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La Maldicion de Los mercenarios por Luna Shinigami

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LA MALDICION DE LOS MERCENARIOS



Oscura ciudad de lúgubres paisajes...
Oscura Rumania de colores febriles,
Oscuras las calles que recorre sin parar el halito vampirico del tiempo,
Oscuro corazón que hace mucho dejo de existir…

Amor, corazón de oro que he olvidado,
Ojos mieles que dejaron de llorar,



“La mañana lúgubre en palacio era más oscura de lo mortalmente parecido… decidió descansar entre el bosque que circundaba su propiedad, bajo del caballo azabache y miro el cielo oscurecido…. Sus cabellos rubios cadenciosos, se movían al compás del tiempo etéreo y su piel blanca simulaba muy bien las diatribas del aire…

Se acostó con las manos en el cuello y trato de cerrar los ojos, relajándose un poco de las labores de palacio…

Cuando escucho cerca la risa suave de alguien…

¿Risa?

¿Desde cuando sonreían en la Rumania decadente?

Se levanto asombrado a caminar donde estaba aquella risa estridente, aquella risa sincera y algo extraña para los fríos parajes de aquellos carpatos fríos.

Se aventuro con algo de miedo y desazón, pero también con la emoción de lo desconocido…

Cuando en un claro paraje encontró la persona de aquella risa suave, era un muchacho de cabellos caobas oscuras, con los ojos azules más hermosos que hubiera visto… tenía ropas simples y jugaba con un pequeño niño de unos cinco años…

Eran seguramente algunos labriegos del lugar, que jugaba sin que nada en el reino les preocupara…. Y sintió un dejo de envidia….

Para su mal tino, prefirió alejarse, cuando piso una rama del suelo y el ruido estruendoso acabo con la escena tierna que acababa de presenciar.

El mayor saco una cimitarra de hoja de plata y encaro al rubio que también había sacado una daga de mango de oro e incrustaciones en ópalo….

-quien eres?- pregunto de forma dura el castaño, borrando la sonrisa anterior y mostrando una faz completamente fría y calculadora, pero sintiendo un escalofrió al ver tan bella criatura, nunca antes vista, como un sueño, un hada o hasta el mismo demonio con rostro de ángel.

-lo mismo podría yo decir de vosotros caballeros… están en mis tierras… ¿Quiénes sois vosotros?- respondió el rubio sin dejar de apuntar con la daga, mientras que desenfundaba la espada…

Ambos jóvenes palidecieron ante la sola mención del señor de las tierras de Rumania, el señor del imperio de sangre… pero antes que pudieran decir u objetar, varios caballos negros como la misma noche, corrieron con agilidad cerca del rubio que bufo en desagrado y guardo las armas… quedándose en silencio.

-PRINCIPE JOSEPH …. PRINCIPE JOSEPH,…..¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- grito uno de los hombres que de un solo paso llego a su lado sin tomar en cuenta a los dos jóvenes que estaban cerca –mi príncipe, sabéis muy bien que no podéis salir del palacio….-

El rubio rodó sus ojos mieles y simplemente camino hacia el lado contrario, dejando allí a todo el mundo.

-vuestro padre os manda a buscar, esta preocupado por vos…- susurro el capitán de las huestes, un hombre grande de cabellos castaños y ojos marrones, con la voz preocupada.

-Tristan, pues dile a su alteza que si quiere verme en palacio, que venga el por mi…- dijo fuertemente, pero el capitán lejos de hacerle caso, simplemente lo tomo del brazo y trato de atajarlo con unas bridas que sostenía en las manos –SUELTAME IDIOTA¡¡¡¡¡¡- grito el rubio.

-lo siento su alteza, pero vuestro padre dio la orden, a las buenas o….- sonrió tristemente el castaño – a las malas… HOMBRES ATAD A SU ALTEZA Y LLEVADLO A LA TORRE DEL SILENCIO….- ordeno el capitán, mientras que miraba de medio lado al par de jóvenes que aun no sabían que había pasado allí.

-TRISTAN SUELTAME, SUELTAME…..- grito todo lo que pudo pero fue imposible, eran ocho hombres en contra de su humanidad, la pelea la tenia perdida.

El hombre simplemente negó con la cabeza, viendo como a su señor se lo llevaban atado a la torre más alta del imperio… bajo su cabeza tratando de apartar la tristeza que estaba sintiendo y miro fijamente a los dos muchachos.

-Conde Kaiba, mejor que haga de cuenta que no ha visto a su alteza…- dijo suavemente mientras se montaba en su caballo, su capa negra quedo cubriendo el animal, mientras que sus ropajes oscuros le daban un aspecto mortal y atrayente, en su cuello la cruz de santiago y bordado en el brazo derecho un dragón rojo…

-Taylor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- grito el mayor de los kaiba que aun sostenía a su hermano menor en los brazos, algo asustado.

-por favor Conde Kaiba, espero que sea prudente…. – dijo el castaño espoleando la bestia negra que montaba y dirigiéndose al castillo.

“tendencia mortecina de nuestros ojos, fulgor oscuro de nuestro mantra del tiempo…
Tiempo que no existe…
Ojos azules que me enseñaste a amar…
Ojos azules que me enseñaste a repudiar..
Luz lúgubre de Rumania…
Luz opaca que no me deja verte”


En la torre más alta del palacio oscuro de del Conde Vlad, se encontraba su joven hijo, tratando de apaciguar la ira de alguna forma descontrolada, su padre no podía dejarlo allí toda la eternidad ¿o si?...

Puso su cabeza sobre un suave almohadón oscuro y vio su lúgubre habitación, aquella que lo había visto desde su nacimiento y que si en ese preciso momento pudiera hablar, diría que lo odiaría infinitamente….

Trato de pensar en épocas mejores, en su dulce madre, en su tierna hermana…. Pero solo había figuras sin rostro y su potente padre, un hombre maravilloso pero demasiado… trato de no llorar por su vida perdida… pero era imposible olvidar tanto dolor que guardaba y ser inmune a no volver su corazón desgraciado.

No supo cuanto durmió, pero la puerta de su “eterna habitación” por no decir prisión perpetua se abrió de par en par, dejando ver a su padre, un hombre alto, media aproximadamente un metro noventa, con los ojos azules casi blancos, la piel pálida y siempre vestido de negro… sus ojos estaban tristes, él lo sabia…

-Joey, porque te comportas así?- dijo con un dejo de tristeza acicalando suavemente los cabellos de su hijo mayor.

-solo quiero ser libre…- murmuro tratando de no llorar, pero fallando miserablemente en el intento y fue a dar a los brazos de su padre que lo tuvo en un abrazo cariñoso, mientras que lo arrullaba como cuando era pequeño.

-shhhhh… cálmate… se tus ansias de libertad, se que quieres volar hijo mió, pero tengo miedo, miedo de perderte a ti también…- murmuro quedo, mientras que lo abrazaba, para luego soltarlo despacio y limpiar las lagrimas de su sol, uno que no llegaba nunca a Rumania, pero allí estaba en la habitación más alta de su propio palacio.

-no me perderé padre, no moriré, siempre estaré a tu lado…- dijo firmemente el rubio, clavando sus ojos miel en los azules de su padre, pero el conde simplemente negó.

-tu madre prometió lo mismo y se la llevo la plaga en Francia, no quiero perderte hijo, eres lo único que me queda y tu salud no es la mejor…- lo beso en los labios suavemente –no quiero verte en un ataúd de caoba, entrando aun hueco oscuro donde no te veré jamás….-

-padre…- sollozo el rubio en brazos de su padre –no quiero vivir encerrado en palacio, solo por temor a enfermarme… solo por temor del cielo, de los insectos, de los animales, solo por temor…-

Vlad frunció el seño – Joseph, no entiendes verdad?, no quiero perderte, no de nuevo, no más perdidas, no quiero una perdida de nuevo, y definitivamente no a ti… te quedaras en tu habitación..- ordeno.

-LA ODIO, NO ENTIENDES TU, PADRE… ODIO ESTAS PAREDES, ODIO ESTE PALACIO, ODIO RUMANIA… ODIO ESTA MALDITA HABITACION QUE ME HA VISTO TODOS SUS MALDITOS DIAS…- grito en la cama echo un mar de lagrimas, pero Vlad lejos de compadecerse solo salio de allí, pero antes de cerrar la puerta, sentencio.

-vas a vivir en ella hasta que la ames….- giro sobre sus talones y cerro con candado profundamente la habitación, dejando destrozado al rubio.

“odio la vida porque me enseño a amarte..
Odio las pérdidas, no sabes cuanto,
Odio el tiempo que siempre falla…
Odio morir sin ti y Odio morir contigo”


Por primera vez en años el palacio del soberano de las tierras frías dio un festejo, el hijo mayor y único heredero del imperio oscuro estaba de cumpleaños… dieciocho lunas… dieciocho lunas oscuras..

El palacio se lleno de vida, los ayos y sirvientes, se movían de un lado a otro por dejar presentable el suntuoso alcázar del conde, la comida rica y jugosa, el trago fino y las distracciones gitanas eran el pan del día y de la noche, el conde estaba feliz, su adorado hijo cumplía años y no pudo más que hacerle una fiesta para que toda Rumania se diera cuenta de su heredero… de su hermoso heredero.

Con prontitud el palacio se fue llenando de condes, visires, reyes, monarcas, príncipes, zares, emperadores, sultanes, califas…

Entre ellos el Conde principado de Hungría, Gozaburo Kaiba, con sus tres hermosos hijos, el mayor Seto Kaiba con 19 años, heredero a la corona, seguido de Noah de 15 años, con su cabello verde azulado, una sonrisa calculadora, pero un muchacho tierno y de buen corazón y finalmente Mokuba, el menor de los tres con cinco años que era la joya más preciada de los tres Kaiba mayores… la madre de los muchachos había muerto al dar a Luz a Mokuba, pero estaban juntos los cuatro y eso era suficiente.

Vlad sonreía discretamente, viendo de reojo a Gozaburo y caminando hasta donde él.

-viejo amigo… viniste según mi pedido…- dijo haciendo una venia el conde Vlad.

Gozaburo sonrió – claro viejo amigo, como no iban a venir si es tu hijo quien cumple años….-

El conde de ojos azules claros sonrió –Joey creció bastante y es igual a su madre…- de pronto algo en su semblante cambio.

-amigo, te presento a mis hijos…- dijo sacando del trance al conde –mira Seto, Noah y Mokuba…-

-han crecido bastante…. Cuando los recuerdo eran muy pequeños y el bello Mokuba aun no había nacido…- sonrió mostrando unos dientes blancos y un colmillo travieso…

Gozaburo lo miro de nuevo –Vlad, no has envejecido nada, siempre estas igual…- sonrió de manera cortes.

Y en serio el conde Vlad no había envejecido nada, aparentaba tener 27 cuando de verdad tenia en su haber 40….pero nadie se atrevía a decirlo.

-mi palacio esta embrujado, ¿no sabias?, de eso habla la gente del poblado, que mi palacio embrujado tiene demonios, engendros, Monstruos, brujas, hechiceras, vampiros y lobos que me llenan de vida eterna…- sonrió de medio lado, mientras que Mokuba se escondía detrás del pantalón de su padre y Noah sonreía por el sentido acido del humor del conde.

-Conde Vlad, no siga hablando de historias de miedo o nuestro hermano menor no podrá dormir esta noche- sonrió Noah mirando al conde que inmediatamente le pidió una disculpa al pequeñín que acaba de asustar…-

El ambiente estaba distencionado, cuando sonaron los violines, bienvenida al hijo de Rumania, todos quedaron embelezados, su cabello rubio, sus ojos mieles y el uniforme de la armada de los Draculea.

Vlad sonrio y salio a abrasar a su hijo, mientras que todos veían la emotiva escena.

-gracias por la fiesta padre…- murmuro el rubio cansado, pero sin demostrarlo, estaba más pálido de lo normal, pero decidió estar con el animo arriba gracias a la libertad que había dado su padre.

-de nada mi bello príncipe…- susurro ayudándolo a bajar… -ven quiero presentarte a unos amigos…-

Caminaron recibiendo felicitaciones por parte de todo el mundo hasta que llegaron donde estaba los kaiba.

-Joseph te presento a la familia Kaiba…- dijo en tono solemne –Gozaburo es conde de Hungría y sus hijos son príncipes del reino…-

Joey hizo una venia reconociendo la figura extraña que antes reía y un corrientazo paso por su espina dorsal.

-mucho Gusto, mi nombre es Joseph Tepes Dracul Wheeler príncipe de Rumania…- dijo suavemente, mientras que los tres kaiba hacían una medio reverencia, pero sobre todo seto kaiba estaba embelezado en los mechones rubios de aquel príncipe que había visto secuestrado hace menos de un mes.

-hermano, es el chico que subieron al caballo gritando …¿verdad?- pregunto inocentemente el más pequeño de los ojiazules, haciendo que el rubio se sonrojara por primera vez en su vida, mientras que Vlad sonreía sonrojado y Gozaburo y Noah miraban entusiasmados a los otros dos.

Seto simplemente asintió con la cabeza, mientras que el rubio quería que la tierra se lo tragara.

-como a si que gritando encima de un caballo?- pregunto interesado gozaburo.

Antes de que alguien pudiera hablar, Vlad simplemente miro a Kaiba y con eso le explico totalmente todo, por algo siempre habían sido amigos –no importa no quiero saber – se apresuro a decir kaiba de forma rápida…



No me odies te enseñe el amor,
No me detestes, te enseñe a amarme
Y fue lo suficientemente poderoso para que te quejes,…
Di que me amas de nuevo y no te arrepientas…
Ámame aun estando así…



La fiesta paso rápidamente, pero sin quererlo el rubio simplemente se estaba alejando de aquel mundillo cruel, la mayoría eran falsos o buscaban en él, la próxima pareja de hija para hacer una asociación entre reyes y entre reinos.

Menos mal su padre nunca había creído en esa estupidez o sino, seguramente ya estaría casado con una chiquilla malcriada como May Valantine, princesa de Turquía o Kisara Velonovich, hija de los zares de Rusia, seguramente ella se terminaría casando con el heredero de Hungría…

Se sintió algo mal y salio allí al balcón para respirar algo de aire puro, mientras que su cabeza trataba de mantenerse cuerda, muchos sentimientos y sensaciones embotaron su cuerpo… aguijoneaban como tiranteses crueles… sintió desfallecer y caer furtivamente al suelo, pero los brazos fuertes de alguien lo sostuvieron lo suficientemente sólido para que no cayera.

-gra… gracias….- musito tan débilmente que no hubiera creído que era su voz…

-debería irse a descansar…- dijo una voz fuerte en tono de orden, alzo su rostro y vio aquel muchacho de ojos azules, príncipe de Hungría de la variedad Seto.

-tengo… que quedarme……- susurro cansado tratando de no cerrar sus ojos…- podría…. Llevarme a un….lugar… más alejado…. Donde mi padre…. No nos… vea…- casi tartamudeo, se sentía demasiado débil y a parte de eso muy bien en esos brazos.

Como si fuera de papel, seto lo tomo entre sus brazos y salio por detrás del balconcito, sentándolo cerca de una fuente… admirando por primera vez a la luz tenue de la luna, sus cabellos y sus pálidas facciones…. Escucho como tosió el otro y vio con aprensión como al tapar su boca con la mano, sangre emanaba de ella…

-voy a llamar a su padre…- dijo fuertemente pero el rubio lo evito.

-no le diga nada, por favor….mi padre no soportara esto… ya se me pasara…- dijo cansado recostándose sobre la losa fría de la fuente y limpiando con el agua, la sangre que había salido de su boca fina.

-porque no quiere que le diga?- pregunto de nuevo el castaño.

-mi padre, esta muy preocupado por mi salud y si me enfermo no me dejara seguir en la fiesta….- sonrió quedamente.

-es usted un completo idiota…- murmuro enojado el castaño, viendo al jovencito que trataba de respirar mejor… le levanto la cabeza y la sostuvo con cuidado, ese pequeño príncipe rubio era una belleza, pero un completo necio.

-ya lo se… pero usted nunca a añorado la libertad como la añoro yo…- musito mientras que el ritmo de su corazón volvía a la normalidad. –si no es mucha molestia.. ¿Me acompañaría hasta la fiesta?, dudo mucho que pueda sostenerme solo-

El castaño rodó sus ojos y lo vio de manera desaprobatoria –debería irse a descansar pero como usted no hace caso… vamos lo llevo no quiero que me culpen de la muerte del heredero al trono de Rumania…-

El rubio solo sonrió, mientras que se apoyaba en el castaño y ambos sintieron un estremecimiento…

La luz tenue de la fiesta dejo encandelados a ambos jóvenes que no sabían donde estaban ubicados, pero fue solo tenuemente, vlad estaba algo descontento de ver a su hijo en brazos del heredero de Hungría, su hijo bello estaba demasiado pálido para lo normal y presintió lo que le había sucedido.. De nuevo, de nuevo es maldita enfermedad que acaba con la vida de su hijo.

Camino a paso duro y lo sostuvo entre brazos, quitándoselo a seto en un arranque de posesividad, padre e hijo… una conocida, pero producto de las mismas perdidas que estaban acostumbrados los seres humanos.

-joey hijo estas bien…?- pregunto preocupado Vlad, cuando vio el semblante decaído de su bello hijo.

-si padre, únicamente un poco de dolor de cabeza….- susurro, pero fue suficiente para el regente de cabellos negros.

-SE ACABO LA FIESTA SE—ORES…- grito en tono solamente haciendo que la gente los mirara, -LARGO DE MI CASA…- grito fuertemente haciendo rebotar la voz de tenor que en ese momento llevaba fuertemente.

La gente se asusto por la voz de aquel regente, ya que sus ojos encarecidos azules tuvieron una pequeña transformación de azules a blancos por unos extraños minutos, incansables, necesarios, todos sucumbieron ante el temor menos su hijo rubio que estaba más que acostumbrado a los ataques explosivos de su temperamental padre.


Maldita sea
Dime algo, que me odias que me amas…
Solo dime algo,
Me estoy cansando de tu mutismo…
Me estoy cansando de amarte


El príncipe rubio fue trasladado a su habitación, mientras que los demás fueron desalojados de palacio, menos la familia Kaiba, al mismo pedido de Vlad.

-padre que le pasa al príncipe?- pregunto suavemente Noah viendo con extrañeza, las sombras bailarinas de aquel palacio.

-no lo se, Noah, hace mucho no visitaba a Vlad, desde que la Jolie murió en Francia, llevándose a la pequeña serenity de paso…- suspiro acercándose a la ventana y viendo como los gitanos se apropiaban del castillo, llenándolo de ritos y columpiándolo en el abismo de la magia.

-De que murieron…???- pregunto el castaño que estaban alerta de las escaleras para poder ver a aquel sol rumano.

-de peste Negra….- susurro Vlad, al llegar donde estaban los únicos invitados que se habían salvado de su ira – mi esposa y mi hija viajaron a Francia en el apogeo de la peste, pero llegaron a Transilvania medianamente a salvo, lamentablemente murieron un mes después…- dijo frotándose las sienes en señal de cansancio, sus ojos se pusieron aun más blancos y su piel más pálida –no se que hacer Gozaburo…. –

El hombre mayor, su amigo, simplemente lo miro –que le pasa a tu hijo….- pregunto suavemente, sabiendo que hace mucho tiempo, el tema del heredero de Rumania había sido vetado so pena de muerte y no una muy buena…. Vlad era el ser más sanguinario que conocía, desde la muerte de su familia y la extraña enfermedad de su hijo, aquel hijo que adora baba, pero que no sabia absolutamente nada de su vida de crímenes de lesa humanidad.

-Cuando Joseph nació…. Fue condenado… es lo único que te puedo decir, una condena eterna y etérea, que ni yo puedo evitar…- susurro cansado, cuando los pasos de alguien bajando le dieron la alerta a todos, un hombre blanco, extremadamente blanco, con el cabello platinado y los ojos bicolor, vestido austeramente también de blanco.

-Mi señor Vlad, el joven Joseph ya se encuentra mejor, su sangre fue drenada con sandijuelas y…- Vlad lo miro fríamente.

-Dartz, que demonios te pasa, mi hijo sufre de perdida de sangre y en vez de dársela se la quitas….- su seño estaba fruncido, pero aquel hombre no se inmutaba.

-es medicina moderna mi señor…. Si tiene otra idea de…- un golpe le cayo en el rostro, mientras que los Kaiba veían como el animal más sanguinario y depredador de Rumania se ponía en contravención, aquel era Vlad Dracul… hijo de la oscuridad y descendiente de Caín…

Tomo a Dartz del cabello hasta arrastrarlo por las escaleras, haciendo que chocara contra todo lo que tenia por delante, haciendo que el cuerpo del hombre rozara y sangrara por su precaria situación contra las losas de piedra del palacio..

-mi señor¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ perdóneme¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- gritaba el hombre, pero ningún gitano le ayudaba en nada, el mismo se había labrado el destino al tratar de sanar a alguien que no tiene salvación…


Déjame maldita sea…
Déjame que me lastimas
Déjame que no me gusta tu lastima
Odio tus ojos
¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Déjame¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡



Los días pasaron sombríos para cierto príncipe rubio, que no sabia que hacer para que se acabara la zozobra dentro de aquella prisión de oro que lo rodeaba lúgubremente.

Su padre… no lo había visitado, regularmente cuando algo pasaba duraba una semana para que lo visitara, pero ahora se sentía solo, escucho el trino refulgente de los caballas azuzados en y se asomo un poco a la ventana etérea… hizo un gesto de desagrado…

De nuevo los Kaiba, últimamente se la pasaban más en su palacio que en la vieja Hungría, sentía la mirada del mayor de los Kaiba, y eso lo asustaba, él no podía amar a nadie… el no podía perderse en otros ojos, el no podía simplemente pensar en vivir, cuando desde hace mucho tiempo tenia firmada la sentencia de muerte.

Pasó sus manos por la ventana oscura como la noche y empezó a delinear los suaves contornos del mayor de los Kaiba, sus cabellos castaños bellos y esos ojos azules como el cielo en verano, la piel blanca y casi de armiño, aquel hombre serio y de porte elegante, que pensó, estupidamente, que era un simple labriego…. Como había podido ser tan ciego…

El frió le calo un poco los huesos y no tuvo otro remedio que toser un poco y sentir ese maldito mareo que carcomía su vida, desde que tenia uso de razón, maldita enfermedad que prohibía amar… se sentó con sumo cuidado y limpio su mano con agua limpia

Era invierno, hacia frió, ya no podía salir…

Ya no podía perderse en el bosque, buscando labriegos sonrientes…

Se vistió despacio y dejo su cabello desordenado, se miro al espejo y de nuevo se encontró con que estaba bajando de peso… pensó que estaría mejorando desde la ultima vez, pero desde que ese maldito hechicero del dartz había drenado su sangre, estaba sin fuerzas… aunque tenia esas sandijuelas en un frasco y cada día se asombraba de que las malditas no murieran sino que simplemente quedaran allí retozando, como si la sangre de vida que le hubieran arrebatado les hubiera dado inmortalidad.

Sonrió ante su tonto pensamiento ¿su sangre poseer vida eterna?, si así fuera no estaría muriendo… camino despacio saliendo de aquella habitación y viendo completamente las escaleras, le dio vértigo salir, pero una mano lo ayudo a salir.

-hola mi joven señor…- musito el castaño capitán de las huestes de su padre.

-Tristan…- susurro viendo fijamente a aquel castaño condenado a ser su sombra por la eternidad, bajo la cabeza apenado por el cruel destino al cual estaba atado su compañero –deberías dejar este maravilloso empleo – dijo con sarcasmo bajando las escaleras.

Tristan únicamente sonrió – y perderme de las regalías por cuidar a un mocoso voluntarioso que pretende hacer su real gana… nahhhh…- sonrió pasándole una mano por la cintura estrecha de su mejor amigo.

-Tris y ¿¿¿¿duke???- dijo viendo la expresión de vació que fue presa del capitán.

-duke murió para mi, joey, únicamente no lo menciones…- susurro, cambiando la expresión de vació a la de rabia, apretando los puños, Joey bajo el rostro ¿de cuanto se había perdido en Rumania por su enfermedad?

Bajaron en un silencio y mutismo general, hasta llegar al gran salón donde estaban los invitados de su padre, Vlad tenía un aspecto cansado y demacrado y los demás un silencio que reventaba tus tímpanos, al no saber que era lo que faltaba por venir.

Joey se sintió incomodo por tanto silencio, uno ensordecedor y al mismo tiempo lejano, tétrico y pantanoso.

-que paso gente?- pregunto en tono burlón tratando de quitar las obvias ojeras que cabían presa de cu cansancio.

Vlad únicamente se levanto abrazando a su pequeño y levantándolo en vilo… Vlad superaba por varios centímetros a su hijo. A decir verdad Vlad tenia un metro noventa… mientras que Joey apenas superaba el 1.75 cm…

-padre…- susurro Joey enredando sus brazos alrededor del cuello de su padre, Vlad enterró su rostro en el pecho de su hijo y joey lo miro extraño.

-ha venido la guerra en Rumania, Los iscariotes quieren mi cabeza, los turcos mi cuerpo, los cristianos mi alma y los benedictinos a ti… no puedo tratar de estar sin ti y contigo…. No puedo dañarte más de lo que hace esa enfermedad que come tu sangre impunemente, no puedo más que dejarte…… ir- dijo en un tono de voz titubeante, mientras Joey trataba de encontrar algo de coherencia entre las palabras de su padre.

-no…. No entiendo…- dijo bajando la cabeza, tratando de descifrar ese extraño comportamiento.

-que desde hoy vivirás en Hungría, con nosotros…- dijo duramente el mayor de los Kaiba.

-QUE??? O_O… - abrió sus ojos de forma desmesurada, tratando de encontrarle el chiste a la broma, dicha por el castaño, pero se encontró con un rostro inflexible y la sonrisa apagada del su padre, mientras que una lagrima atraviesa los ojos de su progenitor.

Una lagrima, pero para sorpresa de todos, menos del rubio, era una lágrima de sangre y no de agua salina, común en los humanos.

Seto abrió los ojos, una lagrima de sangre…. Vio suavemente y de lado como aquel rubio del cual se había prendado soltó una lagrima igual, una lagrima de sangre clara…

Los ojos de los regentes de Rumania eran fijos y claros, eran extraños e incitantes…

Seto se le bloqueo el mundo, no sabia porque esa figura etérea que el había conmovido ahora lo llevaba a una pasión extraña, una sádica, monstruosa pero increíblemente imposible de evadir y para que se mentía así mismo, no combatiría contra ella ni por todo el oro de Hungría…

De repente las luces nocturnas se hicieron presente gracias a las antorchas vivas del pueblo envenenado contra aquel regente, joey pudo ver cruces entre el pueblo, abrió sus ojos, ese no era el pueblo, eran los Ortodoxos, que venían por su padre.

Con cuidado Vlad se levanto con todo el peso posible, sostuvo a su hijo fuertemente, mientras que miraba la belleza etérea de aquel que condeno él mismo, le dio un suave beso en los labios y se lo entrego envuelto en una manta al mayor de los kaiba.

-lo prometiste Seto, lo juraste y me obligaste de paso, sácalo de aquí…- ordeno fuertemente, la sangre se olía en el lugar y el rubio se mareo entre los brazos de el ojiazul que lo apretaba más fuertemente.

Noah corrió junto a Gozaburo, mientras seto sacaba de allí a Joey por un pasadizo que había en la chimenea.

-PADRE¡¡¡¡¡¡¡¡ PADRE¡¡¡¡¡¡¡- grito Joey tratando de salir de los brazos de Kaiba pero fue imposible, escucho el estruendo que pasaba dentro de la habitación y su dulce padre enviándole un beso con unas lagrimas cayendo por su rostro…

Vlad había entregado a su único hijo por salvarle la vida… los cabellos negros azabaches, como la espesura de la misma noche estaba siendo presente, sus ojos azules se volvieron blancos y de sus bellos dientes se asomaron dos colmillos…

Cuando la puerta del pasadizo se cerró solo quedo los gritos enloquecedores de la muerte, la sangre cubría el castillo y las bestias furibundas habitaban el espacio con el amo de la noche, el primer Drácula…

Por que peleas siempre conmigo
Sabes que te amo
Con defectos y virtudes
Porque deseas que deje en paz
Te puse sobre todos

Por que tú no me amas…
Solo soy producto de tu voluptuoso
Sentido de la posesión

Ya habían pasado algún tiempo desde el abismo de la desesperación en el cual estaba sumido el príncipe rubio, escuchaba los lamentos engullidos de las sombras y el dolor propio de cómo sus hombres morían, y él, presa únicamente de la lastima, fue salvado por encima de un reino.

Ya no podía llorar más, Kaiba se lo había prohibido y no precisamente el rey, sino su hijo mayor, al ver las sabanas manchadas de sangre etérea de sus ojos, le prohibió llorar so pena de ser castigado como cual vil labriego….

La sangre… esa maldita necesidad de su cuerpo, maldita sangre que no se quedaba en su cuerpo sino salía de la forma más inesperada, por sus ojos, volviéndolos rojos, en vez de mieles…

Su cuerpo, Por su color blanco estaba siendo sometido a una tortura, el frió inquietante y el poco sol de Rumania servia para que se escabullera entre la neblina efímera y los bosques encarpados prohibían los rayos maliciosos que quemaban su piel, pero en este reino, el sol comprometía más su cuerpo y no podía salir…

Paso de una jaula de oro a otra…eximieras jaulas que encerraban su corazón y su alma estrellándola contra la dura tortura, que lo sometía el encierro… maldito castaño que lo vigilaba día y noche y había puesto en su celda de satín un guardia vigilando cada uno de sus movimientos… como si una sombra se tratara.

Si vez, nuestra historia siempre fue obligación
Siempre te obligaron a protegerme cuando en realidad
Nunca hubo amor…

Necesidad de salir y de libertad que lo arrasaron contra el mundo, así que en un intento fugitivo de saber de su padre y de su pueblo, salio por la torre de su prisión, con cuidado se escabullo entre el tumulto de la gente, la noche impía era su aliada…

Tomo una capa desgastada y sus pasos lo llevaron al pueblo, el bullicio y la pobreza eran bastante aceptables, ya de por si en su corazón… camino despacio cuando un ataque de tos le vino fijamente, llamando la atencion de la gente al pasar, más su tos no paro y sus manos se llenaron de sangre…

El rubio cabello que intento ocultar bajo la faz de aquella capa, escapo ágil entre las sombras, y la gente embobada se retiro, embobada no, aterrorizada, los cabellos del joven eran sinónimo de brujería, de histeria, de fuga…

Pronto varios aldeanos rodearon al joven que intentaba no encorvarse por aquel dolor en el pecho, que le ocasionaba el no poder sostener su sangre en su cuerpo…

Un golpe ofrendado mintió…

-BRUJO-. Escucho con reproche.

…¿Brujo?....

Otro golpe le llego arrastrándolo por el suelo ¿brujo?, él no era brujo, si al menos dejara de toser y la sangre no se atravesara entre su garganta.

-BRUJO- otro grito y un golpe seguro, le arrebatara la capa de un solo manotazo y sus vestimentas principescas fueron arrastradas con parsimosidad por aquellos bárbaros del lugar.

Ya no pensaba con claridad pues su cuerpo fue inundado de golpes, hasta que los cascos de un caballo llegaron al lugar y no supo nada más….


Por amor a lo que desees mírame a los ojos
Y di que no me amas
Mírame a los ojos y di que miento…
Que no te amo y que solo deseo saberme tu dueño
Sabes que no es cierto


Abrió sus ojos mieles en un suave y mullido colchón de plumas, su cuerpo pesaba demasiado y ya no quería saber nada del mundo…

Escucho el murmullo de alguien a su lado, el castaño de ojos azules, aquel castaño que lo había hipnotizado pero, no podía dejarse hipnotizar, él ya había firmado su sentencia de muerte….

-esta mejor….???- pregunto el castaño de ojos azules – no se porque cada vez que me encuentro con usted, siempre esta sangrado o siendo secuestrado…- dijo seriamente – porque salio sin mi permiso?-

Joey se levanto desubicado del lugar, tratando de levantarse, pero vio con sorpresa que traía una austera el bata blanca en su piel desnuda.

-quien me cambio???- pregunto sonrojándose…

-no me cambie el tema. Por cierto no vuelve a salir de esta habitación sin mi permiso y autorización- dijo levantándose, rápidamente y caminado hasta la puerta.

-NO LO PUEDE HACER…- grito fuertemente tratando de levantarse, pero al hacerlo encontró en el tobillo derecho una cadena de plata y un grillete suave alrededor de la carne blanca –QUE CARAJOS ES ESTO….?- pregunto moviendo la pierna desnuda, mostrando el accesorio.

Seto enarco una ceja –un grillete, por lo visto usted no entiende de otra forma…-

-suélteme, usted no tiene derecho sobre mi…- siseo el rubio aun en la cama, con el cabello rubio desordenado y los ojos rojos, por las lagrimas que pugnaban de sus ojos.

Seto hizo una mueca de desagrado –por ahora eso es cierto….- dijo moviendo las manos –pero dentro de dos días eso cambiara Joseph…-

El de ojos rojos simplemente se quedo callado… mientras el príncipe seto salía de su habitación.. Se quedo con la duda.

Te obligue, eso es cierto
Pero no entiendes
Fue solo por ti…

¡¡¡¡QUE SACRIFICADO KAIBA¡¡¡¡¡


Dos malditos días y ahora….

El rubio tranco las puertas con dos de las sillas y prohibió el paso galante de las personas.

¿Qué se creían esos bastardos?...

…l ni loco haría lo que se supone tenia que hacer… miles de preguntas atravesaron su cabeza, una de ellas él porque su padre lo había dejado a merced del loco de seto Kaiba… se alejo de la puerta aun escuchando los gritos de los soldados y miro hacia la ventana… que eran aproximadamente 15 metros… tal vez más, seguramente no saldría con vida.

El estruendo se escucho en sus espaldas y vio como el ojiazul había entrado a su recamara.

-aléjate de mi o juro por mi padre que me lanzo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡- grito fuertemente Joey acercándose peligrosamente al borde de la ventana.

El castaño lo miro y con un rápido movimiento, se acerco a él y lo bajo de la ventana, aprisionándolo contra su cuerpo, tan duro que dolía…

-suéltame¡¡¡¡¡¡¡¡¡ suéltame¡¡¡¡¡- Joey simplemente se movía duramente, pero una bofetada lo lanzo al suelo.

-no estoy para tratar con príncipes malcriados…- dijo duramente levantándolo del suelo y tirándolo sobre la cama, aun con los soldados mirándolo –así que prepárate te guste o no, eres mió… arréglate con las ropas ceremoniales o juro que así en bata te casas…-

Se despego del cuerpo del rubio y miro a los soldados –si algo el pasa o simplemente no llega, el empalamiento será un paraíso… entendido?-

-SI SE—OR¡¡¡¡¡- gritaron cerca de 10 soldados. Joey sintió morir…y las lágrimas de sangre cayeron por su rostro


¿Sacrificado?
No... A decir verdad, poseerte no es ningún sacrificio


La ceremonia nupcial se hizo en el palacio de Hungría, el gran seto kaiba, contraía nupcias con el mismo príncipe de Valaquia… ahora conde de Rumania ante la muerte de su padre.

Joey estaba callado, más pálido que de costumbre, aquella boda fue fría sin sentimientos por parte de alguno y la lluvia incesante traía discorde el animo nupcial…

Sin miramientos, Seto condujo a su “esposo” a la habitación y luego lo lanzo a la cama.

-no te atrevas, seto Kaiba…- repuso el rubio tomando una daga que estaba en la pared –me obligaste a casarme contigo, pero no puedes obligar a acostarme contigo…-

Seto sonrió cínicamente –que vas a hacer… clavarme el puñal… por favor… además te guste o no vas a tener que ceder ante mi…

Joey no lo soporto más y clavo el puñal… pero en su mano, tratando de encontrar las venas, pero la mano de kaiba lo sujeto fuerte y lo hizo soltarla.

-eres un idiota, no tienes sangre y te la quieres quitar cortándote las venas…-

-no voy a pertenecerte….- dijo llorando de nuevo, haciendo que el agarre fuera más fuerte y luego fue lanzado sin compasión a la cama y encima de él, el castaño.

-mírame bien Joseph Kaiba…- le dijo duramente el ojiazul tomando el mentón del rubio - me perteneces, y te lo voy a demostrar y te guste o no, así será siempre…-

Con rudeza beso por primera vez y se volvió adicto a esos labios, lamió con deleite las comisuras y bebió de la sangre que emanaba de sus ojos…

Desnudo con rudeza el cuerpo frágil y lo poseyó violentamente… había algo que lo estaba volviendo loco, el deseo de ser su dueño….

Me dañaste…
Me hiciste sentirme usado


No ibas a ser mió por las buenas
Que querías?
Que esperara tu autorizacion



El cuerpo desnudo del rubio mostraba signos de la violencia con la cual había sido ultrajado… y lloro de nuevo de impotencia, tal vez si lloraba, moriría de tanta sangre que corría por su rostro…

Un ataque de tos le sobrevivido y se tenso… la tos era implacable… la tos que sacaba sangre de su cuerpo…. Aquel que de momento se había vuelto más pálido… el cuerpo a su lado se levanto ayudándolo a erguirse para evitar que siguiera sangrando…

Kaiba tomo un cuenco de plata que contenía agua, para ayudarlo a limpiar y trato de darle aire, pero la mano de joey lo evito, más el rubio no dijo nada.

Kaiba se sintió extraño y cayo la vista en el cuerpo de su esposo, tenia la marca de sus dedos, la espalda con algunos rasguños y en sus piernas se podía ver una línea de sangre que venia desde sus glúteos….

No sabia que era lo que había hecho, bueno si, pero no había sido su intención dañarlo…

-te ayudare a limpiarte…- dijo fríamente y se desteto por su frialdad, pero de aquel esposo no salio voz lisonjera que aplacara su culpa…

Lo levanto del lecho como frágil ninfa y lo condujo despacio hasta la tina de mármol y cerámica… el agua caliente antes preparada humedecía el cuerpo frágil de aquel ángel… con cuidado de dañarlo aun más, saco un suave paño y tallo su cuerpo alejando cualquier rostro de sangre, detallo su rostro y aquellos ojos rojos de tanto llorar… no quería que llorara más pero no podía hacer nada, ni siquiera pedirle que dejara de llorar como un niño pequeño.

Estaba cegado
No sabia que hacer…
Nunca he sabido lidiar con mis sentimientos
Y tú eras uno nuevo y bastante intenso…

…..Mentiroso….

Su cuerpo desnudo fue tratado con la suavidad que se debió haber esperado para su primera vez, su cuerpo fue venerado por las manos solmenes del castaño, que intentaban resarcirse del dolor proferido hacia su dulce esposo…

Sus labios se dirigieron al rostro y lo beso tiernamente, sintiendo el temblor que eso ocasionaba en su ángel rubio… se calmo ante el seguro rechazo sabiendo de ante mano que ese miedo era plenamente preciso.

-no tiembles por favor….- rogó en susurro el ojiazul mirando los ojos mieles convertidos en rojos.

Joey también lo miro –que quieres que haga?... que te bese y te diga que todo ha sido como siempre lo soñé….- suspiro quitando el rostro –yo nunca espere eso… nunca…. Y menos de ti…-

Kaiba se estuvo quieto, pero dándose cuenta de la situación, prefirió vestirse y salir de su habitación, antes de que hiciera otra estupidez…


Llore lo que no tienes idea en este mundo
Trate de olvidar
Trate de no odiarte…
Pero me obligaste a pertenecerte
Y no solo esa vez…


Los días pasaron en su encierro maldito, alejado del mundo, alejado de su adorada Rumania, alejado de su padre, no sabia que había pasado… pero tenía el presentimiento de que él ya no estaba en el mundo de los vivos…

Escucho un suave golpeteo en la puerta de su jaula y se asusto… era un acto normal después de lo que kaiba había hecho con él…

Camino despacio, arrastrando esa capa negra que lo cobijaba completamente, estaba completamente vestido de negro y sus rojos ya no estaban rojos… había cesado el llanto.

Por la puerta apareció un ramillete de orquídeas negras y detrás de ellas, el capitán de las huestes de su padre.

-TRSITANNNNNN¡¡¡¡¡¡¡¡¡- grito el rubio, abrazando duramente a su amigo de la infancia, volviendo a llorar sobre el pecho fuerte de este.

-shhh.. Mi príncipe, ya estoy aquí…- sonrió el castaño de forma afable… -no llore mi príncipe que usted sabe que le hace daño… luego entra a la inconciencia…- beso los cabellos dorados de su amo bello y sonrió abrazándolo, pero sintiendo el corazón roto.

-Tris… me quiero ir de aquí…- susurro llorando – me obligaron a casarme con Kaiba… me obligaron a….- no pudo continuar ya que el llanto se le atravesó en la garganta y comenzó a brotar sangre de su boca.

-mi señor???.... – pregunto Tristan cuando vio como se desvanecía el rubio y el lo tomaba entre sus brazos, de la piel pálida y los ojos rojos empezaba a acercarse su temor, pero sobre todo de esos dos bellos colmillos que se asomaban de forma discreta y no tan dura, casi sin ser visibles.

-suéltalo….- una voz tranquila pero irritada, se podía presenciar, el conde Kaiba estaba allí, bueno el rey, el soberano, como quisieran decirle en estos momentos.

Con todo el cuidado del mundo Tristan le paso al rubio y el ojiazul lo recostó sobre la cama.

-no sabe nada ¿verdad?- pregunto el capitán, por lo cual el ojiazul solo pudo acomodarle los mechones rubios detrás de la oreja.

El ojiazul lo miro fijamente con rabia contenida –no, no sabe nada y mientras yo lo decida seguirá así…-

Tristan saco una espada del cinto y la puso cerca de una mesita, para luego mirar la ciudad…

-el tiempo pasa, mi señor y usted también con el tiempo… mejor contarle ahora… que se entere por el solo…-

La faz de Tristan era seria y adusta, lejana y mostraba unas pequeñas canas en su cien…

Kaiba se levanto ofuscado y lo saco a empellones de la habitación.

-crees que no lo se… crees que no se lo que le sucede… pero ahora seria un choque imposible para su débil psiquis…- suspiro y lo hizo retirarse –el tiempo en este momento es mi enemigo…- suspiro con esos bellos ojos azules y entro de nuevo a la habitación.

En la cama el joven de 18…con la mirada fija, sus ojos rojos y esos labios tentadores.

-que paso con Tristan?- pregunto el rubio ofuscado –es el capitán de mi padre, no puedes echarlo…- dijo fieramente levantándose, ya se había dado cuenta que con Kaiba no podía actuar sumiso, ni aceptar lo que se le viniera en gana, él también era un príncipe, sangre real corría por sus venas, así que tenia todo el derecho de pedir las cosas y si eso no fuera suficiente, aunque obligado, también era esposo del regente de Hungría….

-que te importa…. Lo que haga o deje de hacer no es tu incumbencia…- sus ojos azules estaban fieros.

El rubio bufo en desagrado –mi incumbencia…???pues te guste o no tristan es mi amigo y no quiero que…- un beso silencioso llego a su boca, un beso no pedido y con algo de fuerza fue arrojado hacia la cama, trato de defenderse, pataleaba, gritaba, mordía, finalmente cuando sus manos fueron atadas con el cinto de cuero de su esposo, se dio por vencido, no tenia más fuerzas… sintió que era lamido, mordido y sintió también como era preparado… ¿cuantas veces lo había hecho Kaiba?... muchas, tantas que ya se le olvidaron…. El castaño entro en su cuerpo, medianamente fácil… y es que ya se estaba adecuando…

¿Adecuando?..

¿Adecuando a que?

¿A su propia violación una y otra vez?

Tal vez era eso o de plano ya le estaba gustando porque empezaba a gemir de manera medio sonora guardando su faz sonrojada entre el pecho de aquel que lo estaba sodomizando.

Sin saber como empezó a corresponder con pasión y sus ojos mieles adquirieron el color rojo, pero era de pasión desmedida, estaba empezando a disfrutar aquel roce del miembro de su esposo con su próstata…

Cuando seto vio eso… se alejo un poco y retiro las ataduras de sus manos, para dejarle espacio disponible… por fin su rubio ángel se estaba entregando…


Si lo vez…
También te gustaba….

Yo no estoy diciendo que no me gustaba
Estoy diciendo que siempre lo hacías sin mi consentimiento

No importa, con o sin tu consentimiento
Te gustaba
Y eso es lo único que cuenta para mí.

Levanto las piernas blancas hasta ponerlas en sus hombros y comenzó a empujar más duramente, viendo el rostro de éxtasis total que desprendía el rubio… también vio como crecían aquellos colmillos… se acerco a él besándole los labios y rápidamente se acostó para que el pequeño lo montara, con algo de vacilación el rubio obedeció, causando gemidos sonoros, no solo de sus labios sino de los de su amante esposo.

Las manos intrépidas del castaño viajaron hasta el pene erguido del rubio que sin más, arqueo su cuerpo, demostrando esos bellos colmillos etéreos…

Al ver esto, más rápido incremento los movimientos de su mano y en broche de bestialidad, su rubio clavo los colmillos en su yugular, haciéndolo sangrar copiosamente… seto gimió por el trato pero ni así se dejo de mover empujando su cadera para estar más cerca de su rubio.

Dolorosamente su sangre era succionada de forma rápida…. traía consigo el dolor… no importaba, por fin su niño de oro se podía alimentar.

Joey estaba extasiado por primera vez… la sangre de su castaño esposo lo llenaba, pero estaba consiente, en alguna parte de su subconsciente que podía matarlo…. Así que lentamente quito los colmillos y lamió la herida, para seguir montándolo….

Ambos llegaron al éxtasis….

Ambos se entregaron a la lujuria….


Debí haberte matado ese día

Nunca habrías podido hacerlo
Aun en tu obligación sabias que me amabas

Altanero…


Aun sin saberlo muchas de estas escenas se revivieron para la pareja, y parecía que al fin el rubio se estaba librando de esa maldita enfermedad…

Joey se miro al espejo con vacilación… no se explicaba muchas cosas, como sus colmillos, sus ojos rojos… su fuerza sobre seto y sobre todo como la sangre de aquel esposo ojiazul lo llenaba por completo y lo rejuvenecía…

Ahora, estar en esas cuatro paredes no era una tortura y esperaba con ansias la noche para ser poseído de manera fuerte y bestial y poder beber de su alimento favorito, la sangre oscura y espesa de Seto Kaiba….


Maldita sea… porque te tengo que amar??


Con presteza se acostó en la cama desnudo y en espera de lo anhelado… vio como seto entraba con la mirada vacía y los ojos azules medio muertos…

Se asusto…. Coloco sobre su piel desnuda la bata negra que poseía del ojiazul y lo tomo entre sus brazos.

-seto… contéstame Kaiba… contéstame…- dijo susurrando cuando vio las heridas de las muñecas de kaiba,. Eran colmillos.. ¿Eran colmillos?... también vio la ropa rasgada y marcas en su pecho de garras infalibles…

Lo alzo y lo acostó en la cama, más parecía ser un muñequito que aquel hombre fuerte que lo tomaba casi todas las noches…

-Seto que paso??- dijo medio enojado… pero aun más cuando vio el hilo de sangre, que hilo, el rió de sangre que salía entre sus piernas… producto de… por su padre, quien se había atrevido a tocar a su esposo… sus ojos se inyectaron de sangre y sus manos se alargaron de forma cruel… sus dientes, sus colmillos adquirieron una filosa prolongación bastante peligrosa…

Para que negarlo… se habia enamorado desde hace mucho del ojiazul de su esposo.

Lo limpio con cuidado, tratando de no hacer más daño del que ya había… entre limpiar el cuerpo alto, se dio cuenta de que seto estaba más alto, con un poco más de músculos y entre sus cabellos castaños, varios hilos de plata producto de la vejez… miro detenidamente su rostro… ya no era tan joven como en otrora… tenia… no quiso pensar porque un leve quejido salio de los labios del ojiazul.

-arhgg…- dijo pasito.

-estas conmigo seto, estas bien…- le dio un suave beso.

-no te…. No te vallas…- abrió sus ojitos y mostró algo de oscuridad, más sintió rabia, quien se había atrevido a tocar a seto moriría…

-no me iré… me quedare por siempre contigo…- susurro Joey, mientras que lo besaba… sabia que pronto su castaño dormirá… así que se levanto rápidamente y lo cubrió… la puerta de nuevo estaba cerrada.

Con un revés de muñeca la hecho abajo…varios soldados salieron despavoridos por la fuerza oscura que traía el conde Joseph Kaiba.

Camino por los pasillos del palacio… por primera vez en ¿meses?... si meses, era lo que había estado allí…

Vio los fardos iluminando su camino y el olor a piedra… se acerco suavemente como una sombra destinada hasta un amplio salón, había gente y reunión… había vino y especias… entonces ¿Dónde demonios estaba seto? ¿Quién lo había dañado?

Se escondió entre las sombras, cuando vio a alguien demasiado parecido a seto, mejor dicho había dos hombres parecidos a seto que pararon la fiesta.

-donde esta Seto?- grito el pelinegro sacando su espada, mientras el que tenia el cabello verde azulado callo silenciosamente –de nuevo Noah, donde esta Seto…?- pregunto de forma dura mientras se acercaba peligrosamente al mayor.

Joey frunció el gesto..¿Noah?... ese hombre tendría por lo menos 30 años….

-Mokuba, por favor….- Ahora su mirada era de miedo ¿Mokuba?... No, mokuba a lo sumo tendría que tener 6 años no ser ese joven de su edad quizás un poco mayor.

Me mentiste

No te mentí
Solo oculte parte de la mitad
O sea que omití la verdad, no te dije una mentira

Jejejej, cínico

-mokuba, hermano… por favor… detén esta pelea con nosotros…- dijo Noah, bajando el arma filosa de su hermano menor –nuestro padre hubiera odiado vernos peleando en este estado…-

Mokuba frunció el seño y tiro la espada contra el suelo –a nuestro padre lo mataron las bestias que protegía Rumania… mi hermano mayor anda aparentando normalidad, luego de la guerra que tuvimos, que guarda tu y seto en la torre más alta de este palacio, el pueblo debe enterarse de esto…-

De las manos de Mokuba salieron unas garras furiosas y peludas…

-aceptaste la mentira de Seto únicamente para alejarlo de mi…- rugió como una bestia y su cabello se alzo de manera fuerte soltando su cabello…

Joey reconoció entre el olor de esas garras, era la sangre de Seto, aquel mocoso impertinente de su hermano se había atrevido a ultrajarlo.

-BASTARDO¡¡¡¡¡¡¡¡¡- el grito de Joey se escucho… Mokuba sonrió de forma siniestra, mientras que Noah cubría su boca por ver a aquel príncipe rubio luego de 15 largos años.

No llores por favor… me partes el alma

Perdóname por amarte

Cachorro, no seas molesto
Siempre te he amado…



Mokuba tenía una mirada desquiciada, casi suicida ante el rubio que lo miraba fijamente con rabia.

-así que eres el maldito que se revuelca por las noches...- dijo Mokuba convencido de su posición - así que fuiste el maldito que me alejo de seto- se relamió los labios con displicencia mirándolo fijamente, no había cambiando absolutamente nada, es más Mokuba era aparentemente tres años mayor...

El rubio lo miro de arriba a bajo, ahora tenia muchos dilemas, mucha rabia, muchas cosas en al cabeza, pero aun no sabia quería conocer que demonios había pasado, porque el tiempo pernee había pasado para todos menos para él, pero lo primero era matar al bastardo que se había atrevido a tocar uno de los cabellos de seto... así fuera su hermano menor moriría.

-yo no soy ningún maldito, soy su esposo... así que de lógica "revolcarnos" es una acción natural- respondió con cinismo, la gente comenzó a irse, cuando el cabello del pelinegro creció aun más y sus garras se asemejaron a las de un animal de caza -que demonios eres?- pregunto el rubio altaneramente -ya se una bestia del bosque... convertido junto a los pilares de los Cárpatos... mordido por un mestizo hombre lobo...- dijo mordazmente, provocando al maldito de Mokuba.

Mokuba hizo un gesto rabioso -soy un hombre lobo, que tiene el poder de destruir a un maldito como tu.... nos sabes lo que te odio Joseph Tepes, no sabes cuanto te odio, desde que seto te vio ese día, no pudo dejar de pensar en ti, no pudo dejar de pensar en tus ojos ni en tu cabello y me dejo de lado por un maldito enfermo terminal...- escupió al suelo, mientras empieza a rodear a Joey de forma amenazante.

-Mokuba¡¡¡¡¡- grito Noah, pero fue sujetado por su guardia imperial, el jefe de la armada, un Joven de nombre Aslak, únicamente Aslak, cabellos rojos y ojos bi color uno azul otro plata, su insignia mas fuerte era un tribal de que tenia tatuado en su brazo derecho, desde el hombro hasta sus dedos... -suéltame Aslak- sollozo en los brazos de su jefe de armas.

-no mi señor, esto debe acabar ahora...- susurro obligando al hombre a sostenerse de un pilar y esconderse, los soldados de que a cualquier mal movimiento dispararan a aquel que le había causado tanto daño al pueblo, inmediatamente los arcos apuntaron a Mokuba.

mokuba vio eso y simplemente sonrío mostrando unos colmillos animales, pero siguió rondando al rubio como cuando los lobos acechan a un conejo indefenso - un maldito enfermo que ni siquiera era buen amante, cada vez que salía de su habitación seto salía con el corazón destrozado y con ganas de llorar, vi sus ojos azules caer en la desesperación, por no tenerte, maldito....- Joey tembló de rabia, ese imbecil no sabia lo que decía -por mas de diez años vi el decaimiento de seto hasta que no soporte más y decidí buscar algo más allá.... -

-volverte un lucano no es la solución a tus problemas...- escupió con rabia.

Mokuba sonrío -aja, pero sabes no me importa lo que digan... ser lucano es tener el poder, que ni siquiera el primer drácula tuvo- el rubio se tenso, al ver eso los ojos azules de mokuba brillaron con malicia -no lo sabias?, has estado encerrado en esa habitación por mas de quince años, el paso del tiempo se hizo efectivo y el único que no lo noto, fuiste tu, por imbecil; el día que te trajeron a este castillo tu padre perdió contra los ortodoxos, pero no solo eso, peleo contra varios monstruos que querían matarlo, pero finalmente le dieron un aviso a los turcos y el cortaron la cabeza, para luego ponerla en un palo cerca de los comensales rumanos, para que vean que habían hecho con su gran regente, mientras que rebanaban su cuerpo y se lo dejaban de comer a los cerdos...- dijo con alegría y más cando vio dos lagrimas en los ojos del rubio - tu Rumania fue sofocada y destruida, fue conquistada por los turcos, mí padre fue allá a pelear cuando los gitanos lo destruyeron y empalaron vivo,. Así que mi hermano seto tomo el poder en Hungría, en esos días decidiste escaparte de tu maldito encierro para que te golpearan, debieron haberte matado, pero no las alimañas como tu siempre tiene suerte...-

Joey sonrío audazmente, mientras que trataban de asimilar la situación y las palabras del pelinegro -supongo que lo dices por experiencia, tu debes tener una suerte inmensa ¿Verdad perro?- dijo con rabia, pero aun debía aguardar.

-si, tu aun sigues con vida.... sabes cuando dormiste?... por m{as de dos años... -Joey se sorprendió -dos años completamente inactivo... que comía? como estaba su cuerpo?, como había podido seto resistir todo eso? como el mismo había podido hacer eso, como no sentía el maldito tiempo...- luego mí hermano decidió la grandiosa idea de casarse contigo, intente persuadirlo, pero no, se obsesiono contigo, con protegerte con cuidarte que nada más le importaba en este mundo, hasta yo le deje de importar, SOLO POR TI - se agito violentamente mientras que sus ojos se convertían en amarillos - hace trece años estas casado con mi hermano, seto ya no es un muchacho de 19 es todo un hombre de 37, todo un deliciosos hombre -dijo con lujuria, mientras que Noah reprimía el grito al comprender las palabras del menor y Joey sentía que el mundo que conocía se partía en pedazos -no sabes como es el placer de poder entrar en su cuerpo, porque seguramente nunca a dejado que lo poseas, no sabes como es sentir la estreches de su cuerpo y como se cripta de dolor en aquellos zafiros bellos que tiene por ojos, no sabes como adore verlo llorar por mis penetraciones y marcarlo con mi esencia lucana, hasta que no quedo ni una gota en mi.... no sabes como su sangre me revitalizo las venas... no sabes como disfrute haciéndolo mío y cuando te mate, voy a seguir haciéndolo...- se lamió los labios lujuriosamente, recordando vivamente como había violado a su hermano mayor, claro de no haber sido por su poder de hombre lobo jamás lo hubiera podido tener a su merced.

-SOBRE MI CADAVER¡¡¡¡- grito el rubio sacando unas fieras uñas de unos cincuenta centímetros y los colmillos blancos que salían de su boca, más unos ojos rojos que lo volvían irreal.. Mokuba dio dos pasos hacia atrás.

-un.... vampiro........- susurro Mokuba -así que eso era.....-

No llores más me duele que llores tanto
Ya todo paso ahora estamos los dos

No quise lastimarte

No lo hiciste mi cachorro
Te amo

Aunque me duela
También te amo

La agilidad vampirica de Joey aumentaba en cada golpe, mientras que la fuerza lucana se apoderaba del menor de los kaiba, mientras tanto en aquella sala llegaba un maltrecho castaño, que trataba de detener una pelea absurda, cuando entro al salón pudo ver con claridad como una pelea entre seres anti naturales estaba en la sala de su reino.

Mokuba tenia casi todo su cuerpo convertido en hombre lobo y Joey se mostraba mas etéreo, mas adusto, mas irreal y mas hermoso, las bellas uñas largas atravesaban la piel de mokuba cercenándola y sus colmillos rasgaban y rompían la carne de aquel animal.

Lo que quedaba en humano de mokuba gruñía como un desesperado y trataba de esquivar los ataques furibundos de aquel vampiro rubio, hasta que de un tajo la fuerza de Joey le quebró una de las piernas y se la quito del cuerpo, dejando un charco de sangre oscura e infesta que empapaba la fría piedra del palacio.

Joey sonreía malignamente -seto, es MIO- grito con rabia mientras quebraba la otra pierna de mokuba dejándola inservible y ocasionando un crujido de madera vieja -NUNCA debiste poner tus garras sobre el ser mas bello del planeta- gruño en altisonantes, mientras sacaba sus colmillos y desgarraba el pecho a desdentadas - ES MIO Y ESO LLEVATELO ALINFIERNO- dijo duramente mientras de un golpe certero el arrancaba la cabeza.

Todos vieron como el cuerpo de mokuba regresaba a su ser original, y la cabeza de lucano se transformo en humana.

-Joey- susurro Seto mirándolo cansado y en ese momento el rubio volvió a ser el mismo niño de 19 años que protegía su Seto.

Lo lamento no quise dañarlo

Si quisiste

Si quise, te daño te toco, te lastimo y yo en todo mi poder no pude hacer nada

No te culpes

Sacrificaste tu vida por mí

Únicamente te ame, de eso jamás me arrepiento


El rubio soltó la cabeza de mokuba mientras se abrazaba al cuerpo de su esposo.

-mentiroso, me mentiste, maldito mentiroso- lloraba el rubio en brazos de seto mientras lagrimas de sangre manchaban el otros de su dañado dragón.

-cálmate Joey por favor- rogó el ojiazul mientras le besaba los cabellos y miraba con dureza la cabeza de su hermano menor.

Noah salio de los brazos fuertes de Aslak y miro a su cuñado y a su hermano, un amor que venció razas, fronteras, edades, hermanos y mentiras, miro a ángel.

-Aslak por favor incinera el cuerpo y borra el nombre de Mokuba de los anales de la historia de nuestro pueblo- miro a seto y vio la mirada ensombrecida de su hermano mayor - también borra a seto y a Joseph, nadie debe saber que siquiera vivieron- ordeno recibiendo un asentimiento de su hermano mayor que aun sostenía a su rubio y poderoso esposo.

Seto tomo a Joey entre sus brazos y le beso con ternura -debemos irnos, no solo buscaran lucanos sino ahora a ti...- susurro entre el beso, el rubio asintió mientras juntos caminaban hacia su habitación, había su mentira, hacia su lazo de amor.



Te amo, perdóname todo lo dicho amor

Siempre te he perdonado cachorro ¿porque lo olvidaría ahora?

No me dejes....

Nunca

Joey recostó suavemente a seto en la cama mientras veia las heridas, seto sintió el peso en su cuerpo y con cuidado cepillo entre sus dedos los cabellos de oro de su vampiro predilecto.

-Joey, hazme el amor- rogó el ojiazul mientras lo besaba -hazme olvidar con tus caricias, las caricias obligadas, déjame sentirme tuyo y límpiame de esta suciedad -Joey simplemente asintió besando, suavemente cada Pedazo de piel de su esposo, mientras cumplía con ese capricho del ojiazul, ya que nunca se repetiría, el no quería poseer a seto, quería que seto lo poseyera, pero solo por esta única vez él limpiaría el mal proferido al cuerpo de su bello dragón y con cuidado y amor limpiaría ese sucio recuerdo de ese hermano desequilibrado....

Beso y amo cada gemido de seto y se posesiono de él, de un hombre mayo en físico, en experiencia y en amor... con cuidado mientras lo embestía le beso los labios mostrando sus colmillos -quiero que seamos uno toda la eternidad- le susurro entre labios.

El ojiazul abrió sus ojos y luego hecho su cabeza hacia atrás en modo de ofrecimiento, Joey lamió el cuello y luego mordió la superficie, hoy serian amantes eternos.


Te arrepientes de ser lo que eres

No, nunca, estoy contigo este y mil años, no hay nada de que arrepentirse
Te arrepientes de convertirme

Nunca, jamás


Seto beso los labios de su rubio, mientras se levantaba de la espaciosa cama y dejaba dormido a su amante vampiro, se coloco una sabana en la cintura y miro desde el pent house la luz brillante de la cuidad que había a sus pies, los siglos habían pasado, como un susurro, el tiempo ahora no era un problema, ya nunca mas lo fue desde ese día, solo ellos dos en el mundo, solo ellos dos contra el mundo, solo ellos dos contra los evos, unos aparentemente frágiles brazos lo abrazaron por la espalda.

-que piensas Seto?- pregunto el rubio recostando su cabecita rubia en la espalda de Kaiba, en la actualidad ambos estaban igual de pálidos, solo que uno aparentaba 19 y el otro 37.

-te arrepientes de nuestra historia?- pregunto dándose la vuelta y mirándolo a sus ojos rojos.

El rubio le sonrío -no, porque lo preguntas- seto lo atrajo hacia su cuerpo.

-Aun lloras de vez en cuando y dices los monólogos de siempre, de mi obligación.. De mi posesión, aun después de más de quinientos años- le besa las manos con cariño.

Joey simplemente se aferro a su cuello -no, solo no quiero olvidar eso es todo, no mas mentiras, no mas verdades a medias, te amo seto...- susurro entre besos mientras era alzado para ser conducido a la cama.

-te amo Joey aun en nuestra maldición- susurro seto mientras lo veneraba con paciencia.

-nuestra maldición de mercenarios, nuestra maldición vampirica- susurro Joey mientras sacaba sus colmillos largos -una de la cual no me arrepiento-

para que seto terminara la frase-y que yo me alegro de tener, mi bello drácula- de nuevo en las tinieblas de la maldición se siguen amando este par de amates vampiros, llenado las ciudades oscuras de leyendas y consiguiendo adeptos a su causa y hasta seguidores, ero lo que nadie sabe es el comienzo de esta bella historia vampirica de estos hijos de drácula, una historia señores y señoras que yo les acabo de contar entre las sombras de la ciudad Londres, que envuelve a los amantes inmorales entre el amor y la sangre...

Los deja a ustedes, Lady Luna Shinigami y espera esta humilde servidora que sus amores duren esta eternidad como l de nuestros bellos vampiros.

Owari

Musas en futura huelga ^^UUU han trabajado mucho ^^UU y aun les falta muajajajaja

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