Una dulce mirada podía distinguirse con la fuerte ventisca, un joven de blanca piel caminaba lo más rápido posible tratando de seguir el paso de sus compañeros. Ignorando el frío se mantuvo firme ante el fuerte viento que azotaba sin piedad su rostro tembloroso.
Más adelante caminaba Kiba, sin prestarle mucho interés al resto, seguía a su paso resistente aumentado cada vez que podía la velocidad.
Hige, observo a los demás, con mirada de preocupación y algo de molestia le dirigió fuertemente la palabra a su compañero.
-¡Kiba!-Haciendo como si no hubiera escuchado nada, tsume dio la vuelta con algo de curiosidad
-¡Espera un momento hombre!-Con la respiración entre cortada tomo el hombro de su amigo para llamar su atención.
-vas…Demasiado rápido, descansemos un poco-
-no tenemos tiempo para eso-Haciendo cazo omiso Kiba dio la vuelta y intento seguir caminando. Molesto Hige trato de convencerlo.
-¡piensa un poco! Hay una mujer y un niño con nosotros-
-ya te eh oído Hige, yo estoy perfectamente-Desde atrás, cubriendo su cuerpo Blue contradecía la debilidad de la que la estaban acusando.
-¡yo también!-Alego Toboe tomando aire, con mucha seguridad en sus palabras, pero para ser sincero consigo mismo, no era el cansancio lo que le causaba la mayor preocupación en ese instante.
-el único que quiere descansar es él…-Reprocho el lobo con la ruda cicatriz en su pecho.
-te equivocas, es solo que-No pudo continuar porque fue interrumpido.
-pero Hige esta bien…-Kiba miro cortante a Tsume, sin cambiar ni por un segundo sus ojos calculadores color Saphiro.
-a este paso no lo conseguiremos, esperemos por allí a que pase la tormenta-Tsume parecía preocupado por algo más que la fuerte nieve que caía, pero era difícil tratar de adivinarlo.
-entonces esta decidido, descansaremos en ese lugar. Resistan un poco más-Notablemente más aliviado Hige y los demás siguieron caminando a un refugio no muy lejano de donde se encontraban.
Toboe tomo mucho aire, reuniendo fuerzas para seguir. Sin que fuera muy notorio Tsume le dirigió una mirada muy directa
Era evidente que lo estaba viendo a él.
El pequeño se sonrojo, sin levantar la cabeza sabia que su compañero le miraba desde la poca distancia que había. Aun con el frío no pudo evitar el rubor de sus mejillas, sentía como la sangre le hervía por dentro.
Kiba miro a Tsume, pero a diferencia de él, las palabras exactas que decían sus pupilas eran “No te entrometas”
Las indirectas de molestia fueron notorias todo el camino. Siguieron avanzando, no paso mucho tiempo cuando ya habían encontrado un refugio lo suficientemente grande para todos. Confortable para descansar, no muy acogedor, pero mejor que dormir a la intemperie.
Cada uno quedo en el lugar que más cómodo le parecía. Toboe quedo junto a blue abrazando con delicadeza sus piernas, hundió su cara en ellas y lo único que apenas se veía era su gracioso cabello castaño. Al verlo de esa forma, pareciese que fuera una niña. Estaba pensativo, no mencionaba una sola palabra.
-pronto amanecerá- El pequeño apretó más fuerte su manos, por alguna razón le ponía los nervios de punta la voz tan agresiva de su compañero.
No sabia que era exactamente lo que ocurría en su interior en ese momento, no comprendía el porque. Nervioso intento levantar la cabeza, pero Tsume volvió a levantar la voz… ¿Miedo? No, de ser eso, no le simpatizaría tanto, ¿Admiración? Parecía ser algo por el estilo, se estaba acercando a la respuesta. ¿Amistad? Si, eso era, pero eso no explicaba porque su estomago tenía sensaciones desconocidas cuando su amigo se le acercaba. ¿Amor?
-a...amor, ie, eso seria muy extraño-Susurro para si mismo.
-Eso es imposible-Blue volteo, el pequeño se tapo la boca con las manos para evitar decir alguna otra tontería antes de que lo escucharan decir tanta cosa rara.
-¡vamos, estamos bien!-Grito Kiba desde la entrada, el pequeño despertó de sus pensamientos y se levanto impulsivamente.
-¡no estamos bien!-Tsume estaba comenzando a enfadarse
-pues entonces yo me voy-Kiba no lo pensó dos veces y salio corriendo del refugio. Toboe le llamo por su nombre, pero no funciono en lo más mínimo. Hige agacho la cabeza como si nada hubiera pasado. Pero esa forma tan indiferente solo lo delataba.
-déjale, ahora mismo solo piensa en cheza…-Blue se coloco de pie junto a la salida con mucha decisión.
-vamos por él, es peligroso que ande solo con esta ventisca, ¿Vienes Hige? O dejaras que tu compañero se arriesgue solo-Más que una opción era como una obligación.
Hige coloco los ojos casi llorosos, se lamentaba así mismo por ser como es, trato de no escuchar a Blue, pero por dentro se estaba muriendo. Como hubiera deseado dejar ese orgullo y celos baratos de lado, tomar la mano de su amigo y hacerlo entrar en razón. Ya era hora de crecer. Con algo de vergüenza asintió con la cabeza.
En un par de segundos salieron corriendo del refugio, así tan rápido como todo sucedió desaparecieron entre la nieve. Toboe se dispuso a salir también del refugio, pero el brazo de Tsume lo detuvo justo a tiempo.
-deja que ellos se encarguen- El menor bajo la cabeza y silencioso fue a sentarse donde se encontraba en un comienzo, ni siquiera el hecho de estar a solas con Tsume lograron endulzar sus labios.
Los minutos que pasaban se hacían eternos para el menor del grupo. Quería decir algo, pero no sabia que decir.
Estaba comenzando a desesperarse, el silencio lo ponía cada vez más nervioso. Esta era la única oportunidad que tendría de aclararse.
Se puso nuevamente de pie lleno de seguridad y se acerco lenta y cuidadosamente a Tsume.
-Tsume, hace mucho frío, ¿Puede acercarme a ti?- No fue lo que realmente quiso decir, pero cuando vio la aceptación de su amigo se alegro de haber metido la pata. Estaba seguro de que se lo negaría pero fue totalmente lo contrario.
Con movimientos torpes se acurruco junto a su pierna tratando de sentir el calor que venía de la piel se su compañero. Y hay estaba otra vez, prometiéndose así mismo aclararse, luego el nervio se apoderaba de él y quedaba solo con un acercamiento conformista. Suspiro profundo y trato de dormir un poco, era imposible en esa situación tan comprometedora para él.
Mientras Tsume miraba hacia fuera esperando a los demás, una pizca de cargo de conciencia lo atormentaba al tener a Toboe tan cerca. Sabía perfectamente, mejor que él lo que pasaba con respecto a sus sentimientos, hacer algo seria cruel para el lobo. Aunque el mismo quisiera poder hacerlo, si llegaba a tocarle un pelo, no podría alejarse del menor, sentía unas ganas exageradas de protegerlo hasta con su vida. Un poco del amor del lobito lo contagio a él también, era muy duro, pero jamás aceptaría a Toboe.
-Tsume... ¿No tienes frío?-El pequeño se acurruco aun más a su cuerpo.
-No-
-Mmm es solo que, te noto muy callado. Yo…Estoy muy feliz cuando me prestas atención-Tsume no quería mirarlo. Se maldecía a él mismo por estar alegre con esas palabras tan sencillas.
-Tsume, no lo entiendo muy bien aun, es porque soy algo tonto, pero…-Sin percatarse Toboe se le acerco y aunque sus movimientos fueron lentos no fue lo suficiente para alertar al lobo, que quedo atrapado entre sus brazos y aun más silenciado por la boca que lo tenía sujeto.
No quería hacerle daño, no pudo evitarlo, estaba hipnotizado con la lengua inexperta del menor. Trataba de hacer su mejor esfuerzo, pero aun seguía siendo muy torpe, eso le agrado.
-Yo…Lo siento mucho ¡Tsume!-Este lo callo tiernamente con uno de sus dedos sonriéndole de una forma que nunca había visto antes.
Tsume comenzó a acariciar el cuerpo del lobito, era tan pequeño y frágil, parecía que podía quebrarse en cualquier momento. Su piel tan blanca y sus ojos tan brillantes, realmente quería estar con él.
Por el contrario Toboe se sentía en el verdadero paraíso, solo que la persona que parecía ser la más importante para él le brindara ese cariño único, era lo que necesitaba para dejar todo de lado.
La frecuencia y la morbosidad aumento con el paso de las caricias, primero eran superficiales, tratando de no matar la pasión del momento. Pero la parte baja del menor quería tener vida propia, no paso inadvertido para su “amante” quien bajo asta los pantalones para quitar de todo lo que lo separaba de la piel de Toboe.
Su transcurso fue lento y romántico, Tsume solo tenía ojos para él y le gustaba ser visto de aquella forma, la perversión infantil que el lobito mostraba era maravillosa.
Ya era demasiado, ninguno soportaba ya más, no bastaba con besos, no era suficiente las caricias.
-Pídeme que pare, cuando te duela Toboe-La cara de “¿Qué vas a hacerme” del menor era graciosa.
Con ternura Tsume lamió el vientre de su amante con su manos masajeo con rapidez la intimidad que notablemente estaba muy torturado pidiendo más y más.
Se monto sobre el cuerpo pequeño de Toboe no haciendo mucha fuerza, para no lastimarlo, por otra parte sentía maravillosos el rose que le provocaba el cuerpo del lobo mayor sobre el suyo.
Tsume se acerco a su rostro y lo beso, mientras introducía uno de sus dedos en una pequeña cavidad, no pudo evitar soltar un fuerte gemido entre dolor y placer.
-¿Te duele mucho?-Toboe negó con la cabeza, no podía pronunciar nada aparte de gemidos.
Su amante fue asta la cavidad y la lamió varias veces asta dejarlo húmedo, así introdujo dos dedos a la vez. El grito de Toboe fue esta vez más leve, quizás ya se estaba acostumbrando.
Toboe perdió la cuenta de cuantos dedos pasaron por aquel pequeño lugar, solo sabia que quería otra cosa dentro de su cuerpo. Rogó con gemidos adorables a su amante, este no perdió tiempo.
Levanto sus delgadas piernas por sobre sus hombros, tomo su intimidad con las manos para poder controlarse, y poco a poco fue penetrando el cuerpo virgen del pequeño. En un comienzo la mantuvo fija, luego fue metiendo y sacando con cuidado para finalmente terminar en violentas embestidas.
Ambos pedían más, agitaban su excitada respiración al mismo tiempo, gritando cada vez más alto.
Tsume masajeaba el miembro de su amante y este se estremecía por completo.
Faltaba poco, ambos lo intuyeron, de pronto entre las mas violentas embestidas gritaron con más poder y pasión. Toboe sintió un líquido extraño en su cuerpo y vio las partes manchadas de Tsume, desconociendo de que se trataba lamió inocentemente, logrando un rojo furioso en la cara del sujeto que tantas veces le pareció tan rudo. Se veía muy vulnerable en esta posición.
Tomando aire, Toboe se vistió a la velocidad de la luz al igual que Tsume, con un poco de vergüenza se abrazo a este con la cara llena de la más grande felicidad que había sentido en su vida. Le diría todo lo que sentía en ese momento…
-Tsume, sabes, me costo mucho poder decirte esto, pero ahora estoy seguro. Tu…a mi…me…-
-¡No encontramos a Kiba por ningún lado!-Grito desde afuera Blue sacudiéndose toda la nieve.
-Valla tormenta más horripilante, será mejor que descansemos y mañana temprano lo busquemos entre todos- Hige entro tiritando y sentándose agotado cerca de Toboe. Anexo a todo se atrevió a preguntar si es que algo había ocurrido, ambos negaron con la cabeza.
Parecía ser mentira, pero no estaba de humor para contradecirlos, Hige se durmió apenas se recostó sobre el suelo.
Tsume y Blue se sentaron juntos y durmieron ambos de brazos cruzados, Toboe se recostó triste y feliz en un rincón alejándose del frío.
-mañana te lo diré todo…-Se sonrió, luego se durmió al instante.
Más allá alguien susurraba…
-lo siento Toboe, no estas preparado para que yo te acepte- Blue abrió los ojos despierta.
-¿Dijiste algo?-Al no tener respuesta supuso que murmuraba entre sueños…
FIN