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Luna Roja por Heksen

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Notas del capitulo:

Hi hi hi

Nos costó mucho hacer el capítulo, así que aprécienlo jajajaja

Luna Roja

por

Heksen

 

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Capítulo 2.0

 

 

 

       Kaede miró con impaciencia el lugar donde la nave había caído. De no haber sido por la buena maniobra de Akira y un poco de suerte, no habría atravesado el cordón de asteroides. Aún así estaba molesto, muy molesto. De todos los años de constantes fechorías, esta era la primera vez que las cosas salían mal. La pequeña nave de asalto había sido muy maltratada a raíz de los golpes de los meteoritos contra el casco y un disparo de las  naves  del gobierno que le perseguían tal vez dieron en su blanco, el resultado: que los motores dejaran funcionar correctamente. La pérdida de potencia descendió rápidamente y supieron entonces que no llegaría lejos. La única salida viable era poder llegar a éste planeta, lugar donde cayeron con muy poco control provocando un pequeño socavón en el suelo arenisco

Los granos de arena molestaban su visión. Muy pronto estos se le clavarían como perdigones en el rostro. A juzgar por el viento, la amenaza de una fuerte tormenta estaba latente. Kaede bien lo sabía, le recordaba un poco a ese planeta hostil en que tuvo la suerte o desdicha de nacer. Gargajeó un poco y reunió saliva para aclararse la garganta adentrándose de nuevo en la nave

Akira miró a Kaede apenas le vio aparecer y negó con la cabeza. En vano le había resultados todos sus intentos de comunicarse con Magema. Sólo había estática.

-Al menos podremos estar seguros por un tiempo, pero debemos salir pronto de este planeta-murmuró Haruko, quien de brazos cruzados se echaba hacia atrás en su asiento, con los ojos cerrados

-necesitamos reparar el impulsor, no será muy fácil encontrar los repuestos que necesitamos en este sitio-le dijo Akira

Kaede por su parte, se liberó de su falso aspecto. Su cara seria se hizo visible ante su amigo mientras contemplaba el daño que la arena le provocó, no mucho, pero lo suficiente para saber que al menos en vientos que arrastraban partículas sólidas, no podrían usarlo

-este planeta...-dijo, dándose una pausa mientras se decidía a lanzar el aparato sobre una controla- es el refugió de quienes huyen del gobierno. Haruko tiene razón, aquí no nos encontrarán pero estamos susceptibles a ser encontrados por otro tipo de gente. -golpeó la controla con el puño. Akira se preocupó de que estuviera perdiendo la razón a raíz de su enojo y lo exteriorizó en su expresión- tendremos que esperar a que la noche pase, no es seguro salir ahora por la tormenta que se va a levantar-

-¡zorro negro temiéndole a una tormenta!-se mofó la chica sin perder su postura

-madura niña, no sabes lo que una tormenta de arena puede hacerte, en vez de estar relajada como estás debieras mirar lo que se desata afuera- regañó Akira a Haruko

-hubieras hecho un mejor aterrizaje-atacó Haruko- o al menos debiste dejarnos más cerca del poblado que hay en el sector-

-si lo hice mal, ¿entonces por qué no tomaste tú los controles? Sólo te dedicas a quejarte, no sirvas más que para andar de ofrecida-

-se callan, los dos-Kaede alzó la voz-será mejor que duerman, la tormenta nos mantendrá seguros. -se dejó caer en la silla del copiloto y se acomodó para dormir-con la salida del primer sol veremos cómo está todo-dicho esto, cerró sus ojos

Akira devolvió la vista al tablero principal. Continuó insistiendo con la comunicación por un largo rato mientras la llegada de la noche traía un manto de oscuridad y muerte en el exterior. Luego simplemente se dejó descansar apoyando su espalda contra el asiento con sus manos tras la cabeza. Descansar no dormir porque no podía y bien sabía que su amigo hacia lo mismo aunque figuraba haber encontrado el sueño.

-dudo mucho poder encontrar lo que buscamos-murmuró luego de pensar un poco-, podemos dar con las refacciones pero no creo que aquí se transen mercancías con el dinero del gobierno-

-no sólo es dinero, bien lo sabes. En ése botín hay mucho más- respondió Kaede quedamente

-seguramente... en parte es el algo que no me cuadra. Es cierto que son tratados mercantiles pero nunca antes el gobierno los habían custodiado con exceso-sonrió-esa princesita me resultó bastante fea para que sea el tesoro del regente-

-cualquier mujer es fea para ti-murmuró Kaede con sorna-pero Fujima la quiere, sus razones no nos interesan, es un trabajo más que debemos completar.

Akira guardó silencio, también Kaede. Haruko dormía profundamente. Así estuvieron por varias  horas, ninguno de los dos amigos supo si el otro logró conciliar el sueño o no. Lo cierto que al despuntar el alba, con un fuerte sol que dio de lleno en sus rostros, ambos se estiraron y bostezaron con pereza, luego despertaron la chica y dispusieron todo para abandonar la nave

-tú te quedas-le ordenó Kaede a Haruko cuando ésta se disponía  acompañarlos. Ella lo miró con recelo-no sabemos que vamos a encontrar, no sería seguro para ti y alguien tiene que resguardar la nave-

Akira sonrió con suficiencia ante la mueca de desagrado que hizo la chica

-cuida todo muy bien y no vayas a ir a ninguna parte-le dijo burlesco

-¿a dónde crees que iría?-

-quien sabe-contestó simplemente, luego agregó-mantente al pendiente del comunicador y tampoco te duermas

Kaede en tanto, abrió la escotilla superior, la única forma de salir puesto que según lo que pudieron percibir, la arena había cubierto la mayor parte de la nave. Por segunda vez la arena le lastimó los ojos  cuando una nube de polvo se coló al interior. Luego  se frotó los ojos  y ajustó su sincronizador, Akira le imitó y fue el primero en salir. Su par de ojos violetas brillaron con el sol, un sol que daba el aspecto rojizo a un vasto paraíso seco.

-da la impresión de estar en casa-murmuró más para sí.

Kaede había llegado a su lado  y le había oído muy bien. Tuvo esa misma sensación hace horas, pero no era el tiempo para detenerse siquiera por un segundo a pensar en ello. Inició la marcha

Ambos ladrones atravesaron cúmulos de arenas, uno tras otro. A  veces tenía que rodear requeríos. Iban con mucho cuidado, la arena podría ser muy traicionera, podrían caer en una sección movediza y sería su fin.

Tras una hora y media de caminata a paso firme llegaron al borde de un gran barranco. Allí iniciaba un cordón irregular  de cactáceas  que se extendía hasta el pie y desaparecía a los lejos transformándose en árboles espinos con tímidas manchas verdes en sus ramas.  Kaede llevó a sus ojos los vinculares   y contempló la vastedad del horizonte

-allá-señaló con la mano- a tres millas puedo ver la ciudad-

Akira no esperó. Bajó casi corriendo el barranco. Kaede le secundó tratando de llevarle el ritmo de descenso. Después de eso fue media hora más de caminata hasta que llegaron a los límites de la ciudad, donde se erigían precarias construcciones que parecían vacías a simple vista. Más allá el pueblo se alzaba como una urbe extensa, aunque no se distinguían edificios de más de tres pisos. Apuraron el paso y se internaron por una calle, iban encontrándose con personas que se les daban una mirada y se devolvían sin darle más importancia. Todos extraños en una tierra extraña que era su refugio. Nada importaba. Nadie les miraría con superioridad o se sentiría intimidado. Todos eran de diferente calaña y la misma a la vez

Kaede y Akira se concentraban en oír los lejanos sonidos de motores de naves que de vez en  cuando descendían o alzaban el vuelo. Probablemente las tiendas de refacciones y talleres circundaban el puerto espacial.

Las calles se tornaban más llenas de personas conforme avanzaban hacia el centro

 

 

 

Entonces fue cuando un pequeño niño lanzó una pelota que fue atrapada con las manos de Akira, él la giró con sus grandes dedos y una sonrisa en sus labios al contemplarla

-no tuvimos una de estas, pero me hubiese gustado tener una alguna vez... ser un niño de verdad-le dijo a su compañero antes de entregar el balón al pequeño dueño, un niño de no más de siete años; pelo rizado y piel morena

-gracias, señor-le dijo regalándole una sonrisa a Akira. Y se devolvió al lugar donde jugaba con otros más pequeños.

Sin querer Akira y Kaede les observaron por unos momentos, mientras los niños jugaban alegres y libertad. Era alentador ver a las personas podía caminar sin ser observado en cada esquina, ni escaneadas sus retinas para identificarlos, como solía ser en las ciudades regidas por el gobierno. Pero no era para concentrarse un largo tiempo, este apremiaba para ellos

-se nos hará tarde, tenemos que encontrar las refacciones-Dijo Kaede reiniciando su andar

Akira permaneció quieto un momento, sintiendo un poco de nostalgia e iba a seguir a su amigo cuando de nuevo el niño se le acercó con una expresión curiosa

-ustedes son pilotos ¿verdad?-

-¿pilotos?...no precisamente-sonrió-somos simples forasteros.

-ah, pero tienen una nave-mencionó al tiempo que se dejaba caer sentado en el suelo

- sí, la tenemos-respondió

-¿sociabilizando?-Kaede llegó serio al lado de Akira en ese instante-ya te dije que no podemos esperar-

-¿buscan algo?-intuyó el pequeño

-nada que te...-Kaede iba a responder en tono huraño pero Akira le interrumpió

-refacciones, un taller-

-ah, pues me lo hubieran preguntado-el chiquillo se puso en pié-el taller de mi tío Hana es el mejor  de aquí, si quieren puedo llevarlos-

-me parece muy bien-dijo Akira mirando con reproche la actitud de su amigo

El pequeño guió al par de amigos calle abajo, dando saltitos cada tres pasos. Cuando se encontró con en una intersección se detuvo y apuntó con su dedo una entrada a un galpón metálico

-es allí, el taller de mi tío Hana-les dijo

 -el taller-repitió Akira-muchas gracias-

El chico sólo le hizo un gesto y se marchó tal como los había conducido hasta allí; feliz

-encantador-expresó Akira volteándose mientras el chico se marchaba

Cuando llegaron a la puerta no duraron en cruzarla y se encontraron un recinto que se prestaba como tienda de refacciones, era atendida por un joven que estaba tras un mostrador tratando de arreglar un  condensador, que al verlos acercarse levantara la cabeza

-buenas, ¿Qué están buscando?

-un condensador de flujos para un reactor de una vez Quarz-1-indicó Akira

El muchacho se llevó la mano al mentón, tratando de recordar si tenían la refacción para ese modelo de naves; un modelo relativamente nuevo

-pues sí, tienen suerte-dijo después-tenemos uno-

Akira suspiró con alivio mientras Kaede barría con la vista todo el lugar

-y díganme señores, ¿con que van a pagar? Tengo que decirles que aquí no se acepta el dinero de la federación y lo que ustedes me piden no es barato, y se paga por adelantado-

-muéstrale-indicó Kaede a Akira

Akira extrajo bajo sus ropas una bolsa y de ésta una roca de Cuarcita azul, más preciado que las joyas o el dinero. Dejó la roja en el mostrador ante los ojos iluminados del muchacho

-si eres un comerciante, sabrás que esto vale mucho-

-pero, ¿cómo la consiguieron?-dijo mirándolos sorprendido

-sólo dinos si esto cubre el valor que piden por el condensador-exigió Kaede

-sí-dijo y se aclaró la garganta para dar un grito-¡Ookus, ven aquí!-

-¡estoy ocupado!-fue la respuesta

-¡que vengas aquí de inmediato!-volvió a gritar

Al poco rato apareció un chico de cabellos rubios, de aspecto un tanto raquítico. Se limpiaba las manos embadurnadas con grasa

-¡qué diablos te pasa Takamilla!, gritas como idiota-

-conduce a estos caballeros al taller y busca a Hanamichi, dile que necesitan el condensador para una Quarz-1-

-por aquí-señaló Ookus y les condujo por un estrecho corredor que le llevó tras la tienda donde estaba el taller; de tres hangares enormes. A impresión de Akira y Kaede toda la estructura se veía más pequeña desde afuera-voy por mi jefe-indicó el rubio

-parece que tuvimos suerte-murmuró Akira

Kaede dio una barrida desdeñosa a todo el lugar

-mientras reparen nuestra nave pronto-señaló

Al cabo de unos segundos vieron a alguien acercarse al rubio para cruzar un par de palabras con él dándoles miradas de vez en cuando. Era un tipo alto, de cabellos rojos; vestía unos jeans rasgados, sudadera negra, que portaba un aire de sensualidad. Cuando éste se fue acercando con un andar un tanto arrogante, lo contemplaron mejor; Akira se dijo a si mismo que algo como él era lo que le había recetado su médico

-¡bienvenidos, el taller del tensai es lo mejor que hay en este planeta! ¡Yo el gran genio Hanamichi les atenderé personalmente! - el encanto se vino abajo con esas palabras seguidas de una estruendosa risa

-¿así?-preguntó Akira con una sonrisa

-por supuesto ja ja ja, no hallaran mejores mecánicos que nosotros, ¡claro que en ningún  otro taller  van a encontrar a un genio como yo! ¡Incluso gané un concurso!-

-eso hay que verlo-murmuró Kaede con desdén. Primera vez que un tipo le llamaba la atención y parecía un arrogante... casi un idiota-

-oye, ¿Qué diablos te pasa?, ¿acaso lo dudas? ¡Soy un talentoso!-el pelirrojo se exaltó

-No puedo creer que todavía presuma de eso-murmuró Ookus

-Tienes razón, si fue cuando tenía diez años, además en la categoría de principiantes- aportó otro con bigotes

-¡Como se atreven!- les gritó, los otros saltaron en su lugar

-No te enojes Hanamichi, sabes que no lo dicen enserio- concilió un chico de cabello negro verdoso 

- las alabanzas vienen de muy cerca- dijo al aire Kaede llamando la atención de todos. Miró una vez más el recinto con desdén- demasiado para ser verdad, mira este sitio

-con que esas tenemos Zorro- los otros se tensaron con el sobrenombre, demasiado atinado para su gusto- Si no te gusta puedes largarte,  quien querría trabajar para un tipo tan antipático como tú, zorro apestoso-dicho esto dio media vuelta

-oye, espera-se apresuró a decir Akira

Volviéndose hacia los muchachos dijo:

 -busquen otro lugar, aquí no atendemos a zorros apestosos- y se alejó

-tenías que abrir la boca-reprochó Akira a Kaede

-que no te afecte, es un torpe-murmuró Kaede-vamos a otro sitio

Hanamichi, que les oyó a la distancia como si tuviera un amplificador de sonidos en el oído, se volvió y les gritó:

-¡no encontraran un condensador para una Cuarz-1 en otro sitio!- dio un respingo antes de retomar  su andar y desaparecer en lo que suponían era la oficina.

-¿lo oíste?-protestó Akira-se supone que estamos apurados en salir de aquí, ¿qué pasa si lo que dijo es verdad?

Kaede fue de regreso por donde vino

-vamos a otro taller, sólo es un bravucón

Akira tuvo que seguirle los pasos

 

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   Para Magema y el resto de ladrones que esperaban en el punto de reunión, había pasado el tiempo suficiente y del zorro negro y su grupo ni sus señas. La probabilidad de que hubiesen sido capturados era grande ya que cuando se separaron la policía los perseguía muy de cerca

 

-¿Qué haremos ahora?-preguntó Koshino

Magema alzó la mirada y vio a cada una de las personas con él, incluyendo al hombre infiltrado en la nave carguero: Hikoishi Aida, un policía, o más bien, un ladrón policía y que fuera el contacto que le aprovisionó de la información del transporte

 

-supongo que ya todos los saben-emitió-el plan falló, tenemos una carga demás con nosotros y le pertenece a Fujima. Nuestro objetivo será ahora hacer la entrega de ésa parte del botín y buscar a los demás.

 

-no va a gustarle que sólo entreguemos una fracción de lo que pidió-Mitsui señaló desanimado-además hay que ver si reacciona, esa idiota le dio un golpe que quizás la deje tonta por el resto de su vida

 

-nunca hemos fallado, y aunque los hayan atrapado sólo tememos más trabajo: rescatarlos,  zorro negro haría lo mismo por cualquiera de nosotros. El resto del botín, sólo será cuestión de tiempo... tampoco debemos especular antes de tiempo, podrían estar a la deriva u ocultos en algún lado, los encontraremos de todas formas.

 

-está bien-dijo Koshino, sentándose y fijando nuevo rumbo de la nave-no perdamos tiempo entonces

 

-ve con la chica-señaló Magema a Mitsui- asegúrate de sedarla

 

Mitsui asintió y con un gesto de cabeza señaló a Hikoishi que le siguiera. Siguieron por el estrecho corredor de la nave, bajaron las escalerillas, pasando al pasillo de un nivel bajo. En el tercer camarote la chica se encontraba tendida en un cubículo desde que la trajeron a bordo.

Hikoishi se apresuró en examinar la marca en su cara que ahora se mostraba como una mancha amoratada. Haruko podía ser una salvaje cuando quería.

La chica dormía, lo constató, sin embargo, Mitsui, sin previo aviso, le inyectó el sedante en el cuello; ella se removió un poco y siguió durmiendo.

 

El chico sólo miró al otro que tras lanzar la pistolilla sobre un aparador, salió del  camarote. Le imitó más tarde sólo para ser acorralado contra la pared por una mano que se aferró a su cuello al tiempo que sentía la leve presión de un arma contra su sien

 

-creí... que eran ladrones... no asesinos-apenas emitió Hikoishi por la sorpresa del asalto

 

-no matamos a menos que sea necesario-explicó Mistui con un tono de muy pocos amigos-no nos fiamos de ti y lo conveniente ahora sería dispararte y lanzarte al espacio

 

-n-no -tragó aire con dificultad, la mano en su cuello había ejercido más presión-Aki...ra...-

 

-¿Qué hay con Akira?-cedió un poco en su fuerza para permitirle hablar. Hikoishi tosió

 

-él, lo conozco-

 

-¿qué tanto?

 

-lo suficiente como para meterse en su cama-Intervino Koshino quien llegó de pronto. La mirada del policía fijó sus ojos asustados en éste-es su amante o cómo le llames-finalizó

 

Mitsui desvió la vista hacia su compañero

 

-y lo dices así de fácil, ¿ni siquiera te molesta saberlo?-

 

-lo sé y ya, lo demás a ti no te importa-dijo Koshino con voz seca-pero hay una cosa que quiero saber-continuó y también le puso su arma al otro lado de la cabeza-¿a quién le eres fiel?,¿ a Fujima, a la policía o...?

 

 

-a Akira-señaló Hikoishi con rapidez, luego se corrigió- a ustedes, sólo a ustedes-

 

Koshino presionó el cañón de su arma con fuerza y le dijo en una amenaza:

 

-más te vale que así sea o sino sabrás de la mano del propio Akira lo que significa traicionarnos-finalizó y le quitó el arma de la sien. Tras darle fea mirada de advertencia al chico, Mistui le imitó, después le obligó a andar delante de él y volver a la sala de control de la nave.

 

 

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     Conforme iban de taller en taller, se encontraron con que lo que dijo ése pelirrojo era cierto. Él era el único que tenía la refacción que necesitaban

-perdimos el tiempo-se quejó Akira-tuviste que joderla

-no es mi culpa que sea un idiota

-a ver- Akira se tomó el mentón en pose pensativa,- lo tuyo son las tranzas en los negocios, es Magema quien siempre se hace cargo de estas cosas. Conclusión: tipos como él, impulsivos, muy diferente a la gente con que sueles tratar se molestan demasiado con tu forma de hablar-

-por qué entonces no vas tú con tu ‘sonrisita' a tratarlo y convencerlo para que nos venda el condensador-

-lo iba a hacer pero metiste las patas con tu comentario. No tenías por qué.... pero está bien, veré si lo convenzo.

Akira dejó atrás a Kaede. Estaban frente al último taller que visitaron. Estuvo de vuelta casi veinte minutos después. Kaede se encontraba con la espalda apoyada en un muro, como dormitando

-El tipo dice  que quiere tus disculpas o no nos venderá el repuesto

Kaede se hizo el desentendido, esto molestó a Akira

-vamos, no es como si fuera muy difícil, ve allá y pon la misma cara que pones con esa zorra. Ella parece caerte mal pero igual que le haces los favores-

Kaede miró a su amigo con enojo y despegó la espalda del muro. Sin una palabra fue de regreso al taller.  Hanamichi le salió al encuentro seguido de sus compañeros.

-supongo vienes a dar una disculpa-

-no-

-¿no?

-no-

-entonces piérdete-el pelirrojo dio media vuelta pero sintió un agarre en su brazo

 -necesito ese repuesto, pero jamás le pediría perdón a un tipo como tú

El pelirrojo se soltó del agarre con brusquedad

-¡Qué dijiste!-le espetó. Sus ojos desprendían llamaradas de enojo. Kaede le miraba de la misma forma.

-Eres tan torpe que si te dejara tocar mi nave, seguramente la dejarías peor

-¡Eres un maldito! - Hanamichi se iba a lanzar sobre él, pero sujetándolo entre todos, sus amigos lograron detenerlo-¡suéltenme, voy a romperle la cara!

-¡No Hanamichi, tranquilízate!- decía Yohei, el de pelo verde

-Vámonos Akira, no necesitamos de un tipo como él

-¿Y qué se supone que haremos?

-¡Ven acá maldito, ni creas que vas a huir!- gritaba el pelirrojo todavía sostenido por los otros

Kaede no le hizo caso y comenzó a alejarse, Akira no tuvo opción más que seguirlo.

-¡Dije que no te fueras!- de cuatro cabezazos se liberó de sus amigos y fue tras Rukawa

Hanamichi lo tomó del hombro y le dio a vuelta antes de lanzarle un puñetazo en la quijada.  Que hizo trastabillar a Kaede.

Akira se sorprendió, no había conocido a alguna persona que tomara con la guardia baja al Zorro negro, menos  que le diera semejante golpe. Sin embargo, el de ojos violetas no era el único sorprendido,  los amigos de Hanamichi también lo estaban, nunca habían visto a alguien soportar los golpes del pelirrojo.

Kaede estaba furioso, pero eso no se quedaría así. Se enderezó y, tomando impulso, le dio un derechazo a Hanamichi, quien al no esperarse correspondido, cayó de espalda al suelo, se levantó y se lanzó a golpes contra Rukawa.

Apartir de allí fueron derechazos, patadas,  ganchos y cuanto golpe fuera posible. Rodaban por el suelo y se levantaban para seguir  golpeándose. Los demás intentaron detenerlos llevándose varios golpes en el proceso. Los vecinos de los puestos y talleres cercanos salieron de sus negocios para ver que ocasionaba tanto escándalo. No les sorprendió ver al problemático pelirrojo peleando, pero todos se preguntaron quien era ese que luchaba con él a la par.

Cuando finalmente los separaron tenían raspones y moretones en la cara.

-¡Ya verás maldito Zorro!- decía Hanamichi sacudiéndose para que sus amigos lo soltaran

-jo, Jo, jo-

La particular risa de un viejo canoso y gordo se oyó a las espaldas del pelirrojo, era el señor Anzai,  los vecinos se tranquilizaron al verlo, era la única persona capaz de meter en cintura a ése pelirrojo.

-Sakuragi, no es conveniente que trates así a los clientes, debes ser más amable -le aconsejó

-¡claro que no gordito! ¡Éste zorro engreído se atrevió a hablar mal de mí y de mi taller!- le dio otra mirada fulminante a Kaede

-Esa no es razón para llegar a los golpes, todo puede arreglarse hablando. Recuerda que además tenías prometido no meterte en más problemas-Hanamichi desvió la mirada, dejó de moverse y bajó los brazos derrotado-¿Qué necesita?- preguntó dirigiéndose a Rukawa y su acompañante

-refacción y reparación para mi nave-le respondió respetuoso

-Sakuragi, sólo haz tu trabajo-

-Lo haré... ¡Pero sólo por ti gordito, no por ése apestoso zorro ni su amigo el puercoespín!-

-¿Puercoespín?- dijo Akira sorprendido por el apodo

-así me gusta, jo, jo, jo- rió el señor Anzai

-"aparte de idiota es irrespetuoso con el anciano"-pensó Kaede

-trae tu nave. Te costará el doble por el mal rato-le dijo serio Hanamichi y se alejó para seguir con su trabajo. La multitud de metiches también regresaron a sus ocupaciones.

-es raro que alguien le caiga mal.- le dijo el viejecillo a Kaede-. Ve muchacho y remolca pronto tu nave hasta acá antes de que cambie de opinión-

-está en el desierto, a unas quince millas. Necesito remolque-

-pues entonces-se volvió y le hizo un gesto a otro muchacho para que se acercara-Yohei, el joven necesita  remolcar su nave

-es una Quarz, no es grande-informó Kaede

-yo me encargo- y presto, el joven se metió al taller- espérenme aquí

-todo arreglado.- dijo el viejo

-muchas gracias, señor- dijo cortésmente Akira

-jo jo jo, no hay de qué jovencitos, no hay de qué- y se alejó caminando

 

 

 

Notas finales:

Se despiden Osa y Neko c/b

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