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Happy Christmas? por KAZUKI MAXWELL

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HAPPY CHRISTMAS?

 

 

 

Iba caminando por las calles atestadas de gente que hacia sus compras a última hora, esa costumbre no cambiara jamás, las vidrieras de las tiendas tenían anuncios donde promocionaban los últimos artículos de moda en ofertas, eso tampoco cambiaria, siempre decían que era el único que quedaba aunque sus depósitos estuvieran llenos, los colores rojo y verde estaba regados por doquier, además del dorado y el plateado. Miles de luces blancas y de colores titilaban por todos lados, los villancicos y aguinaldos, sin faltar el cascanueces se escuchaban en cada tienda.

Navidad, la fecha mas ansiada por los niños y familias y para aquellos que tenían pareja y estaban enamorados, y la época más triste para aquellos que estaban solos, sin familia, amigos, ni un amor, así como el.

 

Desde que tenia memoria no podía recordar haber tenido una navidad, nunca una fiesta, un árbol, regalos, ni una cena. Primero en las calles abandonado a su suerte, sin padres, ni edad,  ni nombre que recordar, recogido por otro niño apenas mayor que él por unos años más que se preocupo por que tuviera un nombre, robando para comer, luchando junto a la pandilla para no morir, sufriendo por el frío, el maltrato, la indiferencia de las autoridades y de la gente, sobreviviendo a una guerra sin ningún sentido, orquestada por hombres egoístas y por la cual, a causa de sus consecuencias, el y sus amigos eran victimas.     

 

Después de morir sus amigos y camaradas por una enfermedad, donde el sobrevivió sin poder salvarlos, vino un tiempo de calma y seguridad  al ser recogido, cuidado y amado por un anciano padre del cual tomo su apellido que lo llevo a su iglesia, donde una bondadosa monja se encargo de el, nunca supo de donde venia, quienes  eran su padres, ni quien era el, lo más cerca de una madre y un padre que tuvo alguna vez,  fueron la hermana Helen y el padre Maxwell, que lo cuidaron durante un tiempo, demasiado corto para él, durante ese breve periodo pudo conocer la verdadera naturaleza humana, estudio en una escuela donde aprendió la diferencia de clases de una manera cruel.

 

Poco tiempo después perdió todo lo que tenia al ser asesinados su nueva familia, sin entender el por que de tanto odio entre la misma gente, si todos eran humanos. Esa perdida lo marco aun mas que cualquier otra, allí comprendió que el era como la muerte misma, a sus escasos años se convenció así mismo que era shinigami, donde quiera que iba traía la muerte y destrucción, y en eso se convirtió cuando por azares del destinos fue adoptado, si se puede decir así, por el doctor G, quien vio en el un potencial que lo diferenciaba del resto, fue así como se convirtió en un piloto Gumdan, pero no cualquier piloto, sino el mas furtivo, despiadado y prolífico asesino, ningún enemigo que se enfrento a el sobrevivió, ese era su lema,  todo aquel que se enfrentaba a shinigami no vivía para contarlo.

 

Luego vino la guerra contra Oz y la alianza, la unión de los pilotos, la amistad entre ellos, el triunfo y luego la paz, nunca hubo tiempo para la navidad durante todos esos años, ahora contaba, según él,  con 18 años, y este era el año en que iba a celebrar la navidad por primera vez, el lucho junto a sus amigos después de la guerra para mantener la paz en las colonias y la tierra, todo iba bien y tenia muchos planes para este año.

 

Ahora caminaba solo por las calles llenas de alegría, una alegría que no llegaba a el, eran apenas las 11 de la mañana, había despertado hacia una hora y salio en busca de alimentos. Encontró un sitio pequeño y calido donde pidió café y bollos rellenos, necesitaba pensar en lo que haría de ahora en adelante, buscar donde vivir, no podía seguir en ese hotelucho de mala muerte, se deprimió aun mas, paso frente a un café-bar y le sorprendió verlo abierto a esa hora tan temprana, se dijo así mismo, que mas daba, se tomaría una copa, tal vez así olvidaba aunque solo fuera un momento que era navidad, que estaba solo, con un deber que cumplir,  sin tener donde vivir.  

 

Al entrar se dio cuenta de que no era el único en ahogar penas, habían varios clientes sentados en la barra y unos pocos en las mesas, fue un poco egoísta al alegrarse de saber que no era el único que estaba o se sentía solo ese día, paso frente un espejo y se vio así mismo, delgado, no muy alto, vestido de jeans, botas, suéter manga larga y cuello alto y una chamarra gruesa, algunos mechones de pelo castaño rebeldes se habían salido fuera de su larga trenza y rodeaban su pálido rostro donde destacaban sus enormes ojos violetas, ahora llenos de tristeza y pesar. Se sentó en la barra y pidió un vino caliente, hacia frío afuera, tal vez esa noche nevaría, para así coronar el día de navidad y sentirse mas miserable, siempre soñó con una navidad llena de nieve junto a sus amigos, con muchos dulces y regalos, un gran árbol, una enorme mesa donde hubiera pavo, papas asadas, salsa de arándonos y torta de chocolate.

 

El barman le dio el vino y tomo un gran sorbo, sintiendo un dulce calor bajar por su garganta, haciéndole fruncir la boca en un gracioso gesto ya que no era su costumbre tomar alcohol. De pronto un hombre mayor, corpulento, autoritario, al parecer el dueño del local, le arrebato el vaso con vino de las manos y le dio a cambio uno con leche achocolatada enseguida protesto,

 

- ¡Hey!, qué hace?

 

- No sirvo licor a menores de edad, es contra las leyes jovencito.

 

- Quien dijo que yo era menor de edad?

 

- Aquel señor de allá me dijo que lo conocía y que no le sirviera licor ya que aun eras un niño.

 

El hombre señalo unas mesas al fondo y el pudo ver una figura alta, sentada, envuelta en un abrigo marrón, su pelo rubio que tenía dentro del cuello del abrigo se le hacia familiar, se acerco a la mesa bastante molesto, dispuesto a decirle unos cuantos epítetos nada elegantes a ese sujeto. Al llegar junto a él, pudo reconocerlo y se quedo mudo de la sorpresa, no podía creerlo, el comandante Milliardo Peacecraft, antiguamente Zechs Merquise en persona, la ultima vez que lo vio hacia casi un año, durante una reunión del alto mando de preventer, cuando aun estaba con sus compañeros, iba a devolverse, no quería hablar con el, le intimidaba un poco, pero la curiosidad por saber que hacia allí, solo y tomando un whisky pudo mas.

Enseguida Dúo se irguió y con un saludo militar enfrentó a Milliardo.

 

- Disculpe señor!, no lo reconoci.

 

- No tiene que hacer eso, yo ya no soy comandante activo Maxwell.

- Que bueno, por qué yo tampoco. Quien diablos le dijo a usted que era menor, no me conoce en absoluto.

 

Milliardo levanto una ceja y se le quedo mirando fijamente, antes de responderle,

-  Cualquiera que te mire se da cuenta, pequeño, delgado, sin respeto por la autoridad, una actitud caprichosa, que más podría ser?, dijo  sardónicamente.

 

Dúo se sonrojo, - Es cierto que no soy alto y que soy flaco,  no es mi culpa, no me alimente bien de chico,  pero de lo otro si soy culpable, aun así no soy menor. Además como puede usted decir eso, nosotros no nos conocemos, no sabe quien soy yo.

 

- Es mí deber conocer todo de mis enemigos y tú fuiste uno de ellos.

 

- Eso era antes, pero ahora, digo, cuando averiguo sobre mí.

 

- Antes y después también.

 

- Lo de antes lo entiendo y justifico, pero por qué después?

 

- Simple curiosidad Maxwell.

 

- Hablando de curiosidad, por que dijo que no era comandante activo?

 

- Renuncie a Preventer, sentí que no tenia ya nada que hacer ahí, que debía hacer algo mas productivo, así que decidí trabajar para mi gente, Relena esta muy ocupada en su labor de gobernadora de la tierra y no puede encargarse de Sank, así que acepte esta misión. Pero por favor siéntate un rato, conversemos un poco.

 

- Bien por usted que sabe lo que quiere hacer, menuda labor a de ser reinar.

 

- No, Relena es la reina, yo solo seré el príncipe regente, hasta que ella pueda ocuparse. Y tú que haces aquí Maxwell, no deberías estar con tus amigos?

 

- Ya no trabajo en Preventer señor, me despidieron.

 

- Despedido?, pero como, tu eres uno de los mejores agentes de la organización, no entiendo.

 

- Son cosas que pasan, ellos decidieron que era lo correcto.

 

Dúo recordó las acciones que habían motivado aquel despido.

 

Después de la batalla que decidió el futuro de la tierra y las colonias, todos se separaron por un breve periodo, luego fueron llamados para integrar una nueva organización creada para evitar nuevos conflictos y guerras, en ese breve periodo separados y luego estar juntos otra vez,  pude darme cuenta de mis sentimientos hacia el soldado perfecto y fui muy feliz al saber que me  correspondía, así que nos hicimos amantes inseparables, cada día era mejor que el anterior, yo sentí que esta relación  era para siempre, Dios como lo amaba, pero después de dos años Heero comenzó a actuar de manera diferente, cada día lo veía mas alejado, no le di mucha importancia, pensé que era la costumbre, que tonto fui, no me di cuenta de que me engañaba, lo amaba tanto que no vi la verdad, Heero estaba dejando de amarme y no me daba cuenta y lo peor era con quien me engañaba, no lo podía creer cuando al volver de una misión en solitario antes del tiempo establecido, los encontré desnudos en mi cama, ahí estaba Heero haciendo el amor con mi amigo Wufei, sentí como si me patearan en el estomago, me faltaba el aire, era una angustia tan grande que perdí la cabeza y los golpee a ambos fuertemente, a pesar de la fuerza de ambos no podían detenerme, entraron Trowa y Quatre al oír el escándalo y me separaron de ellos, ahí me di cuenta que ellos lo sabían, lo sabían y no me dijeron nada, Quatre era mi mejor amigo y confidente, le pregunte por que, por qué no me había dicho nada y solo me respondió que no quería perder tres amigos, así que yo perdí, me di cuenta de cuanto me valoraba.

Heero me denuncio ante Sally que era la directora y ante la directiva, Sally se vio obligada a despedirme, le pregunte porque solo a mi y su respuesta no fue nada diferenta a la de Quatre.  

 

Decidí no despedirme de ninguno, aproveche la hora del almuerzo para recoger mis cosas, no quería seguir mas allí, cuando estaba haciendo mis maletas llego Quatre, me pregunto que hacia y le respondí que me iba y trato de disuadirme y tuve que decirle que me habían despedido

 

- Por que te despidieron?

 

- Es una pregunta estupida Quatre.

 

- Pero a Wufei y Heero no, por que a ellos no le hicieron nada, pensé que solo te amonestarían.

 

- La directiva de Preventer piensa igual que tú, es mejor perder un agente que dos, además no tengo a nadie con poder en la directiva que pueda ayudarme.

 

- Que harás ahora Dúo?

 

- Lo que siempre he hecho, seguir adelante, luchar, hay mucha gente que depende de mi, bien lo sabes.

 

- Lo siento tanto Dúo, perdóname.

 

-  Es tarde para eso Quatre, te deseo lo mejor en verdad, pero ahora quiero que me dejes solo

 

Termine mis maletas y salí del edificio sin lamentarlo, solo lamentaba quedar sin empleo.

 

Mientras estaba en preventer estaba yendo a la universidad estudiando ingeniería, conseguí dos empleos sin horario fijo que me permitían seguir en clases.

 

--------------

 

- Perdido en los recuerdos Maxwell?

 

- Lo siento no pude evitarlo.

 

- No debí preguntar, bien, puedo saber que haces ahora?

 

- Mejor pregunte que no hago señor, estoy en la universidad y tengo dos empleos de medio tiempo.

 

- Donde vives?

 

- Pues..., en las afueras de la ciudad.

 

Milliardo se sorprendió, allí no había más que ruinas por la guerra y gente pobre, delincuentes, que vivían sin respetar la ley.

 

- Pero..., bueno..., no es muy peligroso?

 

- Es lo que puedo pagar por ahora señor.

 

Después de pensar un rato, Milliardo pregunto cautelosamente.

 

- Puedo ayudarte en algo, no lo tomes a mal, es solo que quiero hacerlo.

 

- De hecho hay algo que necesito, si es posible señor...

 

- Puedes decirme, si está a mi alcance, lo haré.

 

- Que vehiculo usa señor?

 

- Uno de uso oficial, con chofer, por qué?

 

- Necesito llevar unas cosas a un lugar.

 

- Una mudanza?

 

- Alo parecido, es solo un favor y si puedo retribuirle a cambio, lo haré con gusto.

 

- Pues creo que necesito un favor...., que tal tu apetito Maxwell?

 

- Muy bueno, pero no imagino en que lo pueda ayudar mi apetito.

 

- tenia esta noche una cena para 15 personas y por una razón no pudo ser, así que tengo en casa una comida de navidad como para 20 personas, además le di vacaciones a mi personal, puedes darte cuenta que no es posible que pueda comer dos pavos sin contar con el resto,

 

- Sabe señor, esta de suerte, se como puedo ayudarlo.

 

- Gracias, pero puedo saber por te sonríes de esa manera?

 

- Por que mis deseos de navidad se han cumplido señor.

---------------

 

 

Esa misma noche en una pequeña iglesia en las afueras de la ciudad, 15 niños de diferentes edades y sexo, un anciano padre y dos monjas compasivas y bondadosas, además de Milliardo y Dúo, cenaban en una gran mesa junto a un enorme árbol de navidad decorado con muchos adornos impares y de diferentes formas y colores que habían hecho los niños, debajo de el habían un regalo para cada niño de la iglesia, todos comprados por Dúo, ese había sido el favor que le había pedido a Milliardo, ir a recoger los regalos en el deposito donde los guardaba desde hacia bastante tiempo, los había comprado poco a poco con sus ahorros para darle a los niños lo que el nunca tuvo. Y Milliardo a petición de Dúo llevo la comida de la fiesta para dárselas a los niños, fue el mejor regalo que habían  recibido en sus cortas vidas, eso se podía ver en sus caras radiantes y felices.

 

Después de la cena los niños ansiosos se sentaron alrededor del árbol para  recoger sus regalos, Dúo estaba con ellos, sentado junto al mismo, con una gran sonrisa de satisfacción y felicidad, sus mejillas arreboladas, los mechones sueltos de la trenza enmarcando su bello rostro y esos hermosos ojos violeta brillantes, Milliardo no podía quitarle los ojos de encima, de pronto sus miradas intensas se encontraron y se perdieron en si mismos,  en sentimientos iguales, eran como si se vieran por primera vez, una mirada plena que los colmaba de paz y seguridad a la vez que hacia recorrer la sangre en sus venas, Milliardo estaba tan embobado que no escuchaba lo que el anciano padre le decía.  

 

-  Debería usted adoptarlo.

 

Milliardo con fuerza rompió la mirada un poco aturdido.

 

- Perdón, que ha dicho?

 

- Que debería usted adoptarle, el es como un niño grande, hace dos años que nos ayuda, gasta todo lo que tiene en estos niños, comida, ropa, medicinas, es admirable pero también esta solo y muy triste desde hace algún tiempo.

 

Milliardo volvió sus ojos a Dúo y pudo ver que este se acercaba, se sintió fascinado al verlo caminar hacia el con ese andar suave como un felino característico del ex piloto.

 

- Se puede saber en que está pensado usted señor?

 

- Puedes llamarme Milliardo, Dúo, y estaba pensando que es muy posible que también se cumplan mis deseos de navidad - Milliardo lo tomo con un brazo por la cintura fuertemente atrayéndolo hacia el sin darle tiempo para escapar, la otra mano la elevo hasta la nuca de Dúo uniendo su boca con la suya en un ardiente y desesperado beso, que se hizo profundo  y los dejo sin aliento a ambos. - Eso será si tu aceptas Dúo, crees que podemos intentarlo? 

 

- Me encantaría... Feliz Navidad Milliardo!

 

Volvieron a fundirse en un beso suave y apasionado, sus lenguas se encontraron. Sintiendo la sangre correr por las venas quemándolos como fuego.

 

- Feliz navidad mí querido Dúo.

 

 

Fin

 

FELIZ NAVIDAD A TODOS Y CADA UNO DE USTEDES

 

24/12/2007

 

Notas finales: Después de anto intentarlo al fin pude conectarme y subir el fics, gracias Márfil.

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