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Cita a ciegas por mihll

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Notas del fanfic:

los personajes no me pertenecen solo los utilizo a modo de diversión.

Notas del capitulo:  Una nueva historia , espero que les agrade.
 

Yohei le había asegurado a Hanamichi que la persona dispuesta a ser su primera vez iría a visitarlo sin falta a la hora acordada, pero aun no le había dicho nada al respecto sobre su identidad. La verdad es que deseaba que todo fuera una sorpresa y estaba muy seguro de que eso sucedería.

 

Sonrió maliciosamente tras separarse de el, dejando atrás el lugar privado en el parque donde se habían citado. Al fin logró sacarle una sonrisa luego del rotundo rechazo que Haruko Akagui le había hecho, completando así la cincuenta y un decepción amorosa. Como su mejor amigo que era, se vio en la obligación de consolarlo durante las largas semanas en las que apenas y se alimentaba, estaba completamente desecho sin ninguna esperanza de en un futuro cercano hallar a una persona que quisiera estar a su lado.

 

En ese mismo tiempo, el resto del gundam secretamente hizo una encuesta a todas las chicas de la preparatoria, la primera parte el formulario consistía básicamente en preguntas que seria utilizado para descartar a todas quienes lo odiaban. Todas aquellas que opinaran lo contrario pasaban al segundo lugar donde encontrarían a las que realmente les interesara el pelirrojo y bueno, la parte final sería para elegir a aquella dispuesta a pasar una velada romántica en el que estuviera dispuesta a ser la afortunada en gozar de la virginidad del muchacho basquetbolista.

 

 Los resultados fueron los siguientes:

 

El 50% lo encontró arrogante, le temía por su fama de pendenciero, amaban a Rukawa o simplemente no tenían intenciones ni siquiera de dirigirle una palabra. Descartadas completamente en la primera etapa.

 

El 45% restante dijo admirarlo por su esfuerzo en llevar al equipo a un alto lugar pero que no le veían como pareja. Descartadas en la segunda etapa

 

2.3% simplemente no quisieron perder el tiempo. No fueron consideradas.

 

Y el 2.7 restante dijo aceptar salir con él y tener la velada romántica pero que no estaban dispuestas en llegar más allá.

 

 

 En definitiva  la encuesta resultó frustrante, sin embargo, Takamilla no estaba  dispuesto a rendirse fácilmente y comenzó a hacer consultas también a los chicos.  Casi todos quisieron masacrarlo por proponer semejante tontería y el muchacho vio en jaque la integridad de su corta vida. Solo uno se atrevió a responder sin dudar la primera etapa, luego paso a la segunda  y tercera ante la cara de incredulidad de los tres encuestadores. El mismo gordito fue el encargado  de leer detenidamente cada unas de las respuestas y se rascaba la cabeza confuso mirando de vez en cuando con ojos desorbitados a la persona que tenia en frente, un hombre que sin dudar estaba dispuesto a todo por el jefe de la pandilla.

 

Mientras el moreno  se alejaba de su mejor amigo no pudo evitar recordar el momento en el cual los chicos le comentaron sus acciones y le dieron el resultado efectivo de que en realidad en este mundo había alguien que apreciaba al pelirrojo.

 

- no lo puedo creer- fue lo único que atino decir en ese entonces. Luego de la afirmación de sus compañeros pensó en dos cosas, la primera era que simplemente Hana no debía enterarse nunca de la estúpida idea que solo significaría sus muertes a manos de cabezazos mortales, la segunda... la pensó detenidamente y luego de un rato se dijo que tal vez podría ser... darle la información omitiendo pequeños detalles.

 

A los chicos le atrajo mas esa idea pero sin dejar de lado su posible tortura y ante todo estarían preparados para huir hasta el fin del mundo si fuese necesario.

 

El día en que se acercaron los cuatro a hablar con su jefe y darle la información concerniente a su investigación encontraron que le agradaba la idea, acordando en esa misma ocasión la fecha, hora y lugar en que produciría el encuentro con esa persona.   Solo faltaba entregarle el dato al misterioso hombre cuya labor llevaría Yohei en persona.

 

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Hanamichi regresó a su casa imaginando en su pequeña mente todas las cosas que ocurrirían en ese lugar en tan solo unas horas más. Aun tenía tiempo para relajarse, pero la emoción no se lo permitía  e inconscientemente hizo un recorrido por el comedor asegurándose que todo estuviera perfecto, luego fue a la habitación donde se detuvo un momento a pensar. Los pétalos de rosas rojas sobre la cama le parecieron  insuficientes por lo que se tomó un tiempo mas agregando hasta que estuvo en conformidad con la cantidad.

 

 La última tarea a llevar a cabo era darse un exquisito baño, lo cual le tomó unos veinte minutos. Al llegar al cuarto buscó en el closet el atuendo escogido para tal ocasión, recordó la tarde anterior cuando los muchachos le estuvieron ayudando a elegirlo, las horas se trasformaron en segundos por las indecisiones sobre que llevaría puesto. Al final se decidieron por unos pantalones negros de tela que se ajustaban a su cuerpo como una segunda piel  y que hacía juego con su camisa fina de color blanco. La corbata la pasaron por alto, creyendo que se vería muy formal y que opacaría la imagen sexy que se proyectaba con la camisa entreabierta.

 

Impecablemente vestido y perfumado, llamaron a la puerta. Observó su reloj, por la hora seguramente seria la gente del restaurante que le llevaba el menú solicitado. Fue a abrir dando paso a tres repartidores que ingresaron en fila con bandejas en manos, los condujo hacia la cocina indicando el lugar donde debía colocar las cosas. Terminada la labor uno de ellos se le acercó con una ficha electrónica que extrajo de su bolsillo, no dudo en firmar satisfecho y agradeció la entrega y la puntualidad tras lo cual los despidió con una amable sonrisa.

 

Los quince minutos que aun restaban para la llegada de la visita se dedicó a dejar todo listo para servir en cuanto fuese necesario, el resto de tiempo sobrante solo camino de un lado a otro en el recibidor con cierto nerviosismo, imaginando a una bella persona, una linda muchacha, de cuerpo escultural y refinada cultura dispuesta a todo el, que mas podría pedir.

 

El timbre volvió a sonar, nueve en punto de la noche. Se retocó una vez más sus rojizos cabellos antes de abrir con su más amplia sonrisa.

 

Quien estaba parado frente a su puerta le cambio la faz del rostro de forma drástica - una broma del gundam o tal vez una simple equivocación- palabras que creyó que pensaba, lo cual no era cierto.

 

- te equivocas- respondió el muchacho al oírlo.

 

Si este era el momento justo, no había duda en que debía cerrar la puerta y lo hizo en sus narices sin dignarse a decir nada más. Esos cuatro se las pagarían con creces, el creyéndolo sus amigos ¿y que había conseguido? Que lo humillaran y se burlaran de manera monumental de su desgracia.

 

Apoyo su espalda contra la puerta respirando agitadamente, iracundo, pensando en las mil maneras de acabar con las miserables vidas de su gundam.

 

- nadie se burla de este tensai- se dijo a regañadientes, deseoso de ir a buscarlos en ese mismo instante, solo que para hacerlo tendría que verle la cara de nuevo a la persona detrás de esa pared. Pero probablemente con su acción ya se hubiera dado por vencido y marchado al instante al ver su reacción.

 

Suspiró profundamente y se giró para tomar la manecilla. Entreabrió solo para asegurarse  que ya no estuviese allí. De pie, a la altura de sus ojos no pudo verlo respirando aliviado, y la idea de inmediatamente ir por un abrigo se le cruzó por la mente, su gundam ya tenia la sentencia de una muerte lenta y dolorosa, pero no pudo llevarla a cabo puesto que un quejido llamó su atención, bajó la vista al instante para ver que lo había provocado.

 

El muchacho aun se encontraba allí, agachado, por algo no pudo verlo.

 

- eres un idiota, me rompiste la nariz- le reprochó al notar que de nuevo se quedaba quieto.

 

Hanamichi se agachó a la altura de su cabeza y pudo ver como este intentaba detener con un pañuelo la sangre que se escurría libremente. Elevó una de sus manos inconscientemente cogiéndole el rostro así fue participe de un cruce miradas que lo hizo sentirse avergonzado por su comportamiento. Sin decir una palabra mas, retiro su mano y esta vez le cogió del brazo arrastrándolo hacia el baño donde le ayudó a detener la sangre.

 

Una vez que el muchacho tuvo el rostro limpio, le tomó del mentón y echó hacia atrás su rostro con tal de asegurarse que no tuviese una herida tan grande.

 

- no parece ser tan grave- le dijo tras cerciorase de su estado.

 

- eso no quita que hayas sido un idota- respondió un resentido muchacho que por primera vez desde que había llenado el formulario estaba arrepentido de haber sido participe en esta loca idea.

continuará....

Notas finales:

¿podrán imaginarse quien es la persona que aceptó citarse con Hana? tal vez si....

depende de la acogida de ustedes, los lectores, ( y los reviews que dejen) veré cuanto me demoro en actualizar.

desde ya agradezco a todos quienes se toman el tiempo de leer mis fics.

nos veremos en una próxima actualización...


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