Sacó su cuaderno, sacó un bolígrafo… vio su retrato un momento.
Hacía tanto que las palabras se agolpaban en su pecho impidiéndole respirar…
Estaba en el cuarto del estudio, donde todas las cosas eran libros de medicina y cds para computadora… Ella se había ido hacía casi un mes, faltaban de menos cinco más para que regresara del intercambio escolar de un semestre…
-Ser estudiante de medicina no sirve cundo lo que te duele es el corazón por la ausencia de alguien…- dijo para si misma en medio del silencio. Abrió el cofre que tanto atesoraba, no tanto por su valor monetario o su belleza ornamental, sino porque en él guardaba aquello que ya no cabía en si misma, y acomodó lo que encontró dentro.
Volteó hacia la ventana en busca de cuerpos celestes, pero solo encontró la imagen de su compañera de departamento. –así que no me dejas…- y comenzó a escribir:
“Estoy esperando a que la noche llegue. Aunque son ya las 3am. Pero eso no importa, porque para mi, la noche solo llega cuando estoy contigo, cuando estas a mi lado.
Estoy esperando que la noche nos cubra con su manto infinito, que quedemos cubiertas por este y que nos oculte de las miradas curiosas de aquellos que puedan irrumpir en nuestra morada. Son las 3am, pero para mi es medio día, porque falta mucho para que ambas compartamos la cama de nuevo.
La noche no llegará ni aún en un mes, pero no importa, esperaré. Esperaré porque sé que llegará, y eso es para mi suficiente, y sé que llegará porque es algo inevitable que la noche preceda al día, que dos cuerpos se atraigan o que yo te ame, es simplemente inevitable…
Estoy esperando, esperándote. No sé cuando llegarás, pero lo harás porque conmigo está tu hogar, conmigo está tu vida, yo soy tu vida. Y no lo digo por vanidad, sé que es verdad porque tus labios, tu cuerpo entero no atina a mentirme por las noches, porque lo veo en tus ojos cuando me ves, cuando me hablas, cuando me tocas… simplemente lo sé. Pasa lo mismo conmigo. No puedo pensar otra manera de verte, no puedo concebir una imagen de mí sin ti. Tu eres mi vida, tu eres todo lo que tengo y no por haberte ganado, sino porque te me entregaste en un acto de fe, de amor, porque eres lo que me pertenece por voluntad. Y yo… yo no soy más que tuya… soy parte de ti desde el día en que dije tu nombre, desde el día en que me atreví a verte a los ojos, desde que respiré cerca de ti.
Estoy esperando la noche, aquella fugaz ilusión que me da valor para poseerte, espero con ansias la obscuridad que protege el secreto que todos conocen, pero que nadie se atreve a creer, y no me refiero solo al hecho de ambas seamos mujeres, sino al hecho de que realmente exista el amor. Ya nadie cree en él, ya nadie piensa que es verdadero porque los poetas románticos se empeñaron en devaluarlo al usar la palabra en cada verso, porque la mercadotecnia se empeña en venderlo con una lata de refresco, porque la palabra es fácil de pronunciar y de escribir, porque hubo quien mató en nombre del amor, como si este se lo hubiera ordenado… nadie cree en él porque les parece una palabra muy corta para expresar su significado. Pero tu y yo sabemos qué significa y no necesitamos nombrarlo can cada frase que nos dedicamos, ni necesitamos citarlo en cada debate en que participamos para recordarlo; nosotras lo vivimos, lo saboreamos, lo respiramos, lo vemos la una en la otra. Yo no temo usar la palabra porque sé que no la malgasto, tú no temes sentirla porque sabes que no es algo al aire. Somos amantes de tiempo completo porque nos amamos todo el tiempo, o porque el tiempo no tiene cabida entre nosotros.
Estoy aguardando a que el sol se ponga y el ambiente enfríe un poco, y me dé una excusa para acercarme a ti tímidamente y abrazarte y besarte como si no hubiera un mañana. Espero el frío, que es mi aliado, para que aceptes mis caricias e incluso las busques… estoy esperando la noche, te estoy esperando a ti….
¿Por qué será que esto no puedo decírtelo? Cierto es que nada de esto lo he pronunciado ante tu presencia, cierto es que tú no la has escuchado de mi, pero sabes que es cierto, porque, ¿cómo podrían mentirte mis labios, mis manos, mi cuerpo?
También es cierto que tú no lo dices, incluso que no lo harás si yo no lo hago primero, pero nada te puedo exigir, nada más… pero, me pregunto si tu esperas la noche, como lo hago yo…
¿Dónde estás en este momento? ¿Dónde si no es conmigo?
A pesar de que sé que eres mía, no puedo evitar celar a aquellos que te rodean, ni puedo evitar que otros te amen, ni puedo evitar mi egoísmo al no querer compartirte, pero me calma el saber que te encuentras bien, que gustosa regalas una sonrisa a quien te la pide o a quien la necesita, que entregas todo a aquello que lo amerita. Pero… cómo quisiera que fuera de noche…
Sola, pienso que eres la persona más perfecta, cuando te veo me permites verte como una persona… ¿qué más puedo pedir?... cuando te toco, me permites sentirte por completo… Te amo…aunque nunca lo diga, esa es una verdad que no puedo cambiar…Te deseo… aunque nunca lo oigas de mis labios, yo no lo podré ocultar…Te pertenezco…aunque nunca lo aceptes, esa es la realidad…
Sé que las palabras se ven bien ahora, incluso suenan bien viniendo de mi, podría ser material para un poema, pero jamás será entendido por alguien que no seas tú, y es por eso que yo jamás lo diré, porque cuando estoy contigo no son palabras lo que sale de mi garganta, sino suspiros y gemidos, porque cuando estoy contigo no son palabras lo que buscas o entiendes, sino caricias y roces que tocan tu corazón, que tocan el mío…
Una sola noche, un solo momento contigo me hace olvidar lo que soy, solo un momento y logras perderme tan dentro de ti… ¿a caso sabes lo que es sentir el dolor del deseo? Saber que te pierdes, que te hundes irremediablemente en un algo que no tiene final ni salida, saber que ignoras tus miedos más grandes, que olvidas tus posturas más rígidas, tus poses más firmes… saber que no eres más que arena en manos de alguien… ¿lo sabes? Aun así yo espero, deseo que sea de noche, que haga frío, que estés conmigo, que llegue el alba…”
Al terminar, se sentía más fuerte, más tranquila… -y me pregunto si eres tan curiosa como para intentar abrirlo…de nuevo- arrancó la hoja del cuaderno y guardó el escrito en el cofre, lo cerró con llave… pero esta vez no la guardó, la dejó allí en la cerradura.
De pronto sonó el teléfono
- Hola
- Hola- respondió su compañera- siento llamarte a esta hora, pero tenía que escuchar a alguien que hablara español…¿te desperté?
- No… la verdad es que aun espero que sea de noche…