Miranda
- ¿Y bien? – le pregunto mientras nos vemos
- ¿Qué? – me dice como si nada
- Va a querer venir diario- respondo
- Pues que venga- saca su media sonrisa descarada- sirve que Isa la acompaña, tu feliz, ellas felices y yo feliz- sí, mi hermana no tiene ni pisca de vergüenza
- Pero se fue llorando- le reprocho y se le llenan los ojos de lágrimas, argh, olvidé que ella también estuvo a nada de llorar
- ¡No me la dejaste aquí! – me reclama con la voz cortada
- El hospital no deja que los niños se queden- le recuerdo en lo que me siento en el sillón enfurruñada, ¿Acaso ella cree que yo soy feliz de no ir con ellas?
- Pretextos- bufa y se cruza los brazos- bien puedes firmar mi salida y así todas nos vamos a la casa- aprieto los dientes
- Claro, para que te pongas mal y entonces si te tenga que internar sin que ella te pueda ver otra vez- respondo enojada ¡ay! ¡olvido que mi hermana sabe sacarme de mis casillas!
- ¡Es mi bebé! – se enoja
- No me había dado cuenta ¿Quién sabe porque la estuve cuidando entonces? – le suelto sarcástica y tenemos duelo de miradas
- ¡No me quiero ir! – me grita
- Corazón, solo es para dormir, no nos dejan que estemos aquí mucho tiempo- trato de explicarle
- ¡que no, que no, que no! – repela y las lágrimas comienzan a acumularse en sus ojos, me ve tan enojada
- Linda, solo vamos a dormir en casa de tía Susy y mañana temprano venimos otra vez con mamá- le explica Isa abrazándola por la espalda
- Pero Isa, mi tía no me dejará verla diario todo el día- suelta entre lágrimas
- ¿Quién dijo que no? Mañana vendremos- respondo alterada y me ve peor
- ¿Por qué tu si te quedas y yo no? – y lo peor de todo es que mi hermana pone la misma cara de indignada
- Porque un adulto tiene que cuidarla, si mamá le echa ganas y – aprieto la boca- se recupera rápido- veo duramente a mi hermana- pronto podremos todas ir a casa- le guiño el ojo a mi sobrina, pero me ve dudosa
- Yo mañana te traigo, duermo hoy contigo y mañana no la pasamos juntas aquí y el siguiente día igual ¿te parece? – Isa tan bella que trata de ayudarme, mi sobrina y mi hermana suspiran derrotadas ¡¿Por qué con ella sí?!
- Bueno- responde no muy convencida
- Perfecto- Isa la carga- ahora despídete de mamá y dile que mañana venimos a verla
- ¡Pero no me quiero ir! – llora y entre llanto se despide de mi hermana y se van
- Mira Diana- paso la mano por mi cara
- Te vas a borrar la cara- se burla entre risillas, quito la mano de la cara y la veo, ahí tiene una de esas sonrisas que hacía de niña cuando se burlaba de mí
- Mínimo así no tendré arrugas como las tuyas- le contesto con media sonrisa
- Ya quisieras ser tan hermosa como tu preciosa hermana- aquí me recuerda porque es amiga de Susy
- Gracias a Dios no- abre los ojos sorprendida
- ¿Desde cuándo tan religiosa? – no oculta su asombro
- En el pueblo en el que viví en todo momento las decían- frunzo los hombros- aunque uno no quiera se te pega- se ríe
- Que horrible- suspira y se reacomoda las almohadas de la espalda
- No fue tan horrible- sonrío ante el recuerdo
- ¿No te quisieron casar? – pregunta con una sonrisa de burla
- Si y no, son muy tradicionales, no les agrada mucho que gente que no es del pueblo se case con su gente- encojo en hombros
- Muy buena salvación para ti- se ríe entre risitas
- Si- la sigo
- Gracias por estar aquí y cuidar de mi bebé todo este tiempo- suelta después de un suspiro, subo la mirada a su cara y ahí está algo apenada tratando de sostenerme la mirada
- No hay de que, aunque admito que fue toda una sorpresa- hago media sonrisa, veo alrededor y regreso la mirada a ella- ¿quieres tener esa conversación ahorita? – no la quiero obligar, por lo menos no ahorita
- Entre más rápido mejor- se ríe nerviosa- pero sería mejor con algo para picar- sonríe traviesa, así como su hija
- Para ti solo puedo traer gelatina de zanahoria, para mí unas papas con salsa y limón- me ve con reproche, odia la gelatina de zanahoria; me río- bien, gelatina de jerez- me pongo de pie- regreso con eso
- Gracias- siento su mirada en mi espalda
Al regresar la veo con los ojos cerrados
- ¿Ya no quieres gelatina? – la pongo cerca de ella y abre los ojos con una sonrisa
- Quiero papas- ve las mías
- Hasta que te den de alta- abro las mías y me como una enfrente de ella, entrecierra la mirada- y solo si te portas bien- le doy una- date por cumplida- sonríe y se la come- si mañana andas llorando porque te duele la panza yo no voy a decir nada- alzo las manos en forma de inocencia
- Bien- toma su gelatina, me siento en el sillón
- ¿Por qué no me dijiste que tenías una hija? – voy al grano y me ve de reojo
- Porque sabía que no me querías ver- sonríe forzada- no después de lo que te hice- suspiro
- Según tu ¿Qué me hiciste? – me como mis papas, una enfermera pasa por el cuarto sin meterse y me ve tragándome las papas, se ríe
- Te abandoné- responde avergonzada
- ¿Cuándo? – frunce el ceño y se me queda viendo
- Cuando saliste de la casa, cuando te molestaba con mis amigas o Hugo- suspira- cuando… muchas veces- me paso la mano por la cara y sigo comiendo
- ¿Sabías en donde estaba? – se pone nerviosa
- No exactamente, pero si en que región- me responde y come la gelatina haciendo maña con ella en la boca
- ¿Por qué me pusiste a mí y no a Susy? – se me queda viendo
- Porque eres mi hermana- responde con simpleza
- Pero yo pude haber pedido que te desconectaran – me río por mi maldad, infla los cachetes
- No te creo, tienes más cargo de conciencia que yo- mi risa desaparece y arrugo la nariz, carraspeo - ¿no preguntarás por nuestros papás? – juega con su cuchara en la gelatina
- Ese tema lo vamos a dejar un día con más calmita, porque tengo algo de información – refunfuño con la nariz, aún estoy molesta porque no se aparecieron en todo este tiempo
- ¿Te contó Susy? – agarra un poco de su gelatina con la cuchara y la come
- Un poco ella, un poco Eli, un poco Hugo- y abre los ojos impresionada
- ¿Hugo? – baja la gelatina a su regazo
- ¿No revisaste los papeles que tenía en su guantera? – niega con la cabeza, suspiro, creo que somos las hermanas del suspiro
- ¿Qué tiene que ver? – se pone inquieta
- Bueno, odio su carro, el color y el sigue sin agradarme, - me ríe tranquilamente- como tu carro estaba hecho pomada no lo pude usar- mueve los ojos nerviosa- así que no me quedó más que usar el de Hugo- rezongo- en el, había una carta para mi- sus ojos se abren ante la sorpresa- y me cuenta muchas cosas- le doy tiempo para que asimile esto- entre ellas lo que pasó aquella vez, que te engañó- agranda más sus ojos- de Eli y unas cuantas explicaciones más
- ¿Ccc cómo? – la detengo
- A lo que entiendo es que, si no fuera porque falleció, esa carta hubiera llegado a mi hace bastantes años- abre la boca, pero no sale nada de ahí- trataré de traértela luego- después de todo, supongo que para ella es como un tesoro, tomo aire- pudiste haberme explicado todo eso- mi voz se corta y las lágrimas se me acercan- me perdí tanto de ti, no estuve para ti- ella niega con la cabeza- ni para Eliana
- Yo fui la que te abandoné- llora
- Y yo no estuve para ti, aparte, tu no me abandonaste, solo que eras muy jodedora- las dos estamos a moco tendido- lo que nos jugó mal fueron las estúpidas circunstancias- me acerco y tomo su mano- y lo jodona que eras- reímos torpemente
- Perdóname- llora
- Si tú me perdonas a mí también, era muy egoísta
- No tengo que perdonarte- la veo duramente- está bien- suelta llorosa y nos abrazamos
- Te amo- susurro- no me vuelvas a asustar así- le ruego y la siento asentir
- Lo siento por eso- niego con la cabeza y la abrazo más fuerte
- Mi pequeña Miranda- sin soltarme acaricia mi cabello
Nos calmamos después de un rato y honestamente mucha incomodidad, hasta que me senté en su cama y seguimos abrazándonos, luego me acomodé en su regazo y comenzamos a hablar, me contó su versión de los hechos de cuando el idiota de Hugo (que en paz descanse) le puso los cuernos, como enfrentó a nuestros padres, el apoyo que la loca de Susana le dio y como el baboso de Hugo hizo hasta lo imposible para recuperarla
- Ya decía yo que no era tan pendejo- musito y me llega un sape
Luego me habló del embarazo, cuantas veces estuvo a nada de contactarme, pero la culpabilidad no la dejó, el nacimiento de Eli y todo lo vivido en su familia de tres, la llegada de Isa a su vida y el terrible suceso de la muerte de Hugo. Después llegó su cena, yo fui por la mía y seguimos charlando.
No tardó mucho en quedarse dormida, creo que esto de los sentimientos a flor de piel agotan mucho, yo también me siento acabada.
Isabella
Entramos y las dos están dormidas, ¡se ven tan lindas! Aunque traen un poco los ojos hinchados ¿Qué habrá pasado anoche?
Eli me jala la mano
- ¿Por qué aún duermen? – me pregunta bajito, la saco de ahí para poder hablar y recuerdo que hacemos aquí ahorita
- Hola- me saluda poniendo sus manitas en mi cara
- Hola- suspiro y trato de abrir los ojos- ¿Qué hora es? – pregunto al ver aun no tan claro
- No sé- me responde y me causa risa, ¿Cómo va a saber si no sabe leer la hora?
Tomo mi celular y veo la hora 6:30
- ¿Qué haces despierta tan temprano? – la tomo en mis brazos y la acomodo a mi en lo que ella se ríe
- Vamos a ir a ver a mamá- mmmm, no sé porque no vi venir esto
- Es muy temprano, no nos dejarán entrar- le explico y hace puchero
- Pero yo quiero verla y pasar el mayor tiempo posible con ella- sus ojitos se ponen vidriosos
- Esperamos tantito más, desayunamos y vamos ¿te parece? – se acurruca a mí y acepta
Claro que eso duró como 10 minutos, después estuvo moviéndose por todos lados hasta que di perdida la batalla y me puse de pie, lo bueno es que la Sra Susy y su esposo ya estaban despiertos, así que desayunamos, nos arreglamos y vinimos.
- Porque es temprano apenas son las 7:30- veo la hora, ni idea de cómo es que nos dejaron pasar
- Mmmmm- se mete de nuevo al cuarto y se sienta en la silla, vemos que los doctores pasan
- ¿Quieres galletas? – le pregunto en lo que las busco en la bolsa que traigo
- Si- me contesta con una sonrisa, se las doy y prendo la televisión
- Buenos días- aparece el doctor, Miranda entreabre los ojos y lo ve molesta, luego ve el lugar y nos ve a nosotras algo sorprendida- ¿todas durmieron aquí? – pregunta juguetón
- Acabamos de llegar- le responde Eli sin inmutarse en sus galletas y sus caricaturas, la Sra Diana en seguida abre los ojos para buscar a su niña y sonríe
- Si voy a despertar así me recupero más rápido- le dice a Eli y se ríen
- Eso espero- le responde el doctor pasando y viendo unos papeles y los aparatos- para ponerla como uno de los medicamentos- Eli se ríe con él, no sé porque a Eli le cae muy bien, se me hace buen tipo
- Todo indica que va bien, mañana vendrán por usted para empezar la rehabilitación- le comenta el doctor a la Sra Diana y ellas sonríen- con su permiso- sale muy campante
Mientras ellas se enfrascan la una en la otra (Eli trajo sus muñecas), Miranda se sienta y se talla la cara
- Buenos días- la saludo y me acerco a darle un besito- ¿tienes hambre? Te trajimos desayuno- le enseño la bolsa y sonríe
- Gracias, aunque me hubiera gustado ir por ustedes para desayunar- suspira
- Si, pero alguien despertó muy temprano- me río, lo bueno es que es hospital de paga y no hay tanta restricción para los horarios de visitas, fuera en público…
- Ya lo creo- toma mi mano, la acaricia y me ve- creo que te hemos estado quitando mucho de tu tiempo- sus mejillas se sonrojan y niego con la cabeza
- No, nada de tiempo me han quitado ninguna de las tres- sonrío, le acaricio la mejilla y sonríe
- Oigan, no coman enfrente de los pobres- nos molesta la Sra Diana
- Sra Diana, no sé de qué habla- frunce la nariz
- ¿Cómo que Señora? ¿Qué no ya somos cuñadas? – me reclama y escucho la risita de Miranda
- Te lo dije- me susurra
- Puedes decirme cuñis o Diana- me ve fijamente y hasta Eli se ríe
- Di- la veo, sonríe traviesa, suspiro- Diana, pero me va a costar- le advierto
- Ah, entonces cada vez que no me llames por mi nombre no te haré caso- Miranda suelta la carcajada
- Dios, son terribles- bufo
- Llévate a esa a comer algo, yo me quedo con mi bebé- sonríe al ver a Eli que asiente feliz
- Le trajimos desayuno- veo la hora, la Sra Susana no debe tardar
- Bien- me paro y le estiro la mano a Miranda, toma mi mano y las cosas
- Pórtense bien- les advierte y salimos
En la entrada del hospital nos encontramos con la Sra Susana
- ¿Las dejaste solas? – pregunta espantada
- Si, están solas- Miranda le responde tranquilamente
- ¿Y si pasa algo? ¿Y si se siente mal? – Miranda le toma le hombro
- Pues ve para que no pase eso- le guiña el ojo y la Sra Susana frunce el ceño
- Como que te veo muy relajadita- gruñe
- Despertó, me ha quitado una enorme preocupación de encima- sonríe y vuelve a tomar mi mano- iré a desayunar, si necesitan algo avísame- se despide y me jala
Caminamos hasta un parque que quedaba cerca y ahí nos sentamos en el pasto
- Gracias por la comida- me dice ya a nada de darle el primer mordisco al sándwich
La veo comer y se ve cansada, mira al cielo y suspira pasando una de sus manos por su cara
- Ese sillón no deja descansar muy bien- se ríe- creo que ya me acostumbré a dormir en esa cómoda cama- sonrío con ella, la verdad es que su colchón es muy cómodo
- ¿Antes dormías en algo menos cómodo? – pregunto y se queda pensando, tomando un poco de jugo
- Si, - me ve a los ojos- en el pueblo en donde estaba no había colchones, era unas cosas de tela, como petates o futones, aunque ni de milagro le llegan a los futones- se ríe- no era la mejor cama, pero estaba bien- suspira
- Debió ser difícil- comento tomando un poco de jugo
- Si, pero fue divertido, me costó un poco acostumbrarme y no hacer cosas innecesarias- me encanta su sonrisa- lo conseguí, me llevé bien con ellos y bueno- me ve a los ojos- gracias por estar con nosotras en todo esto- acaricia mi mejilla
- No tienes que agradecer, también me preocupa la Sra Diana y Eli- se ríe
- Te va a costar- suspira, ve alrededor- me encantaría besarte, pero no sé si te incomoda hacerlo en público- sonríe y la beso
- No me incomoda- me río- me encantan tus besos- me sonrojo ante tal confesión y la veo a los ojos
- Que bueno, a mi también me encantan tus besos- topa su frente con la mía- deberíamos regresar- ve la hora
- Bien, vamos- nos ponemos de pie y regresamos al hospital
Al regresar nos encontramos con que están las amigas de la Sra Diana, la Sra Susy y su esposo
- Que bueno que llegan- nos saluda el Sr Ed
- ¿Gracias? – le responde dudosa Miranda
- MI AMOR- señala la Sra Susana haciendo reír a la Sra Diana- se quedará a platicar un rato con Diana y cuidar al pegoste que no se separa de ella- señala con la miranda a Eli- en lo que nosotros hablamos- Miranda y yo nos quedamos viendo
- Ok- Miranda se acerca a Eli- sólo te las puedes comer tú, no le puedes dar a tu mamá- le advierte
- Vale- responde con una sonrisa
- ¿Y para mi? – la Sra Diana le pregunta con reproche, Miranda refunfuña y le pasa una gelatina de limón
- Vamos- Miranda dice en lo que toma mi mano y nos dirigimos a la cafetería del hospital, nos sentamos, todas guardan silencio hasta que la abogada toma la palabra
- La idea es que, entre Rosi, Susy, Edmundo y yo nos turnemos de lunes a jueves para dormir aquí en el hospital, fin de semana les tocaría a ustedes- nos señala
- ¿No será muy cansado para ustedes? – Miranda las cuestiona
- Para nada- ahora Rosy responde- solo en las tardes no podemos estar, creo que, en sí, lo ideal es que entre Lau, Ed y yo nos turnemos entre semana las noches, en las mañanas Susana que será quien no se separe mientras sus hijos están en la escuela y en las tardes supongo que Eli te dará mucha lata para venir- yo también puedo asegurar eso
- Me da mucha pena el hacerles pasar por esto- Miranda se tapa la cara acongojada y ellas se ríen
- A nosotros no, lo hacemos por cariño, lo más importante ahorita es su total recuperación y tu conoces a Diana, si nadie la cuida hará alguna tontería- todas nos vemos, sabemos que ella es muy impulsiva; tomo la mano de Miranda, me ve, sonreímos
- Muchas gracias, fin de semana y en las tardes nos encargamos de ella- sonríe
- Bueno, algunos días en las tardes también vendré- la Sra Susana interviene- ustedes también necesitan descansar, Eli no puede estar viniendo diario y- nos ve seria- ustedes apenas empezaron, necesitan pasar tiempo juntas y el hospital no es el lugar más romántico- las otras se ríen
- Por fin llegué- volteamos y vemos a Lore
- ¿Tu que haces aquí? – le pregunta Miranda frunciendo el ceño
- Tu amiga/hermana del alma viene al rescate y así la tratas- hace puchero
- El hombre que no es tu novio me mandó para acá- todas ríen excepto la Sra Susy- como sea ¿puedo ayudar en algo?
- Decíamos de turnarnos las noches para cuidarla- le explica Lau
- Vale, me pueden poner los martes, los miércoles entro un poco más tarde, aparte es antes del ombligo de semana y no hay fiestas para esta abuela- nos reímos- también si quieres puedo cuidar a Eli de vez en cuando, no dudes que tu amor no correspondido- las otras se quedan viendo- osea yo- me río ante la cara de Miranda y lo creída que está Lau- te apoya- sonríe satisfecha
- ¿Si sabes que tiene novia verdad? – la Sra Susana pregunta molesta
- Gracias a Dios, si le dije, sino te apuras te la vuelo- me río
- Por favor, siéntate- la invito a acompañarnos
- Muchas gracias, tu si me caes bien- me guiña el ojo
- ¿Tu novia? – le pregunto
- ¿Cuál novia? – me ve estupefacta
- La que llevaste a la fiesta el otro día- le recuerdo
- Ah, no era mi novia- se queda pensativa- nos estábamos conociendo en algunas citas, pero como que no- hace puchero- ya llegará la elegida- Miranda hace sonido de sirena de policía y Lore le pega ¿me estaré perdiendo de algo? – como sea, lo importante es la pequeña y su mami- sonríe
Después ultimamos los detalles, Miranda estaba super apenada porque me agregaron sin preguntar, lo cual le dije que no había problema alguno, que yo estaba feliz de poder apoyarla en estos momentos, así que fines de semana nos turnaremos en dormir con la Sra Diana y cuidar a Eli, aunque sabemos que esos días casi casi la viviremos en el hospital.
Miranda
Semana 3, esto es un infierno, es tan molesta; lo que en su hija es algo tierno, en ella es una horrible pesadilla
- ¿Qué lees? – apenas abrí el libro
- Un libro- refunfuño y sigo en lo mío
- ¿De qué? – suspiro
- De plantas- sigo leyendo, necesito seguir con mi investigación y hoy Susana no podía cuidarla en la mañana, así que pedí la mañana en el trabajo, pero me traje material para no atrasarme
- ¿Pusiste plantas en mi casa? – suspiro, me paso las manos por la cara
- Diana, tengo que estudiar, ¿no quieres… ver la tele o algo? – sonríe la hija de la pelona
- Pero tus cosas siempre me han dado curiosidad- sus ojos brillan
- ¿Te presto uno de mis libros? – saco mi lado malévolo, ella infla los cachetes
- No les entiendo- hace puchero
- Buenos días tengan las señoritas bellas- saluda el doctor y toma la cosa esa en donde ponen quien sabe que
- Buenos días- respondo y me enfoco en mi lectura en lo que distrae a Diana
- Parece que va muy bien- revisa los apuntes
- Claro, yo me porto bien y por eso me recupero rápido- presume mi hermana
- No he oído que se porte tan bien- me río, las enfermeras ya van varias veces que la regañan- lo que sí es que aun así se recupera
- Oiga, no la anime a portarse mal- lo regaño y ellos se ríen
- ¿Cómo ha sentido la rehabilitación? – anota algunos signos
- Bien, cada vez me puedo mover mejor, lo suficiente como para irme a mi casita ya- lo ve coqueta, así como cuando quiere sacar ventaja de algo
- Ya lo creo, pero aún no es posible- me río- aunque, así como va, es muy posible que sea pronto- mi hermana se emociona- siempre y cuando se porte bien y no me den quejas- la emoción se le va
- Mmmm- musita mi hermana
- ¿Hoy vendrá su princesita? – mi hermana hace puchero
- No sabemos, parece que le va a dar gripa, así que…- le explico al doctor
- Pase a mi consultorio para que le dé unas vitaminas para la niña- me dice- y así que venga mañana y la reviso cuando esté dando mi ronda- le guiña el ojo a mi hermana
- Gracias- termina de anotar algo
- Bueno, la espero en el consultorio, tengan buena tarde y pórtense bien- se va muy sonriente
- Coquetos – toso
- No sé de que hablas- se hace la digna
- Tu le coqueteaste para que te dejara ir antes- me río
- Y ni funcionó- me río más fuerte
- ¿Ya vez? ¿Para qué no te portas bien? – me ve feo
- Tu tienes que estudiar- me manda y ahora si me deja revisar los libros
En un rato que tuve chance fui por las vitaminas, el doctor me dijo que efectivamente va muy bien, que si la recuperación sigue así pronto la dará de alta, aunque las sesiones de rehabilitación van a tardar un poco más.
La mañana sigue y nosotras tenemos un poco de paz hasta eso, espero esto perdure para que pueda seguir avanzando como lo he estado haciendo hasta ahora.
- Buenas tardes- me congelo, reconozco perfectamente sus voces, hasta siento que sudo frío, de reojo veo a Diana y ella frunce el ceño
- Buenas tardes- suspira, me ve- díganme, al sentir como el silencio se alarga volteo a verlos y su mirada hacia mí es de dureza, me entra un golpe de enojo, pero por mi hermana me controlo
- Supimos de tu accidente, parece que alguien nos lo ocultó- me ven con reproche y Diana se ríe
- Si, yo se los oculté- hasta yo la veo asombrada- pero supongo que no se enteraron reciente ¿porque vinieron hasta ahorita? – mi hermana no tiene ni pizca de reproche
- Supimos que despertaste, queríamos ver como te encontrabas- mamá responde con voz tranquila
- Desperté desde hace algunas semanillas, estoy bien, muy bien de hecho, mi hermana me a cuidado demasiado bien, siempre al pendiente de mi sin despegarse al menos que sea necesario- veo como endurecen las caras y papá aprieta el puño
- ¿Por qué preferiste que no se nos informara? – papá se está controlando y me río
- Eso es un muy buen descaro- me pongo de pie dejando a un lado mis libros- Diana no se puede alterar, supongo que en eso debo de agradecerles por no venir antes, ni estar al pendiente de ella o de su hija, pero les voy a pedir de la manera más atenta que se retiren, ustedes ya decidieron no tenernos a ninguna de nosotras en su vida, así que carguen con sus decisiones
- Tu no eres nadie para decirnos eso- papá suelta enojado
- Te equivocas, si soy, soy su hermana, soy la que viajó desde que le avisaron del accidente, soy la que estuvo cuidando de ella y de su hija, ¿ustedes en donde estaban? ¿Por qué ni siquiera conocen a su nieta? Por mucho que me odien, aborrezcan o quieran que no existan, tenían otra hija por la que velar, pero ni eso hicieron, ella pudo morir y a ustedes les importó un pepino- suelto con rabia- ellas no tienen la culpa de nada y aun así ustedes las abandonaron ¿Qué clase de padres y abuelos son? – me paro mas firme- así que lárguense antes de que pida a seguridad que vengan por ustedes- veo como se le quedan viendo a mi hermana, así que me giro, si ella quiere hablar con ellos no podré largarlos
- Ya la escucharon, ustedes no tienen hijas ni nieta, ustedes las perdieron hace mucho según dijeron, así que por favor, no pierdan más su tiempo en el cuarto en donde están dos mujeres que se parecen a sus hijas- aunque ustedes no lo crean, no estamos tan alterados, es hablar duro si, pero nada más- por cierto, espero ni se les ocurra acercarse a mi hija o ahí sí, no tendré piedad- se voltean indignados y se van
Suspiro y me dejo caer en el sillón, entonces en eso escucho su risilla
- No te aguantaste en reprocharles que no estuvieran aquí ahora- se ríe
- ¿Por qué no los dejaste estar? – frunce los hombros
- Ellos dijeron que no tenían hijas, ¿para que los iba a informar? – minimiza el asunto
- ¿Qué hubieras hecho si no vengo? Ellos son tus padres, Eli los hubiera necesitado- endurece la cara
- No, mi hija se hubiera quedado con Lau, Ros o lo más seguro con Susy- la veo apretar la sábana
- Hubiera quedado tan loca como Susana, ¿sabes que mal le hubieras hecho? – nos reímos
- Aun pienso que podrías arreglar las cosas, por lo menos llevar la fiesta en paz, son nuestros padres- me ve sin creerme
- Si ellos no re reconocen entonces yo tampoco a ellos, es paquete completo o nada- se enfurruña y me río, voy a abrazarla
- Estas loca- beso su frente- vaya día del diablo
- Bueno, se veían bien- asiento al separarme de ella
- Ya se ven viejos- reímos
- Algo, la edad ya les va sentando, pero supongo que no regresarán, más sabiéndote cerca- toma mi mano y comienza a jugar con la palma de mi mano
- Puedo darles un espacio- niega con la cabeza
- Paquete completo o nada- reafirma- sé que de eso no la voy a cambiar de parecer
- Para ti paquete completo incluye a Susy y a Ed, eso es un paquete enorme, tenles piedad- reímos
- Bueno, a Ed ya lo quieren, a Susy… - nos vemos- supongo que después de que me ayudó a sacar mis cosas no- se ríe- la tonta no sé que diablos les dijo- reímos
- Supongo se lo llevará a la tumba- comento
- Supones bien- me sonríe- ¿no quieres un dulcecito? – pregunta “inocente”
- El doctor te acaba de decir que te debes portar bien, no eches a perder tu avance por algunos antojos- rezongo y me ve aburrida