Capitulo I “Sin sentido”
-¿Estás bien?-le pregunto al tener entre sus brazos aquel cuerpecito, lo miro con preocupación.
-Si, estoy bien Soubi…-al final sonó pesado. Intento que el mayor se alejara del, esa situación que se encontraba no le agradaba para nada…Lo ponía nervioso. Al parecer el mayor se dio cuenta que Ritsuka lo alejaba con sus brazos, sonrió interiormente, le gustaba que el niño tuviera esa energía; recién lo había asustado, nunca le había visto colapsar después de un duelo, era extraño. Extraño, ya que parecía un poco pálido y su animo no era el de los mejores, pero él no era nadie para reprenderlo o ¿si?
Dejo de abrazarlo y se levanto por completo, lo miro desde arriba, un considerable tiempo, algo no estaba bien. Su mano izquierda la movió los negros cabellos:
-¡Hey! ¿Qué haces?-le pregunto al ver la deliberada caricia del rubio.
-nada…-le respondió para alejarse un poco, se dio la vuelta y comenzó a caminar despacio.
-¡Soubi!-grito al ver la acción que realizaba su luchador.
-¡Mmm!-
-¿A dónde vas?-
-Tengo que terminar un trabajo…-se giro mirándolo desde una considerable distancia-Cuídate, Rit-chan- no dijo nada mas. Siguió su camino.
Ritsuka lo vio perderse en aquella tarde. Bajo sus codos, su vista se fue al piso, mientras su mano derecha tocaba su frente, no se sentía bien, debió de decirle que no se alejara del, pero no pudo. Era un tonto, siempre hacia cosa que no debía, no tenía ganas de volver a casa…No quería… *******-Regrese… ¡Mamá!- dijo entrando a la vivienda, entro por el pasillo hasta la cocina, donde vio a la mujer preparar la cena.
-Hola mamá- le volvió a decir mientras esperaba el saludo de está, pero eso no ocurrió, no le dio importancia, eso ya no importaba, si recordara como era antes, quizás y solo quizás, ella no lo trataría así…
Se fue a su cuarto, donde cerró la puerta con llave, solo por precaución. Dejo su mochila y luego se tiro a la cama donde quedo mirando el techo…Blanco…Blanco…Cerró los ojos, no vio nada. La cabeza le dolía, era un dolor insoportable que no lo dejaba hacer nada; minutos se mantuvo así, con los ojos cerrados, sin pensar y ver blanco, blanco y blanco.
Su celular sonó dentro de esa ensoñación, se paro bruscamente y nuevamente se sintió mareado, no le importo. Llego al bolso y busco entre las cosas el móvil; miro la pantalla ^ Yuiko ^, contesto:
-Diga
-Ritsuka ¡HOLA!-dijo con su habitual voz.
-Hola Yuiko ¿Qué deseas?- no quiso decirlo de aquella manera, pero no pudo evitarlo, era su forma de ser.
-¿Te sientes mejor?
-mmm…si, estoy bien-le mintió. Había recordado que aquel día en la escuela estaba mal; la primera clase fue bien, la segunda se sintió peor y en la tercera hora, solo se esfumo…Se desvaneció entre miradas curiosas y preocupadas en el salón…Luego la enfermería, donde despertó:
-¿Estas bien?-le pregunto la señorita, quien le tocaba la frente. “Que mano tan calida”, pensó.-Si-fue su respuesta, sentándose en aquella cama blanca.
-¿Quieres que llame a tu madre o algún familiar?-le pregunto con una sonrisa en su rostro, mostrando sus blancos dientes.
-no, no hace falta-se destapo. Algo en él no quiso que ella viniera y le reprochara que “Su hijo haría algo así, nunca se enfermaría”…No, no quería.-Gracias- Tomo sus cosas y al final se puso los zapatos y salio del lugar tan pulcramente limpio. Y el resto del tiempo la paso en otro lugar, no puso atención a ninguna de las clases restantes, estaba ido…
-Si mañana no te siente bien, quédate en casa-
-Si Yuiko, gracias, pero mañana si voy a clases-
-¡A CENAR!-escucho desde abajo.
-Adiós Yuiko, me tengo que ir.-
-Adiós Ritsuka, cuídate…-
El pelinegro corto la llamada, dejaba el celular en el escritorio y abría la puerta de su pieza, bajaba las escaleras y ahí estaba su cena. El humo salía de ella y frente a su puesto estaba su madre quien comía ¿Alegre?, y a un costado estaba su padre quien hablaba con la mujer, ambos parecían fuera de lugar, ya que siempre discutían o no se hablaban cuando él estaba en presencia de los dos.
-Hola Ritsuka ¿Cómo te fue en el colegio?- le pregunto el hombre, poniendo su atención en su hijo, este le quedo mirando con un signo de interrogación, su padre le pareció extraño, iba a volver a formular la pregunta cuando contesto:
-Bien…-se sentó a la mesa-Itakimasu-tomo los palillos y se sirvió el alimento.
De hace un tiempo atrás parecía que momentos de su vida regresaba a lo de antes, pero ¿Cómo saberlo? ¿Si no lo recordaba? Sus pensamientos eran tantos, que en ocasiones le engañaban o ¿Él quería ser engañado? No tenía respuestas.
-Gracias por la comida- realmente se comió rápido todo y ahora se levantaba de vuelta a su cuarto.
-Ritsuka-paro y espero a que le hablaran – mañana después de la consulta de tu doctora, me esperas. Pasaré por ti- le dijo su padre.
-pero, tu a esa hora trabajas, papá-le miro con interrogación
-lo sé, pero quiero saber el avance…
-esta bien…-salio del lugar.
¿Qué extraño? No había reparado en tiempos sus visitas con la doctora y ahora lo hacia, no le gusto mucho la idea; solo se metió a su cuarto, cerro con llave y se tumbo en la cama nuevamente. Se ladeo y su mente, se perdió en la inconciencia. Durmió con sueño y sin sueño…
De golpe se incorporo al ver su habitación ligeramente iluminada, debió de haber amanecido, fue al baño donde se dio una ducha rápida, se arreglo y bajo:
-Ritsuka ¿no vas a tomar desayuno?-le hablo la voz de su madre, desde la cocina, le estaba tratándolo con amabilidad.
-si, mamá- se acerco al cocina. Vio servido una taza de leche y unas tostadas, se sentó y se llevo la leche a la boca y luego las tostadas- Gracias mamá- se fue de La casa.
El día era muy bonito, por el cielo cruzo un ave blanca, alzo sus alas, sobrevoló ese gran cielo. Su mente comenzaba a distraerlo nuevamente, algo no iba bien, algo no encajaba y su cabeza dolió…Dolió, no, lo soporto. Se llevo las manos a la cabeza para retener el dolor, pero no dio resultado. Callo de rodillas. Un golpe seco y sonoro. Dolía…Dolía…
-Soubi, ayúdame…- Pensaba, quería que el mayor estuviera para socorrerlo, quería sentir sus calidos brazos sostenerlo… Se iba la sensación. El cielo desaparecía lento, pero rápido. Sus ojos se cerraban, se cerraban y eso no quería.
-¡SOUBI!-dijo en voz alta. Lo perdía, lo perdía y eso no quería. El sentimiento de vació lo abrazo; tenia miedo y el dolor no se iba, aumentaba, lo cegaba… Se borraba todo a su alrededor, lo abandonaban… Eso no quería…
-Soubi…-aquel nombre pronuncio antes de caer al piso, inconciente… Había perdido el tiempo…