El mes pasó rápidamente y pronto estuvieron de vuelta en el valle, se había decidido que la siguiente transición sería en el nido.
-Tranquilo -dijo Harry cuando solo ellos dos estaban en el nido, con todos los demás esperando afuera- todo estará bien, lo más difícil ya lo superaste.
-Si, lo sé… -respondió Draco mirando la caverna como si la viera por primera vez- pero no deja de asustarme, aun no domino esto… ¿y si pierdo la consciencia otra vez?
-No lo harás, tenemos todo para ayudarte, además yo estoy contigo.
Draco sonrió nerviosamente, ciertamente eso lo tranquilizaba en gran medida.
-Oye Draco -dijo Harry sentándose en una roca- lo estuve pensando ¿te gustaría salir alguna vez?... a comer algo por ahí, unos tragos y bailar, no sé.
- ¿Y se te ocurre invitarme a salir justo ahora? -pregunto viendo que la luna estaba a punto de salir.
- ¿Por qué no? Humano hoy, humano mañana, es lo mismo, sé que dirás que sí.
- ¿Y porque habría de decir que sí? -pregunto volteando a verlo frunciendo el ceño, ya con sus ojos de color dorado y pupilas elípticas.
-Porque soy un encanto, tu domador favorito ¿Por qué más? -respondió alzándose de hombros.
-Eres un… ¡oh!...
Harry se levantó de prisa al verlo comenzar a jalarse la ropa por el cuello.
-Tranquilo, no te asustes.
-Tengo… tengo mucho calor… ¡Ah!... -gimió cayendo de rodillas al tiempo que Harry se acercaba presuroso- ¡No!... no… aléjate… es mejor…
Harry entendió y se alejó corriendo a ocultarse tras unas rocas, pronto la transformación no tardó en llegar, lo terrible es que parecía ser muy dolorosa para Draco, sin embargo, esta vez el dragón no comenzó a portarse como loco como en las veces anteriores; esta vez se quedó quieto, con las alas caídas y los ojos cerrados, respirando entrecortadamente.
Harry espero un buen rato antes de atreverse a acercar, pero finalmente, con varita en mano salió de su escondite.
- ¿Draco? -el dragón abrió los ojos y comenzó a agitarse- ¡Tranquilo, tranquilo, soy Harry! -exclamó alzando las manos para intentar calmarlo- ¡soy Harry!
El dragón lanzó un bramido que cimbró la caverna, agitó las alas y luego volvió a quedarse quieto, por lo que Harry se atrevió a acercarse más.
-Definitivamente estoy loco… -pensó con la frente perlada de sudor mientras daba pequeños pasos hacia la enorme criatura- calma bonito, soy Harry y ya somos amigos ¿recuerdas?
El dragón agitó la cabeza, luego lo miró fijo con sus ojos dorados y volvió a ladearla como un enorme perro.
- ¿Draco?
El dragón agachó la cabeza casi al ras del suelo, teniendo ya a Harry a tan solo un metro de distancia, entonces gruño y le lanzó una voluta de humo que lo hizo toser, a continuación, le dio un empujón con el hocico que lo hizo trastabillar, pero en lugar de asustarse, Harry comenzó a reír.
-Hijo de puta, ya me reconoces ¿no?
Draco se irguió y miró la caverna, luego al nido y dando la vuelta fue a echarse ahí, Harry estaba eufórico… lo había logrado, Draco había domado por completo al dragón, así que presuroso fue a alcanzarlo al nido y como pudo se trepó hasta ahí.
-Que ¿vas a dormir? No la jodas Draco, levanta ese culo perezoso.
Era hilarante ver a un hombre pequeño en comparación con aquella magnifica criatura, regañarlo como si fuera un perrito; Draco lo miró y simplemente se arrellanó en el nido.
-No seas aguafiestas, vamos a divertirnos.
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Todos afuera esperaban expectantes, cuando de repente un dragón salió volando de la caverna con Harry montado en él, pero esta vez sin brida y gritando eufórico, abajo todos rieron mientras los veían alejarse.
Harry en tanto miraba extasiado el extenso y hermoso paisaje, con el cabello bailando al ritmo del viento, esta vez sin el miedo a ser comido o carbonizado, podía sentir con claridad la piel dura y escamosa bajo sus manos, los poderosos músculos que se movían bajo sus piernas… hubo un momento en que simplemente pasó sus manos por el lomo… acariciándolo… sintiéndolo…
-Eres hermoso Draco… - musitó extasiado- un dragón perfecto…
El dragón pasó por encima de un lago y se dio el gusto de planear sobre él, Harry miró la luna y sonrió.
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Cuando el sol asomó por el horizonte, Draco volvió a la normalidad y después de que el calor abrazador se despejara un poco, Harry subió al nido para ayudarlo.
-Muy bien… -dijo tomándolo entre sus brazos- es hora de descansar ¿quieres hacerlo aquí o en tu habitación?
Draco arrugó la nariz sin siquiera abrir los ojos y suspiro girando el rostro hacia el pecho de Harry, por lo que este comprendió que lo que menos quería el rubio era hablar- ok, la próxima vez pediremos un traslador, ya no es como antes que terminabas muy lastimado.
Así que sacó unas mantas miniaturizadas de su bolsillo, por si acaso acampaban y colocó una en el suelo cubierto de hojarasca, acomodó a Draco ahí, se quitó su cazadora y se acostó junto a él cubriéndose con la manta, no se quitó las botas pues solo deseaba dormitar un poco en lo que Draco se recuperaba.
Pero más tardó en poner una mano detrás de su cabeza y cerrar los ojos que en lo que un cuerpo desnudo se le encimó, solo sonrió sin siquiera abrir los ojos.
-Vaya, vaya… -abrió los ojos para encontrar a unos dorados viéndolo con intensidad- quieres jugar ¿eh?
Draco sonrió y de nuevo sin decir palabra, hundió su nariz en el cuello de Harry aspirando su aroma; Harry se encogió y comenzó a reír mientras ponía sus manos en su cintura.
- ¡Oye me haces cosquillas!
Draco levantó su rostro y lo miró a los ojos… sus pupilas elípticas estaban dilatadas y simplemente lo besó.
Harry correspondió ese beso mientras sus manos recorrían la espalda desnuda, tenía entre sus brazos un cuerpo perfecto y estaba dispuesto a disfrutarlo hasta el último rincón.
-Mmm… -gimió Draco en medio del beso, con sus manos apoyándose en el pecho de Harry, sintiendo con deleite como las manos callosas recorrían su espalda, bajando poco a poco hasta llegar a sus nalgas y llenar sus manos con ellas… le gustaba sentir la ropa rasposa contra su piel desnuda.
Luego Harry aventó la manta e invirtió posiciones dejando a Draco debajo de él, ahí paso besar su cuello, sus hombros, su pecho y pezones mientras sus manos recorrían las piernas; Draco las abrió para dejarlo acomodarse al tiempo que revolvía la negra cabellera.
Harry solo se detuvo para quitarse las botas y la ropa, luego siguió cubriendo con todo su cuerpo a Draco para poder sentirlo a plenitud.
Ya estaba erecto y deseaba montarlo ya, pero Draco sonrió y aventándolo, se le subió encima.
- ¡Vaya, que travieso! -exclamó con Draco montado a horcajadas en él.
Draco se lamió los labios, luego se levantó un poco para acomodar el pene de Harry en su entrada y comenzó a bajar, el domador gimió de placer, pero Draco se quejó y se detuvo a medio camino.
-No hubo dilatación previa Draco ¿quieres detenerte y hacerlo antes? -preguntó deseando con toda su alma que respondiera que no.
Draco no respondió, ni siquiera negó con la cabeza… solo mantuvo gacha la cabeza mientras Harry le acariciaba los muslos, luego su pene y comenzó a masturbarlo; eso pareció animarlo y al poco rato ya estaba erecto de nuevo, entonces tomó el pene de Harry y lo intentó otra vez; esta vez consiguió meterlo hasta la base, pero no sin hacer gestos y pequeños gemidos dolorosos.
Harry no lo detuvo ni dijo nada, sabía que en esos momentos Draco actuaba más por instinto que por cordura, así que solo lo dejó hacer; un momento después Draco puso sus manos en pecho para apoyarse y comenzó a mover su cuerpo… se levantó y bajo poco a poco una y otra vez hasta que fue tomando un ritmo lento pero firme, con Harry levantando su pelvis para ayudarlo, pero después no fue necesario, Draco ondulaba su cadera con ímpetu haciéndolo gemir fuerte mientras lo sujetaba de las caderas, apretando de más dejando huellas de sus dedos en la blanca piel.
Unos minutos después grito mientras eyaculaba dentro de Draco, rasguñándole las piernas en su orgasmo; y sonriendo orgulloso Draco no le dio tregua, por lo que siguió montándolo mientras Harry se corría; él no tardó mucho en hacerlo mojando el pecho de Harry con su semen, luego se desplomó encima de él y prácticamente quedó desmayado; fue Harry quien se lo quitó de encima y lo cobijó, pues Draco había caído en un profundo sueño.
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Despertó a medio día y Draco seguía durmiendo a su lado, así que se levantó y se vistió, luego lo sentó y sin que despertara lo vistió con su cazadora.
-Es hora de irnos, dormirás en tu habitación.
-Mmm… no… -musito con la cabeza gacha y sin abrir los ojos.
- ¿No?... vamos, descansaras mejor en tu cama.
-No… mmmi… nido… -balbuceó.
Era más que claro que Draco estaba haciendo un gran esfuerzo por responder, así que decidió ya no torturarlo más.
-Ok… -pensó sacando su varita e invocando un patronus, al cual le susurró algo, luego recostó de nuevo a Draco en el suelo, lo cobijó y se acostó a su lado; al sentirlo, Draco buscó su calor y suspiró satisfecho cuando Harry lo envolvió en un cálido abrazo.
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Todos miraron al flamante ciervo dirigirse a Charlie, quien después de escucharlo se volvió hacia todos.
-Harry dice que todo está bien, pero que Draco quiere descansar en su nido y que en cuanto despierte lo llevará de regreso.
Todos miraron a los Malfoy a ver que decidían.
-Muy bien, regresemos a la casa -dijo Lucius de la mano de una sonriente Narcisa- una buena comida nos espera a todos.
Todos comenzaron a montar sus escobas y a irse del lugar.
-Descansar, ajá… -musitó Charlie haciendo lo mismo mientras sonreía.
- ¿Qué dices? -pregunto Candance.
-Nada pequeña ratatouille, vayamos a comer.
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Harry permanecía despierto mirando al techo, con Draco durmiendo a su lado; ya sentía el brazo adormecido por el peso, pero realmente no quería cortar el contacto… le gustaba ese tibio y suave cuerpo a su lado; entonces una lechuza entró a la caverna, voló en círculos hasta llegar a él, esta vez sí tuvo que liberarse para poder quitar la carta.
Era de Charlie y en el sobre iba una moneda en una bolsita.
“Draco ya no está herido, es seguro usar un traslador, los llevará directamente a su habitación”
Sabía que Draco quería dormir en su nido, pero también sabía que estaba tan dormido que no notaría la diferencia y él ya se moría de hambre, así que lo sentó, lo abrazó y luego sacó la moneda de la bolsita.
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Aparecieron en la habitación de Draco, lo cargó y lo llevó a la cama, le quitó su cazadora, le aplicó un hechizo de limpieza, lo vistió con un pijama y después de arroparlo salió de ahí.
-Necesito un buen baño -pensó dirigiéndose a su cuarto.
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-Ni vergüenza tienes -exclamó Charlie cuando Harry entro a su cuarto.
- ¿No tienes cuarto o qué? -respondió aventando su cazadora y guantes a la cama.
-Si, pero me gusta el chisme.
-No hay nada que chismear.
-Aguafiestas -dijo poniéndose de pie- ¿a qué hora nos vamos?
-Pueden adelantarse, yo me iré en cuanto Draco despierte.
-Ok, nos vemos en la reserva -dijo sin más mientras le palmeaba la espalda.
-Adiós.
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Draco despertó hasta el anochecer, se duchó y salió a cenar.
- ¡Hijo! -exclamó Narcisa sonriendo al verlo llegar al comedor justo cuando terminaban de cenar- mi amor, ven a sentarte, pediré tu cena.
Harry estaba ahí, cenando con los Malfoy.
-Buenas noches.
-Cada vez te adaptas mejor -dijo Harry antes de beber de su taza de té.
-Si, me siento mejor.
-Entonces me iré después de cenar.
Draco hizo un gesto de desencanto al oírlo, pero fue tan pequeño que nadie se dio cuenta; nadie excepto Harry, quien siguió comiendo como si nada, hasta que un par de minutos después finalmente terminó.
-Bueno, es hora de irme, todo está hecho aquí.
- ¿De verdad no quieres pasar la noche aquí? -preguntó Narcisa- siempre serás bienvenido.
-No hace falta, muchas gracias -dijo levantándose- ¿me alcanzas en mi cuarto después? -preguntó a Draco, quien asintió en silencio.
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Media hora después, unos golpecitos en la puerta se dejaron escuchar.
-Así que ya te vas -dijo Draco cuando entró al cuarto.
-Si, ya hice mi trabajo -respondió Harry sentado en la cama con una mochila al hombro- ven, siéntate -dijo dando golpecitos a su lado y dejando la mochila- ¿Qué vas a hacer ahora? -preguntó cuando Draco se sentó junto a él.
-Estoy pensando ir con un terapeuta… hay cosas en mi cabeza que necesito esclarecer aun, me falta mucho por trabajar en mí.
-Me alegro ¿y luego?
-He pensado tanto en lo que he pasado, lo que he me has dicho… tengo muchos planes, aunque aún no sé por dónde empezar.
-Lo harás bien, solo tómalo con calma -Draco asintió en silencio mientras jugueteaba con la manga de su camiseta- Regresarán a Gran Bretaña me imagino.
-Si, al menos por ahora.
-Ok ¿Y entonces qué, vas a aceptar o no?
- ¿Qué cosa? -pregunto mirándolo.
-Salir conmigo.
Una sonrisa se dibujó en los labios de Draco sin que lo pudiera evitar.
-Si ¿Por qué no?
-Puedes venir a la reserva, te mostraré el lugar, también hay buenos bares y restaurantes por la zona… aunque bueno, no realmente por la zona… no, la verdad está muy lejos.
Draco comenzó a reír y simplemente lo besó… y se besaron un buen rato, con la mano de Harry en la nuca de Draco y Draco con una mano en el hombro de Harry.
-Puedo hacer esto toda la noche -dijo Harry separándose y pegando sus frentes, luego miró a Draco a los ojos y sonrió al ver esos ojos grises más brillantes que nunca- pero ya me voy -añadió dándole un beso rápido y poniéndose de pie.
- ¿Ya?... pero…
-Tengo que levantarme mañana muy temprano, envíame una lechuza y ve pronto a visitarme, creo que te toca a ti ¿no?
Draco asintió algo desconcertado, pero luego sin más se alzó de hombros.
-Ok, entonces nos vemos luego.
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Las semanas comenzaron a transcurrir y aunque ese mes Draco no pudo ir a la reserva, Harry tampoco fue al valle de los dragones para estar con él en la siguiente transición, y aunque estaba muy decepcionado, también sabía que debía aprender a pasar por eso él solo y así lo hizo, se concentró en pasar esa prueba como él lo consideraba ya y pudo lograrlo.
Días después fue a la reserva y fue recibido por un Harry muy alegre, le hizo un recorrido por la reserva y también por el cuerpo, pues esa noche la pasó ahí, en la habitación del auror.
-¡Ah!... ¡ah!... ¡ah!... –se quejaba mientras estaba boca abajo, con Harry encima penetrándolo una y otra vez- Si… así…
Harry besaba su espalda y nuca mientras movía su pelvis con energía, enterrándose entre ese par de nalgas que lo volvían loco.
Cuando terminaron, se quedaron hombro con hombro descansando.
-Oye Draco -dijo Harry después de un rato de dormitar- ¿crees que puedes entender a otros dragones?
Draco suspiro mientras se giraba y se pegaba más a Harry, quien sonriendo lo abrazó.
- ¿Mmm?
-Eres muy dormilón… y muy mimoso después del sexo, quien lo hubiese imaginado siendo el hijo de puta estirado de la escuela.
- ¿Te hostigo? -preguntó sin siquiera abrir los ojos.
-No, de hecho, me gusta -respondió besándole la coronilla- ¿y entonces?
- ¿Entonces qué?
- ¿Crees que puedes entender a otros dragones? -Draco se alzó de hombros en respuesta- ¿eso que significa?
-Ni idea… pero algo tramas -dijo entonces abriendo los ojos y alzando el rostro para mirarlo.
-No, nada… bueno sí.
-Lo sabía -exclamó volviendo a poner su cabeza en el hombro de Harry.
-Es que digo, sería muy útil que un dragón supiera cuando solo intentamos ayudarlo.
- ¿Quieres que sea interprete de tus dragones?
- ¿Crees que puedas intentarlo?
Esta vez Draco no respondió y Harry no quiso presionar, pero al día siguiente después de desayunar, dieron un paseo por el bosque de la reserva tomados de la mano.
-Podría intentarlo -dijo Draco pateando una piedrecilla en el camino.
- ¿Qué cosa?
-Lo de los dragones.
-Oye, sino estas cómodo con eso, no importa; lo hemos hecho así durante años y lo hemos logrado.
-Pero quiero ayudar.
- ¿Estás seguro?
-Si.
-Ok ¿te parece la próxima luna llena?
-Pero te advierto que no sé qué pueda pasar, no sé cómo reaccionaré yo con otro dragón, además tendrás que tener contención y nadie debe saber lo que soy ¿cómo lograrás explicar de repente la presencia de otro dragón?
-Buena pregunta.
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Cuando Draco regresó a Gran Bretaña, Harry platicó su idea con Candance y Charlie.
-La idea es buena pero peligrosa -dijo Charlie.
-Si -convino Candance- Draco conserva su consciencia humana, pero también tiene instintos de dragón y ya mató a dos -Harry se recargó en su silla mientras suspiraba- además un dragón blanco de raza desconocida no es como que pase desapercibido.
-Lo sé… creo que después de todo es mala idea -dijo al fin Harry desanimado.
-Pero podríamos intentar con Bombón -dijo Charlie.
Bombón era un pequeño colacuerno húngaro, casi un adolescente que había sido rescatado de traficantes que pretendían venderlo a los duendes de Gringotts hacía tan solo dos meses; había sido maltratado terriblemente y no confiaba en nadie, era arisco y nadie se le podía acercar, pero al mismo tiempo era tímido, nunca salía de su nido y prácticamente no comía, Charlie le puso ese nombre porque a sus ojos era una pequeña criatura adorable.
- ¿Crees que sea buena idea? -pregunto Candance- es pequeño y lo mataría muy fácil.
-Pero precisamente por ser pequeño no representaría gran amenaza que con un dragón adulto, además al paso que va, morirá de inanición, ya intentamos todo.
- ¿Cómo solucionaremos la contención?
-Pues creo que solo nos las apañaremos Harry y yo ¿estás de acuerdo Harry?
-Lo estoy -respondió pensativo- pondré al tanto a Draco de la situación de Bombón, que vaya con la idea de que no es peligroso.
-Peligroso será -dijo Candance- los dragones son territoriales por naturaleza.
Harry asintió en silencio.
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Faltaba un día para la luna llena y Draco no había dado señales de vida a pesar de la carta de Harry.
-Lo siento -dijo esa noche saliendo de la chimenea que estaba en la sala del cuartel de domadores, encontrando a Harry y a un par de domadores más pasando el rato- no pude responder antes.
Harry se levantó y se dirigieron a su cuarto.
-Es que he estado muy ocupado… estoy buscando un terapeuta, sé que necesito ayuda, también he investigado sobre crear mi propia fundación para ayudar a quienes más lo necesitan y he estado recibiendo mucho correo de la familia, nadie se cree que no me esté pudriendo en el valle de los dragones… ¡ah! Y también fueron los aurores a preguntar sobre mis primos, nunca llegaron a su casa y sus padres han armado tremendo escándalo, pero bueno… -dijo alzándose de hombros- nosotros hemos cooperado en todo.
- ¡Vaya! -respondió sorprendido- sí que has estado ocupado.
-Lo siento, debí mandarte al menos una nota.
-No te preocupes, es solo que estoy nervioso, ya ni sé si sea buena idea.
-Si quieres lo suspendemos.
-La prudencia me dice que sí.
-Pero tú nunca has sido prudente -respondió Draco pasándole los brazos por el cuello.
- ¿Ya cenaste? -pregunto Harry abrazándolo por la cintura después de darle un besito.
-No.
-Vamos a la cocina, prepararé algo para los dos.
Después de cenar, platicaron un poco más y luego se fueron a dormir.
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Al día siguiente, después de desayunar, los cuatro fueron al nido de Bombón para mostrárselo a Draco.
-No podemos acercarnos más porque se pone agresivo -dijo Harry.
Draco vio a lo lejos al pequeño dragón, aunque eso de “pequeño” era relativo.
-No sé si pueda hacerlo -dijo mirando a Harry y luego a los demás- ni siquiera sé si pueda hablar “dragón”.
-Tranquilo, no creas que esperamos que lo puedas todo, esto es solo un experimento.
Draco no respondió, ya también comenzaba a ponerse nervioso, así que decidió dar un paseo alrededor del nido.
-No te acerques demasiado -dijo Harry- puede que te olfatee.
Draco asintió en silencio mientras se alejaba.
Paso un buen rato ahí, luego regresaron a la base donde Draco pasó solo la tarde pues los demás tenían ocupaciones, pero después de cenar temprano, los cuatro se dirigieron al nido de Bombón.
-Le dije al jefe que nosotros nos ocuparíamos esta noche de Bombón -dijo Charlie bajando de su escoba- nadie vendrá.
-Ok -respondió Harry aterrizando junto a él y luego mirando a Draco, quien también ya bajaba de su escoba- ya falta poco.
En cuanto bajo de su escoba, Candace sacó vuela pluma y todo lo necesario para tomar notas; Draco en cambio permaneció en silencio.
-Estamos lo suficientemente lejos -dijo Charlie- pero no sé qué tan cómodo te sientas tu -añadió mirando a Draco.
-Me alejare un poco de ustedes, aún estoy un poco inseguro.
-Ok.
-Vamos -dijo Harry- te acompañare y luego me alejare lo suficiente.
Draco asintió en silencio.
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Se alejaron lo suficiente de los chicos y Draco se quitó toda la ropa, no tenía caso romperla y esperó.
-Todo saldrá bien -dijo a Draco, quien miraba al cielo, pero este solo se giró para decirle:
-Aléjate ya -Harry vio que sus ojos ya eran dorados… ya eran ojos de dragón, así que corrió en cuanto comenzó la transformación.
Detrás de una roca lo vio caer el suelo, algunos gritos de dolor y luego el flamante dragón blanco, quien bufó un tanto aturdido, luego desplegó sus alas y miró hacia donde estaba Harry, quien salió de su escondite.
-Hola bonito -Draco giró la cabeza de lado y Harry pudo jurar que lo vio fruncir el ceño- ¿recuerdas la misión?... debes ir a ver a Bombón, tratar de entenderlo…
Draco levantó la cabeza y miró la brillante luna que bañaba todo con su luz, lanzó unas volutas de humo, desplegó las alas y alzó el vuelo; Harry sonrió para luego fruncir el ceño al verlo pasar de largo por el nido de Bombón.
-Pero qué…
-Tal vez quiera dar un paseo -dijo Charlie llegando con Candance.
-Pero solo tiene hasta el amanecer, no sabemos cómo reaccionará bombón.
-Relájate Harry -respondió palmeándole la espalda- ¿desde cuándo un dragón es obediente?
-Cierto -dijo resignado.
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Después de dos interminables horas, por fin vieron movimiento en el cielo tachonado de estrellas.
- ¡Vaya! Por fin se dignó el señorito a volver -dijo Harry.
Draco aterrizó cerca de la caverna que albergaba a Bombón y comenzó a olfatear el aire, dio un suave bramido y caminó hacia la entrada, en la cual había una gran antorcha que iluminaba un poco el lugar; el trio se había acercado un poco más alcanzando a ver al fondo una figura inquieta… era un pequeño colacuerno húngaro de color marrón, que se había levantado al percibir al dragón blanco acercarse.
Bramó al tiempo que intentaba lanzar fuego, pero solo unas débiles flamas salieron de su hocico.
-¡Oh míralo, se ve tan pequeño! -exclamó Candance al verlo casi a la par de Draco, quien era un dragón con excelente salud y en todo su esplendor.
Los tres estaban tensos, a pesar de todo siempre había la posibilidad de un enfrentamiento.
-Vamos Draco… -musitó Harry.
Hubo una escaramuza que los hizo montar sus escobas para ir a ayudar al pequeño dragón en caso de ser necesario, pero solo fue por algunos segundos; cuando el polvo se asentó, vieron a Draco pisándole el cuello a Bombón contra el suelo, sin embargo, no se movieron de su sitio, sabían que estaban estableciéndose las jerarquías.
Después de algunos gemidos doloridos, Draco quitó su enorme pata de Bombón y este se enderezó aturdido, luego los vieron bufar y olfatearse para luego gruñir y dar algunos aleteos y cabezazos.
-Parece que se han entendido -dijo Candance sonriendo.
Draco pasó horas dentro de la caverna y cuando el amanecer se acercó, dio un último bufido y salió; se alejó lo suficiente para regresar a ser humano, Harry se apresuró a cubrirlo con una manta en cuanto el calor de su cuerpo se calmó.
- ¿Estas bien? -preguntó al tenerlo entre sus brazos; Draco abrió los ojos y sonrió- Oh no muchachito, nada de ponernos traviesos, hay público.
Draco no dijo nada, solo alzó su mano y atrajo su cabeza para un beso, beso que fue recibido con agrado, pero también con precaución, pues ya podía oír a sus compañeros acercándose.
- ¿Todo bien? -preguntó Charlie desde lejos.
- ¡Si, todo bien! -pero Draco hizo un mohín y abrazó a Harry con fuerza.
- ¿Qué pasa? -pregunto Candance ya junto a ellos.
-Nada -respondió Harry atrapado- es solo que se pone un poco mimoso después de transformarse.
-Vámonos ratatouille, no nos vaya a dar mal de ojo por ver cosas.
-No sean tarados, no vamos a hacer nada… ¡no, ya dije que no! -exclamó tratando de quitarse los brazos de Draco, quien seguía haciendo pucheros- lo único que vamos a hacer ahora es dormir… anda pórtate bien y dormiremos juntos -añadió tomándolo por la barbilla.
Los ojos dorados lo miraron atentos por unos segundos, como analizando la propuesta, luego para alivio de Harry, sonrió mientras asentía.
-Vamos -lo envolvió en la manta y lo sentó con él en la escoba mientras lo sujetaba con un brazo y la dirigía con la otra.
No tardaron mucho en llegar a la base, pero Draco ya iba dormido.