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Fantasías engañosas por Ranmak

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Notas del fanfic:

Esto salio despues de gritarle a los cienmil vientos cuanto odio a mi compañia de internet, eso es lo que surge cuando uno anda aburrido

Notas del capitulo: Solo salio despues de no tener internet durante 15 horas...

Fantasías engañosas

Por: Ranmak

 

 

Sentado ahí en una silla cómoda, con sus piernas entrecruzadas una encima de la otra, mirando por encima de su nariz  como sus dedos comenzaban a teclear en las finas teclillas de la laptop color blanca como el jarrón de flores de su lado derecho del escritorio de madera fina y bien pulida. Cómodo, siempre cómodo además de fino y elegante, Así era Seguchi Tohma, un hombre retacado siempre cabal. A veces con su izquierda tomando por los bordes de su típica taza de color carmesí con forma un poco elevada por las curvas, llevándolo a su boca dándole así un sorbo suave de su típico café bien negro. Después del café una menta para remplazar el mal olor que este dejaba en la boca de cualquiera, una sonrisa de medio labio y seguía escribiendo en el aparato. Eran las 18:27 PM de la tarde, el sol ya se estaba ocultado en el ocaso del edificio extremo color pastel, el consejo de industrias de diseño gráfico. La vida de el no había mucho que contar, después de todo era casi la misma rutina de siempre ¿No?

Siempre se levantaba tan puntual eso de las 8 de la mañana,  miraba a su esposa ahí acostada en su  extensa cama con colchas de seda que a veces había que remplazar con el satín, era barato y el no era del típico hombre que gastaba en cosas baratas  (Mika ,su esposa, siempre le decía en susurros que el dinero no siempre estaría de su lado y que en cualquier momento podría gastarse…en eso tenía toda la razón, por eso el Satín en días de lavado) ambos se levantaban de ellas y ella aseguraba en arreglarlos para después de un baño (cada uno por su lado) ir a tomar un desayuno que no era espeso pero no era de pobres. Un café bien espeso para el rubio y un café suave con leche con poca azúcar para ella. Bien arreglados, sentados ahí frente a frente pero sin verse. El con las manos ocupados, con el diario en la parte de entretenimiento, ella pues solo a veces miraba de reojo a su rubio esposo pero llevaba sus labios a la taza… pensando en la noche anterior, ¿paso algo?... siempre la misma pregunta. Pues aquí una respuesta concreta a las preguntas de la mujer.

 

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Con las luces apagadas de una gran habitación, solo se escuchaba por cada costado de ella gemidos y jadeos que se mezclaban con el olor a sexo por el todo el lugar. Mika, como siempre encima de el posando sus manos por encima del pecho de su esposo mientras con sus ojos cerrados mordía su labio inferior bien alineado con una marca bien cara de lápiz labial. Con sus caderas moviéndose en círculos de lado a lado, tan delgada bien formada, sus muslos bien contorneados, su extenso cabello castaño pegado por su frente y espalda que era mediadamente ahora arqueado por las envestidas de Tohma. Sin frenesí, porque a veces era sin frenesí que ellos dos hacían el “amor” porque para ella era hacer el amor con la persona que te dijo un ¡sí!  Cuando se habían casado por medio de la iglesia como todas las personas normales del mundo entero, pero para el solo era sexo que podría controlar con una pajeada o con su esposa presente, Solo que ella no lo sabía y espero jamás saber la verdad. Inclinando su cuerpo un poco hacia delante, apoyando sus palmas en el colchón hundiéndolo suavemente por el peso de ambos cuerpo por el, beso el cuello blanco de su esposa, dejándole marcas en ella, solo algunas no exagerando como antes. Mientras ella seguía gimiendo el pensaba en un solo una persona con cual siempre quiso comparte la cama. Su cuñado, su mas preciado tesoro del mundo, Eiri Yuki, sonrió al solo pensar que era él el que estaba encima de el moviendo sus caderas apoyando sus manos por sobre encima de sus hombros gimiendo pidiendo más y más al solo sentir aquel pedazo de carne menearse en forma formidable por debajo de su cuerpo. Aunque no lo pareciera, aunque fuera más alto, mas grande y mas serio que Tohma, el era el menor de ellos y por ende el que debía ir abajo, porque, a pesar de que Tohma sea un hombre de 32 años y aun “joven” por su expresiones físicas el controlaba siempre las situaciones, así sea en sexo o sea por trabajos, siempre los controlaba. El viento soplaba por esa ventana moviendo las cortinas transparentes entrando a la habitación soplando por los cabellos de los dos rubios que no dejaban de gemir por el sexo descontrolado por encima de la cama. Revolviendo las colchas, los pies moviéndose de lado a otro, dedos puntiagudos por Yuki, su boca abierta pidiendo por más, dejando escapar hilillos de saliva por los costados de sus labios. ¡Oh! que placer mas placentero para él que tener a semejante cuñado acostado encima de el haciéndole el amor rico y suave…su fantasía, hasta sentir terminar por completo y despertar del encantado sueño. Mika ahí encima de el, tomando aire por el “ejercicio”, cayendo lento por su cuerpo, ambos respirando el mismo aire, lo que les faltaba, dos palmadas en su costado derecho del hombro blanco de ella y un beso en su mejilla. Siempre lo mismo, eso era el final.

 

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Volviendo a la realidad solo estaba el mirándole con esos ojos verdes esmeralda y una media sonrisa llamándole para que pisara tierra como varias veces en las mañanas. Y como siempre, el por su lado y ella por el otro, la misma rutina de siempre. ¿Quién no había soñado con follarse a el presidente de la compañía disquera? La misma historia y varias fantasías por varias cabezas, entre ellas un muchacho de solo unos ¿18 años? Su propio primo que deseaba vencerlo a toca cuesta al tocar el teclado de sus pianos de alto lujo en los conciertos, siempre queriéndolo superar, pero era envano, Tohma era insuperable.  En el baño ahí mirando caer las gotas de lluvia por la pequeña ventana cerca de la bañera, acostado, apoyando su nuca en una suave toalla que servía como almohada ahí pensando en lo delicioso que había sido tocarse pensar en su propio primo, aunque sonara incestuoso en el país donde habitaba nadie hablaría ni diría nada por las cosas que uno pienso o hace, por eso, se alegro de vivir donde vivía. Desde pequeño lo iba a visitar ,tocaban el piano juntos y el percusión luego eso a la edad de los 10,  a esa misma edad donde comenzó a ver a Tohma como algo mas que un familia y un amor más allá que el deseo.

 

Oh Tohma- Murmuro la mirar una gota entra a la bañera, perderse entre el agua llena de la tina que tenia burbujas por montones.

 

Aun lo recuerda, un deseo con el ahí en ese bañera tallándole la espalda con cuidado, con una esponja entre sus dedos, esos dedos largos y delgados mientras le dedicaba una sonrisa amena y el otro solo le respondía. Y solo al segundo la misma mano bajaba por su cuerpo, espalda rozando con solo un dígito medio por la columna hasta recorrer por encima de su piel sus nalgas bien formadas, sentados ahí.  Metiendo el dedo sin previo aviso haciendo soltar un suspiro por su primillo, delicioso sintió al tenerlo ahí atrás de el sacándolo y metiendo recorriendo con su otra mano su tersa piel del pecho, agarrando su tetilla, jalándolo, rozándolo…simplemente delicioso al cerrar los ojos y tomar su propio miembro para recurrir nuevamente a otra pervertida fantasía. Echando su espalda solo unos pocos centímetros de la bañera al igual que su cabeza dejando sus cabellos verdosos apenas opacos caer para atrás y otros pegados en su frente, el flequillo bien cortado. Moviendo sus caderas al solo imaginar la mano de Tohma tomándole por encima del glande, acariciándole con la punta del dedo gordo este. Ambos moviendo las caderas en un tono de sinfonía única y los jadeos y gemidos eran lo formidable.  Beso en el cuello, mordidas, lamidas todo eso y era un encanto. Metió su dedo dentro de si mismo pensando en aquel pedazo de carne blanco entrar, manejándolo, controlándolo en penetraciones leves hasta llenarlo de placer de lujuria al moverse de adelante atrás atrapándolo con sus manos las caderas mientras que los besos eran mas lujuriosos, pervertidos. Metidas de lenguas en la boca, encaminando por un juego lleno de mezclas de ambas salivas por ambas bocas, un hilo de saliva al caer al agua como la misma gota al perderse por la bañera. Eran cada ves mas aceleradas, los gemidos mas graves y las mordidas mas deseosas hasta terminar embarrando su mano por completo y mezclando el semen que salía de su agujero de su glande al agua, perdiéndose con las espumas. Sonrío por completo sintiéndose complacido y satisfecho por segunda vez en el día. Apoyó su mano en su frente comenzó a reír, lo había hecho de nuevo, había terminado en su propio semen y pensando en su primo…simplemente era un pervertido.

 

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Mientras todos pensarán en el, Tohma seguiría por ahí con su encantadora sonrisa hipócrita y con la única persona cual podría sonreír seria solo Eiri Yuki, la única personas que nunca lo vería como algo más que un guardián. Ahí sentado aun en su cómoda silla moviéndose de adelante y atrás poniendo la última cosa en ese escrito en la laptop, solo un Punto. Había finalizado su dictadura.

 

Nunca fue bueno escribiendo, a veces repetía muchas palabras, no era Yuki, ni era bueno componiendo canciones como “lo era” Shuichi, ese Shindou-san, sino lo odiara tanto pues no estaría haciendo este tipo de cosas. Escuchando la misma canción en francés con los audífonos puestos para no ser interrumpido, ahora las 19:19 PM., siempre le había gustado Olivia Ruiz, era la única artista que calmaba sus ansias y lujurias al escribir en un  programa de note todo lo que en su mente asechaba. Seguchi Tohma, presidente de la compañía disquera más grande de Japón se encontraba ahí mirando ahora el puntero del note aparecer y desaparecer segundos rápidos mientras pestañeaba y sonreía. Conclusión, finalizo lo que escribió y ahí permanecería hasta que la maquina se dañara y sus recuerdos o fantasías se fueran para siempre por una laptop de memoria llena. Era tarde, debía irse a casa para volver a comenzar los recuerdos de su vida. Mika lo esperaba con la cena hecha y una pijama sensual, pero el siempre se imaginaria a Eiri esperándolo con la cena y sin ese molestoso del pelirosado, si así acabara la cosa seria un lindo final.

 

¿No es cierto?

 

-¿Tohma-chan? –Una cabeza peliverde se asomo por el lumbral de la puerta mirándole con picardía y un conejo rosado ahí mirándole de la misma manera.

El rubio solo movió su mano dándole un gesto de acercamiento y este sin mas se acerco a paso lento hasta llegar al escritorio, tomando asiento y entre el medio de sus piernas el rubio se elevo, tomando ese mentón entre sus dedos y acercándose como un león con hambre de su presa devoró esos labios carnudos del único cantante que jamás lo miraría con asco o hipocresía, Sakuma Ryuichi. Separando sus bocas por un hilo de saliva cortarse y solo mirándose a los ojos sin nada. Hasta unos segundos luego que el peliverde relamió sus propios labios y sonrió en ese mismo gesto de picardía.

 

-Esta noche te toca recrear la misma historia de todos los días, di que llegaras tarde y vamonos de aquí-

 

-Tan Fácil decirlo, tan difícil de recrear, pero lo haré porque lo tenia en mente desde hoy en la tarde, ¿me esperas? Y si lo haces esta noche tendremos mucho que recrear en una de tus canciones Ryuichi…

 

-A tus órdenes.

 

Y así fue, esa noche nunca llego siguió hasta quedar en una cama sudando de placer en brazos no del rubio ni de su esposa, solo del el, de Ryuichi. Kumagoro presenciaba todo sentado en uno de los sillones de la habitación de su amo con un gesto de preocupación a la ves de ternura, el jamás entendería los deseos carnales del ser humano, aunque su amo se lo repitiera en las noches que el mismo se autosatisfacía. Y así acabo esto, siempre todos viviendo en un engaño, en cualquier parte de Japón se encontraban algunos haciendo el amor, otros solo sexo y los otros solo tocándose fantaseando lo imposible… pero siempre existen las fantasías, en especial cuando los piensan Tohma y Ryuichi mientras hacen el amor en sus camas.

Notas finales: Gracias por leerlo, espero que les haya agradado, aunque no ha sido mucho pero a mi me salio despues de un aburrido dia o por lo menos DURANTE

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