Ya estaba harto de la situación, quería, pero no podía, no podía, pero cuanto deseaba hacerlo, estaba celoso, ansioso, confundido, ¿Por qué este le causaba tantos problemas?, ¿Por qué los celos y la rabia lo inundaban cuando se enteraba de otra conquista de el?, ¿Por qué?, en fin las cosas de un enamorado, y de la persona que jamás imagino.
Estaba enamorado de sus ojos, de su piel, de s sonrisa, su aroma, todo de el, lo amaba, pero su actitud no ayudaba en nada, su espíritu de conquistador se negaba a irse muy lejos, lo quería, lo amaba, pero... la confianza no estaba de su lado, no quería sentirse usado pero su corazón no ayudaba, y una guerra se estaba empezando a desarrollar entre corazón y conciencia, y ni que hablar de la presión mental a la que se enfrentaba.
No lo pensó, no quiso pensarlo, no aguantaría, así como se encontraba decidió salir de su casa, para bajarlas una a una, quería expulsar todo lo que tenia adentro y sabia como, era la única forma que conocía, pronto llego a la casa del dueño de su corazón, llamo con su cosmo a la entrada mientras esperaba.
kokoro ga kogatsuite
yakeru nioi ga shita
sore wa yume no owari
subete no hajimari datta
- ¿Camus? - pregunto un hombre guapo, de cabellera azul y ojos del mismo color solo que mas claros, piel morena, y en su cara se podía notar lo sorprendido que estaba.
- Milo - choco su vista en el, era ahora o nunca debía decírselo, ya estaba ahí, pero no encontraba la forma adecuada, la inseguridad lo lleno de pronto.
- ¿Qué sucede Camus? - volvió a preguntar Milo, en los ojos del otro se podía apreciar gran tristeza y agobiamiento, quería abrazarlo pero se contenía, no quería ser estatua de hielo.
- ... - intentaba encontrar las palabras adecuadas en ese momento, pero su miedo de ser rechazado le impedía hablar.
- Ok, entiendo que quieras estar solo - dijo Milo en un tono de tristeza mientras se daba media vuelta, y avanzaba algunos pasos.
akogareteta mono wa
utsukushiku omoete
te ga todokanai kara
kagayaki o mashita no darou
- Escúchame¡¡¡
- ¿eh? - se detuvo al oír el grito de su compañero de armas, no volteo, espero a lo que Camus pudiera decirle.
- Mírame - como si hubiera sido una orden, Milo se volteo, y ambos hombres quedaron de frente
- Apóyame
- Camus tu sabes que te apoyare en todo lo que necesites - dijo ya algo preocupado Milo, su amigo tenia sus ojos cubierto por el flequillo de su cabello.
- Entiéndeme - ahora Milo no entendía nada, mientras Camus empezaba a caminar hacia el.
kimi no kudake chitta yume no hahen ga
boku no mune o sashite
wasurete wa ikenai itami toshite kizamareteku
- Protégeme - mientras seguía con el acercamiento a Milo
- Pero Camus ¿De que? - ya estaba mas revuelto que un huevo revuelto, y además eso le había preocupado
-Abrázame - mientras seguía en su tarea de acercarse a Milo
- ¿Camus? - pregunto durativo, ahora mentalmente Milo se preguntaba si Camus se encontraba bien.
- Sonríeme - seguía avanzando y en sus labios de notaba una sonrisa triste y nostálgica.
- Camus ¿te sucede algo? - pregunto bastante extrañado por lo anteriormente dicho.
hana no you ni hakanai no nara
kimi no moto de sakihokoru deshou
soshite egao mitodoketa ato
sotto hitori chitteyuku deshou
- Suéñame - mientras ya estaba muy cerca de Milo y este por reflejo empezó a retroceder hacia su templo.
- Deséame - ahora su tono de voz era de suplica, y se acercaba mucho a Milo quien seguía retrocediendo.
- Acósame - Milo se encontró con un sillón, con el cual tropezó y callo sentado en el.
- Tócame - decía un Camus mientras se sentaba en sus piernas, tomaba una mano de Milo y se la ponía en el pecho, y este quedaba en shock.
- Tómame - esas palabras hicieron que Milo abriera bien los ojos, e intento quitar a Camus de sus piernas, no pudo hablar enserio ¿o si?
- Camus ¿en verdad estas bien? - mas no recibió contestación, solo una mirada suplicante
kimi ga zetsubou to iu
nanofuchi ni tatasare
soko de mita keshiki wa donn
a mono datta no darou
- Quiéreme - mientras unas lagrimas traicioneras caían de sus hermosos ojos turquesas y resbalaban por sus mejillas
- Camus... - en un susurro fue pronunciado su nombre, y al nombrado de abrazo al pecho del otro
- Pero por favor Milo... ámame - levantando su cara llorosa, Milo sonrió con ternura
ikibasho o nakushite samayotteru
mukidashi no kokoro ga
fureru no o osorete
surudoi toge harimeguraseru
- No necesitas pedirlo - sonriendo y quitando algunas lagrimas del rostro de Camus, este solo se quedo impresionado
- ¿Por qué? - pregunto mientras intentaba contener las lagrimas
- Por que yo también te amo - Camus abrió grandemente los ojos
- ¿A que te refieres? - pregunto durativo
- A esto - mientras acercaba su rostro al de Camus y lo besaba dulcemente en los labios - y estaré contigo siempre
tori no you ni habatakeru nara
kimi no moto e tondeyuku deshou
soshite kizu o otta sono se ni
boku no hane o sashidasu deshou
- Yo también te amo, ámame, bésame, abrázame, acaríciame, tómame - mientras sus ojos mostraban un brillo raro que solo Milo podía interpretar
- Como lo desees - mientras volvía a besarlo, y Camus rodeaba el cuello de su amor con sus delgados brazos, mientras se acostaban en el sillón, dando algunas vueltas para quedar Camus abajo y Milo encima, mientras este empezaba a besarle el cuello con lujuria, algunos susurros empezaban a salir de la boca de caballero de los hielos.
La temperatura empezaba a subir poco a poco, que ya empezaba a agobiar a los cuerpos que se empezaban a tocar, Milo expertamente recorría aquel ángel tímido quien solo se limitaba a dar unas cuantas caricias, recorría su blanca piel de la espalda debajo de aquella camisa, que intentaba quitar del cuerpo de quien amaba y quería demostrar su amor.
hana no you ni hakanai no nara
kimi no moto de sakihokoru deshou
soshite egao mitodoketa ato
sotto hitori chitteyuku deshou
La camisa salía volando para perderse, en la infinidad del templo de Escorpión, seguían besándose profundamente, mientras ambos cuerpos empezaban a quedarse desnudos ante el otro. Milo con delicadeza se encargaba de quitar cada prenda de su bello ángel de hielo, que lo había conquistado y que ahora le correspondía.
Ni lento ni perezoso se fue quitando su propia ropa, y empezando a acariciar el perfecto cuerpo de Camus, quien tenía sus mejillas sonrojadas, besaba su cuello, su pecho, su abdomen, pronto se entretuvo en sus pezones lamiendo y pellizcando a placer, provocando en Camus pequeños gemidos que no se preocupaba en callar, querían amarse y ese momento era ahora.
Pronto estuvieron como Dios los trajo al mundo, cada uno observando el cuerpo perfecto del otro, mirándose con ternura, Milo volvió a besar a Camus mas apasionadamente que los demás besos anteriores mientras que con su miembro chocaba en de Camus, provocando varios gemidos que morían en su boca a consecuencia del beso.
tori no you ni habatakeru nara
kimi no moto e tondeyuku deshou
soshite kizu o otta sono se ni
boku no hane o sashidasu deshou
Milo tomo la frágil muñeca de Camus y la puso en su pecho, el quería que Camus también pudiera sentir y provocar placer, en esta bella danza que ambos estaban creando con amor. Camus entendió el mensaje y todavía con timidez se aventuro a explorar aquel cuerpo de su amado.
Milo le encantaba la sensación, y decidió volver a tomar el control, tomo con sus ya expertas manos el miembro de Camus empezando a masajearlo lentamente, el "torturado" soltaba gemidos nunca antes sacados de su boca (Zacaleonesa: O_o perdón, ósea es virgen hasta ahorita). Viendo el gran placer que corría por el cuerpo de Camus, Milo se aventuro a hacer el siguiente paso, dejo en paz el miembro de Camus, quien empezaba a reaccionar, y le dio tres dedos a Camus.
- Lámelos - como si fuere una orden Camus obedeció y empezó a lamer como si se tratara se una paleta lo cual excito mas al escorpión, quien empezó a hacer lo mismo pero con el miembro de su amado acuariano quien dejo su tarea por el placer obtenido, Milo dirigió un dedo a su entrada, provocando un quejido por parte de Camus.
kaze no you ni nagareru no nara
kimi no soba ni tadoritsuku deshou
tsuki no you ni kagayakeru nara
kimi o terashitsuzukeru deshou
- Lo siento, fui muy brusco - se disculpaba el octavo guardián dorado mientras intentaba consolar a Camus
- Ni importa, sigue con tu trabajo -.mientras habría mas la piernas para que su amante tenga mas acceso, Milo había reanudado la tarea de dilatación, y volvió a meter un dedo, un quejido se volvió a oír, Milo intento alejar el dolor masturbando el miembro de Camus, quien empezaba a acostumbrarse a la intromisión, pronto se juntaron los otros dos dedos, bailando en el interior del caballeros de los hielos.
Cuando sintió que ya estaba lo suficiente dilatado, preparo su miembro para ser introducido por la entrada de la persona que mas amaba.
- Tómame - dijo sensualmente Camus mientras se aferraba a Milo, este lo penetro lentamente, sintiendo la unión de ambos cuerpos, amándose.
- Ámame
kimi ga mou kore ijou
nido to kowai mono o
minakute sumu no nara
boku wa nan ni demo na mou