El joven de cabello castaño subió a su habitación dispuesto a estudiar. A pesar de que faltaban un par de semanas para el exámen, ya había leído todos los libros que había adquirido en una librería y solo le quedaba la materia "biología" para estudiar.
Abrió el libro y se dispuso a leerlo. Antes de llegar a la página indicada, una ilustración llamó su atención. Una polilla posada sobre la rama de un árbol posiblemente dentro de un bosque.
"Saturnia" decía debajo de la foto a título informativo.
Riku no pudo evitar que saliera de su boca aquel nombre:
-Carl- dijo apenas en un susurro.
Varios recuerdos vinieron a su mente. Aquel rostro con lágrimas, lleno de dolor. La soledad que Carl había vivido, Riku la conocía bastante bien. Él tampoco tenía amigos. Por eso, cuando conoció a aquel niño creyó ver en él a un amigo. Pero el destino había querido que ellos no pudieran conocerse más debido en parte a la traición de Van, el sirviente de Carl, hacia su dueño.
Riku recordó el dolor que poco le importó cuando sintió la bala traspasándole el pecho al interponerse para salvar a Carl. Pero lamentablemente, nada había podido hacer. Él cayó desmayado y en un confuso episodio su hermana Saya había terminado asesinando al Chevalier.
-¿Aún te siguen gustando esos bichos?- Dijo con reprobación una voz detrás suyo.
-No puede ser...¡¿Carl?!- Riku se dió vuelta de golpe. De seguro había alucinado. Pero para su sorpresa, el chico de pelo oscuro estaba allí, en cuclillas sobre el marco de la ventana. -Pero tú...-
-¿Acaso no sabes que somos inmortales? Bueno, puede que haya tardado un tiempo en recuperarme por completo, pero...- para su sorpresa, no pudo continuar ya que Riku se había puesto de pie e ido de un salto hacia él. Carl sintió como Riku le daba la bienvenida con un abrazo con todas sus fuerzas, haciendo que cayeran los dos al piso.
-¡No puedo creer que estés aquí! te extrañé tanto- dijo entre sollozos.
-¡Niño cálmate! Un chevalier no debería comportarse de esa forma- pero las palabras de Carl eran inútiles, pues Riku no tenía la más mínima intención de soltarlo.
Suspiró. A decir verdad, él también lo había extrañado. Carl se dió por vencido y rodeó con su brazo a Riku.
-¿Piensas estar mucho rato más así?- preguntó unos minutos más tarde al ver que Riku ni se movía. La posición horizontal no era su favorita y menos si tenía que estar debajo de alguien.
-Yo... lo siento. Me dejé llevar- Riku se puso de pie y ayudó a su amigo.
-¿Hay alguien más en tu casa?- quiso saber Carl.
-¿Piensas raptarme nuevamente?- preguntó con curiosidad.
-Nada de eso... es solo... que quiero que me acompañes a un lugar-
-Mi hermano se fue con sus amigos y mi padre está atendiendo el restaurante.- respondió. -¿A dónde quieres que te acompañe?-
-¿Vienes o no?- dijo al tiempo que se dirigía a la ventana dispuesto a salir por donde había entrado.
-Yo... sí, pero...- Carl se dispuso a salir pero en el momento que estaba por dar el salto, sintió como Riku tiraba de su capa. -Salgamos por la puerta de atrás. Si vamos así los vecinos pueden sospechar algo. ¿Si?- dijo con su sonrisa que todo lo puede.
-...De acuerdo-
°
°
°
-¡WOW¡Nunca había visto una biblioteca tan grande!- exclamó maravillado el pequeño.
-Es mi tesoro. Aquí se pueden encontrar obras originales que ya se creían perdidas, manuscritos históricos y demás que he estado recolectadon a lo largo de los años.
-Muchas gracias por compartirlo conmigo. Pero aún no entiendo por qué me muestras algo así...-
-Verás... es que yo... me cuesta mucho decirlo, pero quiero hacerlo de todas formas.
-¿Uh?
-Yo nunca... creí en los humanos, ni siquiera en Van...- sintió como un leve rubor iba cubriéndole las mejillas-...hasta que te conocí. Creo que...- Tragó saliva- me he enamorado de tí.
Riku no sabía qué decir ante tal confesión. Sólo sabía que la única vez que había estado con Carl, habia podido sentirse totalmente comprendido por alguien.
-Carl yo...- sintió cómo la mano de Carl tomaba su brazo y tiraba de él atrayendo el cuerpo de Riku hacia el suyo.
-Si te burlas de mí... o le dices a alguien lo que te he dicho TE MATO.
Pero Riku sabía que aquello no era cierto realmente, sino parte de la máscara que el chico aún no había podido quitarse. Envolvió con sus brazos a Carl.
-Nunca lo haré. Porque sabes que yo también...-
Riku sintió una fuerte ráfaga de viento frío que lo envolvió. Luego, unas gotas comenzaron a caer.
-¿Lluvia?- se preguntó confundido.
-¡Riku cuidado!- David apareció delante de él y con una rápida acción derribó al chiropteran que estaba frente suyo. -¿Estas bien? Por un momento perdiste la conciencia.
Riku miró un poco aturdido a su alrededor y en un segundo recordó dónde estaba: había ido junto con parte del Escudo Rojo al norte de Brasilia a exterminar los últimos chiropterans que quedaban luego del enfrentamiento entre Saya y Diva. Él había sido fuertemente golpeado por una de las criaturas estrellándose fuertemente contra una pared.
-Sí, yo me encargaré del resto. Gracias David- sonrió con su típica sonrisa de infante.
Riku se dispuso a pelear, tratando de que nadie reparara en aquellas lágrimas que asomaban de sus ojos y se mezclaban con la lluvia.