Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

QuieReS SeR Mi PaReJa???? por virus tsukino

[Reviews - 15]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

LOS PERSONAJES NO ME PERTENECEN, ES SOLO POR DIVERSION DE FANS.....

¿QUIERES SER MI PAREJA?

 

Mi cuerpo recuerda exactamente como paso, es noche estaba agotado, no quería pensar en nada y tus ojos violetas aparecieron ante mi, tu sonrisa apareció de la nada mientras me decidía a apagar la computadora.

 

De repente tu mirada se clavo en mis ojos cansados por el brillo de la pantalla y mi corazón se detuvo al verte así, sin embargo mi apariencia estoica no me abandonaba, empezaste a hablar de cosas sin sentido, “como siempre” fue lo que pensé y di media vuelta, dispuesto a no hacerte caso como siempre lo hacía, pero algo e tu voz me hizo voltear, notaba que estabas triste aunque lograbas esconderlo bien para los demás, peor no a mi, a mi no me engañabas.

 

Te cambiaste sin notar que estaba mirándote, tus palabras acariciaban el aire, y el sonido de tu voz embriagaba mis sentidos, me asusté de mis pensamientos pues te veías hermoso sin camisa, miraba los músculos de tu pecho tensarse con el movimiento de tus brazos y tus labios seguían hablando.

 

Te observé y noté que mirabas por la ventana, en tus ojos se reflejaba el faro de la acera, me cambie de ropa y te ignoré, hasta que sentí tus manos acariciando mi cabello como lo harías con un cachorrito, te habías acercado como todo Shinnigami, sin que me diera cuenta, cerré los ojos y deje que despeinaras mis cabellos, tus manos pasaron lentamente por mi nuca haciéndome sentir una sensación en el estómago que se sintió bien, pero a la vez raro, busque tu mirada y la encontré de nuevo perdida en la ventana, pero tus manos se posaban sobre mi espalda.

 

Al ver tus labios no pude evitarlo, tome tu mano derecha y te jalé hacia mi, acaricié tu rostro, tu expresión era chistosa, con los ojos muy abiertos y un ligero sonrojo, me acerqué a ti, y aprisioné tus labios con los míos, sin dejar de mirarte fijamente a los ojos, tu te sonrojaste aún más, me limité a verte y tocar ligeramente tus labios con la punta de mi lengua húmeda y deseosa por acariciarte mas íntimamente, me separé de ti, tu estabas ahí parado sin camisa y con las mejillas rojas, pero no reaccionabas, solté tu mano y fui hacia mi cama, reclamándome a mi mismo por semejante acción, estaba confundido, me sentí débil, feliz, vivo, humano….

 

Tu te quedaste en donde estabas, no quería verte, pensé que nuestra amistad había acabado, traté de dormir, pero en cuanto cerré los ojos, tu volteaste a verme con miedo, se notaba en la atmósfera que habías creado a tu alrededor, había volteado para verte, entendí la gran estupidez que había hecho, te di la espalda y dormí por lo que parecieron segundos.

 

Al despertar te busqué con la mirada en tu cama, peor no estabas ahí, escuche agua caer de la regadera, supe que estabas ahí, me debatí entre quedarme donde estaba o ir a la búsqueda de tu cuerpo, ese cuerpo que me gustaba tanto y que deseaba como jamás había deseado nada, ni siquiera vivir.

 

Recordé tu expresión después de acariciar tus labios y decidí quedarme donde estaba, no quería que me odiaras y sin embargo ya lo había logrado.

 

Saliste del baño con solo una toalla amarrada a tu cadera, tu cabello húmedo, estaba enredado, no lo habías cepillado todavía, al verme volviste a sonrojarte, me ignoraste e incluso no me hablaste, en ese momento supe que lo había arruinado, te vestiste, de nuevo sin darte cuanta de que te miraba a través del espejo que había a tus espaldas. Saliste rápidamente del departamento sin dirigirme la palabra, me sentí vació por primera vez en mi vida y no era algo que me gustara mucho.

 

Imité tus pasos, me bañé rápido y salí a trabajar, llegaría tarde pro primera vez, sonreí ante la ironía, pues estaba haciendo cosas que jamás me imaginé.

 

En el trabajo no me pude concentrar, la imagen de tus hombros desnudos con gotas de agua que caían de tu cabello, regresaba a mi cabeza como un doloroso recuerdo de lo que nunca podría ser mío.

 

Al salir del trabajo, pase a un bar cerca del departamento que compartíamos, por azares del destino terminé viviendo contigo, tomé varias copas y al estar mareado decidí regresar a casa, llegué, no estabas y un dolor más profundo inundó mi cuerpo, fui a la habitación y me tiré en la cama dispuesto a no pensar en nada.

 

No recuerdo a que hora caí dormido, recuerdo vagamente escucharte murmurando ‘ni siquiera se cambió’ y moverme para acostarme bien y dormir placidamente, no recuerdo haber dicho ‘te extrañaba’ que según tus labios dije aquella noche.

 

Al despertar de nuevo no estabas y yo me encontraba vestido solamente con boxers, salí de la habitación buscándote, sin recordar que aquel día tu trabajabas, sin embargo estabas en la cocina apurado preparando el desayuno, tu pan tostado casi quemado y jugo de zanahoria, me senté a la mesa y te vi cocinando, esa imagen la hubiera podido ver toda la eternidad y no me aburriría nunca, no habías notado mi presencia hasta que volteaste y me descubriste, solo atiné a decir ‘buenos días’ a lo que contestaste secamente ‘hola’, te volteaste y continuaste con tu actividad, me diste un pan, y un vaso de jugo, sobre la mesa estaba la cafetera llena del delicioso líquido preparado por ti y dos tazas, tomé una y me serví.

 

Recuerdo también que aquel día te quemaste, tu torpeza natural se hizo presente cuando tomaste la tostadora por los costados, diste un grito y te quedaste mirando tus manos, me acerque a ti, tome tus manos con cuidado y las moje con un trapo húmedo, te quejaste, pero no me detuviste, solté tus manos húmedas y recogí la tostadora que había quedado tirada en el piso, castigada por su atrevimiento.

 

Te dije ‘ten mas cuidado’ a lo que respondiste lanzándome una mirada tierna ‘gracias’, nos quedamos mirando a los ojos, yo queriendo consumar ese deseo que tenía por ti, y tu probablemente queriendo escapar de un loco como yo.

 

Salí de la cocina hacia la habitación, si seguía ahí no podría controlarme, me metí al baño y al salir te encontré acostado en tu cama, leyendo un libro, lo agarrabas graciosamente, tal vez te dolían las quemaduras.

 

Me vestí rápido, no quería incomodarte, fui hacia mi escritorio, prendí la computadora y me dedique a bajar información, de vez en cuando escuchaba el murmullo de las hojas al ser volteadas por tus manos lastimadas. Después de varias horas me levanté por un vaso de agua, te pregunte si querías algo pero no contestabas, volteé a ver la razón y te encontré dormido con el libro sobre el pecho, me acerque a ti y lo quite de tu cuerpo, quité una sábana de mi cama y te tapé con ella, no pude resistirme y te besé en la frente, te moviste y murmuraste un ‘Huero’ me sorprendiste y salí de ahí.

 

Fui a la cocina y bebí el jugo restante del desayuno, fui a la sala y prendí la televisión, me quedé ahí, pasadas varias horas tu voz llego de la nada como siempre y dijo ‘’Que haces aquí?’, volteé al lugar de donde provenía la voz y ahí estabas sentado, quien sabe desde hacia cuanto tiempo, pero ahí estabas, respondí estoicamente ‘viendo la televisión’, te volteaste a verla y notamos que era una película de acción, yo realmente no la estaba viendo, me limitaba a no pensar en ti, pero creo que no fue una misión exitosa.

 

De nuevo huí de tu presencia, y fui a la habitación, cerré la puerta y me senté de nuevo en a computadora, antes de que pudiera apagarla, un aroma delicioso que identifique como tu loción, inundó el cuarto, y al mismo tiempo una mano se posó sobre mi hombro, haciendo que mi corazón se parara, dejo de latir, no quise voltear a verte, pero tu mano libre tomo mi cabeza e hizo que volteara, tu estabas parado frente a mi, yo estaba sentado en la silla y lo primero que vi fue tu abdomen cubierto por una playera negra, me levantaste el rostro y nuestras miradas chocaron, tomaste mi brazo y lo jalaste hacia ti, me levante y quedamos peligrosamente cerca, si dabas un paso más podría contar las pestañas que adornabas tus ojos.

 

Pasaste un brazo por mi cintura y avanzaste ese paso que sería el definitivo, acercabas tu rostro al mí y cuando menos lo sentí, tus labios estaban encima de los míos y tu lengua curiosa trataba de abrir mis labios, deje pasar esa extensión a mi interior, pase mis brazos alrededor de tu cintura y te jalé hacia mi, tu mano que hasta unos instantes atrás estaba tomando mi cuello, fue a posarse en mi cabeza, sin dejarme separar de ese beso tranquilo, nos mirábamos hasta que cerraste los ojos y te dejaste llevar por mis caricias.

 

Caminabas hacia enfrente haciéndome caminar de revés, chocamos con el escritorio, pues antes habíamos avanzado hacia el centro de la habitación, mis piernas chocaron con la orilla del mueble, y tu presión hizo que me sentara en él, pronto ese beso se volvió un poco salvaje por mi parte, era violento, mordía tus labios repetidamente y tu solo dabas un suspiro de dolor pero no me detenías haciendo que quisiera más de ti, más de tu cuerpo.

 

Mis manos empezaron a vagar por tu espalda, las tuyas se limitaban a estar en el lugar donde las habías posado, sin embargo cuando menos me lo espere te separaste y quitaste la playera con un movimiento rápido, no hice otra cosa mas que tomarte de nuevo por la cintura y jalarte nuevamente hacia mi, me acosté un poco sobre el escritorio haciendo que quedaras encima de mi, podía sentir tu peso, sobre mi cuerpo, tus labios abandonaron mi boca y comenzaron la exploración de mi cuello, y mi pecho, yo te seguía jalando hacia mi por la cintura, tu lengua y dientes eran las armas de tortura, mordían y acariciaban mis pezones sin clemencia, yo no hacía otra cosa mas que gemir.

 

Te detuviste bruscamente y me tomaste de la mano, llevándome hacia tu cama, te acostaste en ella y me jalaste, haciendo que ahora mi peso estuviera sobre tu cuerpo, te bese en los labios y pronto probé la piel de tu cuello, subí tu playera y me ocupe de tu ombligo, tu piel sabía a sal, subía hasta llegar a uno de tus pezones e imite los mismos movimientos que tu habías hecho, al mismo tiempo subía tu playera hasta sacarla de tu hermoso torso.

 

Rodaste, quedando sobre mi, tus manos sigilosas desabrocharon el pantalón que traía y lo bajaste junto con mis boxers, dejando ver mi excitado cuerpo, bajaste lentamente, por donde pasabas tu aliento me hacía cosquillas acompañado con tu trenza, besaste mis muslos y fuiste subiendo, sin despegar los labios de mi piel, pronto aprisionaste mi miembro, haciendo que elevara la cadera, succionabas con vehemencia y tu lengua daba caricias tímidas. Mis manos fueron hasta tus hombros, intentando detenerte, aquello me estaba volviendo loco, entendiste mi súplica y dejaste aquella área, volviste a mis labios basándolos de nuevo, tu lengua y la mía peleaban por el control de aquel juego tan excitante.

 

Desabroche tu pantalón y lo quitaste de tu cuerpo al igual que los boxers, recorrí tu cuerpo con la mirada y me quede varios minutos mas en esa extensión que deseaba desde hacia tanto tiempo, notaste mi sonrojo y sonreíste de forma seductora, no pude resistirme más y me abalance sobre ti, te acosté salvajemente en la cama y baje rápidamente, tome tu miembro y lo acaricié con sumo cuidado, tus gemidos hacían que me excitara mas, pase mi lengua sobre ti con lentitud, en el momento que llegue  la punta te introduje en mi boca, tu soltaste un grito de placer mezclado con mi nombre ‘Heero’, me ocupaba de tu miembro con mi boca, deje esa zona cuando supe que era suficiente, subí de nuevo pro tu cuerpo, dibujando un camino con la punta de mi lengua, al llegar a tu boca, tus dedos se enredaron con mi cabello, jalándolo un poco, entonces supe que estabas reparado, con la mirada me ordenaste aquella acción que no sabía si podría obedecer, sin embargo lo hice, entre en tu cuerpo lentamente, tu arqueabas la espalda y movías la cabeza de lado a lado con los ojos cerrados en una expresión mezclada de dolor y placer, dejé que te acostumbraras a tenerme en ti y supe que lo habías hecho cuando me sorprendiste con un beso lujurioso y lleno de deseo, empecé a embestirte lento, pero mi pasión se desbordaba y empecé a ir más rápido, ya no podía detenerme, tus manos se aferraban a mi cabello y tus piernas a mi espalda. Recuerdo haber gritado tu nombre cuando terminé al mismo tiempo que tu. Tu solo te abrazaste a mi.

 

Salí con cuidado de tu cuerpo y te mire a los ojos, estos me sonreían, pero tus labios no, me robaste un beso y me hiciste a un lado, caí junto a ti y me acomodé para verte, sin embargo tu me diste la espalda, te pregunté: ‘¿estas bien?’ pues no sabía que era lo que significaba aquella acción. Tu respuesta heló mi cuerpo ‘No’, me quede en blanco, no supe que decir, y esa la primera vez que me pasaba. Después dijiste, ‘no estoy bien, estoy confundido’ fue tu declaración, a lo que solo logre preguntar ‘¿Por qué?’, en ese momento volteaste y dijiste claramente enojado ‘por que eres Heero y yo no quiero ser tu juguete ni para pasar el rato’, te miré desconcertado y me defendí ‘no vas a ser mi juguete ni solo para pasar el rato’ ‘¿y entonces?’ preguntaste, pero yo no tenía respuesta para tu pregunta, y te di la espalda, sentí que te levantaste y saliste de la habitación, no estaba preparado para eso, y me quedé donde estaba con mi cansancio mental y físico.

 

De nuevo no supe a que hora caí dormido, solo que tus labios me despertaron, esta vez, estabas acostado a mis espaldas y tus labios  besaban parte de mi nuca y espalda, solo eso basto para que me encontrara excitado. Tus manos se ocuparon de eso y yo pude sentir tu excitación en mi espalda baja, aquello hizo que mi cadera se pegara a ti, quería sentirte mas.

 

Esta vez basto con unas cuantas caricias para llegar al orgasmo, volteé a verte y estabas ahí tendido, mirándome y dijiste ‘Hola, buenas noches’ como saludo, mi respuesta fue un simple ‘buenas noches’ te abracé por la cintura y te besé, sin decir nada mas los dos supimos lo que sentíamos, sin necesidad de palabras huecas, nos habíamos hecho amantes, cónyuges, novios y sin embargo seguíamos siendo amigos, pero era una relación basada en el amor mutuo y no de amistad, sino de amor que implicaba respeto y compromiso. Y dijiste ‘Que descanses Heero’, recargaste tu frente en mi pecho y dije ‘que descanses’.

 

A la mañana siguiente el sonido de un reloj me despertó, pude sentir unos brazos frágiles alrededor de mi torso, sonreí ante ese hecho y tu voz dijo ‘pensé que no despertarías nunca’, te acercaste a mi y me besaste, cuando te despegaste dije ‘no eres mi juguete Duo, voy a estar contigo como pareja, si eso es lo que quieres’, me miraste con esos ojos sorprendidos y me dijiste ‘¿estas seguro?’ en el tono de tu voz se notaba tu nerviosismo, ‘yo… ¿quieres estar conmigo?’ dijo muy seguro, pero en el fondo estaba muerto de miedo y era un manojo de nervios. Tu rostro se tornó rojo bajo mi mirada penetrante ‘creo que te lo demostré anoche ¿no?’ dijiste seductoramente, me estremecí al oír ese tono, que solo hizo desearte nuevamente, me besaste y tus manos me acariciaban por todo el cuerpo, entonces fue mi turno de besarte completamente, baje por tu cuerpo sin despegar mis labios de tu piel, de nuevo tomé tu miembro con mis labios, esta vez no me detendría, me encantaba tenerte en mi boca, tus caderas se movían arriba y abajo, un de tus manos se posó en mi cabeza y enredaste tus dedos en mi cabello, trataste de llevar el ritmo de lo que hacía, pero realmente yo tenía el control, cuando te besaba en la punta jalabas un poco mi cabello, aquello era muy excitante, pronto sentí en mis labios que tu miembro palpitaba y que tías contracciones pequeñas en tu abdomen bajo, terminaste en mi, y yo bebí tu semilla satisfecho y excitado, por la comisura de mis labios resbalaba un poco de ti, lo tomaste con un dedo y lo llevaste a mi boca, yo lo tomé y bese tu dedo mirándote a los ojos, ya empezaba a dolerme estar tanto tiempo excitado, así que me acosté boca arriba, dejándote en paz y empezando a hacerme cargo.

 

Me miraste y nuevamente te excitaste, me ayudaste tocándome, te montaste en mi y pronto estaba dentro de ti, me veías a los ojos, empezaste a hacer movimientos circulares, haciendo que entrara a lo mas profundo de tu ser, cambiaste a movimientos ascendentes y descendentes, cada vez mas rápido sin embargo no era suficiente, estar dentro de ti no era suficiente.

 

De nuevo inundé tus entrañas con mi semilla, al tiempo que te deseaba más, tu terminaste sobre mi, cuando nos dábamos un beso, mojando mi abdomen.

 

Te abrace fuertemente y dije a tu oído ‘TE AMO’, tu entusiasmo me contagió, y saltaste sobre mi con tanta energía que terminamos en el suelo, tu encima de mi, ambos nos reímos y dijiste torpemente ‘perdón’, te besé lentamente y cariñosamente, tu correspondiste a ese beso derritiendo mi corazón.

Cuando por fin pudimos dormir lo hicimos abrazados, uno del otro, queriendo estar así para toda la vida.

 

Han pasado 3 años desde aquel día, aun sigo sintiendo aquella sensación de nervios cuando me tocas, o me besas, esa sensación extraña que sentí la primera vez que tus manos acariciaron mi cuello, y esos nervios cada vez que te pregunto si quieres seguir a mi lado… si quieres ser mi pareja….

Notas finales:

QUE TAL? ESCRIBO FEO, BONITO, QUE LE FALTO, QUE LE SOBRO? POR FAVOR, CUALQUIER COSITA, DEJEN REWIWS...

 

NOS LEEEMOS EN OTRA OCACION

 

TSUKINO FUERA 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).