Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Maldito Seas por Dark_Yuki_Chan

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

MALDITO SEAS

- Hola, mi pequeño Gryffindor.
Godric se sobresaltó al oír la voz fría que sopló estas palabras en su oído. Por un momento no comprendió, no pudo relacionar aquella voz con él, mas enseguida reconoció en ella el timbre característico del muchacho a quien había aprendido a amar.
- Hola, Salazar ^^ -. Dijo, volteándose hacia él y haciendo como si no se hubiera sorprendido en absoluto.
- ¿Qué pasa, te asusté?
- Claro que no -. Mintió el chico más bajo.
- Seguro, seguro. –Respondió Slytherin, rodeando la cintura de Gryffindor con sus brazos. – ¿Y cómo es que estás aquí?
- Pues logré convencer a mi padre de que me dejara venir.
- Eh, Godric, espera un momento… ¿Me estás diciendo que tienes 17 años y todavía tienes que pedir permiso a tus padres para salir?
- Pueees… –El muchacho se ruborizó un poco.– Ehh… sí.
- Así que todavía creen que eres un niño, ¿No, mi pequeño? –Salazar se sonrió y sus brazos se aferraron a Godric como un par de serpientes constrictoras.– Seguro que no saben la clase de cosas que hace su bebito cuando no le tienen el ojo encima, ¿Eh? No saben que tienes otras cosas encima.
Estas palabras fueron seguidas por un beso lento y prolongado. Resultaba curioso ver a los dos magos más poderosos y absolutamente opuestos de pie en una escalera, besándose hambrientos.
El uno era alto y su carne era firme bajo la piel casi blanca. Abiertos estaban los ojos de un color verde intenso, verde hechizante y extraño, venenoso. Veloz y sensual era el joven como una serpiente, poseedor de una belleza igualmente letal.
El otro muchacho, más bajo que el primero, tenía algunas pecas sobre las mejillas y los ojos azules cerrados en un gesto de entrega. Cuando ambos se separaron, Salazar cogió a Godric de la cintura.
- Vamos, mi pequeño.
- ¿Adónde?
- ¿No lo sabes? –Slytherin sonrió.– No importa el lugar al que vayamos, importa lo que vamos a hacer.
- ¡Salazar! **
- ¿Qué? -. Preguntó éste, haciéndose el sorprendido y casi herido.
- Eres un pervertido **
- ¿Quién, yo? ¿Por que me dices eso?
- ¿Cómo que por qué, niño obsceno? (Chiste interno ^^ [Nota de la Autora])
- No soy pervertido, el pervertido eres tú… o lo vas a ser cuando acabe contigo…
- ¿Qué…?
Gryffindor no pudo acabar de preguntar. Con una sonrisa maliciosa, su rubio “amigo” lo alzó en vilo y lo llevó rápidamente hacia un lugar oculto en el bosque…

**********
Salazar cerró sus ojos verde venenoso, en parte para sentir con mayor intensidad el perfecto cuerpo que tan bien conocía y en parte para no dejar escapar todo ese placer, todo ese… todo ESO. Godric, con el indomable cabello negro aun más alborotado que de costumbre, tenía los ojos muy abiertos mientras de su garganta escapaban algunos gemidos. Se mordía los labios para no gritar. Slytherin dejaba salir cuanto alarido iba a sus labios, mientras frotaba su cuerpo pálido y elegante contra el hermoso del otro chico.
- Mi pequeño… ¡¡Ahhh, Godric!!
- ¡¡Salazar!! Te… ¡Te amo, Salazar!
Slytherin no respondió. Simplemente empaló a su amante más profundamente mientras los suspiros y gemidos se atropellaban por salir de sus labios. Godric cerró los ojos y separó un poco más las piernas, aferrándose a la corteza de un viejo árbol cuya especie no se interesó en averiguar. Luego de algunos momentos en los que Salazar permaneció sin moverse dentro de Gryffindor, ambos se separaron. El rubio se dejó caer hacia atrás suavemente, deslizándose como una víbora que abandona su piel gastada. El otro muchacho se acurrucó sobre el suelo tapizado de hierba suave y hojas, haciéndose un ovillo de forma que recordaba de inmediato a un gatito mimado.
Salazar abrió un poco los labios pálidos para dejar que el aire entrara por su garganta con mayor libertad. Era el rey. Se sentía como un hombre poderoso que funda la última ciudad de su glorioso imperio. Otra vez, el león era suyo y sólo suyo. Jamás podría ser de otro modo, pues tanto se amaban. Sí, aunque no lo dijera casi nunca y siempre pareciera buscar sólo placer en “su pequeño”, en realidad lo amaba más que a la vida misma. …l sería siempre suyo, nada podría separarlos nunca.
En esos momentos sí que Godric le encontraba toda la razón a Salazar al llamarle “mi pequeño”. Tan sumiso se sentía, tan alegre de que fuera Salazar el único que gozaba de su cuerpo, que no le cabía en mente que todo pudiera cambiar. No podía siquiera imaginar que algún día regresaría a ese preciso lugar absolutamente solo, ni que en un futuro todos conocerían el que había sido su lecho de amor como el Bosque Prohibido…

**********

- ¿Te pasa algo malo, Godric?
- No, claro que no.
- ¿Estás seguro? -. Insistió Salazar. Rodeaba la cintura de Gryffindor con un brazo, envolviéndolo con su capa, y su mano delgada y elegante descansaba peligrosamente cerca de los testículos de Godric. …ste negó con la cabeza una vez más.
- Nada. ¿Por qué lo preguntas?
- Es que te noto extraño, mi pequeño, como si permanentemente pensaras en otra cosa -. Respondió Slytherin, acariciando con un dedo los genitales de su compañero por sobre la ropa.
- Ya, Salazar -. Dijo Godric molesto, apartándose de éste. Unos ojos como de veneno se clavaron en él, extrañados.
- ¿Ves? Te pasa algo malo. Anda, dime qué es.
- Nada, sólo que estás muy caliente.
- No “estoy”. Siempre lo he sido, y jamás antes pareció molestarte. De hecho, me atrevería a decir que te gustaba, y mucho.
- Hoy no quiero, y ya -. Godric lucía cada vez más incómodo. Sus ojos azules parecían tan nublados y tristes como el cielo fuera del castillo, que anunciaba una pronta tormenta, y evitaba mirar a su amante.
- Mira, pequeño Gryffindor: Si es algo tan secreto, no me lo digas. Luego sólo no corras a mi cama en cuanto sientas un cosquilleo entre las piernas, ¿Vale? (Hablan bn moderno pa haber vivido hace 1000 años, no? [N. de A.]) -. Salazar sentía herido su amor propio. No sólo Godric estaba ocultándole algo –cosa que jamás antes había hecho– sino que también lo despreciaba como si se tratara de un ramero barato y maloliente en lugar del enormemente atractivo joven que era.
- ¿Quieres saber lo que pasa, Salazar? -. Preguntó el chico de cabello azabache. - ¿De verdad quieres saberlo?
- Evidentemente.
- Pues sucede que yo…
- ¿Tú…?
- Yo… que tú…
- ¿Qué pasa, Godric? -. El rubio ubicó su rostro a un palmo de distancia de la cara del otro muchacho.
- Yo ya… ya no te amo, Salazar -. Listo. Ya lo había dicho. Slytherin sonrió inexpresivamente, como una serpiente.
- ¿Qué? Estás bromeando, mi pequeño…
- No, Salazar, hablo en serio… de hecho…
- ¿Qué?
- … Me… me gusta una chica…
- Vamos, Godric, no me tomes el pelo.
- ¡Te juro que no lo estoy haciendo! -. Exclamó el chico. – Y hay algo más…
- Di, ¿Qué cosa?
- Que ella… es una muggle…
Aquello era ya demasiado. Verdaderamente no podía estar ocurriendo. Todo tenía que tratarse de una broma de pésimo gusto que Godric le estaba jugando. Sí, tenía que ser así… Pero, en lo más hondo de su pecho, Salazar comprendió que no lo era en modo alguno.
- Espera, Godric… ¿Tratas de decirme que me has cambiado por una… mujer? -. Escupió la palabra como si le supiera amarga en los labios. - ¿Por una ASQUEROSA MUGGLE?
- Escucha, Salazar, de verdad lo siento, pero…
- ¿Lo sientes? Vamos, Gryffindor, no tienes idea de lo que estás diciendo. Es sólo un montón de porquería.
- No, Salazar, en absoluto. Entiendo perfectamente, y es que yo ya no te am…
- ¿¡Que ya no me amas?! -. Slytherin forzó una risotada fría y amarga. – No mientas, pequeño. Sabes bien que me amas tanto como yo a ti. ¡Me amas más que a nada!
- No, te equivocas… ¡Jamás te quise! -. Mintió Godric. Comenzó a ver borroso a causa de las lágrimas que le nublaron de pronto los ojos azules como zafiros.
- ¡¡Me adoras!! -. Ladró Salazar. Era verdad. Tenía que serlo. No podía ser falso.
- ¡Nunca! ¡Nunca te amé! ¡Acéptalo, Slytherin! Todo era un estúpido juego…
Salzar sintió el momento exacto en que se desmoronó por dentro. Sintió horriblemente agudo el dolor que le causó su corazón al desgarrarse dentro de su pecho. Y juró. Juró que ese bastardo de Godric, ése que había sido su vida y que ahora lo estaba matando, iba a recordar por siempre el nombre de Salazar Slytherin.
En medio de sus lágrimas amargas, Gryffindor no pudo ver cuando el rubio abandonó el frío salón. Estaba haciendo lo que debía, lo que era correcto. Entonces, ¿Por qué le dolía tanto?

**********

Salazar se acariciaba con una mano, mientras sostenía fuertemente su varita con la otra.
- Bastardo… -. Murmuró de forma apenas audible, mientras la enorme serpiente se arrastraba por el piso de piedra gris. - ¡Condenado hijo de perra! ¡Ramero! ¡¡Me cago en tu puta madre, maldito bastardo!!
Los gritos de Slytherin resonaban por toda la cámara. Su mano, enloquecida, frotaba su hombría con furor, pero él a duras penas reparaba en ello. Sólo tenía un pensamiento dentro de la rubia cabeza…
*Godric…*
…se, ése que amaba y odiaba tanto. ¿Cómo pudo dejarlo? Aún pensaba en él cada vez que su propia mano lo estimulaba… y recordaba sus labios inocentes cerrados alrededor de su sexo, sus ojos brillantes de azul desorbitados de placer… y debía conformarse ahora con su mano embarrada de su propio líquido…
- Perro… mi amado perrito, ¿Crees que me rendiré tan fácilmente? Eso me hace pensar que no me conoces, mi pequeño perrito arrastrado. Te entregaste a mí a voluntad, ¿Crees que eso no cuenta ya? Eres mío, mío, mío. Mío propio (Parece Gollum, “Mi tessssoro” [N. d A.]).
El muchacho rubio tenía sus ojos verde ponzoñoso clavados en un punto indefinido frente a él y unas gruesas lágrimas rodaban por sus mejillas pálidas. Tenía en el rostro una sonrisa desquiciada y dolorosa, como si el rechazo de Gryffindor le hubiera arrebatado la razón y la cordura de un golpe.
- Malditos sean los mugrientos muggles que ensucian la Tierra, malditos los asquerosos sangre sucia que a los magos deshonran… ¡¡Maldito seas tú, Godric Gryffindor, y toda tu podrida descendencia!! -. Con éstas palabras, Salazar se levantó de la nariz de la enorme escultura que estaba usando de asiento y encerró al silbante basilisco en una cámara más pequeña dentro de ésta.
- Nunca podrás olvidarme, mi perrito. Me encargaré de que jamás lo hagas.
Salazar Slytherin selló la cámara y abandonó el cuarto de baño (Los baños de hace mil años no eran como los de hoy en día, pero filo, así salía en la película y no es mi culpa [N. d A.]) y se alejó con paso rápido, mientras su cara aún mostraba una horrible sonrisa llena de locura y las lágrimas ponzoñosas que sólo pueden brotar de lo más profundo de un corazón destrozado por la persona que ama y odia con fervor.
*Y maldito sea…* Pensó mientras dirigía una última mirada al majestuoso castillo. *Este jodido amor que no me dejará libre jamás…*

FIN

Dark Yuki-Chan

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).