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In The CINEMA por Fake Flower

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Notas del fanfic:

I LOVE Silent Hill... ♥ Es mi juego favorito y la película no esta mal.

Be nice. ♥

X.X.X.X.X.X.X

En el mundo hay tontos… y de varios tipos. Claro, él era uno especial. Era todo un “caso”. Y no era que se sintiera orgulloso de serlo, la realidad era otra. Estaba realmente avergonzado de serlo. Primero que nada, ¿Qué clase de persona va al cine a ver una película del género que más odia? Él. Sin duda él debía ser el único en la tierra que va a ver una película del género que más odia. Ahora no sabía que hacer. Las películas de terror le daban un miedo horrible, aun si estas eran de lo más malas. No podía ni siquiera soportar las de suspenso, simplemente porque no podía evitar asustarse con lo que ocurría en ellas. Claro, pudo haber rechazado la invitación del vocalista, pero… simplemente no pudo resistirse a la mirada de cachorrito que él había usado para convencerlo. ¡Él sabía que odiaba las películas de terror! Aun así lo invitó, crueldad. Más si sabía la intención oculta en aquella invitación. ¿Acaso no era más que obvia?
Suspiró.
Resignado entregó el ticket a la joven que estaba de pie, recibiéndolos. Una sonrisa, un tanto forzada, se dibujó en sus labios mientras pasaba junto a la mujer. Estaba más pálido de lo normal, por suerte nadie lo había notado. Caminó junto al otro guitarrista del grupo mientras veía como Shou y Saga jugaban por el pasillo, abrazándose, subiendo en la espalda del otro, empujándose… eran como dos adolescentes en su mejor tiempo, enamorados de la vida, enamorados el uno del otro. Mientras que Tora y él eran los intrusos. ¿Cómo se les llama a ellos? ¡Ah! Claro, los “Violinistas”. Típica persona que se entromete en el mejor momento para tocar una pieza romántica, supuestamente para mejorar el “ambiente”. Hiroto suspiró, nuevamente pensando en alguna solución a su problema. Shou era el único que sabía de su problema con las películas de terror, supuso que él sería bueno y jamás lo molestaría, ya que Saga era una boca suelta que de seguro se hubiera pasado el resto de su vida fastidiándolo con ello, seguramente invitándolo a ver películas de ese estilo. ¿Para qué hablar de Tora? Él era bastante callado, no hablaba mucho de sí y si es sincero, temía un poco por él y le daba vergüenza que él supiera. Cerró sus ojos, perdiendo un poco el balance al ver la gran pantalla en color negro. Tragó un poco de saliva mientras escuchaba como, desde arriba, le gritaban que subiera. Así lo hizo. Paso a paso, mentalmente repitiéndose que todo estaba bien.
Mentiroso.
¡No estaba bien! ¡Nada estaba bien! No ahora. No ahora que se daba cuenta que lo habían dejado a la orilla, junto al chico de sus sueños, su más grande pecado. Nuevamente, nervioso, tragó saliva intentando vanamente calmarse. Temeroso se sentó en su asiento, recibiendo las palomitas de maíz que Tora le había pasado. ¡Bien! Su cabeza procesó un plan infalible. Si le daba mucho miedo, siempre podía ocultar su cabeza en el paquete de palomitas. Con ocultar se refería a meter. ¿No estaba más que claro? Pero, si llegaba a hacer eso, Saga era capaz de castrar… no quería pensar en ello. Sabía lo preciado que era la comida para Saga, así que no pensaba arriesgarse en ese plan, supuestamente “infalible”. Cerró sus manos, mirando hacia todos lados, viendo como lentamente la sala se llenaba. Respiraba agitado, podría decirle que estaba apunto de tener un ataque de asma. Fue en ese momento cuando otra idea le pasó por la cabeza. Podía meter la excusa de querer ir a comprar una soda, para ello terminaría la suya con rapidez. Pero existía el “pequeño” problema de que luego de comprar la soda tendría que regresar. ¡Maldito el momento en que aceptó la invitación! Gritó en su mente, bastante afligido por la situación. Y el hecho de que Tora estuviera a su lado, bebiendo tranquilamente su soda mientras junto a él Saga y Shou se comían a besos no mejoraba la situación. Se movía intranquilo, como si quisiera…

-¿Quieres ir al baño?

Fue la tranquila pregunta que Tora le hizo al verlo tan nervioso. Ahora que lo mencionaba, si. Tenía bastantes ganas de ir, seguro por lo nervioso.

¡Alabado sea Tora! Gritó alegre, apunto de saltar de su silla y abrazarlo. ¡Ahí estaba! Podía mentir, diciendo que necesitaba ir al baño, luego diría que el escusado lo tragó y por ello no pudo regresar, una lastima, ¿No? Aunque eso de que “el escusado lo tragó” podía ser modificado.
Negó con la cabeza, respondiendo que estaba bien, que sólo estaba algo “emocionado”. Escuchó la risa burlona de Shou al otro extremo. Frunció el ceño, claramente fastidiado con la conducta de su “hermano”. Cerró sus ojos, quizás algo cansado. Se mordió el labio inferior, intentando calmarse para no preocupar a Tora.

-Oh, Nao… ¿Por qué tenías que trabajar hoy? –lloró mentalmente, mirando el techo.

Las suaves luces que iluminaban la sala se apagaron. ¡Rayos! Mala señal. La pantalla del frente cambió de color, la presentación del cine comenzó. Comenzaron a pasar los avances de las películas que serían estrenadas en los próximos meses. Algunas muy buenas, otras… simplemente malas. Propaganda, algún y que otro aviso de que “Las Drogas son Malas” y ya… El inicio de la película. En nombre del director, los actores y todo lo demás.
Adiós, mundo cruel.
O al menos eso pensaba Hiroto en ese momento en que, desesperado, agarraba el paquete de palomitas con fuerza. Cerró sus ojos, de fondo podía escuchar la música instrumental de la película. Nada relajante. Apretó con más fuerza sus ojos, aunque hubiera deseado taparse los oídos y dejar de escuchar aquella música infernal. La voz de la protagonista comenzó a hablar, en realidad, gritar.

“¡SHARON!”

Se escuchó, fuerte y claro, en la sala. Para molestar, un hombre, imitando la voz de una mujer, respondió. Risas se escucharon en la sala, risas que acallaron de inmediato para poder ver con tranquilidad la película de unos de los juegos de terror más famosos.

“Terror en Silent Hill”

Esa había sido la traducción de la película. Oh, maldito el día en que aceptó venir. Por un lado feliz de estar con Tora, por el otro preocupado y nervioso de tener que ver la película.

“¡SHARON! ¡No!”

Música infernal, música infernal. Ahora podía escuchar claramente el dialogo de la película. Nuevamente se movía nervioso en su asiento. A su lado, Tora seguía bebiendo de su soda, concentrado mientras veía la película. Tranquilo. Ah… como deseó ser Tora en ese momento. “Valor, Hiroto, ten valor…”, se dijo mentalmente, tomando un poco de palomitas. “Sólo dura unas horas, ¿Verdad?”, miró nervioso el lugar. “Es sólo ficción…”, asintió con la cabeza, intentando convencerse a sí mismo. Todos a su lado parecían estar tranquilos, después de todo habían venido porque les gustaba este género. Nuevamente maldijo al chico que lo había invitado. Escuchó un grito en su espalda, agarró las palomitas con fuerza mientras cerraba los ojos. Se escucharon unas pocas risas y la voz de la chica que pedía perdón por haber gritado.

-¡Ah! Hiroto, pásame las palomitas… -le susurró Saga desde el otro extremo.

Si, definitivamente Saga era aliado de Shou para torturarlo mientras veían la película. Idiota, idiota, idiota… murmuraba mientras le entregaba las palomitas al moreno, quien seguía concentrado en la película. ¿No era este uno de sus juegos favoritos? ¡Ah! ¡Dios! ¿Qué podía hacer? Miró a todos lados, buscando algo que le ayudara, la “inspiración divina”…

-¡Voy al baño! –anunció, levantándose de pronto. Tora lo miró por unos segundos.
-Seguro. –fue lo único que dijo.

La risa de Shou se escuchó a su lado, el moreno simplemente lo miró confundido, sin saber el porqué de la risa. Hiroto sólo lo miró con algo de odio. Una mirada de “ya me las pagaras” fue lo único que le dedicó antes de bajar las escaleras para salir. En la pantalla aun se veían las escenas, evitó mirar la pantalla, sabiendo que si lo hacía tendría pesadillas. Llegó al final, saliendo rápidamente por la puerta. Ya en el pasillo suspiró aliviado. La verdad no tenía ganas de ir al baño, simplemente quería salir. Estar lejos de esa película, de esas escenas. Lejos de aquella música que le ponía los pelos de punta.

-Demonios. –maldijo en voz baja. -¿Qué haré? –se preguntó, sentándose en el suelo.

Se sentía mareado y algo sudoroso. ¿Y cómo no? Durante la media hora que había estado sentado no había hecho nada más que transpirar por el miedo, además de tragar saliva por lo nervioso que estaba.

-Quiero una soda. –murmuró, levantándose del suelo.

Caminó por el pasillo, llegando al lugar donde vendían la comida. Se apoyó en el mesón, sintiéndose tan cansado. El chico que atendía lo miró con confusión en el rostro. Débilmente murmuró “Quiero una soda”, soda que no tardó más de un minuto en ser entregada. Ah, como odiaba cuando el servicio era lento y ahora… como odiaba cuando las películas comenzaban y el servicio era rápido. Quería demorarse, tener una excusa para tardar, para no volver. ¡Pero NO! El cielo, mar y tierra estaban en contra de él y deseaban hacerlo sufrir. TODOS eran aliados del rubio que le había hecho esta broma de mal gusto. ¿Acaso era 1 de abril? No. Estaban en el mes de diciembre y faltaba bastante para llegar a abril. Golpeó su cabeza contra el mesón, asustando al principiante que lo atendía.

-¿Señor? –preguntó nervioso. -¿Está bien?
-Ah… si, si… “perfectamente”. –puso un énfasis en la última palabra. –Todo esta perfecto. –sonrió forzadamente.

El chico sonrió, creyendo las palabras del moreno. ¿Por qué la juventud de hoy en día era tan estúpida? Tomó su soda sin muchas ganas. Teniendo en cuenta que debía volver, caminó hasta la sala donde estaban dando la película. Claro que antes se sentó a tomar su soda. Quizás le dieran ganas de ir al baño y con ello se demoraba más. Aun estaba presente la idea de que “el escusado se lo había tragado”, pero ella sólo era el plan de emergencia. Suspiró, tomando sin ganas la soda. Se sentó en el suelo, mirando la pared frente a él. Agradeció el hecho de que las voces no se escucharan, ni tampoco aquel soundtrack tan horrible que le ponía los pelos de punta. Cerró sus ojos, recargando su rostro en sus rodillas.

-Que termine ya… por favor. –murmuró.

Sin saber que a su lado alguien lo observaba. Una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro al ver al pequeño guitarrista en el suelo. Recordó la conversación que tuvo minutos atrás con el vocalista, sintiendo un poco de rabia contra él al saber la verdad. ESO explicaba el porque de la demora en el “baño”. Dejó escapar un leve suspiro, apoyándose en la pared que daba hacia la puerta de ingreso a la sala. “Hiroto le tiene miedo a las películas de terror… de hecho, las odia.”, entonces… ¿Qué hacía ahí? “Si está aquí es porque no le dije qué veríamos… Era una pequeña broma.”, había sonreído el rubio. Quiso golpearlo, no muy fuerte, pero quiso hacerlo. No supo porqué, pero lo deseó en ese instante. Ahora se daba cuenta de porque estaba tan nervioso cuando empezó. ¿Por qué no lo notó antes? Sus movimientos, la fuerza con la que agarraba el paquete de las palomitas… “Fui un estúpido….”, pensó, entrando nuevamente en la sala. Había salido con la intención de ir al baño a buscarlo, pero lo había encontrado ahí, sentado.
Ahora volvía a la sala, volvía a su asiento, sabiendo que dentro de poco el pequeño guitarrista volvería a su lugar. Seguramente no quería que él se enterara de su miedo a las películas de terror. “Es orgulloso y no le gusta que lo sepan…”, que gran amigo era Shou, revelando esos secretos. Se sentó en su lugar, siendo interrogado con la mirada por Shou y Saga. Duró bastante poco, luego de unos segundos ambos volvieron la mirada hacia la pantalla gigante, donde la película seguía en marcha. Dios, como amaban ese juego. Aunque la película no había seguido gran parte de este, igual amaban a los monstruos que aparecían. Eran de buena calidad.
Sintió como alguien se dejaba caer a su lado. Volteó su rostro, notando el pálido rostro de su compañero, aunque podía ser la luz de la pantalla. Una débil sonrisa, casi de resignación.
-Te tardaste en el baño. –murmuró, intentando distraerlo de la película. Shou, a su lado, sonrió.
-Ah… el escusado me tragó… -pensó. –Pasé a comprar una soda. Estaba lleno.

“Mentiroso”. Fue el pensamiento de ambos, uno sintiéndose culpable, mientras que el otro ocultaba una sonrisa, sabiendo que aquella mentira lo estaba salvando de su temor.
Un grito, un monstruo, más gritos. Cerró sus ojos con fuerza, conteniendo las ganas de taparse los oídos para no escuchar.
Una mano sujetando la suya con suavidad.
Abrió sus ojos, mirando con confusión la mano que sujetaba con calma la suya, con sus dedos entrelazados. Como una pareja. Giró su rostro para ver a Tora. No notó como la pareja junto a él se corría unos asientos, dejando un gran espacio entre ambas parejas.

-¿Tora?
-Escucha… si tienes miedo, puedes sujetar mi mano con fuerza. –sonrió el moreno. Sonrisa apenas perceptible debido a la poca luz.

Por alguna extraña razón ya no escuchaba las voces de la película. Tampoco la música, ni los pequeños suspiros y gritos que daba la gente a su alrededor. Tan sólo escuchaba su respiración entrecortada, la respiración de Tora. Una sonrisa se dibujó en sus labios, agradeciendo el gesto del moreno. ¿Cómo supo? Seguramente Shou le había dicho. Ya no sabía si odiarlo o quererlo. Por una parte se lo agradecía, por otra… maldecía un sin fin de veces el hecho de estar ahí por su culpa. ¿Qué era más fuerte?
La calidez de su mano.
Cerró sus ojos, volteando a ver la película una vez más. Ah… ¿Había dicho alguna vez como odiaba las películas de terror? Aunque, tan sólo por este gesto, por esta mano que calidamente sujetaba la suya, apretándola de vez en cuando, cuando algo horrible aparecía… ya no le parecía tan malo.
La película ya no daba tanto miedo como antes.

-Tora… -susurró.

Pocos minutos faltaban para el final de la película.

-¿Um? –murmuró, volteando su rostro al pequeño.

Una sonrisa en su rostro. Sus manos aun entrelazadas. Ya no se veía tan nervioso. Al parecer, su idea había funcionado y sujetar su mano había sido todo un éxito. No le costó hacerlo. ¿Acaso no le gustaba el pequeño? Parecían una peculiar pareja, aunque no tanto como la que se estaba besando puestos más allá.

-Gracias. –murmuró, bajando la mirada.

Una sonrisa se dibujó en sus labios. Se acercó lentamente a su rostro.

-Hiroto. –el aludido volteó su rostro.

Sus labios se juntaron. Sus ojos se cerraron, sus manos se soltaron para luego abrazar a la otra persona.

Asientos más allá, Shou sonreía de oreja a oreja…
Y en la pantalla…

Los créditos aparecían.

X.X.X.X.X.X.X

Notas finales:

Bastante vieja la cosa, pero bueh... Andaba ociosa y decidí subirlo.

Los comentarios son amor. *y suben el animo... ==;*

¡Gracias por leer! ♥


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