-¿Puedes repetirme por qué traes eso? –preguntó Key mirando el muñeco que Minho cargaba como si fuera un bebé, porque incluso lo abrazó para entrar al auto.
-Es el proyecto de mi hermano –contestó cerrando la puerta con cuidado de no golpearle la cabecita –pero tuvo que ir con mi papá al hospital y en el hospital le dijeron que no podía tenerlo. Necesita sacar una buena nota por eso lo cuidará su tío.
Key hizo una expresión que Minho no pudo ver por estar arropando al muñeco.
-Te puedo aceptar que lo traigas pero no lo trates como si fuera de verdad, so creepy.
-¿Oíste eso? –Minho le preguntó al muñeco- El tío Key piensa que eres creepy.
Le acomodó el gorrito y cuidó que las cobijas no le taparan la carita.
Eso fue demasiado para Key que frenó el auto el seco pero los reflejos de Minho salieron a flote, protegiendo el bebé y recibiendo el golpe directo.
-¿Estás bien? –preguntó acomodándose en el asiento- ¿Qué pasó?
-Me das escalofríos –contestó-, mira, acepto que quieras ayudar a tu hermano pero ¿puedes no tratarlo así? Me pones nervioso.
-Tiene un termómetro para que el bebé mantenga cierta temperatura –contestó-, todavía no lo encuentro.
Key soltó una risita para poner en marcha el auto.
-¿A poco crees que esos muñecos tienen esa tecnología? –se burló.
Minho afiló la mirada y se retiró el muñeco del pecho; pasarían unos segundos hasta que empezó a llorar.
-Créeme, yo también quisiera dejarlo en casa.
Key ladeó una sonrisa sumamente incómodo.
Cuando le pidió a Minho que lo acompañara a ver los electrodomésticos esperaba que fuera una salida normal, tal vez pedirle un café o terminar comiendo carne pero lo del bebé le daba un giro de 180°.
Afinó su garganta intentando no mirar como Minho mantenía su meñique en los labios del muñeco.
-Y… -afinó su garganta para mentalizarse de la siguiente charla- ¿qué más hace tu muñeco?
-Olvidé la mamila.
-¿Mamila? Gooosh…
-Cada hora mueve la boca y hace ruidos extraños hasta que se la doy.
-Okey…- susurró Key estacionándose para tener una muy incómoda charla-, ¿qué más hace?
-No ensucia el pañal pero sí hace ruiditos incómodos.
-Ajá.
-Tengo que ducharlo también –dijo Minho mirando el terror en el rostro de Key-, en una bañera con espuma y sosteniéndolo para que no se hunda.
-Porque el termómetro se estropearía y sería el equivalente a que muera.
-No –contestó riéndose-, lo hago porque es divertido.
Key cerró los ojos por lo que acababa de escuchar y luego de tallarse la sien, los abrió.
-Sólo dime que no compraste carriola.
-No, tranquilo –contestó-, lo tengo que mantener en brazos o llora.
-Mira –volvió a poner el auto en marcha-, no quiero tener problemas contigo ni con nadie pero si la gente especula que tenemos un bebé, te voy a matar.
-¿Cómo tendríamos un bebé? –bromeó- Voy a decir que es de mi hermano o que soy papá soltero.
-¿Te puedo pedir un favor?
-Dime –le retiró el dedo al muñeco porque había dejado de moverse.
-Tú vas a explicarle a Jonghyun todo esto.
-Sí –contestó-, de hecho, publiqué una foto mía ocultando la cara del bebé y me preguntó por privado que por qué él no sabía de eso. Le dije que era un muñeco y todo lo que ya te conté.
-Okey pero… de verdad me gustaría que lo dejaras en el auto.
Aunque, cuando llegaron al estacionamiento el agente vial los condujo hasta la caja especial para mujeres embarazadas o con bebés a bordo. Kibum insistió en que no era necesario pero el del chaleco naranja sólo estaba cumpliendo las reglas.
Fue entonces que Minho pensó que ahora sí, no podría dejarlo en el auto o serían acusado con el ministerio de algún delito contra un menor.
-Más te vale que nadie se dé cuenta que es un muñeco o nos procesan –le advirtió Kibum mientras se quitaba el cinturón de seguridad-, vamos a hacer esto rápido para no exponerte mucho.
-Dijiste que hoy tenían descuento, ¿no? Quiero ver si hay algo que comprar para la casa.
-Vamos –Key salió del auto colocándose las gafas de sol, mientras Minho maniobraba salir sin golpear a bebé, entonces una chica que pasaba por ahí lo vio, acercándose rápidamente para abrirle la puerta.
-Gracias –susurró apenado, asegurándose de cubrirle bien la cara para que no descubrieran que era un muñeco-, soy nuevo en esto.
-Owww ¿cuántos meses tiene?
-Uno –espetó-, pero apenas tengo una semana con él.
-OH, ¿estaba enfermo? Es muy pequeño –la chica se rió nerviosa al ver el tamaño del bebé en comparación con su padre.
Minho estaba pensando en qué contestar cuando escuchó un casparreo de parte de Key, ambos le miraron.
-Es adoptado –dijo Minho-, por eso tenemos una semana con él.
Las gafas eran tan oscuras que nadie pudo ver cómo Key rodaba los ojos.
Pero esa no fue la única vez que “gozaron de los privilegios de tener un bebé” porque los demás les abrían las puertas de los comercios, les detuvieron el elevador, incluso cuando fueron por comida rápida hubo quién ayudó a Minho con su bandeja.
Aunque no todo fue bueno porque a la hora el bebé pidió la mamila y como Minho no podía descubrirle la cara en medio de todos prefirió levantarse y retirarse; tenía el meñique en la boca del muñeco, arrullándolo cuando una señora lo regañó por no cargar ni la pañalera ni el biberón.
Después fueron a ver los electrodomésticos; el dependiente pensó que eran una joven familia y no paró de mostrarles las mejores opciones para la casa, incluso Minho tuvo la oportunidad de probar un sofá reclinable, sosteniendo el bebé daba una imagen sumamente conmovedora.
Key estaba ladeando su rostro enternecido hasta que cayó en cuenta de que lo estaba haciendo por un muñeco.
Ayudó a Minho a levantarse y una vez de pie le dijo “Necesito que cuides el bebé por mí”.
-¿Te cansó el brazo? –preguntó Key-, mucho gym para no aguantarlo.
-Tengo que ir al baño.
-Oh.
-Solo tienes que mantenerlo cerca a tu pecho para que no llore.
-Y taparle la cara para que no nos descubran.
-Serán unos minutos –Minho lo miró un poco suplicante pero estaba bien, él había invitado la comida y no estaba siendo tan rara esa salida.
-Date prisa.
El alto sonrió y con cuidado se lo tendió; Key al recibirlo instintivamente lo cobijó lo más cerca de su pecho que pudo mientras Minho corría.
Esa tarde reflexionó sobre la paternidad.
Minho sería un buen padre, estaba seguro. Y él también lo sería porque aun sabiendo que era un muñeco, le puso el meñique en la boca cuando pidió mamila.