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Cómo inician las cosas

Notas del fanfic:

Inazuma Eleven no me pertenece,  le pertenece a Level-5 y a sus respectivos creadores.  Por lo tanto esta obra de ficción se realiza por diversión y sin fines de lucro.


 

Notas del capitulo:

Saben… se supone que esto era un one shot.


Al menos así lo empecé. Como mencione hace algunos meces, termine enfermándome de covid y tuve que hacer cuarentena. En ese momento, cuando no dormía la mayor parte del tiempo,  tratando de no escuchar el ruido en mi cabeza al estar sola. Me puse escribir esta historia. Más que nada empezó como blablablá sin sentido. Si soy mala usando el teclado de la computadora, soy peor usando el teclado del celular donde escribí la mayor parte de esto.


Y los archivos se quedaron allí, en mi teléfono. Porque, si. No sé qué hice que escribí esto en varios archivos diferentes a pedacitos.


Al final por cierta cuestión, tuve que pasar archivos del teléfono y hacer limpieza. Volviendo a encontrarme con el borrador. Y otros medio-borradores que también son Inazuma eleven. Pero de otros personajes y parejas.


Y bueno, por que no. Ya estaba allí, ya lo había escrito. Solo había que unir las partes y corregir algunas cosas para que tuviera coherencia. Al hacer la revisión, fui metiendo cosas, algo aquí, algo allá. Pero me di cuenta que comenzaba aquedar largo, al menos para ser un one shot.


Así quedo en seis capítulos cortos. Que iré subiendo de poco a poco.


Esta es una historia sencilla y simple. Algo bonito, algo lindo. Como dicen Fluff y warm.


Y obviamente al ser escrito por mí esto si tendrá lemon al final de todo. Porque de nuevo, esto se supone que iba a ser un one shot.



Y bueno.


Inazuma Eleven no me pertenece,  le pertenece a Level-5 y a sus respectivos creadores.  Por lo tanto esta obra de ficción se realiza por diversión y sin fines de lucro.


Espero que les guste.

I

Capítulo I


Para Yuuki Tachimukai todo había iniciado con las transmisiones del torneo de Futbol Frontera. Participar en aquel gran evento era el sueño de todo estudiante de secundaria apasionado del soccer.


En ese año en especial. Había sucedido un evento en particular, un pequeño cuento de Cenicienta. Ya que el equipo de una escuela que no había participado en años, se había alzado sobe los equipos más fuertes de la región en un gran despliegue de habilidades y técnicas increíbles. Incluso dentro de sus filas tenían a gente del calibre de Shuuya Gouenji y Yuuto Kidou que eran las grandes promesas en el deporte juvenil. Eso podía hacer pensar a los demás equipos que el reciente éxito de Raimon recaía en aquellos dos chicos. Pero esto no era así. Una vez en el campo de juego se podía ver que el verdadero corazón del equipo, la razón por la que ha llegado tan lejos. Es su capitán, Mamoru Endou y su contagioso entusiasmo.


Por ello, cuando Tachimukai lo vio realizar la Mano Fantasma por primera vez. Sintió un gran estremecimiento. Una emoción incomparable de que cualquier cosa era posible.


Enseguida Yuuki supo que quería seguir ese camino. Quería ser como aquel chico de banda naranja. Ser alguien en quien su equipo pueda contar, alguien lleno de confianza.


Paso de ser medio campista a ser portero. No tuvo problemas con su equipo por esta decisión, al contrario, los demás lo animaron a probar algo nuevo. Dándose cuenta que el esfuerzo que el castaño ponía en sus entrenamientos día a día sacaba a relucir sus verdaderas habilidades. Logrando copiar a la perfección la Mano Fantasma.


La admiración de Tachimukai creció conforme avanzaba el tiempo. Transformándose paulatinamente en algo más.


Para el final del torneo FF. Él ya era más que consciente de sus sentimientos.


Le gustaba Endou-san.


Pensar en eso lo hace sentirse avergonzado. Por una parte, porque es su primer amor, por otra porque Endou es mayor. También estaba el hecho de que se trataba de un chico al igual que él. Pero sobre todo, por qué Tachimukai creía de sí mismo que es alguien tímido y torpe. Es tan diferente al chico que veía por televisión siempre dando lo mejor de sí mismo.


Era justo esa barrera. El saber que no conoce en persona al capitán del Raimon, lo que hizo que no se cuestionara mucho sus sentimientos. Los percibía como una pequeña fantasía romántica que no se podría realizar. Por ello, al final, no se cuestionó mucho las cosas. Tenía sentimientos románticos por Endou-san, son un secreto y no tiene remordimiento por ellos…


O bueno, quizás solo unos cuantos, en esas mañanas que despertaba con la pijama húmeda después de tener un sueño entretenido con Endou. O cuando no necesitaba estar dormido para tenerlos.


Jamás imagino que conocería Endou en persona.


Por eso, cuando el director de su colegio les confeso a él y a su equipo, que tenían en su poder una libreta con las técnicas secretas de Daisuke Endou y que su nieto y todo el Raimo llegaría dentro de poco a recogerla. El corazón de Tachimukai dio un vuelco completo.


Qué era lo que haría entonces.


Aún que la respuesta era muy obvia, en la cabeza del pequeño portero pasaron miles de pensamientos. Sin embargo, la que más resaltaba. Era el terrible escenario donde Endou lo despreciará por copiar sus técnicas o incluso por qué sus habilidades de portero aún no son tan buenas. Incluso que puede que sea una molestia. Que su personalidad lo traicionara. Mostrando sus sentimientos, volviéndose una molestia…


Eso solo aumenta su nerviosismo. Junto al sentimiento contradictorio de ansiar ver en persona a Endou por primera vez.


Cómo lo imagino. El día que conoció a su héroe sus nervios lo traicionaron. El resto del Raimon no tardo en notarlo e incluso comentarlo. Pero Endou. Endou-san era aún mejor de lo que había imaginado. Es amable, entusiasta, optimista.  Lo había alagado por su técnica. Mostrándose interesado por su talento y felicitando por su esfuerzo. Inspirándolo a qué continuará. Le mostró una nueva técnica e incluso le enseño en persona la manera en la que entrenaba y lo hizo a su lado.


Esa tarde Endou le dijo:


“Mantén una actitud positiva. Nada es imposible. Si lo quieres lo conseguirás”


Ninguno de los dos hubiera imaginado que al día siguiente todo se derrumbaría.


El partido contra Génesis había puesto mucha tensión sobre Raimon. Para algunos miembros las respuestas a algunas preguntas que habían estado haciéndose en privado fueron contestadas, llevándolos a la decisión de irse sin voltear atrás. Para alguien más, fue su punto de quiebre. Otros más entendieron que el camino iba a ser más difícil de lo que habían imaginado.


Pero el que se llevó la peor parte fue Endou en muchos sentidos.


Tachimukai recuerda como todo el equipo parecía negar ese hecho. Como si ellos mismos no pudieran creer que Endou podía sentirse presionado por la situación.


Fue Aki quien le pidió ayuda cuando las cosas no mejoraron. Ella le tuvo que  explicar la situación de Fubuki y cómo Endou se sentía responsable de ello. De cómo Kazemaru y Kurimatsu habían abandonado el equipo dejando al capitán en un gran estado de abatimiento. Ella lucía tan angustiada que Tachimukai no cuestiono nada, aceptando de inmediato a ayudarla.


Él había sido el único que había conseguido hacer entrar en razón a Endou. El que le devolvió su sonrisa y optimismo. Eso lo lleno de una gran confianza en sí mismo, que se ofreció a ir con el Raimo en la caravana relámpago para ayudarlos en su travesía contra los alíen.


Ser parte del mismo equipo que Endou es un sueño hecho realidad.


Ahora pasa el tiempo con la persona que abarca una parte importante de sus pensamientos. Se sienta a su lado durante el viaje, platicando y entrenan juntos todos los días mientras escucha llamarlo por su nombre.


En el Raimon todos lo recibieron con los brazos abiertos. Volviéndose parte del equipo prácticamente al instante a pesar de los problemas de adaptación iniciales al estilo de juego del Raimon.


Endou era algo más que su capitán. Le dedica más tiempo extra que a los demás solo por compartir la posición de porteros. Ese era su lazo. Un lazo que por breves instantes hacía pensar ingenuamente a Tachimukai que podía transmitir de alguna forma sus sentimientos.


Pero el que terminó rompiendo esas ilusiones sin querer fue Kidou.


Esa tarde, habían tenido un pequeño entrenamiento antes de partir en barco hacia Okinawa a buscar al goleador de fuego con la esperanza de que se tratará de Gouenji. En ocasiones como esas usaban el interior de la caraba relámpago como vestidor. Mientras se cambiaban, por una mala broma de Kogure, salió la luz el tema de la temporada en la que Endou se había deprimido. Hasta ese momento, nadie había tocado el tema. Era un asunto delicado que era mejor tener en el olvido para enfocarse en otros aspectos. Endou, sin embargo, se disculpó tranquilamente con sus compañeros por todas las molestias que causo en esa ocasión. Lo hizo de manera serena pero con bastante seriedad. Asegurándole a todos que ese asunto ya estaba resuelto, que estaba bien y que no debían de preocuparse. Mostró su animada sonrisa de siempre, termino de cambiarse y se fue a ayudar a las chicas con la cena de esa noche.


Todos se mostraron incómodos y culpables. No habían sabido lidiar con esa situación o hacer algo más por el capitán que siempre había estado ahí para ellos. Fueron completamente inútiles y lo saben.


Sintiendo la pesadez en el ambiente. Tachimukai comento desanimado en voz alta:


―Que se fueran Kurimatsu y Kazemaru del equipo debió de ser un gran golpe para Endou-san.


―Fue culpa de Kazemaru por romper el corazón del capitán.


Soltó Kogure en una de sus bromas que parecen más, pequeñas verdades incomodas.


― ¡Kogure!


Fue Kidou el que llamo la atención para regañarlo.


―No dije una mentira.


El pequeño frunció el ceño y salió corriendo de la caravana a buscar a Haruna.


― ¿He? ¿Que?


Tachimukai pregunto desconcertado. ¿Acaso había entendido mal?


Voltea a ver a los demás. El resto se ríen forzados o simplemente fingieron ignorancia. Terminaron de cambiarse y salieron de la caravana. Kidou fue el único que se quedó y se tomó el tiempo de explicarle lo que ocurría.


Tachimukai no sabía que decir con lo que Kidou le había contado:


―Entonces. Endou-san y Kazemaru… ellos dos…


Le duele, le duele mucho.


Kidou le explica con seriedad:


―Supongo que se puede decir, que no es como si fuera un secreto. Endou y Kazemaru siempre fueron muy discretos en ese aspecto. Tampoco fue algo con lo que hablarán abiertamente con el equipo. Pero nosotros nos podíamos dar cuenta de lo que ocurría. En especial al estar jugando en el mismo campo que ellos. Supongo que esa es la misma razón por el cual las chicas no son conscientes de todo este asunto. Quizás es lo mejor. Después de todo ellas también tiene sus propios asuntos respecto a Endou.


―Pero…


―Si ellos no lo hablaban abiertamente con nosotros, nosotros no íbamos a decir nada. Por esa razón, cada quien en el equipo lidio con ese asunto a su manera. Algunos lo dejan pasar, otros fingen que las cosas no son diferentes a lo normal y algunos más respetamos lo que estaba pesando. Además, nunca había sido un problema durante los partidos. Lo que quiero que entiendas es que Endou no solo perdió a un compañero de equipo ese día, perdió más que eso ―el chico mira al menor agachar la mirada incómodo. Continuo―. Lo lamento mucho, Tachimukai.


― ¿Que? ¿Porque?


Yuuki se sobresalta nervioso.


―Espero que no haber hecho que dejaras de admirar a Endou por contarte esto.


― ¡No! ¡Claro que no!  ―recalca el pequeño―. ¡Eso jamás pasará! Ese tipo de cosas no son importantes. Endou-san sigue siendo grandioso.


―Ya veo. Me alegra escuchar eso.


Contesta Yuuto con una leve sonrisa. Hasta el momento nadie había rechazado a Endou por estas cuestiones. Pero con Tachimukai sus preocupaciones son otras.


―Tachimukai ―le llama―. Nosotros pensamos que lo mejor es no tocar el tema de Kazemaru con Endou. Puede ser muy doloroso para él.


―Entiendo ―Yuuki contesta firme.


―Tachimukai lo que quiero decir. Es que en este momento, lo que necesita Endou es un amigo. No algo más.


― ¿He?


―Sé que entiendes lo que te digo.


Kidou siempre es tan perspicaz. Tachimukai se pregunta cuándo es que el otro se dio cuenta de sus sentimientos o si acaso es muy obvio. No puede evitar ruborizarse avergonzado.


Yuuto continúa hablando con calma:


―Tú fuiste quien le devolvió su ánimo a Endou. Eres importante para él en este momento. Si llegas a decirle algo, las cosas pueden llegar a complicarse.


―Yo no…


―Lo siento mucho ―se puede notar la aflicción en la voz de Kidou. No quiere hacerle daño al menor con sus palabras. Pero el equipo está en un punto frágil en este momento―. Se que lo que te pido no es justo, pero…


― ¡No te preocupes por eso! ―Tachimukai interrumpe― ¡Yo entiendo! ―baja su mirada―. Hay otras cosas más importantes. ¿No es verdad?


―Tachimukai…  ―Kidou le sonríe con aflicción. El menor es demasiado bueno―. Quizás cuando todo esto termine. Tú puedes…


― ¡No! ―Tachimukai grita avergonzado―. Quiero decir… No. No le digas a nadie más, por favor. Yo no quiero ser una molestia para Endou-san. Así que…


―Ya veo. Entiendo. No debes de preocuparte. Como te dije, si no lo mencionas, nadie más lo hará.


Kido bajo de la caravana.


Tachimukai se quedó solo. Estaba intranquilo. No solo por el hecho de que Kidou se diera cuenta de los sentimientos que albergaba por el capitán. Si no por la situación en la que estaba. El pequeño portero nunca se había puesto a pensar que Endou podía tener una persona que ya le gustará o que incluso tuviera una relación con alguien. Había sido muy egoísta por pensar así.


Bajo de la caravana e inmediatamente Endou se acercó a él preocupado.


― ¿Que te ocurre, Tachimukai? ¿Por qué tienes esa cara? ¿Paso algo? ¿Fue por lo de hace un momento?


― ¿Que? No. No es nada – el castaño sonríe nervioso. Kidou tiene razón. Lo que necesita Endou en este momento es alguien que le dé su apoyo incondicional ―excusa―. Estaba pensando que mañana sería la primera vez que viajaré a Okinawa. Estoy un poco nervioso.


Ve a Endou sonreírle, contándole sobre sus esperanzas de encontrar a Gouenji.


Tachimukai tomo una decisión en ese momento. Si quería apoyar a Endou era solo como un miembro más del equipo.


Durante su viaje por todo Japón, entre partidos desafiantes, duros entrenamientos y conocer nuevos amigos. Tachimukai se convenció que nunca podría ser algo más para Endou que su aprendiz.  Seguramente el seguía teniendo sentimientos por Kazemaru y solo esperaba el día en que regresara a ciudad Inazuma a reencontrase con él.


Pensar así es doloroso. Sabe que será muy difícil para él cuando eso ocurra. Por eso desearía no animarse cuando Endou lo invito a su casa junto a los demás a una parrillada, o emocionarse cuando le ofreció la confianza de cuidar de la portería del Raimon o sentirse especial cuando le ofreció la Mano Invencible.



¡Chutatatan! ¡Dopapapapan!


El sonido fuerte de una palmada para alertar sus sentidos. Cierra los ojos para percibirlo con su mente y alertar su espíritu.


Esa es la clave para entender la Mano Invencible. Sin embargo, aún está muy lejos de perfeccionarla en ese momento.


 Toma un descanso de la práctica por petición de Tokko. La chica piensa que Tachimukai necesita descansar.


Tachimukai se queda en una esquina del campo tomando agua de la botella que le entrega Haruna. La chica se va corriendo en cuanto ve a Kogure hacer una de sus bromas. Pero Yuuki no se distrae. Mira a Endou al otro extremo de la cancha prácticamente encerrado dentro de un montón de neumáticos y se sonríe sin querer. Él tampoco se puede dar por vencido tan fácilmente.


―Chutatatan. Dopapapapan.


Murmura para sí mismo mientras toca su pecho apretando su camiseta.


¿Es igual al sonido de su determinación o acaso es el de su corazón?


¡No es el momento de pensar en eso! ¡No puede distraerse en estos momentos! Endou contaba con él para descifrar el secreto de la Mano Invencible. Sus sentimientos no deben de intervenir. Sacude su cabeza y palmea sus mejillas buscando ordenar sus prioridades.


― ¿Que te ocurre, Tachimukai? ¿Sigues pensando en cómo realizar la Mano Invencible?


Tsunami se acerca despreocupado hacia el menor. Últimamente el moreno se había apegado mucho hacia el pequeño portero. Aunque el chico de Okinawa dejaba de lado los títulos honoríficos, sin duda alguna sigue comportándose como todo un senpai.


Tachimukai contesta:


― ¡Ah, sí! Tengo que ser capaz de perfeccionarla.


―Ya veo ―el mayor le contesta sonriente. Mira a Tachimukai observar donde se encontraba Endou entrenando. Por lo que agrega desenfadado―. Después de que logres la Mano Invencible. Le dirás al capitán lo que sientes por él ¿no?


 ― ¡Heee!


― ¿Ah? ¿Me equivoqué? Pensé que te gustaba el capitán ―dijo Tsunami muy tranquilo, casi distraído.


En seguida el menor mueve las manos a todos lados tratando de que el moreno bajara la voz.


―Calma. ¿Qué ocurre? – siendo el chico relajado que es Tsunami no entiende inicialmente el alboroto del otro―. No me digas que es un secreto.


Tachimukai agacha la cabeza avergonzado, muy sonrojado.


―Es que…


―A mí no me importan ese tipo de cosas. No voy a tratarte diferente por eso. Así que no debes de preocuparte. Además pienso que tienes una oportunidad. Endou me da la impresión de que no es el tipo de persona que se preocupa por si es un chico o una chica la persona que le gusta. Así que…


― ¡¿Que?! ¡No! ¡No es por eso!


Tachimukai interrumpe antes de que las palabras de Tsunami lleguen más lejos.  No sabe cómo es que el moreno puede hablar de estas cosas con tanta tranquilidad.


― ¿Entonces?


Aprovechando que estaban lejos de los demás. Se sientan en una banca, mientras Tsunami bebé un poco de agua de una botella, Tachimukai habla sobre todo. Sobre sus sentimientos hacia el capitán, de sus preocupaciones. De cómo Endou debió de reencontrarse con Kazemaru. Y lo que significa para él. Tachimukai no sabe porque lo hizo, porque le confío todo a Tsunami sin dudarlo. Quizás solo porque no tenía a nadie más con quién desahogarse. Todos los demás en el equipo tratan este tipo de cosas con demasiado secretismo.


Sin embargo, Tsunami es diferente. Él no llego a conocer a Kazemaru, ni la situación tan difícil por la que paso Endou cuando lo abandonaron. Era completamente imparcial en este asunto.


Por eso fue él. Quien sin querer, le devolvió sus esperanzas a Tachimukai y le daría un consejo que más de una vez en la vida llegaría a aplicar.


―Ya veo ―el moreno baja la botella dejándola aún lado. Mira hacia donde está Endou. Comenta naturalmente―. ¿Eso es todo lo que te preocupa? Pensé que sería algo más grave.


― ¿Porque dices eso? Es algo muy serio


Tachimukai se incomoda evitando dar la mirada al moreno.


Pero Tsunami le contesta seriamente:


― Escúchame Tachimukai. Tú eres un chico con muchas agallas. Me sorprende que estés dudando


― ¿Pero Endou y Kazemaru?


―Deja de pensar en eso ―interrumpe el mayor seriamente dando un golpe en la banca con la palma de su mano―. No te parece que si aún hubiera algo entre ellos, Kazemaru estaría aquí. Entrenando con nosotros en este momento y apoyando a Endou.


―P-p-ero…


―No debes de dudarlo, Tachimukai ―el mayor cambia por completo su actitud a una muy seria―. Cuando un surfista ve una ola acercarse a él, no la esquiva. Se monta sobre ella para domarla.


―Tsunami, dime ―Tachimukai agacha su mirada pensativo. Aún le sorprende la manera en la que Tsunami podía cambiar su actitud desenfadada por esa que se muestra más madura. Pregunta―. Cuando una ola muy grande viene hacia ti. ¿No te da miedo caer y hacerte daño?


―Claro que sí. Siempre hay una ola que no puedo montar. Me caigo. No importa cuántas veces lo intente es como si la ola no quisiera que la montará. Pero siempre encuentro la manera de recuperar mi energía y le digo a la ola mañana te montaré, ya lo verás ―Tsunami responde con toda convicción―. Me sentiría más arrepentido de no intentarlo. Caer es doloroso, pero eso no es tan malo. Esa es prueba de que estás superando los obstáculos. Además ―sonríe―.  La satisfacción de saber que logré superar ese miedo, es lo que hace que siga buscando cada vez, olas más grandes. Así que tú también deberías pensar en domar tu ola. Y si te caes. Aquí estaré yo para ayudarte.


―Tsunami…


― ¡Así que deja de poner esa cara tan seria!  ―el mayor rodea con su brazo al menor atrayendo hacia él en un acto de camaradería―. Verás que todo estará bien.


Logrando animar a Tachimukai sacándole una sonrisa.


― ¡¿Endou que estás mirando?! ―se escucha el grito de Kidou― ¡Pon atención! ¡El balón!


Al mismo tiempo que un balón va a dar en la cara del capitán.


 


Continuara...


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