Aquellas vacaciones estaban resultando completamente diferentes para Harry, una nueva situación se había presentado para él, aunque lo veía venir desde hacía tiempo no estaba del todo preparado para ver a sus dos mejores amigos, que después de años de peleas y discusiones finalmente habían tenido el valor de confesar sus verdaderos sentimientos y ahora eran novios.
Todo había sido demasiado rápido para Harry y no conseguía acostumbrarse a ver a Ron y Hermione besándose en cada rincón de "la Madriguera" cada vez que presumían que nadie los veía. No sentía celos de sus amigos de eso estaba totalmente seguro, se alegraba de verlos tan felices, pero no podía evitar sentirse excluido, sabía que el inseparable trío que habían formado por tanto tiempo ya no volvería a ser el mismo. Deseaba regresar a Hogwarts cuanto antes las vacaciones no habían resultado del todo agradables como lo había imaginado, aunque la familia Weasley en pleno se preocupaba de que no se sintiera marginado en ningún momento, el chico anhelaba regresar al colegio que consideraba su verdadero hogar.
Lo que Harry ingnoraba era que el comienzo de este sexto curso traería para él cambios y situaciones completamente inesperadas que harían que su vida diese un giro de cientochenta grados.
El expreso de Hogwarts ya llegaba a las inmediaciones de Hogsmeade, bajo un cielo azul salpicado de pequeñas nubes negras; Harry ya se había cambiado y llevaba la túnica del colegio, Ron y Hermione habían salido para cumplir con sus deberes de Prefectos y sólo habían quedado en el compartimiento Neville, Ginny y Luna, pocos minutos después todos bajaban del tren y se ponían en camino al castillo.
El Gran Comedor lucía como siempre al inicio de cada curso, bullicio, algarabía inundaban el ambiente, el cielo hechizado era completamente distinto al de fuera, estaba cubierto de estrellas. El aroma delicioso de la comida hicieron que Harry olvidara por completo sus preocupaciones y se instaló en la mesa de su casa junto a sus amigos a esperar la selección de los nuevos alumnos.
La profesora McGonagall instaló el taburete de tres patas y encima de este el sombrero seleccionador, el director hizo una señal para que se iniciara la selección de los alumnos de primero. Cuando el último de los nuevos alumnos fue llamado y luego se dirigió a su respectiva mesa, fue retirado el sombrero y el taburete, el profesor Dumbledore se puso de pie, todos guardaron silencio al instante.
- Queridos alumnos - comenzó el director - la selección ha terminado, sin embargo, tengo el agrado de comunicarles que este año se incorpora a nuestro colegio en forma excepsional un alumno a sexto curso venido de Dumstrang y espero que sea recibido con hospitalidad y generosidad por parte de todos los alumnos y especialmente de parte de la casa para la cual ya fue seleccionado, Slytherin.
Dicho esto el director hizo una leve señal de asentimiento a la profesora McGonagall y ella se dirigió a la puerta que estaba detrás de la mesa de profesores, todos los alumnos observaban expectantes, por la puerta apareció un chico alto de cabello castaño claro y ojos azules, muy guapo que llevaba en su uniforme los colores verde y plata de Slytherin, se quedó de pie junto a la mesa de profesores y miró al director sonriente, quien a su vez le devolvió la sonrisa.
- Les presento al señor Eric Bryce a partir de este momento es un alumno más de Hogwarts, por favor démosle la bienvenida que se merece.
Un aplauso general siguió a las palabras del director que con una leve inclinación de su cabeza invitó al nuevo alumno a tomar asiento junto a los de su nueva casa.
La cena comenzó por fin y todos pudieron disfrutar de las delicias preparadas para la ocasión. Luego de terminada la cena y oír las indicaciones del director que eran las mismas del año anterior se retiraron todos a sus respectivos dormitorios.