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Entre nosotros por kae chan

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Notas del capitulo: Como todos saben, Slam Dunk no me pertenece, por desgracia, es obra del ilustre Takehiko Inoue. Este fics es sin fines de lucro, pero igual no es copia de nada, por lo que espero que respeten mis ideas y a lospersonajes creados por mí. (que ya irán apareciendo jejejeje)

CAPÍTULO 1 : “DESPERTARES”

 

Ni siquiera se había detenido a observar la oscura noche. Y, demás está decir, eso era algo demasiado raro en él. Por alguna razón, desde que habían vuelto a Japón, sentarse hora tras hora delante de la pantalla de su computadora, le hacía sentirse bien. Útil. Era la única manera en la que le permitía ayudarse, ya que según sus textuales palabras “era demasiado joven, inocente para mezclarse en cosas semejantes”... Sí claro, como si ya no tuviese suficiente con recordarlo cada día... Era muy difícil olvidar, a pesar de que Nigma se lo había repetido innumerables veces, ese recuerdo latía dentro de su mente, como el tic-tac de un reloj... lento, pausado, pero intermitente y renuente a detenerse.

__Vaya Kaede, parece que nuevamente te tenemos por aquí._  Una señora levemente regordeta, con incipientes canas aflorando de un rodete que, a esas altas horas, se encontraba casi deshecho por el trabajo, lo observaba con una bandeja bajo el brazo, y la carta en su otra mano._Supongo que pedirás lo mismo de siempre, ¿no es verdad?, café negro, cargado sin azúcar... no sé para que, si me lo permites decir, ya que no te he visto parpadear en todas las veces que te he visto, ¿o acaso lo niegas?_ El joven, de cabellos oscuros, tal cual  el azabache, que caían despreocupadamente por su rostro pálido y afilado, entornó sus ojos, azules como el cielo tormentoso, ante la osadía de la mujer. Normalmente se hubiese levantado de mala manera, dejándola con la palabra en la boca, pero como la conocía desde hacía cuatro años, simplemente ignoró el comentario, que, sabía, era para instarlo a hablar. NO negaría que casi siempre terminaba teniendo algo semejante a una plática con quien se había auto nombrado su madre postiza, ya que pasaba por lo menos tres veces a la semana en el medio oculto café del cual, ella y su marido eran dueños. Es que, nunca se había imaginado encontrar lugar mejor para pasar las noches, debido a que era el mejor momento para trabajar... además ¿ para qué las necesitaba si podía dormir plácidamente en el día? Se mentiría a sí mismo si decía que le servía de algo la escuela, ¿si solamente del aburrimiento ya le provocaba sueño!, si no fuese por el equipo de basketball, ya ni se molestaría en regresar... Pero, como ya sabía ese deporte era su cable a tierra, lo que le impedía convertirse en alguien igual a ellos.

__Y dime, ¿no te aburres de estar sentado frente a esa cosa todo el tiempo?, la tecnología le ha quitado el encanto al mundo.. ahora nos gobiernan cosas tan frías e inmateriables como cables y circuitos_  Kaede suspiró mientras la mujer depositaba la tasa en la mesa y se sentaba frente suyo. ¿Tanto tiempo se había perdido dentro de su mente? Observó la pantalla para darse cuenta, que, aún inconscientemente había ordenado los algoritmos correctamente. Sonrió con ironía, mientras bebía  un sorbo de la infusión. Sintió, como cada parte de su cuerpo se regeneraba lentamente por el calor, aún cuando sentía la imperturbable mirada de la mujer, quien no se había dignado a levantarse.

__Realmente no tienes nada que hacer, ¿verdad? Kioko san_  Kioko sonrió efusivamente, sin perder detalle de los movimientos del muchacho.

__¡Pues claro que no! Eres el único que se le ocurre venir aquí a las tres de la mañana un día de semana, no tengo otros clientes__

__Pero a mí me parece que en realidad, con lo mal ubicado que está este lugar, casi escondido, y el aspecto neoclásico que tiene, sumado a estos precios, que, si tuviese otro lugar mejor, no pagaría, no creo que se vea mucho movimiento por aquí, incluso de día_  Argumentó, mientras dirigía la mirada por el local pulcramente arreglado, con finas cortinas nacaradas que cubrían finamente las ventanas, además de los veladores que iluminaban suavemente la estancia, ayudando a una araña estratégicamente colocada en el centro. Los cuadros enmarcaban las paredes blancas tapizadas con una guarda beige, iluminada con diversos tonos amarillos. Definitivamente, era extraño que siquiera hubiese pensando en poner un pie allí dentro.

__Pero tú lo encontraste, ¿no es así?_ Finalizó con un dejo de misterio la mujer, sorprendiéndose de que hubiese logrado sonsacarle más de tres palabras seguidas esa noche,  y levantándose con un dejo de parsimonia al ver salir a un hombre mayor detrás de la barra de madera caoba lustrada.

__¡Renji!, cuánto te has tardado, ¿mira que pasas horas preparando esas tortas?_ El anciano se rascó el lustroso cabello blanco, quitándose un polvo invisible, mientras que con la otra mano se alisaba el fino bigote.

__Vaya mujer, siempre con lo mismo_ suspira bostezando Renji Amakusa, mientras dirige su mirada al joven sentado en una de las esquinas del local.

__Hola Kaede, hace tiempo que no venías por acá._  Insinuó con ironía, e ignorando a la mujer, quien se desquita palmeando su trasero con nada de delicadeza, se deja caer en una de las sillas sin mirar nada pero observando todo al mismo tiempo.

__ Así que no piensas responderme, ¿no es así “kid”?_  Se estira sin ningún tipo de recato, dirigiendo su vista a una de las ventanas, enmarcadas por las cortinas, que ocultaban, casi por completo la calle desolada.

__ Kaede…_

__ Sí, ya lo sé. Tengo tu discurso en mi mente, y mi respuesta no varía de las otras, “es mi vida y no entiendes nada de ella. Así que, quiero que comprendas una cosa… no te metas”_ Mencionó con hastío esquivando la mirada de Amakusa, quien, aún, no había dejado de sonreír.

__El problema con esto, “kid”, es que estás enfermo._ Respondió escuetamente.

__Si te pagaran por decir idioteces, te aseguro, que no vivirías de este café Renji. No sabés nada, te lo repito_ Kaede hizo un amago de levantarse, cosa que fue impedida por una mano callosa de tanto trabajar en las cocinas. Le dirigió una mirada centellante, irradiando un fuego helado de sus ojos azules, cosa que no amedrentó al hombre que aún lo sujetaba.

__Suéltame._ Siseó en voz baja, retorciendo su propio brazo para librarse del agarre.__ Hazlo o no respondo de mí._ Pero Renji, mostrando una luz compasiva en sus ojos negros, simplemente apoyó su otra mano en la frente del muchacho.

__Definitivamente, tienes fiebre “kid”. Deberías descansar_ Y sonriendo soltó al muchacho que lo miraba con fiereza.

Suspirando, Kaede decidió que, a pesar de lo fastidioso que pudiera ser ese hombre, tenía un dejo de razón. Más si lo que quería era rendir en el equipo esa tarde. Además, quería entrenar un poco antes de clases, así que lo mejor era descansar un poco esa noche.

__Es sólo producto del cansancio, no estoy enfermo_ Afirmó mientras se levantaba del cómodo sillón en el que estaba sentado, haciéndole una reverencia a la pareja.

__Dime algo Kaede,  ¿recuerdas la frecuencia con la que venías aquí para “jugar” con esa computadora tuya hace cuatro años?_ El muchacho sólo suspiró sin comprender, y como ya lo consideró el sumun de la estupidez ni se molestó en contestar, aunque esperaba que agregara algo más. No soportaba quedarse con la intriga, aún si fuera una de las  desavenencias de Amakusa.

__ Bien, como veo que no respondes, te lo diré…una vez por mes o quizá menos._  Kaede levantó una ceja como única muestra de que no entendía hacia donde quería llegar.

__ Y, ¿sabes una cosa?, me formé una teoría propia para tus esporádicas visitas… _ Hizo silencio para poner un matiz casi teatral en su declaración, algo así como la respiración antes de la secuencia final del último acto_ Cada, vez de que en tu casa te parecía imposible seguir, necesitabas cambiar de ámbito, para poder finalizar lo que sea que hagas, y el venir acá te ayudaba. Solamente venías cuando no podías más, Kaede. Antes era algo comprensible, así, que no era para preocuparse. Pero ahora, vienes dos o tres veces por semana, “kid”, es algo más que cansancio, deberías…_ No pudo terminar, ya que el joven se dirigió a la salida sin prestar atención a las palabras del mayor.

__ Quizá necesites de nuevo que te lo repita Renji, “no te metas”. Me encuentro bien, simplemente demasiado cansado._ Y sin decir otra cosa, se despidió con una inclinación de cabeza, de Kioko, para así saborear el frío cortante de esa noche de invierno.

 

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A pocas cuadras de allí, un par de renegados caminaban lo más arrebujados posible en sus camperas, ya que no estaban preparados para la helada de esa madrugada.

__Realmente no puedo creer que ninguno de esos gorilas prehistóricos creyera que mi credencial era verdadera_ sollozaba en voz baja un joven de más de 1,90 completamente vestido de negro, mientras que su compañero, sólo podía intentar acallar la carcajada que pugnaba por salir.

__ Realmente Hanamichi, no tengo idea de cómo siquiera creíste que podías engañar a alguien con ese pedazo de cartón manchado con una foto que definitivamente se parece mas a un boxeador obeso que a ti._ Sonrió con indulgencia, echando hacia a tras sus cabellos oscuros, con matices verdosos.

__ No me parece gracioso Yohei, además, bien podría haber tenido sobrepeso en algún momento, no deberían haberse burlado de esa manera de un tensai como yo._ Declaró elevando la voz de tal forma, que unos cuantos pájaros volaron despavoridos entre la oscuridad de los árboles.

__Dudo que se hayan burlado del sobrepeso, sino de que fueras lo suficientemente tonto como para creer que los engañarías _  y luego de dicho eso, se preparó para entrar en carrera, y así poder escapar del cabezazo que seguramente su amigo le propinaría si llegaba a alcanzarlo. Luego de correr por varias cuadras desiertas, ambos tuvieron que parar en una plazoleta oscura, donde apenas se distinguía algún que otro banco aislado, medio oculto por los árboles, iluminado por el único farol que funcionaba en la esquina.

__ Ya,… lo lamento Hanamichi, no quería burlarme_ dijo de manera entrecortada, intentando recuperar el aliento ante un imponente pelirrojo que lo observaba con mirada asesina en sus ojos color café. “la verdad es que es mentira, pero de todas maneras si no le digo esto, me mata” pensaba para sí mismo Mito, quien, en deseos de hacer olvidar a su amigo el tema, decidió observar donde estaban, ya que después de tantas vueltas sin siquiera fijarse por donde iban, no tenía idea de donde se encontraban. Y ahí, medio escondido entre las penumbras, pudo darse cuenta de que no se encontraban solos, ya que se encontraba, sentado en uno de los bancos más cercano a ellos, la inconfundible figura de Kaede Rukawa. Suspiró aliviado ya que si había algo en el mundo que podía hacer que Hanamichi se olvidara de todo, y todos, ese era su autoproclamado rival.

__ Hei amigo, _ llamó la atención del pelirrojo quien parecía estar perdido en su propio mundo_ Parece que no somos los únicos a los cuales le gusta pasear de noche._ Mencionó de pasada, haciendo que ambos dirigieran la mirada hacia el joven que estaba a su derecha.

__¡RUKAWA!, ¿qué se supone que hace este estúpido kitsune  a estas horas?,_ mencionó exaltado mientras se acercaba al muchacho de cabello azabache dando grandes zancadas, visiblemente furioso.__ Pero ya sé lo que está haciendo_ exclamó con voz melosa y deteniéndose abruptamente con una expresión de júbilo en el rostro._ Lo único que quiere es superar a este tensai, pero ya le haré saber yo, que no importa lo que haga, nunca podrá vencer  un hombre tan talentoso._ Declaró mientras ambos se detenían a pocos pasos del joven, lo suficiente como para notar que se encontraba fuertemente sonrojado, mientras se sujetaba la cabeza con fuerza.

__ No más, tan solo debo aguantar un poco más, ya no quiero que me duela de esta manera._ Ambos podían escuchar los quejidos del muchacho, y ya cuando Mito estaba a punto de frenar a su amigo, ya que estaba seguro de que Rukawa no se encontraba en condiciones para soportarlo, pudo divisar el cuerpo de Sakuragi que se alejaba entre la oscuridad de las calles que ya comenzaban a tragarlo.

Luego de correr tras él por u par de minutos, al fin pudo darle alcance.

_Hanamichi, ¿no piensas ayudarlo?, parecía estar enfermo…_ Se calló al observar la mirada seria de su amigo. Pocas eran las veces en las que podía observarlo de esa manera, y cuando se daba cuenta que no era tan inmaduro como parecía a simple vista. Claro, que normalmente luego de eso, decía o hacía una estupidez que terminaba por hacerle creer a la gente que nunca crecería. Pero él bien sabía que esa no era la verdad,  Hanamichi necesitaba estar alegre, era parte de su naturaleza, y cuando estaba inseguro de algo, era cuando más se esforzaba en hacer pasar el mal rato, por lo cual su imagen de ignorante charlatán nunca variaba a los ojos del mundo.

__ No tengo que hacer nada por ese estúpido kitsune, que se las arregle él solo._ Sentenció con voz lúgubre, mientras detenía su paso y se apoyaba contra el muro de ladrillos de uno de los edificios de su cuadra.

__ Hana, ¿estás bien?, y no me refiero por Rukawa_ hizo silencio unos momentos al oír el bufido del chico a su lado_ sino al hecho de que me hayas pedido de salir esta noche. ¿Pasó algo con Haruko?, ya que desde que volviste al equipo después de tu lesión, no habías vuelto a salir con nosotros tan a tras noche._ Al no escuchar comentario alguno Yohei se dispuso a dejarse caer en el frío suelo con las rodillas flexionadas. Podía sentir cómo la mugre se impregnaba en sus pantalones de mecilla negra, ocultos por el oscuro color de la prenda, pero no para su piel que podía sentir la consistencia viscosa de lo que sea que haya traspasado la tela. Pero no le importó, por lo pronto, quería ayudar a su amigo en lo que pudiera, ya que desde que recibió su llamada, se encontraba preocupado por él.

Luego de unos minutos que parecieron horas, Sakuragi se dispuso a imitar a yohei, dejando descansar sus piernas en la dureza de la calle en donde se encontraban.

__ Es que me hice a la idea de que Haruko nunca va a poder amarme. Ni siquiera me ve como algo más que un amigo. Hoy me había preparado mentalmente para declararme, ya que ayer ella me había pedido que saliéramos juntos…_

_¡¿CÒMO?! HANAMICHI SAKURAGI, cómo es que no nos dijiste nada_ le interrumpió Yohei con tono de reproche, mientras le golpeaba en la cabeza don la palma de la mano.

__ No quería que me siguieran, ya que ustedes tienen la culpa de que rechacen a este hombre tan talentoso… Pero esta vez ni siquiera tuve el valor de decirle nada… ¿Tienes idea para qué quería que saliéramos?_ le preguntó con una mirada triste, pero vacía, sin ninguna lágrima asomando por sus pupilas. Decidió seguir al ver a su amigo negando con la cabeza.

__ Me pedía que lo acompañara par comprarle un regalo a Rukawa, y que el 1º de enero es su cumpleaños, y no sabía qué podía regalarle. Quería que yo le diera mi opinión, ya que me considera alguien muy parecido a su amado, y podía darle mi visión sobre el asunto... Todo lo que escuché en la tarde es Rukawa esto, Rukawa lo otro, Rukawa lo de más allá, la vez en que Rukawa había ayudado a un niño pequeño con una pelot que se le hbía colgado en un árbol, realmente era insoportable…_ Se detuvo unos instante al sentir las gotas heladas cayendo sobre sus cabezas. Así que se levanto rápidamente, instando a Yohei a que lo imitara y corrieran los últimos metros al departamento que compartía con su madre.

Cuando al fin pudo encontrar la llave en los roídos bolsillos de su campera y acertarle a la cerradura, ambos pudieron ingresar en la modesta sala para poder dejar los abrigos mojados. Las paredes blancas cubiertas por una guarda salmón, impecables, salvo por las fotos familiares colgadas en algún que otro rincón estratégico, se alzaban sobre ellos, dando un aire familiar, al estar combinadas por un par de sillones de cuero de segunda mano, que el difunto padre había logrado conseguir en su trabajo, además de la alfombra color caramelo y la mesita ratona de vidrio, donde estaba depositada en el centro, un florero toscamente realizado por Hanamichi en primaria, y que contenía un par de margaritas, las flores preferidas de Shisuko Sakuragi.

__Ponte cómodo que voy a hacer te para los dos_ Declaró Hanamichi, mientras, ya calzado con las pantuflas, se dispuso a ir a la cocina.

__ No tengo problema con ello, pero, ¿no despertaremos a tu madre?_  Manifestó Yohei con un dejo de preocupación, ya que sabía que la señora debería levantarse temprano para ir al restaurante donde trabajaba como cocinera. Su amigo simplemente hizo un ademán de que todo estaba bien, y se dirigió a preparar las bebidas, cosa que realizó con una presteza sorprendente.

__Aquí tienes, tómalo rápido para que se te quite el frío_ le dijo mientras le tendía una tasa humeante, dejándose caer en uno de los sillones.

__ Gracias, pero aún me tienes que seguir contando. Debe haber sido doloroso el que la chica que te gusta esté tan prendada de alguien más, ¡inclusive piensa en su regalo de cumpleaños un mes antes de que sea! … Pero… _ dudaba de seguir para no hacer enfurecer  a su compañero_…la verdad es que vos ya sabías esto Hana. Lo supiste desde principio de año._ El muchacho intentó encogerse lo más que su estatura le permitía sobre el suave respaldo.

__Si, quizá si,_ aceptó con indecisión_  pero ¡¿NO PODRÏA SER OTRO QUE NO FUESE RUKAWA?!_ respondió exaltado, mientras Mito intentaba hacer que bajara la voz. Las pocas veces en las que había tenido el infortunio de ver a la señora Sakuragi enojada, (la última cuando llegaron las calificaciones de Hanamichi), se dio cuenta de que daba más miedo que su hijo, y que esa era la razón, además del inmenso cariño y respeto que le tenía, por la cual el pelirrojo la obedecía en todo.

__ La verdad… es que el descubrir que Haruko estaba enamorada no me dolió tanto, sino que no tolero que sea de alguien que es mejor que yo. No tolero que ese estúpido kitsune insensible se lo lleve todo de arriba. Tiene al equipo, a las mujeres, inclusive ahora le va excelente en la escuela, y no por prestar atención, ya que dicen que se queda dormido como siempre… NO TOLERO A ESE IDIOTA… siempre ignora a todos y termina ganando, me gustaría que de una vez por todas perdiera en algo _ exclamó bajando la voz hasta convertirla en algo más que un susurro, luego de ver el rostro pálido de su amigo, asociándolo con la reprimenda que su madre le daría si llegara a despertarse. Pero no por nada la conocía desde hacía dieciséis años, y era su único hijo. Sabía hasta donde tensar la cuerda antes de que se rompiera, y jamás había roto ese límite.

Yohei observó el rostro atribulado de su compañero de aventuras desde la niñez, e intentó animarlo.

__ Quizá la vida de Rukawa te parezca algo fantástico, pero hace un rato no se lo veía muy bien. Hasta tú tienes que reconocer que se encontraba fatal Hanamichi…_ y tuvo que detenerse al sintir que se estremecía al ver la expresión de maniático que puso su amigo; ya que cuando se le ensanchaban lo ojos, resaltando ese brillo malicioso en el ángulo bajo derecho, mientras que parecía que las aletas de la nariz bailaba la conga, era sinónimo de que algo realmente malo estaba tramando.

__Tienes razón, Yohei, tienes razón._ exclamó con visible felicidad. Sin duda alguna sus cambios de humor eran tan volátiles como barco de cáscara de nuez en el océano._ A este sujeto le pasaba algo extraño, y el gran tensai Hanamichi Sakuragi, va a descubrirlo y desenmascararlo ante toda Kangawa. Ese kitsune apestoso va a descubrir la humildad de la mano de este hombre tan talentoso._ Y reprimiendo una carcajada, se levantó del sillón mientras se dirigía a su habitación, olvidándose de que Yohei Mito se encontraba allí.

“Si claro Hanamichi, pero me parece que tú eres el que necesita de una lección de humildad” recalcó Yohei mientras, suspirando se disponía a dirigirse hacia su casa. No era extraño que luego de uno de sus arrebatos, su amigo se olvidara de que se encontraba allí, dejándolo olvidado en la sala. Sacó la llave que Hanamichi le había dado desde hacía años, y que conservaba en su llavero y se dispuso a dirigirse a su hogar.

Sabía que desde el día siguiente, jugarían a los detectives con Rukawa, y tan solo esperaba que el pobre chico no saliera demasiado perjudicado de las locuras que se le ocurrían a Hanamichi. “Bueno, “ puntualizó en su mente ” mañana será otro día”

 

Notas finales:

¿QUé pasará con el plan de Hanamichi?, ¿podrá averiguar algún secreto oscuro sobre Kaede?. y ¿qué hará durante todas las noches, si se supone que su hobbie es dormir? Todo esto y mucho más en el próximo chapter jejejeje

HOLA!!!! Este es mi primer bebé PuP, lágrimas de alegría, así que no sean demasiado duros con él... Pero, igual cualquier tipo de rewies o mensajes (inclusive antrax por correo) son bienvenidos.... Bueno, dejo de divagar, y espèro que les guste, suerte, y CIAO 


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