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Fuego por Dark_Yuki_Chan

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FUEGO

El Fuego de la ira, el odio, la locura. El Fuego que arde en tus ojos. El Fuego que cautiva mis sentidos. El Fuego que deseo con toda mi alma. Tu Fuego. El Fuego que me iluminó cuando todo parecía gris a mi alrededor, cuando todo era nada. El Fuego que enciende mi vida…

Con pesar recuerdo aquel tiempo en que eras la dulzura misma, una criatura inocente, pura, sólo una niña. Y me odio. Y odio a Lord Dorkick y a todos en Zybach. ¿Cómo pudimos ser tan ruines? ¿Qué horrible fuerza logró que cometiéramos un acto tan vil? Te enloquecimos, niño mío, te convertimos en una bestia salvaje. ¿Qué quedó de la dulce pequeña que fuiste antaño? Los rasgos leves es lo único que pudiste conservar. Aquellas facciones delicadas y hermosas. Sólo eso te dejamos, mi pequeño, y te arrebatamos lo más preciado. ¿Quién tendrá el poder para perdonarnos? Transformamos la criatura frágil en una bestia asesina, una máquina nefasta, un títere de la muerte. Niño mío, no ruego tu perdón, pues sé que jamás podrás otorgármelo. Niño mío, no intento consolarte, porque entiendo que mis inútiles palabras jamás enmendarán el daño que te hice. Niño mío, no sé como calmar tu Fuego. No sé como apartar un segundo ese Fuego salvaje de mis pensamientos.
Enloquecido estás, mi niño, y así es como te amo. Amo la locura y el terror que adivino en tus ojos. Adoro el fuego que arde dentro de ti, aquel Fuego devorador que es tu esencia. Me fascinan tus ojos de furiosas llamas violetas, tu voz que es de hombre y de demonio y de niño. Todo es mi culpa. Jamás debía permitir que te hicieran este daño, pequeño mío, jamás debí dañarte así… y lo peor es que el resultado de nuestros macabros experimentos me hechiza de un modo irresistible. Lo lamento más que nada en el mundo, siento causarte este dolor. Me destroza ser el causante del sufrimiento que día a día te muerde las entrañas, que te hace perder la cordura, que te sumerge en el Fuego implacable…

Nunca pude sentirte un hijo, mi pequeño, como sentía a Naria y a Erya. Jamás fui capaz de amarte en la misma forma que a ellas. Tampoco pude pensar en ti como en un instrumento. Lo intenté una y otra vez, de verdad lo intenté. Cubrí mi corazón con una capa de hielo que sólo las pequeñas hermanas sabían sortear, sin imaginar jamás que tu Fuego podría vencerme. A veces deseo por un segundo no haberte conocido jamás, Dilandau, ¡Era todo tanto más fácil antes! Mas inmediatamente me detesto por pensar aquello. ¿Qué sería de mí si tu incontrolable Fuego algún día faltara? ¿Cómo podría soportarlo? Mi niño, ¿Por qué no me ayudas? ¿Por qué no me dices cómo continuar la marcha sin necesidad del Fuego que alumbre mi camino? ¿Por qué no me explicas como puedo matar al Amor? ¡Ah, si pudiese guardar ese fuego dentro de mí, si pudiese ocultarlo de todo y hacerlo sólo mío! ¡Si esas furiosas llamas pudiesen abrasar mi piel hasta que sólo quedaran cenizas! ¡¡Oh, si tú, niño mío, tú, Fuego mío, pudieses pertenecerme por siempre!!





El Fuego de la guerra, de la sangre, de la destrucción. El Fuego que arde en tu espada. El Fuego que cautiva mis sentidos. El fuego que deseo con toda mi alma. Tu fuego. El Fuego que me anima a continuar en la batalla cuando todo parece gris, cuando todo es nada. El Fuego que enciende mi vida…

¿Cuánto durará esto? ¿Cuántas vidas más tendrán que perderse antes del fin? ¿Llegará alguna vez el día en que pueda amar tu Fuego sin interrupciones? ¿Cuándo me devolverá la guerra al pequeño que le entregué, cuándo serás mío? Mi niño, al verte luchar olvido los momentos en que eres niña y mujer, olvido los momentos en que eres víctima de nuestro pecado, olvido los momentos en que el sufrimiento te reduce a un despojo de ser humano. Cuando estás en batalla, sólo veo un demonio. Hijo de la crueldad, hijo de la sangre, pequeño demonio siervo de la Muerte. ¿Dónde está tu corazón? ¿Cómo puede la lucha transformarte en tan malévola bestia sedienta de sangre? Sé que la guerra es tu mundo, que es el Fuego tu elemento, y me pregunto ¿Podrás amar al débil corazón de este Ryujin? ¿Seré suficiente para encender la misma pasión que despierta en ti la batalla, que despierta en ti la muerte? ¿Seré apropiado leño para tu insaciable Fuego? ¿Podré algún día decir “Este fuego es mío”, o pereceré sin poseerte jamás?

La guerra es, para mí, sólo un medio para conseguir la paz. La guerra es, para mí, sólo un medio para mantenerte cerca de mí. Desatas en ella tu Fuego, desatas tu locura, desatas todo tu ser. Maldita guerra, ¿Por qué no puedo apasionarte del mismo modo? Quiero sentir tu Fuego, tu locura, quiero sentirte plenamente mío. Mi pequeño, como deseo ser tu amada guerra. Mas no puedo, no puedo hacer nada más que observar. Observarte. Observar el Fuego. Observar tu mundo desquiciado.





El Fuego de tus ojos, de tus labios, de tu piel. El Fuego que arde en tu cuerpo. El Fuego que cautiva mis sentidos. El Fuego que deseo con toda mi alma. Tu Fuego. El Fuego que enciende mi pasión cuando todo parece frío, cuando todo es nada. El Fuego que enciende mi vida…

Niño mío, no sabes como ardo por besar tus labios. Mis manos claman por tu piel perfecta, claman por tu maravillosos cuerpo. Deseo sumergirme en el violeta de tus ojos. Quiero sentir tu Fuego con todo el cuerpo. El deseo me vuelve ciego a todo. Tu piel tersa y clara es el manjar que mis labios anhelan, tu cuerpo perfectamente esculpido me atrae de tal forma que resistirme a la tentación de hacerlo mío se vuelve cada día más difícil. Ansío tanto sentir tu olor, acariciar tu hermosa figura, poseerte de la forma más salvaje, sumergirme en tu compañía en el remolino de emociones que despiertas en mí.

Anhelo que te entregues a mí en cuerpo y alma, que me desees como yo te deseo, mi pequeño, que me dejes amarte hasta delirar de placer. Quiero entrar en ti, mi amor, quiero tocarte y besarte hasta embriagarme con tu cuerpo, hasta que ya no quede en mi garganta un solo gemido que soltar, hasta que ambos lloremos juntos de alegría y de cansancio, hasta que ambos lloremos juntos de amor.

Deseo regalarte lo más íntimo que poseo, Dilandau, deseo dártelo todo sólo a ti. ¿Podré algún día hacerlo? ¿Querrías ser mío? ¿Te gustaría llorar en mi pecho, amor, descargar en mí tu locura? ¿Me obsequiarías tu Fuego? Permíteme cubrirte con mis alas, te lo ruego, dale una razón para existir a la sombría noche que cargo en la espalda.

El Fuego del final, de la libertad, de la muerte. El Fuego que arde en tu vida. El Fuego que cautiva mis sentidos. El Fuego que deseo con toda mi alma. Tu Fuego. El fuego que se apaga cuando todo es realmente gris, cuando todo es nada. El fuego que consume mi vida…
Te has ido, niño mío, me has dejado. Es mejor para ti, lo sé, mas no puedo dejar de lamentarlo. Ya no eres el hombre que amé, ya no eres el Fuego. Eres sólo una jovencita, Dilandau, sólo una mujer como tantas otras. Mi pequeño se perdió, no sé dónde buscarlo. ¿En qué mundo hallaré al pequeño demonio que se adueñó de mi corazón? ¿Estará mi amor en Gaea, la tierra que presenció mi adoración por aquel joven desquiciado? ¿Estará en la Luna Fantasma, la tierra que trajo tantos cambios a Gaea y tantas desgracias a mi vida? ¿Estará en Hades, la tierra donde van las almas de los caídos? ¿Dónde se encuentra mi amado? ¿Qué ha hecho esta maldita mujer con el niño de mi corazón? ¿Dónde lo ha desterrado?
Ni a mi país tengo, lo he destruido yo mismo; ni a las que fueron mis hijas, se han ido por mi culpa; ni al Fuego que era la razón de mi vida… se ha apagado y ha vuelto a ser mujer. Dejó de ser el pequeño que yo amo, dejó de ser el Fuego que es mi adoración, se convirtió en lo que era antes de llegar a mi vida. ¿Está mejor así el niño mío? ¿Es lo que él deseaba? Esto me deja sin nada. Nada. El viento se lleva lejos las cenizas que el Fuego dejó en mis manos. ¿Qué me queda ahora? El recuerdo, ¿Podré vivir de él? ¿Podré olvidar al niño de Fuego que me enloquece?

Una espada. La punta de una espada. Dorkick. Ojalá hubiese sido el niño mío, ojalá hubiese sido con su Fuego. ¿Adónde voy? Al fin hice algo de lo cual puedo sentirme casi orgulloso. Ojalá mi pequeño demonio me hubiese visto. Ojalá pueda hallarlo en el Hades. Ojalá, aunque mi vida haya terminado, su Fuego no se consuma jamás.

FIN

Dark Yuki-Chan

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