Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De hamburguesas y algo más.. por AIKO_love

[Reviews - 7]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Si aun no adivinan para quien es, esto fue escrito para mi amigo Yami, al que adoro!!.. Espero que tu cumpleaños haya sido feliiiz! Y.. Ánimo, ne?.. Unos días tarde en esta página, pero aquí está n___n!!..

Notas del capitulo: No puedo seleccionar todos los personajes, perdonen u.u..

Ryoma cerró la funda de su raqueta, mirando de reojo a su senpai, que en ese momento se quitaba la playera con la insignia del Seigaku bordada en el pecho. Volvió a sus labores de recoger sus pertenencias al sentir como un ligero bochorno le llegaba al cuerpo de repente. Se sentó en la banca dentro de los vestidores, y se propuso distraerse un poco, en lo que Momo terminaba de alistarse para regresar a casa.

-¿Echizen?..-. Llamó tan de pronto el mayor que le hizo dar un respingo.

-¿Mmm?..-.

-Vamos a comer hamburguesas, estoy que me muero de hambre!..-. Dijo con una sonrisa socarrona en el rostro, a la vez que se frotaba la barriga con exagerados gestos.

-Claro, Momo-senpai, pero..-.

-¿Ahh?..-.

-Es tu turno de invitarme..-. Y, sin decir más, salió del cuarto, ocultando una mirada divertida bajo la, ya acostumbrada, gorra blanca, oyendo los reclamos de su superior por lo injusto que aquel trato le parecía.

-No pienso pagar medio local de hamburguesas para que quedes satisfecho!..-. Gritó Momo al alcanzarle a la salida.

.Entonces no voy..-.

-Echizen!..-.

-Ni de coña..-.

-Oye!..-.

-No..-.

-Pues.. Entonces quédate sin hamburguesas hoy!.. Al fin, disfrutaré de ellas, no importa si estás o no a mi lado!..-. Gritó con una furia fingida, en su último esfuerzo para que aquel niño engreído le siguiera hasta el restaurante de comida rápida.

-Adelante..-. Habló el menor, sin detenerse si quiera. -Ojalá.. Que te dé una indigestión.. Momo-senpai..-. Susurró cuando se hubo bastante lejos para que el mayor le oyera. -Idiota..-. Exclamó, tratando de sonar indiferente, pero un tono de ligera decepción se hizo notar en su voz.

 

 

* * * *

 

 

 

Momoshiro avanzó por el pavimento con pasos resonantes, eso si que no se lo esperaba. Claro, sabía que le tocaba invitar a él, pero Echizen no había insinuado siquiera que le acompañaría pagara o no la comida, y eso, queriendo o no, le dañaba, como si le importase mas la comida gratis que pasar una tarde con él. No esperaba mucho del niño, después de todo era Echizen Ryoma, la persona mas arrogante que jamás había conocido pero, por alguna extraña razón, sus caracteres se habían acoplado de una forma increíble, había llegado a aceptar la actitud de Ryoma con el tiempo, y podría decirse que esa faceta silenciosa de autosuficiencia era una de las cosas que mas le gustaban del menor.

Gustar.. Qué curioso sonaba hablando de Ryoma con esa palabra..

Le restó importancia, si continuaba con su enojo las hamburguesas no sabrían tan deliciosas como de costumbre.

 

* * *

 

 

Ryoma fijó su vista en la pequeña pelota que, desde hacía ya unos minutos, Karupin correteaba como si se tratase de algo vivo. A veces no comprendía como es que un gato podía ser feliz con cosas tan simples. Soltó un largo suspiro de resignación y se recostó sobre la almidonada cama de su habitación, cerrando los ojos a la vez que su brazo se posaba con desgana en su estómago, que gruñó expresando su necesidad de alimento. Abajo su madre había preparado la comida, sirviéndole generosa una deliciosa ración, sin embargo, al mirar el plato de comida, un desagradable sentimiento le invadió, y no precisamente porque el bol de arroz blanco no luciera tentador, sino porque no tenía con quien compartir esa delicia.

Momento. ¿De cuando a acá necesitaba de compañía para disfrutar de una buena comida?..

‘Desde que conociste a ese idiota..’. Resonó estridente en su mente, causándole una molestia tal que arrebató toda ansia de devorar la comida frente suyo.

Subió a su habitación, dejando el plato intacto. Tenia que deshacerse de aquella frustración que le había causado el altercado con Momo. Miró el pequeño móvil naranja que se encontraba sobre la mesilla junto a su cama. Pensativo, lo tomó entre sus manos, observándolo con detenimiento, como si de un momento a otro fuese a anunciar, con un agudo y musical sonido, que tenía una llamada entrante.

-Llámame.. Llámame, discúlpate y todo arreglado..-. Habló Ryoma por lo bajo, mirando el pequeño aparato con un destello de esperanza. -Vamos, hazlo..-. Luego de unos minutos, descartó la idea de que el mayor se dignara siquiera a telefonearlo, así que arrojó el celular sobre la colcha azul. -Momo-senpai..-.

 

 

* * *

 

 

 

Se maldijo a sí mismo por ser tan idiota. ¿Cómo es que había pasado el restaurante de comida rápida sin siquiera notarlo?..

Caminó por largo rato tan rápido que el local de hamburguesas había quedado a no menos de diez cuadras. Pateó una lata de refresco vacío que reposaba sobre el gris suelo, y continuó su camino de regreso. Tan ensimismado caminaba hacía minutos que ni siquiera se había tomado la molestia de notar qué tan atrás dejaba el restaurante. Ahora tendría que caminar de regreso, otras diez cuadras con el estómago gruñéndole como loco.

-Maldición..-. Exclamó por vigésima vez en los cinco minutos que llevaba de vuelta.

-¿Momo?..-. Una infantil y conocida voz le llamó desde un costado, dentro de uno de los locales de la avenida.

-¿Eiji-senpai?..-.

-Hola!!..-. Con alegría, el pelirrojo salió del local donde se encontrase, con una pequeña bolsa roja, atada con un cordón blanco, en la mano izquierda. -¿Qué haces por aquí, nyah?..-.

-Yo.. Sólo caminaba un poco..-. Sonrió con nerviosismo, lo único que le faltaba era quedar como un tonto frente a uno de sus superiores. -¿Qué llevas ahí?..-. Preguntó de repente, curioso por lo que llevaba el de ojos azules en la mano.

-Eh-h!…. Esto es sólo.. Un regalo de aniversario!.. Se ha cumplido un año y yo..-.

-¿Un año?.. ¿De qué?..-.

 

El pelirrojo se cubrió la boca con su mano libre, temeroso de que, si la destapaba, brotara todo lo que, se supone, era un secreto.

-N-Nada Momo, no digas nada a nadie, especialmente a Oishi, nos vemos luego, nyah!..-. Y, con pasó veloz y un poco torpe, su sonrojado senpai salió corriendo calles abajo.

-¿Pero qué..? ..-.

-¿Momo?..-.

-Oishi-senpai!.. Hola, apenas hace un momento Ei-..-.

-¿Has visto a Eiji por aquí?..-. Oishi miraba a ambos lados, en una actitud extraña y misteriosa. Llevaba en sus manos un gran paquete de envoltura simple color blanco, y un gran lazo rojo en la parte superior. -No lo he visto en todo el día, creo que trama algo..-.

-Ehh.. Él se..-.

-¿Luce bien la envoltura?.. No sabía si el moño de ese color era demasiado.. ¿Crees que es romántico?..-. Interrumpió de nuevo el de ojos verdes.

-¿Ahh?!..-. Oishi-senpai yo.. -.

-Espero le agrade, le gusta el color rojo así que.. ¿Si fuera para ti te sentirías halagado?..-. Preguntó mostrándole nuevamente el regalo. -No sé si sea lo adecuado, Eiji no dijo nada aun, pero ya es un año así que..-.

-¿Eiji-senpai?!.. ¿El regalo es para Eiji-senpai?..-.

-Ahh!!.. No, no, claro que no.. Es.. Para Ryuuzaki-sensei!.. Si, es para ella!.. Pronto será su cumpleaños..-. Dijo con un tono poco convincente.

-¿De verdad?.. Vaya, no lo sabía..-. Admitió Momo, extrañado por la actitud nerviosa y el sonrojo del de ojos verdes.

-Debo irme, no digas a nadie que me viste aquí, ¿de acuerdo?.. Gracias Momo!!..-. Y Oishi corrió con el paquete entre las manos.

-Vaya, el mundo está de cabeza hoy..-. Y, sin saber que pensar, siguió caminando, guiado sólo por el olor a papas fritas, que cada vez se hacía más intenso.

 

* * *

 

 

La pelota rebotó de nuevo en la pared, dando en el mismo sitio que las anteriores. Respiró sofocado, había estado jugando tennis toda la tarde, con la esperanza de que eso le extraviara un poco de sus pensamientos. Echó la bola al aire y, con un golpe seco, la mandó hacía el frente con decisión. Podía ir a las canchas públicas, ahí de seguro habría alguien bueno dispuesto a jugar un partido, sin embargo, había preferido pasar la tarde rebotando una gastada pelota contra alguna de las paredes que rodeaban el amplio patio de su casa.

Jugaba contra aquel muro que, sin objetivo ni rivalidad algunos, le devolvía los golpes, así sucesivamente, se habían ido ya unas horas. Hastiado, dejó su raqueta roja en el suelo, y se dejó caer junto a ella, bajo los cálidos y naranjas rayos que el sol regaba por toda la ciudad.

 

-Es suficiente..-. Susurró. -No puedes jugar así conmigo..-.

 

Se levantó sacudiendo su pantaloncillo corto y, con energía renovada, se dirigió al cuarto de baño, una ducha era lo que necesitaba, una ducha y Momo-senpai..

 

* * *

 

 

-¿Qué desea?..-. Le preguntó por tercera vez la joven mujer que, aunque con tono amable, dejaba ver, entre una sonrisa ensayada, su impaciencia.

-Yo.. Quisiera 6 hamburguesas dobles, una orden de papas fritas extra y una soda grande también, por favor..-. Dijo inseguro luego de unos minutos.

-¿Eso es todo?..-.

-¿Tú que vas a pedir, Echi-?..-. Miró a su derecha, buscando al niño que siempre le retaba, pero ese lugar estaba vacío.

-¿Disculpe?..-.

-Yo pensé.. Una expresión triste fue a parar en sus violetas orbes, recordando que Ryoma no estaba con él, esa vez no.

-¿Desea algo más?..-.

-Si..-. Sonrió por lo bajo, un plan acababa de cruzar su mente. -¿Podría darme otra orden igual?, y.. agregue una hamburguesa más.. Seguro que está hambriento..-.

 

~*~ ~*~ ~*~

 

 

-Más vale que te disculpes, Momo-senpai.. Iré a verte para que me pidas disculpas..-. Se repetía mentalmente Echizen, tomando la funda de su raqueta y colgándosela al hombro.

Lento, bajó las escaleras a punto de salir, calzándose sus zapatillas de deporte. Abrió la puerta principal, encontrándose a Momo sonriendo un poco apenado. Traía en una mano la bolsa con el logotipo del local de hamburguesas en el frente, y, con la otra, sostenía los vasos llenos de frío refresco.

-¿Qué haces aquí?.. Yo iba a..-.

-¿Buscarme?..-. Cuestionó esperanzado el mayor.

-No, no te ilusiones, iba a las canchas..-.

-Ya veo.. -. Dijo Momo bajando la vista un poco, tratando de ocultar su desaire. -Yo he traído esto.. Pensaba en ti y supuse que tendrías hambre.. ¿Comemos?..-. Preguntó Momo con un tono dulce y animado, mientras extendía a Echizen la bolsa con la comida. -He traído una extra para ti.. -.

Ryoma lo miró por unos segundos, buscando al altanero chico que normalmente era Momo, sin embargo, algo en sus pupilas le decía que lo único que deseaba el mayor en esa tarde era disfrutar de una deliciosa comida a su lado.

Fueron al patio trasero, recargándose ambos en uno de los árboles que ahí se situaban. No pronunciaron palabra, sólo comieron, intercambiando, de vez en cuando, miradas de soslayo. Bebieron las sodas, que se notaron refrescantes, dejándoles un sabor dulce en la boca.

-¿Me perdonas?..-. Preguntó Momo rompiendo el silencio.

-Es lo mismo..-.

-No, no lo es..-. Calló un momento, antes de seguir. -Hoy me di cuenta de algo, sólo quiero que lo sepas..-. Buscó aquella mirada ambarina, pero el menor la ocultaba bajo algunos mechones oscuros. -Me gusta estar a tu lado, y no es por simple diversión.. Tu compañía me hace feliz..-. Se detuvo soltando un suspiro, y dirigió sus ojos al cielo, que se notaba ya oscuro, dando paso al manto de estrellas. - No sé como pasó, Echizen, no me lo explico.. Pensé que era amistad, o cariño, tal vez..-. Jugaba con sus dedos, nervioso. -¿Es lo que un amigo siente hacia otro?..-.

-¿Es que no te has dado cuenta aun, idiota?..-.

-¿Qué?.. ¿De qué hablas?..-.

-Eso que tú sientes es amor, Momo-senpai..-.

-¿A-Amor?!..-.

-Bésame.. Házlo y date cuenta..-.

Sumiso, Momo obedeció. Probó los finos labios de Ryoma, atrapando el cuerpo del menor con el suyo, temeroso de que en cualquier momento esa ilusión fuera a desvanecerse.

-¿Lo ves?.. No hace falta ser un genio para darse cuenta..-. Susurró Echizen, chocando su aliento con los labios del mayor, que se encontraban apenas a milímetros.

-Pero yo soy un idiota.. perdido por ti..-. Unió de nuevo sus bocas, fusionándolas en un suave beso. Tal vez lo más dulce de aquel día no iban a ser las sodas.

* * *

 

Mientras, en alguna parte de la ciudad, dos regalos ,desenvueltos ya, descansaban sobre el suelo, mientras los ambos chicos se miraban tiernamente, el pelirrojo acurrucado en los brazos del mayor.

-Oishi.. Te amo..-. Susurró el menor, antes de buscar los labios del otro.

-Yo también, Eiji..-.

Tal parecía que ni los regalos ni los envoltorios eran tan importantes después de todo, no cuando tenían un aniversario que celebrar al lado del otro..

((Vale, vale.. No me quedó como yo esperaba u.u, pero bueno, estoy conforme. Ojalá te haya gustado, Yami-kun!! Hecho con muchísimo cariño sólo para ti.. Muchas felicidades!!!.. Te adoro!!!.. Abrazos!!.. Bye bye na no da!!))

 

 

Notas finales: Gracias por leer!! n_n.. Ja-ne!!..

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).