Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

EASY ACTION por gravi chan_reloaded

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Hola aquí estamos después de un largo tiempo de ausencia jajaja n_nU

Este one-shot quedó un poco largo, pero esperamos sinceramente que sea de su agrado, porque nosotras creemos que en algún momento todos hemos pasado por un día así o un viaje así jaja así que esperamos que los disfruten y que si tienen time nos dejen un review con su comentario, por fis XDDD

Así que no les entretenemos mas y pasen a leer... dosdo ^_^ 

Notas del capitulo:

 

 

 

 

EASY ACTION

 

Esa mañana el pelirosa despertó después de haber dormido apenas un par de horas, pues la emoción que sentía en su estomago no le había permitido conciliar el sueño de una manera tranquila. La razón, la larga espera por fin había terminado; el tan esperado día había llegado. Entonces, el de ojos amatista esbozó una gran sonrisa cuando vislumbró los primeros rayos del día filtrarse por las cortinas aún cerradas. 

 

Momento en el que el de cabellos rosados silenciosamente se incorporó, cuidando de no hacer el más mínimo ruido para no despertar al rubio de ojos dorados, quien todavía dormía tranquilamente debajo de las mantas con su rostro hundido en la almohada. En ese memento caminó de puntitas para dirigirse a la puerta, cuando un escalofrió lo paralizó al haber escuchado algunos murmullos indescifrables que el escritor musitó entre sueños. El cantante de BL giró su rostro lentamente para cerciorarse de que su amante todavía durmiese, dejando escapar un suspiro de sus labios cuando lo confirmó, saliendo de la alcoba para cerrar la puerta de tras de si.  

 

Recorrió el pasillo hasta llegar a la cocina en donde sacó de una de las vitrinas un par de tazas que dejó sobre la mesa, mientras entonaba su nuevo sencillo próximo a estrenarse de nombre "Easy Action". Entonces, se giró para poner un poco de café observando cómo lentamente se llenaba el contendor de cristal, inundando todo el ambiente del apartamento de un delicioso aroma, característico de la bebida recién hecha. Momento en el que recordó que aún debía preparar el desayuno, dejando escapar un suspiro de sus pulmones ante ese osado pensamiento.

 

Momentos más tarde el de cabellos rosados sonreía ampliamente al observar los alimentos que ya tenía listos sobre la mesa, al ver que no tenían tan mal aspecto pero su sonrisa desapareció cuando deseo que de igual forma fuesen comestibles. No obstante, ese día nada podría quitarle sus ánimos por lo que se encaminó en dirección a la alcoba del rubio, llevando en una de sus manos la humeante taza con café. Lentamente abrió la puerta llevándose una sorpresa cuando no halló sobre la cama al ojiambar durmiendo, instante en el que un quejido salió de su garganta.

 

-Yuki... ¿Dónde estas?- Preguntó después de haber dejado la taza sobre la mesita de noche.

 

Pero en el momento en el que se giró, se estrelló accidentalmente con el escritor de ojos dorados, quien después de haber salido del cuarto de baño sigilosamente se había acercado hasta el moreno para sorprenderlo cuando se girase a buscarle, lográndolo fácilmente pues después de algún tiempo, era obvio predecir las acciones de su amante.

 

-Me has dado un buen susto Yuki- Dijo cuando envolvió el bien formado torso del rubio con sus brazos.

 

-Lo sé, así debes tener la conciencia- El ojiambar esbozó una sutil sonrisa con las palabras que había dicho, emitiendo posteriormente un quejido cuando el ojivioleta encajó su dedos en su espalda baja -Agh ¿Qué te sucede? -

 

-Mi conciencia está tranquila, tú eres el que no debe tener porque me tratas muy mal- Lo miró con una expresión exageradamente melancólica, como ya era su costumbre cuando estaba por comenzar una serie de lamentos estruendosos.

 

-¿Huele a café?... Me has traído un poco ¿No es así?- El novelista se apresuró a dar una respuesta al pelirosa para cambiar la expresión de su rostro.

 

-Sí... te he traído una taza con café- Entonces, antes de que se girara para tomar de nuevo la taza con la bebida, fue sorprendido por un ágil movimiento del ojiambar, quien tomándolo entre sus brazos unió sus labios en un intenso beso, que correspondió el vocalista abrazándolo cariñosamente.

 

Momentos más tarde, ambos amantes habían terminado sus alimentos, los cuales inesperadamente en efecto fueron comestibles. Por lo que ahora, el pelirosa lavaba la bajilla mientras el escritor lo observaba desde el umbral de la puerta de la cocina, dando ocasionales fumadas al cigarrillo que tenía entre sus dedos. Repitiendo mentalmente, esa tonadita que le había escuchado cantar al ojivioleta en el desayuno, arqueando una de sus cejas cuando él mismo se percató de ello al mismo tiempo que dejaba salir el humo de sus labios.

 

-Oye ¿Sabes una cosa?- Hizo una pausa en la que dio una fumada al cigarrillo -He estado pensándolo mejor y... deberíamos cancelar el viaje de hoy-

 

El vocalista de Bad Luck al escucharlo, se giró lentamente dejando caer de sus manos accidentalmente el ultimo de los platos que causó un estruendo al estrellarse en contra del piso.

 

-¿Qué, qué?- Sus amatistas reflejaban lo que bien podría decirse cómo fuego -Ni si quiera lo pienses, he estado esperando esté viaje por dos meses y no lo vas a cancelar hoy...- Su mirada era falsamente sería, pero precavida -¿Me escuchaste Yuki Eiri?-

 

-Que mal caracter tienes - apagó su cigarrillo en el cenicero que estaba sobre la mesa, para acercarse lentamente con una mirada seductora en sus pupilas doradas -Deberías tener más sexo conmigo, para ver si te cambia-

 

-¿Más sexo?- Un fugaz brillo se vislumbró en las amatistas, recordando instantáneamente la última vez en la que no pudo dormir por esa misma razón.

 

-Sí, ¿Qué no te agrada la idea?- Se acercó hasta sus labios para delinearlos sugestivamente con la punta de su dedo.

 

-Yo... yo... creo que...- El moreno simplemente se quedó sin posibilidades de musitar palabras ante esas sinceras palabras y acciones del rubio.

 

-Pero, sólo era una broma- Una sonrisa triunfante se dibujó en sus labios, al ver en el rostro del ojivioleta la decepción total -Apresúrate para irnos ya... o ¿prefieres qué nos quedemos?- 

 

-... Por su puesto que no, iremos a ese viaje...- Se mostró seguro en sus palabras.

 

Algunos momentos más tarde el rubio se encontraba en el sofá de la sala del apartamento, esperando a que el cantante de BL terminara de arreglarse pues las maletas ya se estaban colocadas en el portaequipajes del lujoso auto convertible de Mazda, que adquirió el pelirosa hacía algunos meses. Entonces, por fin salió de la alcoba llegando hasta el recibidor mientras parecía flotar de la emoción. En ese instante el novelista arqueó una de sus cejas al verle en tan peculiar estado, preguntándose en qué tan conveniente sería hacer ese viaje y pasar tres días alejado de su portátil. De cualquier forma, ya se lo había prometido, por lo que resignado se incorporó para apagar en el cenicero del centro de la mesa, el resto de su último cigarrillo de la cajetilla que esa mañana recién abrió.

 

Salieron juntos para posteriormente cerrar con los seguros el apartamento para dirigirse al elevador, el cual esperaron por algunos momentos a que abriera sus puertas, entraron en silencio y cuando estas se cerraron, el de ojos amatista intempestivamente se abalanzó sobre los pálidos labios del escritor en un beso demandante, hasta que el sonido que les anunció llegar al nivel del estacionamiento finalizó ese agradable contacto.

 

Llegaron hasta el auto negro, inusualmente tomados de la mano, el cual encendió y apagó sus luces cuando los seguros se quitaron. Momento en el que el ojiambar, soltó la mano del moreno para lograr quitarle las llaves, pues ya estaba decidido que él manejaría. Se subió al auto aguardando a que el ojivioleta hiciese lo mismo y cuando se escuchó el sonido de la puerta cerrarse, el sonido del motor continuó.

 

-Te recuerdo... ya habíamos quedado que esa era mi condición- Arregló el espejo retrovisor para observar esa enigmática mirada dorada en el reflejo -Tu carro, yo manejo- Esbozó una sonrisa en el momento en el que el lujoso auto inició su camino.   

 

El de cabellos rosados después de ese argumento no pudo decir nada más, pues en esos términos habían quedado algunos meses a tras cuando planificaron el viaje. Salieron de la zona más transitada de Tokio, mientras el flamante auto deportivo negro hacía gala de sus cualidades motoras, al aumentar la velocidad cuando entraron a la autopista. Ahora recorrían el camino rodeados de hermosos paisajes, mientras dentro del carro la música que había elegido el rubio los acompañaba.

 

Ya habían recorrido la mitad del camino, pronto estarían en el tranquilo poblado que les había recomendado el presidente de NG Records. No obstante, tenían que tomar una salida que estaba un poco oculta, según los previno el rubio de ojos verdes, por lo que ambos al encontrarse cerca de la zona mencionada, prestaban toda su atención al camino para poder virar en el desviación. Entonces, el sonido de uno de los sensores del carro se encendió para avisar la falta de combustible, ya que a la velocidad que viajaban se había consumido más rápido de lo normal. Además de que era obvio, el hecho de que haber salido a autopista sin haber pasado a llenar el tanque.  

 

-Shuichi, dime ¿Qué fue más importante para que olvidaras qué tenías que llenar el tanque del carro?- En ese momento, el rubio observó esa luz que se encendió en el tablero seguido de las pupilas amatistas, instante en el que esa distracción bastó para que pasaran de largo por la desviación y seguirse de frente, sin que se ninguno se percatara de ello -Más vale que tengas una buena excusa- Sentenció

 

-Eto...Pensé que tú te habías fijado cuando salíamos -

 

Lo cierto, era que en efecto el pelirosa se había olvidado de llevar el carro la noche anterior a la gasolinera para ponerle suficiente combustible y poder hacer el viaje en carretera sin problemas.

 

Entonces, el rubio decidió orillarse en el camino, momento en el que apagó el motor para bajar y hacer una llamada, mientras era observado desde el interior del auto por el moreno a través del espejo lateral del conductor, pero cuando le vio girarse llamándole con una sutil señal de su dedo y una mirada completamente amenazadora, el cantante tuvo que bajar para observar lo que quería mostrarle el ojiambar.

 

-Esto es verdaderamente genial, el móvil no tiene señal...- El rubio le mostró la pantalla -Dime que el tuyo si tiene cobertura-

 

El vocalista se apresuró a dirigirse al interior del vehiculo para sacar su móvil y verificar si tenía mejor suerte, pero sus esperanzas se esfumaron rápidamente

 

-Noup, tampoco tiene señal- Su rostro reflejaba el terror en espera de las palabras del rubio.

 

-Espero que tengas suficiente suerte para que lleguemos- El rubio situó sus manos sobre el toldo con el celular entre sus manos, mientras observaba al moreno al otro lado del auto -No debemos estar lejos y espero que la reserva de gasolina sea suficiente-

 

Entonces, ambos amantes volvieron a subir al interior del auto colocándose el pelirosa el cinturón de seguridad seguido del novelista, quien posteriormente echó a andar el motor pero en ese momento el intentó falló, una vez más se escuchaba el motor tratando de ser puesto en funcionamiento bajo una estresante espera. Hasta que el rubio comenzó a reírse irónicamente al darse cuenta que ya no encendería el auto por la evidente falta de combustible, fatal momento en el que supo que ya no podrían continuar el trayecto.

 

-Te dije que lo llevaras a la gasolinera ¿Qué no escuchas a la gente?- No hacía falta decirle nada más, el tono de voz del rubio era completamente exasperado y molesto cuando se dejó caer en el respaldo del sillón.

 

-Gomen nasai Yuki- El moreno chocaba sus dedos entre si, pues sabía que ese incidente había sido su culpa.   

 

El escritor simplemente prefirió guardar silencio ya que ni todos los insultos que le vinieron a la mente cambiarían la situación, además que sabía tendría que resolver él mismo el problema, pues Shuichi no era de gran ayuda después de todo. El ambiente comenzaba a enfriar por esos solitarios caminos, ya que el trancito realmente era escaso por esa autopista, pues los destinos eran exclusivas propiedades lujosas o prestigiosos hoteles y en esa época del año no era muy visitada, razones que en un principio convencieron al escritor de hacer el viaje pero ahora lo estaba lamentando.

 

El novelista descendió una vez más, se encaminó hacia el portaequipajes en un acusador silencio mientras era observado sutilmente por el culpable del viaje arruinado, para sacar algunas cosas que podrían serle de utilidad, un abrigo, algunos cigarrillos más, cerciorándose de llevar su cartera, su móvil, seguido por el pelirosa quien tomó del asiento su pequeña mochila con sus cosas más necesarias que llevaba a la mano, aunque básicamente era lo habitual. En ese momento cerró el auto, el novelista guardó las llaves en su bolsillo y ambos caminaron juntos por la orilla del camino, en búsqueda de alguna caseta desde la que pudiesen solicitar ayuda a los policías de camino o en espera de algún vehiculo que los pudiese llevar cerca de su destino. Ya que después se encargarían de hacer que alguien fuese por el carro para llevárselo.       

 

-Naaa Yuki es el segundo auto que pasa y no se ha detenido para llevarnos- El moreno se abrazaba así mismo ante las inclemencias del tiempo, ya que él no había llevado consigo algún abrigo que lo protegiese, pues se confió a que debía estar cerca del exclusivo destino.

 

-Seguramente es porque al verte en ese estado tan deprimente das miedo- El ojiambar se había recargado en una especie de muro de contención, mientras fumaba uno de sus cigarrillos.

 

-Entonces tú deberías pedir que alguien nos lleve- Decía protestando mientras se acercaba a él.

 

-Entones debiste haberme dejado a mí antes- En ese momento elevó su vista cuándo un auto estaba por pasar, observando con sus pupilas doradas a quien conducía, momento en el que cuando la distancia fue corta elevó fugazmente su mano en una señal que detuvo al vehiculo.

 

Así que momentos más tarde, habían logrado que el extranjero los llevará hasta un poblado cercano, siendo el idioma una dificultad que evitó los dejase en la zona turística que ellos esperaban, pues el extranjero no conocía muy bien esa zona por la que incidentalmente transitaba esa tarde noche. Momento en el que después de caminar algunos metros para tratar de ubicar el sitio en el que se hallaban, el escritor miró la pantalla de su celular, el cual aún parecía no tener cobertura. Por lo que decidió ver si el de su amante tenía mejor señal, pero su sorpresa se evidenció en su rostro cuando el moreno lo miraba con una cara de hambriento, por lo que su petición quedó en el olvido cuando el rubio decidió que era momento de buscar algún lugar en donde comer.  

 

-Arigatou... Yuki, moría de hambre- El moreno sonreía ampliamente después de que habían comido algo mientras tomaba del brazo a su amante, entonces recordó el celular el cual miró y para su sorpresa le anunció que ya no tenía mas carga, apagándose en ese instante. Recordando que el cargador se había quedado en su equipaje dentro del automóvil, sintiendo como un escalofrió se apoderó de todo su cuerpo al pensar en lo que le diría el novelista.

 

 -Por fin, tiene cobertura...- Sin dudarlo se apresuró a marcar un número del único que sin importar en donde estuviesen los encontraría -... Tohma?... no aún no estamos allí... quieres callarte y escucharme, el auto se quedó sin combustible... no sé en dónde estoy... Tohma?... Tohma?? - Miró la pantalla y una vez más, la cobertura no era lo suficientemente elevada para hacer la comunicación.

 

Entonces, la noche había llegado a ese alejado e incierto poblado, por lo que ahora sabían tendrían que hospedarse en alguna de las posadas de allí, pero había un problema porque el novelista sabía de sus exigencias y no las tantas del moreno. Instante en el que a la distancia se observaba un anuncio con habitaciones disponibles, caminaron hasta allí para posteriormente tomar asiento en una de las bancas de la plaza central que estaba enfrente de la posada, meditando en si debían quedarse o no, pues ciertamente no era lo que el escritor tenía en mente.

 

Algunos momentos pasaron en los que el rubio fumó algunos cigarrillos, hasta que muy a su pesar se dio cuanta de que no tendrían otra mejor opción, entonces sacó su cajetilla de uno de los bolsillos del saco para descubrir que sólo le quedaba uno, sintiendo cómo un escalofrió recorría su cuerpo al imaginar pasar el resto de la noche sin su más conocido vicio. Momento en que el moreno se incorporó al darse cuenta de ello, tomándolo de la mano para guiarlo hasta un establecimiento que había visto con anterioridad y que por la hora era el único que mantenía sus puertas abiertas. Llegaron a el adentrándose con cautela, en busca de sus compras para esperar mas tarde a que cobraran el importen en el mostrador.

 

-¿Algo más que desee comprar señor?- El tendero colocó las cervezas, las golosinas del moreno y algunas cosas de baño en una bolsa de papel.

 

-Si quiero unos cigarrillos- Abrió su cartera preparándose para sacar el efectivo.

 

-Que suerte tiene ¿estos están bien?- Sonrió al poner la cajetilla sobre el mostrador -Son los últimos que me quedan ¿sabe?-

 

-Sí, no sabe que buena suerte hemos tenido el día de hoy... ¿verdad Shuichi?- Su tono de voz había sido completamente irónico, para después observar fríamente al vocalista de BL, quien pareció encogerse en hombros ante esa mirada.   

 

Después de haber hecho sus compras y registrarse en esa posada se encontraban en la mejor habitación que les habían podido ofrecer. El rubio había tomado una ducha, ahora se hallaba sentado en uno de los sillones con una toalla sobre sus hombros, con sus pantalones puestos pues el resto del equipaje estaba en el automóvil. Estaba fumando con una cerveza en su otra mano, inmerso en sus pensamientos, mientras aguardaba a que el moreno saliese del cuarto de baño.

 

Mientras tanto pelirosa se desvestía lentamente en espera de que el agua se atemperara lo suficiente para poder dejarse invadir por esa reconfortante sensación, instante en el que aún al sentirla algo fría tomó la llave para abrirla lo más que se pudiera. Entonces, cuando estuvo lo suficientemente caliente, se situó debajo del agua mientras recorría toda su piel, elevó su mano para regular la cantidad que salía y dirigirla más directamente a su cuerpo. Momento fatídico en el que de por si, si las cosas no le pintaban bien, escuchó el estruendo de la pieza al caer al piso e inmediatamente el intenso chorro de agua que salía sin control, casi ahogándole cuando elevó su rostro para ver lo que ocurría.

 

-Yuki ayúdame, me voy a ahogar!!!-

 

El rubio arqueó una de sus cejas ante la inusual petición del moreno, decidiendo ignorarla al considerarla imposible, pero al seguir escuchando los constantes quejidos del moreno y observar que el agua comenzaba a salir del cuarto del baño mojando la alfombra se apresuró a entrar. Entonces, su cigarrillo cayó de sus labios al ver lo que ocurría, tratando de acercarse para cerrar la llave pero en el intento resbaló, cayendo sobre el moreno quien accidentalmente se torció el tobillo al intentar mantener el equilibrio bajo el sonido del quejido de ambos.

 

Sin embargo, instantes después el escritor había logrado cerrar la llave, mientras ahora le extendía una toalla al de cabellos rosados para que se cubriera, cargándolo entre sus brazos para llevarlo a la cama cuando se percató de su imposibilidad para caminar bien, en donde lo dejó delicadamente para que se vistiera, mientras él secaba con la toalla de nuevo su cuerpo. Entonces, se quitó sus pantalones, sintiendo en ese momento lo que había guardado en una de las bolsas.

 

-Baka, baka guarde los cigarrillos en mi pantalón- Miró al moreno con una verdadera furia en sus pupilas doradas -Y se han mojado mis pantalones con tu jueguito...-

 

-Yo... yo iría a comprarte otros pero... en esté pueblo creo que ya todo está cerrado Yuki- Observó su tobillo sin que le importase la inflamación en este, pues de cualquier forma estaba dispuesto a enmendarse con el rubio por lo que se puso de pie para intentar caminar.  

 

Lentamente se apoyó para dar un par de pasos, pero el dolor se reflejó en su rostro, reacción que no paso desapercibida para esos ojos dorados que lo observaban desde la distancia. Entonces, se dio cuenta de que estaba exagerando todo lo que había sucedido y que hasta esos momentos sólo había logrado que el de ojos amatista realmente lo estuviese pasando mal, ya que en toda la tarde casi no había hablado además de que su rostro se veía triste.

 

-Déjalo ya Shuichi, no te preocupes- Caminó hasta él para tomarlo del mentón y hacer que lo mirara -No deberías caminar para que mañana estés mejor- Lo observó para inclinarse sobre sus labios y depositar un intenso beso que parecía quemarle si no se lo daba en ese momento.

 

Entonces, de los ojos amatistas escapó sin que se diese cuenta de ello una lágrima, que fue borrada por los pálidos labios del novelista cuando él la observó. Estrechando entre sus brazos el cuerpo del moreno quien aún se sentía afligido por haber trastornado de esa manera el tan esperado viaje, momento en el que se dejó inundar por ese aroma característico del rubio, al mismo tiempo que el calor de sus brazos comenzaba a reconfortarlo. Mientras el vocalista elevaba sus brazos para envolver el torso del rubio, quien correspondió con un demandante beso que unió sus deseosos labios por probar de nuevo ese sabor al que poco a poco se había hecho adicto.

 

Llevaba entre sus brazos al moreno para recostarlo sobre la cama, lo miró por algunos instantes mientras retiraba algunos húmedos flequillos de su frente. Cuando de pronto, desde la mesa del centro de la habitación se escuchó sonar el móvil del escritor, momento en el que rápidamente se incorporó para ir a contestar pues eso evidenciaba que la cobertura por fin llegaba a la señal del celular.    

 

-Moshi, moshi...- El novelista miró brevemente la pantalla para comprobar que siguiera teniendo cobertura, para posteriormente volver a intentar establecer una conversación, mientras era observado por las incrédulas pupilas del ojivioleta -Moshi, moshi!!!- Una vez más miró la pantalla para darse cuenta con horror que la batería se había terminado y que el cargador al igual que todo estaba junto al resto de su equipaje muy lejos de él.

 

-Creo que mejor deberíamos dormir ya- Definitivamente su tono de voz reflejaba la desilusión de ese tan ansiado viaje, cuando se recostó debajo de las mantas para tratar de conciliar el sueño.

 

-Si creo que tienes razón- El escritor caminó hasta la orilla de esa pequeña cama la cual tendrían que compartir -Mañana no me importa cómo, pero regresaremos al apartamento-

 

En silencio, ambos intentaban conciliar el sueño, cada uno observando hacía el lado contrario de la habitación, sin tener deseos de querer decir algo que pudiese cambiar el ambiente tenso de ese viaje o peor aún empeorarlo. Pues lo cierto era que ambos habían deseado pasársela bien en esos tres días. Entonces, el escritor recordó cómo esa mañana el pelirosa había demostrado su emoción y ansiedad puestas en ese viaje, momento en el que se giró para abrazarlo acercándolo hacía él para que sin palabras al menos hacer de esa noche un buen momento.

 

El cansancio se había apoderado de ambos amantes sin que se dieran cuenta de ello, pues después de haber tenido que pasar por todas las adversidades de ese día, ahora la noche parecía transcurrir en calma. Más tarde, los primeros rayos de sol se filtraban por las cortinas aún a medio cerrar, comenzando a molestarle al moreno a quien la intensa luz, lo hizo despertar para girarse en busca de la manta para cubrir su rostro en esa dura superficie. Momento en el que se percató que algo estaba mal, pues no recordaba que la cama fuese tan rígida.

 

-Yuki!!!- Exclamó estruendosamente cuando se incorporó del piso, sobresaltando al rubio que aún dormía sobre la superficie de aquella pequeña cama.

      

Entonces, en el instante en el que el ojiambar elevó su cabeza vislumbró al pelirosa a un lado de la cama, completamente enfurecido al suponer que él lo había tirado de ella. Dejándose caer de nuevo sobre la almohada al recordar en dónde se encontraban y lo fastidioso que había resultado ese viaje, por lo que sin tener deseos por iniciar ese día con discusiones se giró para darle la espalda al moreno. Quien después de ver esa actitud tan indiferente hacia él decidió tomar sus cosas para arreglarse y salir de la habitación.

 

Mientras tanto algo lejos de ese poblado, justo en el lugar en donde habían dejado el automóvil deportivo del cantante de BL, aún lado de el se encontraba el rubio americano, dando las indicaciones necesarias al equipo de "rescate y salvamento" que había implementado desde el día anterior para buscarles, hallando rápidamente el vehiculo gracias al dispositivo que ordenó se le instalara antes de que se le entregase al pelirosa cuando lo compró, dispositivo del cual él no tenía ni la menor idea. Ahora subían el auto negro a una de las grúas para remolcarlo, mientras el rubio de hermosos ojos azules de nuevo colocaba sus seguros para que lo subieran hasta el helicóptero en el que viajaba, para así continuar con la búsqueda que le encomendó personalmente el presidente de NG Records.

 

Lentamente tomó altura mientras observaba desde ese plano superior a los miembros de su numeroso equipo, mismos que continuarían la búsqueda desde la tierra para hallarles. En ese instante y con esa perspectiva echó a reír escandalosamente cuando desde el altavoz terminó de darles las indicaciones para esa misión, escuchándose su carcajada a grandes distancias pues desde hacía mucho tiempo el manager no tenía tanta acción, sintiéndose completamente complacido por ello.   

 

No obstante, el pelirosa seguía observando la pantalla de su móvil apagado, inmerso en sus propios pensamientos tratando de hallar una solución para avisarle al guitarrista en dónde se encontraban para que pudiese mandarles algún vehiculo y terminar de una vez con ese fracasado viaje. Momento en el que dirigió sus amatistas hacía la entrada de la posada, en donde vislumbró al rubio saliendo por la puerta para cruzar la calle, alcanzándole en esa banca en la que el pelirosa estaba sentado.

 

-No deberías estar tan molesto porque te tire de la cama- Tomó asiento junto a él sacando de forma sutil su cajetilla arruinada para ponerla de forma acusadora bajo los rayos de sol -Después de todo el viaje no ha sido tan malo, tú has estado a mi lado Shuichi-

 

-Demo...- El moreno dudó un momento en lo que debía hacer o responder ante esa actitud por parte del rubio.

 

-No digas nada- Situó uno de sus dedos sobre sus rosados labios para después tomarlo dulcemente del mentón -El próximo viaje yo lo planificare... te lo prometo- Y diciendo esto se acercó a sus labios para unirlos en un apasionado beso.   

 

Entonces, una fuerte corriente de aire removió su cabello acompañada del fuerte sonido de un helicóptero acercándose y sobre volando a baja altura, momento en el que tuvieron que finalizar ese agradable contacto para elevar su vista hacia el despejado cielo de esa mañana, mientras ambos se ponían de pie con una de sus manos sobre su vista para que la intensa luz no los impidiese observar con claridad. Vislumbrando en la alturas al rubio americano, quien al verles se asomó ligeramente desde la puerta con altavoz en mano.

 

-Shindou Shuichi y Yuki Eiri!!!... ¿Están bien?- Habló a través del alta voz, palabras que también se escucharon a la distancia. -Aguarden un momento, el helicóptero bajara en unos instantes-

 

Los amantes se miraron con terror al darse cuenta que lentamente estaba siendo rodeados por un grupo de fans, que al escuchar sus nombres centraron su atención en ellos, completamente desquiciadas amenazaban en irse sobre ellos, mientras el helicóptero del manager hacía lo posible por descender en esa área un poco complicada. Entonces el rubio arqueó una de sus cejas, mientras el moreno sentía el terror recorrer su cuerpo, momento en el que se tomaron de las manos para intentar emprender una carrera hasta dónde descendería el helicóptero con el americano, pero antes de que pudiesen llevar a cabo ese plan, el manager inesperadamente ya se encontraba a su lado con una granada en mano, misma que pareció controlar a la multitud cuando la observaron.

 

-Don't move- El rubio se dirigió a las fans mientras elevaba su mano, lanzando la granada que estalló al hacer contacto con el piso, liberando una sorprendente cantidad de humo que le dio la oportunidad de correr a los dos rubios hasta el helicóptero.

 

Pero en el camino, el ojiambar recordó que el pelirosa se había lastimado el día anterior el tobillo, por lo que al detenerse para buscarle y no encontrarlo a su lado, sin dudarlo detuvo del hombro al americano para indicarle que debía regresar. Logrando encontrar rápidamente esa cabecita rosada a unos metros de tras de ellos. Entonces el escritor lo tomó de la muñeca con la intención de ayudarle a caminar, pero en un movimiento imprevisto por los amantes el rubio manager había decidido que era más efectivo cargarlo, así es que ahora el moreno se quejaba al ir sobre los hombros del ojiazul como si de un costal se tratase.

 

Emitiendo un doloroso quejido cuando literalmente, el manager lo arrojó sobre uno de los sillones bajo la divertida mirada dorada, quien además no puedo evitar esbozar una sonrisa cuando vio los métodos poco ortodoxos del americano, momento en que él abdico de la atención del rubio al extenderle la mano para ayudarle a subir, haciéndolo casi en el aire pues un poco mas tarde y no hubiese logrado subir el escritor, ya que en ese instante el helicóptero se elevó para salir de allí.

 

Sin embargo, en el interior la situación un poco mas normal, el escritor y el cantante de BL respiraban más aliviados después de esa conmoción, ya que ambos ahora habían caído sobre los sillones para tratar de recuperar la tranquilidad, mientras ambos escuchaban reír escandalosamente al manager quien estaba dando el reporte "oficial" de los hechos al presidente de NG Records.

 

-Misión cumplida...tengo bajo mi custodia a los dos blancos perdidos... regresamos a Tokio- Y dejó el radio en su base girando su rostro con gran sonrisa en su labios, mientras les hacía la señal de la victoria.

FIN

 

Notas finales:

 

Jaja pues allí está y ustedes diran si nuestra teoria sobre el que todos hemos tenido un viaje así o un día así o al menos muy parecido es cierta.

Esperamos que les haya gustado y que nos dejen un review con sus comentarios XDDD y además esperamos poder en breve leernos otra vez MATTA NE

Olivia-chan y Diana-chan

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).