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MY SWEET ALPHA por SonDanSaiyajin

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Notas del capitulo:

No

Quien no conoce al perfeccionista Uchiha Sasuke, no es capaz de Imaginar, que con ese gesto imperturbable y la distinguida pose para sentarse, está lanzando una incontable cantidad de improperios, poco dignos de alguien como él de manera mental a la aerolínea y toda persona que en esta laboré. Lleva un importante retraso que aunque realmente no amerita un problema, ya que solo se dirige a casa después de un largo viaje de negocios, le genera ansiedad que las cosas no salgan de manera impecable, odia con toda su alma los sucesos impredecibles.


Ha sido así desde siempre, buscando llegar a la cúspide de la perfección. Tal como el día en que se enteró de que era un omega. Pues después de los resultados de la prueba de identificación, entró al salón del instituto con la frente en alto y con su ya conocido autocontrol. Unos chicos listos que resultaron alfas y le detestaban simplemente por ser él, quisieron burlarse de su resultado y acabaron apaleados y con unos cuantos dientes rotos, mientras el otro con este gesto dejó en claro que omega o alfa él seguía siendo Uchiha Sasuke y sentenciando a todo aquel que se atreviera a verlo hacia abajo. Claro que esto fue en el instituto, porque ese mismo día al llegar a su casa y en presencia de su familia, hizo el berrinche más grande que jamás había hecho en su etapa de infancia, se tiró al suelo y pataleo mientras gritaba "Mamá, Papá ¿Por qué no fui alfa?"


Una vez que había asimilado su género, se reconcilió con este, aprendiendo a amarse tal cual era. No le disgustaba ser omega, seguía siendo físicamente fuerte y mentalmente sobresaliente. Se había abierto paso en el mundo empresarial por méritos propios, independientemente del renombre familiar. Había concluido sus estudios superiores apenas un año atrás y ya era enviado por su padre a cerrar contratos de exportación a distintos puntos del mundo. Palabras más, palabras menos, su vida era perfecta... según él.


En cuanto a relaciones sentimentales no estaba interesado y no porque a sus 21 años no tuviese deseos o instintos, simplemente no era tiempo. En unos años más, cuando él lo decidiera, haría una lista de los y las mejores alfas, dándose así el lujo de elegir el que más se adecuara a sus hábitos y costumbres. Por lo mientras tomaba puntualmente sus supresores y hasta la fecha no había tenido ningún importuno relacionado con su celo.


Pero volviendo a tiempo presente, su estancia en Ámsterdam había sido un 10 de 10. El contrato en los países bajos fue cerrado exitosamente, le habían respetado y tratado de igual a igual, todo hasta el momento en que puso un pie en el aeropuerto. La cabeza le había comenzado a doler y conforme se acercaba más a la sala de espera, le cosquilleaba la nariz causándole una leve picazón. Aunado a esto el avión se había retrasado.


Finalmente, su vuelo sale rumbo a Japón con un retraso de dos horas y veinte minutos. Aborda y toma el asiento designado con la tranquilidad de viajar solo, pues como era de esperarse en alguien tan meticuloso, también compró el lugar de a lado.


El cosquilleo en su nariz se había vuelto más persistente y el dolor de cabeza había aumentado.


Lo que faltaba, me voy a enfermar.


Dispuesto a ignorar los molestos síntomas pre-enfermedad, opta por mirar alguna película dispuesta en el dispositivo de su asiento. Está por colocarse los audífonos cuando detuvo toda acción, pues un ligerísimo y sutil aroma agradable a licor de naranja con toques de canela invadió sus fosas nasales. Sabía que era un aroma de alfa, pero no estaba tan seguro, ya que este era de naturaleza tenue, casi imperceptible, demasiado suave. Definitivamente sería muy agradable mirar su película con ese aroma entrando y saliendo de su aparato respiratorio. Termina la acción de colocarse los audífonos y pulsa Play a la pantalla táctil del dispositivo. Una vena se hincha en su inmaculada frente cuando se da cuenta de que los audífonos no sirven. Los coge metiéndolos furiosamente en el empaque para pedirle a la aeromoza que le de otros.


—4 botones azules, 5 botones azules, 6 botones azules, 7 botones azules, 8 botones azules, 9 botones azules, 10 botones azules— la dulce vocecilla infantil que se distingue al fondo atrae su atención de inmediato— Conteo de azules... Completado.


He ordenado los azules abuela'ttebayo, ahora comenzaré con mis favoritos— hace una pausa que deja intrigado al moreno— 1 botón naranja, 2 botones naranjas, 3 botones naranjas, 4 botones naranjas, 5 botones naranjas...


Y sonríe sin percatarse, es tan satisfactorio que un niño sea tan ordenado, por algún motivo ya no pide los audífonos a la aeromoza. Se deja caer relajado en el asiento y cierra los ojos aspirando el aroma agradable del ambiente que acompaña la placentera voz infantil. Y con una sutil sonrisa le inducen al sueño.


Las 12 horas que dura el viaje ha dormido plácidamente, no recuerda haber dormido así en mucho tiempo. Se despierta con un excelente humor cuando la turbulencia del aterrizaje le sacude. De manera inconsciente busca la voz del pequeño que cuenta botones y un escándalo le hace desperezarse de inmediato y dar un respingo en el asiento.


—¡SE VA A CAER! ¡SE VA A CAER! ¡SE VA A CAER! — los gritos desgarradores del pequeño molestan a todos los pasajeros del avión.


Naruto tranquilízate— la voz calma de la que supone es su abuela, trata de serenar al pequeño—Es la turbulencia normal, cariño, calma.


—¡SE VA A CAER! ¡SE VA A CAER! ¡SE VA A CAER!


—¡Oh, lo siento tanto! —la mujer avergonzada trata de disculparse con todas las personas poco empáticas del avión—Mi nieto padece trastorno obsesivo-compulsivo, les pido mil disculpas.


Un sentimiento sofocante de angustia inunda el pecho de Sasuke y no sabe por qué los murmullos ofensivos de los adultos del avión, refiriéndose al niño, le hacen montar en cólera. Está a punto de explotar y decirles algunas verdades a esa bola de gente insensible cuando se vuelve a escuchar la voz del pequeño, pero esta vez le deja perplejo.


—¡Abuela Tsunade! ¡¿Hueles eso?! —la emoción tiñe la voz —Es vainilla—olfatea al aire—¡Son galletas de vainilla!


¡Ese niño me puede oler!...


 


Continuará...


 

Notas finales:

:)


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