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Vete ya por La_Oscura_Reina_Angel

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Vete ya

-Te odio Chicaya.

Le grito Argider furioso, a su dueño y señor. Chicaya a quien no le gustaba que su pequeño amante lo enfrentara y le gritara, irritado lo abofeteo para callarlo pero esta vez Argider no estaba dispuesto a amedrentarse y miro al sultán desafiante.

Argider era un hermoso ladronzuelo de cabellos castaño claro y ojos dorados e hipnóticos. Había entrado osada y atrevidamente una noche a robar al palacio y había sido atrapado por el mismo príncipe Chicaya, un impresionante hombre de ojos violetas y cabellos negros, guapo y fuerte que exudaba virilidad.

Ya no se como escapar de ti

Si te odio por que entonces me perdí

Ya no quiero que me beses mas

Soy adicta de tus labios pero te tengo que olvidar

Pero te tengo que dejar

 

Chicaya nada mas verlo se había encaprichado con el y sin dejarlo escapar lo había vuelto su amante. Al principio Argider se resistió intento escapar, pataleo y grito pero de nada le sirvió Chicaya lo sometió al final.

Si se portaba bien y era complaciente Chicaya lo premiaba con regalos y cumpliéndole algunos caprichos. Pero si se portaba mal o se resistía, entonces le iba en feria, por que Chicaya no se contenía a la hora de castigarlo y darle una buena azotaina. Todo esto lo había aprendido Argider con el tiempo, por lo que trataba de nunca provocar a su amante.

Pero todo había cambiado de un tiempo para acá.

Cuando nombraron sultán a Chicaya por la muerte de su padre, Chicaya se caso con una mujer, llamada Aki era muy hermosa y dulce, razón de mas para que Argider no quisiera seguir siendo su amante.

No se trataba solo de que Chicaya se hubiese casado si no que la dulce Aki no merecía que su marido le fuera infiel y menos que tuviera a su amante viviendo en sus propias narices.

Así que Argider quería irse, pero Chicaya no estaba dispuesto a dejarlo ir y se lo dejo muy en caro a su amante, quien estuvo dos días sin poderse levantar de la cama, por la forma en que Chicaya dejo su retaguardia.

 

Vete ya no vuelvas mas

No me vengas a buscar

Tienes dueña y no soy yo

No te quiero ver jamás

Vete ya sin recitar las mentiras que me das

Yo me arranco este dolor pero no voy a llorar de amor

Argider aun no se podía creer la suerte que había tenido para escapar del palacio, sin ser detestado, no se detuvo hasta que estuvo muy lejos del reino de Chicaya.

Se refugio en un reino que quedaba a varias semanas de su antiguo hogar.

Una vez hay consiguió un pequeño lugar para vivir, pero no consiguió trabajo, primero por su juventud y segundo por su delicado y andrógeno cuerpo, que hacia que los posibles jefes lo consideraran inútil para los trabajos pesados.

Por lo que solo le quedaban dos opciones emplearse de ladrón nuevamente o de chico fácil. Por lo que no lo tuvo que pensar mucho y se empleo de nuevo de ladrón.

Robando en las calles del bazar, pero todo empeoro para el pobre de Chicaya cuando dos meses después se daba cuenta de la realidad... había abandonado el palacio embarazado de Chicaya.

Hoy la noche no terminara

Entre sabanas mi mente flotara

Del regreso al mundo de la soledad

Mi conciencia estará limpia

Más aya de tu verdad


Chicaya estaba que no lo calentaba ni el sol desde que su pequeña joya se le había escapado. Su mal humor era algo constante y había echo buscar a Argider hasta debajo de las piedras de agrava pero por ningún lado estaba.

Todos tenían miedo de ser el receptor con el que el sultán desahogara su rabia, por lo que sabiamente se mantenían lo mas alejado posible de el.

Quien único se le acercaba, con tranquilidad ignorando su mal humor, era su esposa ante el mundo, la reina Aki.

Aunque Aki no era en realidad su esposa. Aki no era ni siquiera una chica. Aki era el hermano pequeño de Chicaya que había sido secuestrado años atrás, cuando lo encontraron después de años de darlo por muerto, por su seguridad se oculto su verdadera identidad y se fingió un matrimonio para que se hiciera pasar por la esposa de Chicaya y pudiera volver a su país segura. Fingir ser mujer fue fácil para Aki pues su figura andrógena ayudaba mucho.

Pero ahora llegaba una invitación de uno de los reinos vecinos para la boda de su heredero. Chicaya hubiese preferido no ir a ningún lado, no deseaba abandonar Arabia hasta encontrar a su joya. Pero como Sultán y representante de su tierra sabia que no podría faltar.

Por Dios... adiós..

Aki se llevo una mano a la boca bajo su capa impresionado. Andaba dando una vuelta de iconito disfrazado por el bazar del reino en que estaban de visita con permiso de Chicaya, pero entre los puestos del bazar, le había parecido ver unos cabellos castaño rubio y ojos dorados. Se acerco y estuvo seguro de quien era cuando el dueño de uno de los puesto grito.

-Ladrón, es un ladrón me roba.

Aki se apresuro a acercarse al puesto y sacando unas monedas se las tiro al vendedor tomando a Argider de un brazo y atrayéndolo asía el.

-Cállese y ahí tiene el dinero por lo que sea que tomara este joven.

Dijo Aki con soberbia y dándose la vuelta se llevo del brazo a un confundido Argider que lo miraba sin entender y reconocerlo, pues Aki vestía de hombre. Una vez lejos del bullicio de la zona central del bazar Aki soltó a Argider y lo miro.

-Pensé que como ladrón eras mas listo, pero ya veo que no.

Argider se sintió herido en su amor propio.

-Soy mucho mejor, lo que pasa es que no estoy rindiendo bien, últimamente, pero vera que pronto vuelvo a rendir como lo que soy el mejor.

Aki lo miro con ojos evaluadores la verdad Argider se notaba cansado y algo ojeroso.

-¿Por que no estas rindiendo bien?

Inquirió.

-Con tres meses de embarazo es imposible rendir bien, las nauseas te matan.

Dijo el muchacho con cinismo. Aki no tuvo que atar cabos para saber de quien Argider estaba embarazado, pues apenas asía dos meses y medio que había escapado del palacio y ahora tenia tres meses de embarazo.

-Chicaya se va a poner como un energúmeno cuando se entere que escapases del castillo esperando a su hijo.

Dijo Aki. Argider retrocedió pálido y espantado al oír el nombre del sultán. Aki lo sostuvo para que no escapara.

-Conoce a Chicaya.

Dijo espantado.

-Claro que lo conozco y muy bien Argider.

-Y también mi nombre. ¿Quién es usted?

Exigió saber Argider asustado, jamás pensó ser encontrado en ese lugar.

-Soy yo Aki.

-¿AKI?-Grito Argider reconociendo sus ojos-¿Pero que ases aquí Aki? ¿Y vestida de hombre?

-Es una larga historia, ven vamos con Chicaya.

-No, eso no, jamás volveré con el, mucho trabajo que me costo escapar.

Pero Aki no estaba dispuesto a ceder, todos esos días hubieses dado hasta su alma con tal de que Argider apareciera y Chicaya dejara de comportarse como un puerco espin energúmeno.

Vete ya no vuelvas mas

No me vengas a buscar

Tienes dueña y no soy yo

No te quiero ver jamás

Vete ya sin recitar las mentiras que me das

Yo me arranco este dolor pero no voy a llorar de amor

Chicaya no podía creer lo que su hermanito le decía y salio hacia la habitación asignada a Aki para comprobar personalmente, que en ella estaba su joya y al abrir la puerta, ahí estaba Argider su Argider.

Se acerco a el sin darle tiempo de reaccionar y lo beso, lo beso hasta que necesito separarse para tomar aire y entonces lo abofeteo.

-Eso fue por habérsete ocurrido escapar.

Dijo tomándolo del cabello con fuerza y entonces le dio otra bofetada.

-Y eso fue por haberme tenido tantas noches sin tu delicioso cuerpo que me pertenece.

Dijo tirándolo en la cama y quitándose la camisa, Argider retrocedió asustado en la cama, encogiéndose y protegiéndose el vientre con las manos.

-No por favor Chicaya no me hagas daño estoy embarazado.

Pidió desesperado. La revelación dejo en shock a Chicaya.

 

Por Dios... adiós..

Fin


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