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Prohíbido asomarse al interior: Tohma Seguchi por Sinideas

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Notas del fanfic:

 bueno, pues espero que esta vez si salgan mis correcciones...en fin... si alguien me orienta en estas cosas serìa genial,

 Gravitation le pertenece a MAki Murakami

Notas del capitulo:

 

 Pues si alguna vez has estado molesto con alguien y hasta lo has odiado, aunque en realidad lo quieras demasiado..pues si es asì, estás como Seguchi

 

 

-          Ya te lo dije Tohma. Esto es algo importante. Yo se que te gusta protegerme, pero ya no soy ese chiquillo. Crecí y tengo una vida aparte y decidí que a pesar de todo el estrés que pueda ocasionarme Shuichi es mi pareja.

-          Lo entiendo Joven Eiri - le dijo mientras le dirigía una bella sonrisa 

Eiri Uesugi cerró la puerta mientras el dueño de NG Records  se sumergía  en sus pensamientos, se le veía muy serio, cansado y con un poco de asco en la mirada. Revolvió unos papeles de su escritorio y encontró una fotografía vieja, de cuando el hombre que acababa de salir lo respetaba y le tenía un poco de amor. Se sintió embargado por una tristeza profunda. 

Heme aquí, Tohma Seguchi, humillado una vez más por el tarado de Shuichi Shindou, ese niño idiota que sólo sabe decir ‘Yuki, Yuki’, Ni siquiera le habla por su verdadero nombre y Eiri le regala sonrisas y le abre su corazón, mientras que a mí, siempre que puede me recuerda que ‘Shuichi es importante’. 

Prácticamente quiere sacarme de su vida a patadas, cuando fui yo quien todos estos años lo protegí, vi por sus asuntos y hasta me he manchado las manos de sangre con tal de que su estabilidad emocional se encuentre bien y ahora llega un niño gritón que descontrola su mundo y me lo roba.

 Es muy injusto. ¿Acaso en verdad seré el malo de la película? ¿Quién no permite su verdadera felicidad? ¿Cuál fue mi pecado? Velar por él todos lo días, hasta en los momentos en los que no deseaba que nadie se le acercará por sus frustraciones.

 Me gustaría que regresaran esos años cuando él y yo éramos inseparables y las sonrisas y los abrazos, hasta las gracias me pertenecían. Cuando jugábamos y él, apenado por sus escritos incipientes, me los leía a mí, para después darle mi opinión. 

Nos conocimos por mera casualidad, por una estupidez del destino. Siempre lo vi como un hermanito, aunque sé, que me critican y odian porque en sus mentes no llegan a comprender el verdadero significado de mi amor por él. Una vez Mika me echó en cara que yo quería más a Eiri que a ella y aunque le pedí perdón y le prometí que sólo ella y el bebé serían mi prioridad, me pidió que siguiera cuidando de su hermano.

 Aunque yo quiera separarme de él, algo me regresa, incluso el mismo Shindou con sus idioteces me obliga a voltear a donde Eiri para cuidarlo.

 Soy un idiota. Tengo esposa, un hijo y todavía sigo pensando que mi cuñado necesita correr a mis brazos cada vez que se siente triste. Tal vez sea la forma de aliviar la culpa que siento. Si no hubiera sido por mí, ese maldito de Kitazawa no hubiera entrado a nuestras vidas destruyéndolas por completo.

 Nunca confíe en él y sin embargo cuando se convirtió en el maestro, en su maestro, yo no hice nada, pude quejarme o decirle que ese tipo era un idiota o no sé. No, no hice nada con tal de no desalinearme un cabello y seguir mostrando ante todo, mis estúpidos modales inservibles.

 Cuando me enteré, Eiri, que en realidad lo que escribías era para él, me enojé mucho. ¿Él merecía tus cuentillos y yo qué? De nada servía que te hiciera tu comida, soportará tus quejas de puberto enamorado, tus juegos, tus películas, tus hartantes historias de cuando el profesor te felicitaba…. Sabes qué...

 ¡Tienes toda la razón! Eres un hombre hecho y derecho y si tu decisión fue quedarte con el mocoso mal teñido, pues es tu problema y si decidiste amar a Kitazawa antes que a mí pues también. Además ¿a quién se le ocurre ponerse el nombre del maestro muerto y encima si tú lo asesinaste? Lo único que querías era hacerte más daño. No olvidarlo jamás. 

Suguru me dijo una vez que era un ‘manipulador incapaz de comprender los verdaderos sentimientos del joven Eiri’, qué sabe ese niñato inútil, si él ni siquiera tiene una personalidad propia, sueña con ser como yo, como Shindou en un principio. Todos deseaban ser como el magnífico Seguchi y después se esfuma ese deseo.

 No soy malo, a todos nos gusta sentirnos superiores a los demás, siempre queremos más, al menos que seas un gusano, pero si no, la ambición siempre está presente, y cuando alguien se muestra tal y como es, salen los hipócritas culpándote de su infelicidad.

 ¿Por qué recuerdan lo malo y no lo bueno? Yo soy aquel que le dijo a Shuichi que se le alejará de Eiri, pero también quien lo ayudo en el programa de concursos, fui yo quién lo amenazó con destruir su banda, pero también fui quién le pidió a Noriko que los ayudará como su nueva arreglista para que se convirtieran en profesionales. Ahora los Bad Luck se regocijan en su popularidad, pero no recuerdan quien les dio la mano. 

A veces siento que todos están en mi contra. Y los odio a todos. Hasta Ryu y Noriko se fueron del lado de ese enano pelirrosa, porque yo estaba cambiando. ¡por favor! Parece que es cierto que todo aquel que entra en contacto con él cambia, y yo no mejoré me atasque en mis sentimientos y mi culpa. 

¿Por qué culpar a Shindou cuando ambos podemos unirnos para odiar a Kitazawa? ¡Qué idioteces pienso! Ese maldito tuvo la culpa de todo y yo sigo peleando con el novio de Eiri, en lugar de buscar la manera de salir del bache.

  Yo tuve la culpa. Perdóname Eiri, cuando te vi ahí, hecho una piltrafa, por ese a quien admirabas y le mostrabas tu amor, en quien confiaste… y el cuerpo del maldito a lado desee que no lo hubieras asesinado tú y yo haberlo matado con mis propias manos, porque eras tan sólo un niño y no pude hacer nada para aliviar tu dolor y mi estúpida reacción fue sobreprotegerte y no dejarte vivir.

 No tengo remedio, me sigue doliendo. Ser un inútil es lo que más me pesa, no haber llegado en el momento preciso y después de tantos años, ahora soy yo, él que no te deja ser completamente feliz. 

“Nadie nos pertenece, salvo en el recuerdo” dijo John Updike y no estaba tan loco ese escritor paisano de K, el Eiri que yo conocí, al que quiero, está en mis recuerdos, él me pertenece ahí y todavía me necesita y nunca me dirá que lo deje en paz. Quizá algún día me pueda llevar bien con ese cantante, pero por ahora lo vigilaré para que no lo dañe 

Tocaron la puerta, Seguchi contestó instintivamente, mientras guardaba la foto.

 -Señor Seguchi- preguntaba Shuichi desde la puerta- me permite unas palabras

- Si

- Ehhh, yo, bueno …yo no quiero que estén molestos por mi culpa

-Nunca nos molestamos de verdad Shindou, no tienes porque preocuparte, lo que tenemos no lo entenderías…

- Ehh bueno….- se sintió apenado por su atrevimiento

- Mira Shindou es mejor que te vayas a ensayar, el nuevo disco debe quedar perfecto y espero que vendan más de cinco millones- le dijo mientras le sonreía tranquilamente

-CINCO MILLONES!!!!!!

- Yo sé que pueden, ahora déjame trabajar – otra vez sonreía

-De acuerdo 

Shuichi salió muy triste de la oficina del presidente, después de todo nunca lo aceptaría para estar cerca de Yuki

 -Te lo dije, no era necesario

-Yu..Yuki, creí qué…

- Déjalo Baka, nunca nos molestamos de verdad, no tienes porque preocuparte, lo que tenemos no lo entenderías. 

El cantante se quedó con los ojos como platos, tenían razón, él no entendería.

Notas finales:

LA verdad yo nunca he odiado a Tohma, aunque a veces sea medio odiosillo.  Bueno...tambièn es mi primer fic y pues se me ocurriò mientras mi profesor nos gritaba...  espero que lo lean con los espacios...la verdad no se como subirlo????


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