Capítulo 1
“Nunca juzgues un libro por su portada
Porque nunca sabes de quien te puedes llegar a enamorar…”
-¡SASUKE-KUN! ¡SASUKE-KUN! ¡QUEREMOS UN HIJO TUYO!
Un coro de chicas histéricas se escuchaban fuera de una casa… aunque mejor dicho mansión. Uchiha Sasuke, un joven apuesto de 18 años, pelo moreno, ojos del mismo color y tez pálida, se hallaba sentado en el sillón, muy irritado, casi tirándose de los pelos. Tenía mucha paciencia, pero es que eso ya era pasarse.
Sasuke era famoso por ser uno de los mejores modelos del país, galardonado con un montón de premios al chico más explosivo del año, por lo que muchísimas chicas se pasaban los días enteros enfrente de su casa, violando completamente su intimidad sin dejarle ni siquiera respirar.
Un día le contó todo esto a su hermano Uchiha Itachi, que vivía en otra ciudad, lejos de allí. No le caía bastante bien, pero… ¿con quién si no se desahogaba?
-Pero mira que eres tonto, ototo-baka. Todos los famosos tienen sus guardaespaldas, tú deberías hacer lo mismo.-le dijo alegremente, como si fuese evidente lo que había dicho.
-Ya he hablado con mi agente Hatake Kakashi de este y le he dicho que no, quiero a alguien o algo que aleje a esas fans histéricas de mi jardín, no que estén todo el rato detrás de mí protegiéndome como si fuese un gato desvalido. Seguro que los guardaespaldas no te dejan respirar, y solo me faltaba eso, que me molestasen dentro de mi casa los guardaespaldas y fuera las fans.
Itachi suspiró, a Sasuke hasta le pareció verlo negando con la cabeza a través del teléfono.
-De verdad… no tienes remedio, pues cómprate un perro guardián… aunque con la de fans que tienes más te vale tener 100 perros.
El moreno lo meditó un rato y pensó que sería lo mejor, a los guardaespaldas tendría que pagarlos y dejar vivir en su mansión, pero al perro solo debería darle de comer, ya que podría hacer todas sus necesidades en el jardín. Ya se encargarían los sirvientes después de limpiarlo.
El problema ahora era como salir de su casa y llevaba algunos días pensando su estrategia. Cuando todas sus fans se metiesen en sus tiendas de campaña… saldría corriendo como si le persiguiese el diablo, pero descartó la idea al ver que, con solo ver como su jardinero Iruka salía de la casa y le acribillaban a preguntas, se le quitó todas las ganas.
Se asomó a la ventana, viendo que cantidad de chicas, incluso chicos, había en la puerta principal de su casa. Una chica pelirosa señaló emocionada a la ventana donde el joven se encontraba mirando a escondidas.
-¡MIRAD, ES …L, SASUKE-KUN!
Se escuchó un barullo enorme, al poco rato los policías llegaron a la calle. Sasuke suspiró, la pelirosa no era ni más ni menos que Haruno Sakura, la presidenta del club de fans de Uchiha Sasuke. Se podría decir que la culpable de que viviese en aquella pesadilla y que, por culpa de ella, no pudiese tener una vida social al no poder salir de su casa. Aunque esto ya venía de antes, porque incluso siendo menor de edad ya posaba el chico para algunas tiendas de ropa, es así como se hizo famoso.
En ese instante una de las criadas de Sasuke, Shizune, entró en la habitación. Le dedicó una reverencia y habló
-Sasuke-san, Kakashi-san ha llegado, dice que necesita verte por un asunto urgente.
-Bien, dile que ahora mismo voy. Atiéndelo con un café.
-Sí, señor.
Shizune salió de la sala, dejando a un moreno cabreado. ¡Pero sería caradura! Era él, Sasuke, el que le había llamado hacía 3 horas para que viniese a su casa y le ayudase a salir de allí a una tienda de animales cercana. Kakashi hizo acto de presencia en la habitación, llevando un parche en el ojo y una bufanda que le tapaba parte del rostro. Levantó una mano en señal de saludo y dijo “hey”
-¿Cómo que hey?-le preguntó el Uchiha, cabreado.-Hace horas que te he llamado.
-Sí, bueno, pero había muchísimo tráfico en la carretera… n.//
Sasuke suspiró, su agente nunca iba a cambiar. Kakashi se puso serio de repente.
-Dime… ¿Cuándo piensas deshacerte de toda esa gente? La policía no va a poder hacer nada.
-Había pensado… comprarme perros, perros guardianes, pero no puedo salir de casa por culpa de esa marabunta.-señaló la ventana, dándole a entender que se asomase. Pero el peliplateado no lo hizo, había visto toda aquella masa de gente cuando vino a la casa.
-¿Por qué perros?
-Es lo más rentable.
-Vaya… no sabía que te preocupase mucho tu economía, con el dinero que tienes puedes sobrevivir toda la vida sin seguir trabajando.
El moreno decidió no replicarle nada, Kakashi siguió hablando.
-Esta noche podríamos ir a una tienda que está abierta siempre… cuando todas se hayan refugiado en sus tiendas de campaña
-De acuerdo… puedes quedarte hasta esta noche si quieres.
-No hace falta, mejor me voy, tengo que terminar de leer mi libro de Icha Icha Paradise.-ojito pervertido.
-…
xoxoxoxoxoxox
11:47 de la noche, las fans histéricas habían decidido irse a dormir por fin. Kakashi y Sasuke aprovecharon para salir de la casa y montarse en el coche del mayor, si alguien viese el del Uchiha seguramente se tirarían a él. El moreno observó la noche a través de la ventana del vehículo, viendo la luna que aquella noche estaba llena, algo le decía que aquel día iba a ser especial. Tuvo un escalofrío.
-Kakashi, ¿cúal es la tienda adonde vamos?
-No la vas a conocer, poca gente la conoce, pero es de fiar.
El moreno cerró lentamente los párpados, suspirando de alivio por primera vez en semanas, relajándose… relajándose… por fin iba a tener libertad gracias a los perros que iba a comprar… y ya de paso… conseguiría algo de compañía en su solitaria vida marcada por desfiles y sesiones de fotos…
-Eh, Sasuke, despierta, hemos llegado.
Sasuke abrió los ojos rápidamente, no supo exactamente si se durmió o es que la tienda estaba muy cerca, eso sí, desconocía la calle en la que estaban. Tenía un toque muy siniestro y los escaparates de las tiendas (si es que se le podían llamar tiendas) no tenían ni siquiera carteles y los objetos que exhibían parecían, además de exóticos, muy peligrosos. Miró la tienda de al lado, el escaparate estaba muy sucio y se veían algunos animales mugrientos en las jaulas.
-No será ahí… ¿verdad?
-Desgraciadamente sí.
-¿Estás loco o qué? ¡No pienso entrar en esa tienda! ¡Y mucho menos solo!
-Esta es la única calle donde nadie te conoce, ya que únicamente todos son pobres. Pero no te preocupes, yo conozco al tipo de la tienda y tiene muy buenos sabuesos.
Sasuke tragó saliva, ¿qué hacía Kakashi relacionándose con gente tan rara? Despacio, muy despacio, fue bajando del coche y adentrando en la tienda. Miró hacia atrás, como si nunca más fuese a ver al hombre en su vida, Kakashi le saludó alegremente con la mano y al ojinegro le apareció una vena en la sien, ¿pero quién se creía él para estar tan animado? Cogió el pomo de la puerta y lo giró, un olor putrefacto le dio de lleno en la cara. Intentó aguantar el mareo que se le había venido encima.
-¡Buenas noches! Bienvenido a mi tienda.
Sasuke enfocó la vista y pudo ver a un hombre de pelo largo negro, con aspecto de serpiente. Tenía cara de psicópata, después miró a su alrededor, habían muchos animales en la tienda, pero le llamó la atención uno en particular.
Un zorrito le miraba con ojos tristes, de color azul como dos pedacitos de cielo. El moreno entreabrió inconcientemente los labios, quedándose embobado con tal criatura. Su pelaje era de color dorado, estaba por apostar que era bellísimo su pelo si no fuese porque estaba muy sucio, lleno de arañazos y magulladuras. Cuando vio que el ojinegro se fijaba en él meneó alegremente la cola, con esa aquella mirada triste, como queriendo decir “adóptame, por favor”.
-¿Qué es esto, un zorro?-preguntó el joven al dependiente de la tienda, la sonrisa con la que había recibido al cliente desapareció por segundos, acercándose a la jaula donde estaba el pequeño e indefenso zorrito.
-Lo siento mucho, pero no está en venta. Es un animalito muy especial.
-…-Sasuke no había pensado comprarlo, pero aquella mirada le hipnotizaba. No podía dejar a aquel zorrito en ese estado tan deplorable, en aquella tienda tan maloliente y sucia…-Dígame un precio.
-Le he dicho que no está en venta, señor…
-¿5 millones de yenes?
El dependiente abrió los ojos, maravillado.
-¿5 millones de yenes?-repitió asombrado aquel hombre.-¿Está dispuesto a darme 5 millones de yenes por este zorro?
-Sí, estoy dispuesto a dárselos.-dijo Sasuke muy seguro de sus palabras, se acercó a tocar al zorrito, este le lamió la mano, muy agradecido.-Entonces, ¿me lo vende?
El hombre pareció pensarlo durante unos segundos.
-Pues claro que sí… es todo suyo.
-Está bien…-cogió un cheque, puso la cantidad y firmó con su nombre.-¿Cómo se llama?
-Orochimaru, Orochimaru a secas.-se le hacía la boca agua.
-Está bien… tome, Orochimaru-san.-le tendió el cheque y cogió al kitsune, el cual, revoltoso, empezó a lamer la cara de Sasuke.-¡Yamette! Estás todo sucio…
Con aquel alegre kitsune, que no paraba de mover la cola, salió de la tienda. Kakashi miró asombrado como Sasuke se acercaba con un animal de pelaje sucio y pequeño. “Eso no puede ser un sabueso” pensó, solo cuando entró el Uchiha en el coche y arrancó preguntó:
-¿Qué es eso?
-Es un zorro.-dijo secamente, no iba a decirle más. El kitsune se acurrucaba en el regazo de su amo.
-¿Y qué hay de las fans?
-Que hagan lo que quieran.-acarició el pelo mugriento del animalito, el cual ronroneaba.
-¿Tienes pensado ya un nombre?
-…-miró por la ventana, en ese momento pasaban por la parte comercial, divisó un restaurante de ramen.-Naruto…-miró al zorrito.-Naruto… le quedará bien.
-Jeje, es un nombre bastante mono.
Sasuke se sorprendió, creyó que Kakashi iba a regañarlo, sin embargo estaba ahí a su lado, contento, sin preocuparse de nada.
Al llegar a casa el peliplateado se despidió de él y se fue a su casa. El ojinegro fue derechito al baño, a lavar al kitsune. Su sirviente, Rock Lee, entró con él, viendo con curiosidad al zorrito.
-Es muy mono pero está muy sucio… ¿Lo baño, Sasuke-san?
-No hace falta, ya lo hago yo.
Lee se extrañó de la actitud de su jefe, pero decidió dejarlo y dedicarse a otra tarea. El zorrito chapoteaba en el agua caliente que había puesto el moreno en la bañera.
-¡Estate quieto! No hay quien te controle…
El animalito lo miró tristemente y le lamió la mano, en señal de disculpa. Sasuke suspiró, por fin iba a tener una compañía, pequeñita pero era una compañía.
Después de lavarlo lo peinó y le echó un perfume floral: olía muy bien y su pelo brillaba con fuerza. Naruto estaba muy contento, meneaba rápidamente su cola. Sasuke sonrió para sus adentros y se lavó las manos.
-Hora de cenar, Naruto, seguro que tienes hambre.
Naruto movió aún con más fuerza su colita, se tiró al regazo del moreno. Este reía con fuerza, los criados de la casa se sorprendían de sobremanera: nunca el Uchiha había estado tan contento.
xoxoxoxoxoxox
Sasuke sintió un peso recostado al lado de su cabeza, abrió los ojos, el pequeño kitsune revoltoso se había subido a su cama, donde estaba Sasuke dormido, y se había acurrucado al lado de su cabeza, en la almohada. Lo miró con cara de cordero degollado y el moreno se lo pensó. ¿Qué más daba que, solo por aquel día, Naruto durmiese con él? No iba a pasar nada, cerró los ojos nuevamente y sintió unos lametazos en su cara. Segundos después cayó en brazos de Morfeo.
xoxoxoxoxoxox
Los rayos de sol le daban en su cara, despertando a Sasuke de su sueño. Estaba a espaldas del kitsune. Se abrazó más a la almohada, dispuesto a dormir un rato más. Notó dos pequeñas manitas aferrándose a su espalda, acercándose más a Sasuke, sintió una respiración pausada en la nuca que hacía que se le erizara la piel. Asustado, se incorporó deprisa y observó su cama, ya no estaba asustado, sino confuso.
Encima de su cama un pequeño chico de su misma edad pero muy bajito le miraba con expresión inocente, con los mismos ojos de su kitsune: color azul del cielo. Tenía un hermoso pelo rubio corto, el flequillo le caía graciosamente por la cara, pero eso no era lo más raro: el pequeño chico tenía orejas y cola de zorro.
-¿Quién… qué eres?
El chico lo miró confundido y sonrió.
-Soy Naruto, Sasuke-san.
…:::CoNtInUaRa:::…