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CÓMO ME GUSTAS por mitarai makosla

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Notas del fanfic:

SOLO ESPERO LES AGRADE ESTE OTRO QUE HICE.

Notas del capitulo:

AQUELLO QUE ESTÉ ESCRITO EN LETRA CURSIVA Y CENTRADO SON FRAGMENTOS DE LA CANCIÓN EN LA CUAL ME BASÉ PARA HACER ESTO.

Ya terminaban las clases en la academia, los estudiantes diambulaban por los pasillos dirigiéndose a sus dormitorios. Ciertos estudiantes cumplían una pequeña rutina antes de ir a descansar. Camus se dirigía a los invernaderos a rocear por´vez última sus rosas y plantas con agua fresca, y que así descansaran placenteramente. Por su parte, Ed, iba al piano que siempre acostumbraba tocar, interpretaba cada noche una bella pieza, y, al mismo tiempo, reflexionava acerca de algo que ultimamente le aquejaba sus pensares.

ED: (piensa): no le he podido quitar la mirada de encima, hasta cuándo ¿podré soportar quedarme callado? hace más de dos semanas que me dí cuenta, y no puedo decirlo. (en tanto seguía tocando su cabeza se llenaba de estos pensamientos)

CAMUS: (en el invernadero mientras refrescaba sus plantas):valla, nunca faltan las melodías de Ed por las noches antes de dormir, es vueno que ustedes se relajen con sus tonadas (le dice a su rosas) aunque admito que amí también me resulta relajante.

ED (piensa): debería ya decírselo, él ahorita debe estar atendiendo sus plantas en el invernadero (deja de repente de tocar el piano, lo que desde el invernadero extraña a Camus)

     Edward se dirige a los invernaderos, y al llegar ve cómo de una manera tan delicada y dedicada Camus rocía con fresca agua todas las rosas que ahí yacían. se quedó parado en la entrada del lugar, en silencio viendo a ese inevitablemente apuesto ser.

OYE LA CONFESIÓN DE MIS SECRETOS

NACE DE UN CORAZÓN QUE ESTÁ DESIERTO

CON TRES PALABRAS TE DIRÉ TODAS MIS COSAS

COSAS DEL CORAZÓN QUE SON PRESIOSAS

ED: hola Camus (se acerca a saludarlo pensativo y nervioso)

CAMUS: ¡Ed! hola, qué raro verte aquí a estas horas, ¿te ocurre algo?

ED: no yo... sólo quería saludar y ver que hacías.

CAMUS: ya veo, ya no tardaba en irme, estaba terminando de regar los rosales.

ED: parece que han florecido muy bellamente esta temporada.

CAMUS: si, y los nuevos retoños ya se están dejándo ver, y dice que esperan crecer tan bellos comos los demás.

ED: Camus...

CAMUS: ¿si?

ED: yo... quería decírte algo importante.

CAMUS: ¿qué pasa? ¿es algo malo? porque te vez intranquilo.

ED: no es nada malo, por lo menos eso espero.

CAMUS: ¿qué sucede entonces? (Edward tomó a Camus de las manos poniéndolo de pie, ya que se encontraba levemente apoyado en sus rodillas refrescando las plantas más bajas, este acto lo extrañó, pero tampoco evitó sonrojarse)

DAME TUS MANOS VEN,

TOMA LAS MÍAS,

QUE TE VOY A CONTAR LAS ANSIAS MÍAS

SON TRES PALABRAS SOLAMENTE MIS ANGUSTIAS

Y ESAS PALABRAS SON CÓMO ME GUSTAS.

     Edward contó todos sus sentires y pensamientos que tanía hacía a el pequeño chico, este se sorprendió por sus palabras.

ED: y bien.. ¿qué dices? (Camus deja salir de sí una ligera y agradable risa) ¿eh? ¡oye no es para que te rías, lo que te acabo de decír es muy serio! (le reprocha el otro)

CAMUS: los siento, no pude evitarlo, pero esque  estuve esperando tanto para que me lo dijeras, y ya había planeado las palabras que te respondería en un momento como este, pero se me han olvidado.

ED: ¿entonces... tú...

CAMUS: así es, yo siento lo mismo, aunque tal vezmás tiempo antes que tú, es solo que a mí tamibén me daba miedo decírtelo, al parecer tú fuiste más valiente.

SON TRES PALABRAS OSLAMENTE MIS ANGUSTIAS

Y ESAS PALABRAS SON

CÓMO ME GUSTAS.

     Edward tomó delicadamente el terso rostro de camus, este estaba también muy nervioso; un beso, un beso que pactó dos sentimientos mutuos y nobles, un beso que marcó el fin del miedo y el comienzo de un amor. Ese pasional beso que hizo eternos lo minutos se convirtió en dulces caricias, delicados roces de dos pieles que clamaban calor, que exiliaban pasión, que pedían placer.

     Las morenas manos de uno sentían el amor que la espalda de Camus despedía, en tanto unonos frájiles y pálidos brazos se aferraban a la cintura de aquel que decía amarle hasta el confin de los tiempos. Las pesadas prendas ya molestaban, las respiraciónes se volvían más fatigantes a medida que las caricias y los besos se tornaban más comprometedores. dos cuerpos desnudos yacían recostados en el cálido piso del invernadero; las manos exploraban sedientas de amor y placer cada confin del cuerpo de la persona que amaban. Pasó así el tiempo, Camus yacía recostado sobre el pecho de Edward, buscando su calor, recorfontándose en sus brazos, Ed, abrazaba a su pálido amado, quien cansado, comenzaba a quedarse dormido en el confort del otro.

CAMUS: Ed... (le llama con una voz adormilada y fatigada luego de demostrar su amor en una manera tan placentera y dedicada)

ED: ¿si? dime.

CAMUS: ¿me amas?

ED: si, te amo, Camus.

CAMUS: ¿cuánto? (la mirada de Edward se dirigió a los bellos y entrañados ojos de Camus, una encantadora sonrisa se dibujó en su rostro y respondió)

ED: poco ama el que dice cuánto.

FIN.

 

Notas finales: QUIUBO, QUÉ TAL. BUENO... ESPERO QUE LES HAYA GUSTADO.

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