ir junto a Sara.
-¡ANTONIO LLAMA A UNA AMBULANCIA!- los vecinos salieron corriendo de sus casas y empezaron a tomar sus teléfonos.
-Claudia…- Antonio se acercó.
- ¡QUE ESPERAS! -
-Claudia no servirá- ¿eh?
- ¿De que estas hablando? – Tenia a Sara en mis brazos.
-Claudia, la mataron- Mire el rostro de Sara y note como había una herida de bala en su frente, así como en el resto de su cuerpo.
-Antonio llama a la ambulancia-
-Claudia-
- ¡HAZ LO QUE TE DIGO IMBECIL! - Sentí los brazos de Antonio envolverme.
-Claudia, se ha ido-
-No es verdad, aun podemos salvarla- Empecé a soltar una risa.
-Claudia no-
- ¡CALLATE!, ¡ELLA ESTARA BIEN! –
No, me niego a perderla, ella no puede morir, ella no va a morir…
Mi cuerpo empezó a sentirse pesado y mi vista empezó a sentirse borrosa y solo podía escuchar la voz de Antonio llamándome.
-Claudia, oye despierta- Gruñí.
-Antonio cállate y déjame dormir-
-Llegaremos tarde si no te levantas-
- ¿Tarde a dónde? -
-Tenemos clases Claudia- ¿Clases?, ¿espera que? ¿Qué está pasando?