Lentamente el joven abrió sus ojos, sólo para encontrarse en un lugar que no conocía, se sentía confundido y desorientado, además apenas si soportaba el mareo que lo embargaba, y no podía enfocar bien la vista, tal parece que la droga que le habían dado si era muy fuerte, se encontraba tendido en una gran cama y no fue hasta que trató de incorporarse cuando se dio cuenta de que tenía las manos esposadas tras su espalda, trató de forcejear pero todo fue inútil sólo logró que su malestar empeorara, después de un rato sólo se quedó mirando el techo y tratando de recordar cómo es que había terminado en estas condiciones.
Deslizó su mirada por la habitación que era bastante espaciosa, las cortinas del ventanal estaban descorridas y atadas en un lazo a cada lado, eran de un tono azul oscuro con detalles bordados en hilo plateado bastante elegante al igual que el cobertor de la cama, la gasa también azul pero ligeramente transparente que colgaba tras la cortina se agitaba suavemente con la brisa que entraba, aún era de noche pero no tenía ni idea de la hora, frente a la cama se encontraba un gran armario de tres puertas dos de las cuales eran de corredera, a un lado junto al ventanal se encontraba un sofá de cuero negro, junto a la cama, una mesita de noche donde estaba la pequeña lámpara que proporcionaba la tenue luz en que se encontraba y un vaso con restos de algo que por el color parecía ser whisky o algo similar, finalmente frente al ventanal estaba una puerta.
Habían transcurrido tal vez diez minutos o más cuando notó algo apoyado en el sofá, se trataba de un estuche tal vez de guitarra o… bajo, “¿acaso sería su bajo?” pensó, pero…¿era posible que la persona que lo llevó a ese lugar también hubiese llevado su bajo? su preciado bajo, de pronto imágenes comenzaron a aparecer en su cabeza, pero sin ningún orden parecían sólo imágenes si sentido aparente, un forcejeo en su auto, el bar, el escenario, personas discutiendo, el público, gritos, un estacionamiento… y él, ese sujeto, aquel que tantos problemas le causaba, el causante de todo su sufrimiento, pero todo era tan confuso, más bien demasiado confuso.
Justo en ese momento oyó ruidos desde el exterior, alguien acercándose y él indefenso, odiaba sentirse así, vulnerable. Pero por otro lado por fin sabría quien era el maldito que lo tenía en estas condiciones, el problema era que todo le daba vueltas, de pronto el pomo de la puerta giró y esta se abrió dejando entrar a la alta figura de un joven, el cual traía una botella casi vacía en las manos. De todas las personas en el mundo él era la última que quería ver en estos momentos, su sola presencia le heló la sangre paralizándolo de miedo por unos momentos, sin embargo supo disimularlo perfectamente, y mientras el joven se le acercaba lentamente, la ira comenzó a arder el su interior.
- ¡¡¡KUSANAGI!!! – Exclamó finalmente – ¡¡¿Qué demonios hago aquí?!!- gritó, su mareo aumentó y su malestar en general, se sentía muy extraño tal vez debido a la droga, sin embargo el otro joven sólo lo observaba y con una mirada muy extraña, Iori trató de incorporarse nuevamente, la furia reflejada en sus ojos que brillaban como rubíes y su cabello carmesí totalmente revuelto le daban un aspecto totalmente salvaje, sin embargo Kyo parecía no inmutarse con nada, ¿en qué estaría pensando? Se pregunto el pelirrojo, se encontraba esposado y eso no era bueno al contrario sentía que era malo, muy malo, y ni siquiera podía intentar quemar las esposas, ya que como eran metálicas eso sólo le haría daño a él mismo por lo que sería contraproducente, ¿acaso pretendía matarlo a traición?
- ¡¡RESPONDEME MALDITO KUSANAGI!! – ya había perdido la paciencia, sin embargo Kyo no se veía para nada normal – ¡¿QUE MIERDA HAGO AQUÍ?! ¡¿ACASO TANTO MIEDO ME TIENES QUE ATACAS A TRAICIÓN?! ¡¿DONDE ESTA TU MALDITO HONOR?! – De pronto el joven Kusanagi comenzó a acercarse hacia la cama pues hasta el momento sólo se había mantenido junto a la puerta observando al histérico Yagami, sin embargo, su paso era muy irregular, pensó Iori quien tenía la furia reflejada en el rostro.
¿Cómo era posible que ni siquiera drogado mejorara un poco su carácter? Se preguntó Kyo, mientras observaba al pelirrojo y sin quitarle la vista de encima de una forma que el joven Yagami jamás había visto, por lo menos no en esos ojos castaños que generalmente reflejaban todo lo que su dueño pensaba, pero no esta vez, esto lo intimidó un poco, no sabía porqué pero ese mal presentimiento no lo abandonaba y el extraño comportamiento de Kyo quien se encontraba cada vez más cerca suyo lo ponía nervioso.
- ¿Acaso no lo recuerdas Yagami? ¿Tan drogado estás? ¿O es que fue demasiado traumático que optaste por olvidarlo? – por fin le habló el moreno mientras dejaba la botella sobre la mesita de noche, pero sentía su voz distante, demasiado. Sin embargo el joven estaba a su lado y le hablaba casi al oído, sólo entonces lo notó, ¡¿pero que era ese olor?! ¡¿Era alcohol?! ¡Si! ¡Kyo estaba borracho! ¡¿Era esa la causa de su extraño comportamiento?! No lo sabía con exactitud, sólo sabía que ninguno de los dos se encontraba en todos sus sentidos, de pronto y debido a las palabras de Kyo por fin pudo recordar lo sucedido hace algunas horas atrás y el nombre de ese tipo volvió a su mente…. Yashiro…
FLASHBACK
El bar estaba totalmente lleno y su dueña la joven King se encontraba conversando muy amenamente en la barra con Mary, su compañera de equipo, mientras en el escenario se encontraba dando los últimos acordes de su canción el joven Yashiro Nanakase, al terminar es anunciado el siguiente grupo que no es otro que el de Iori Yagami, el público se encontraba totalmente eufórico, emocionado ante el atractivo pelirrojo en el escenario, luego un gran silencio al escucharse la primera nota de su tema y las chicas y algunos chicos también quedaron hechos una poza de agua en el suelo por la profunda y sensual voz de aquel muchacho. Yagami se encontraba totalmente concentrado en su canción o por lo menos era eso lo que aparentaba, ya que tan pronto como subió al escenario lo había visto… si, él se encontraba viendo su presentación, oculto entre las sombras, en una de las mesas del fondo y acompañado de su amigo Nikaido se encontraba la persona que más lo hacía sufrir en este mundo Kusanagi Kyo, ¿Por qué me haces esto cuando sólo quiero sacarte de mi cabeza? Se pregunto. Ocultando todos los pensamientos que pasaban por su cabeza continuaba cantando y tocando el bajo de una manera tan delicada, todo lo contrario a como solía ser siempre con casi todo el mundo, imaginando que se trataba de él, que por fin lo tenía entre sus brazos y que ya no había por qué seguir peleando.
Esa noche en especial se veía realmente hermoso, si hasta parecía un ángel, además la forma como vestía llamaba bastante la atención, había cambiado su típico pantalón rojo con esa enfermiza cinta entre las rodillas por uno de color negro bastante ajustado a sus firmes piernas, su larga camisa blanca y chaquetilla con la luna en la espalda, por una camisa de seda negra, también larga pero no tanto como la blanca, cerrada desde el cuarto botón permitiendo ver su bien formado pectoral y su suave piel blanca, además traía una cadenita de plata colgando sobre su pecho con el kanji de la luna.
Al finalizar su canción la cuál era una preciosa balada, Yashiro se le acercó para felicitarlo por su interpretación.
- Wow, Yagami, ¡realmente cantas estupendo! – le dijo con una sonrisa en el rostro.
- Hnn – fue la respuesta del pelirrojo, totalmente cortante.
- Ho, vamos Yagami, ¿todavía estas resentido por lo del señor Orochi? – le dijo manteniendo aún la sonrisa en el rostro.
- ¿Que pretendes Nanakase? – le preguntó finalmente Iori, con una mirada totalmente fría por parte de sus ojos escarlata.
- Está bien, voy al grano pero no te enfades, quiero proponerte algo – Sin embargo Iori tomó su bajo y le dio la espalda.
- Lo siento pero no tengo tiempo para perder contigo, alguien me espera – dijo mientras se dirigía hacia la salida.
- Por favor Yagami, ¿escúchame si? No es sobre peleas ¡se trata de música! – Al decir esto Iori detuvo su marcha, pues había dado en un punto importante para él.
- Es solo sobre música – Le dijo rápidamente el joven albino al notar que por un momento captó la atención del pelirrojo.
- Te escucho, pero que sea rápido – Accedió finalmente el señor del fuego púrpura, mientras se dirigían a tomar asiento.
- ¿Te parece que pida algo Yagami? ¿Qué quieres tomar? – le preguntó el albino.
- Sólo una cerveza – le dijo mientras acomodaba su bajo para que no estorbara ni se cayera.
- Bien iré por ellos espérame un segundo, ¿sí? – Y se fue rápidamente a la barra ya que no estaba como para esperar. Mientras tanto Iori no se dio cuenta de que era observado por la espalda, ya que atrás de él se encontraba la mesa de Kyo y Benimaru, luego de unos minutos Yashiro volvió con el pedido, una cerveza para Iori y para él un vodka, comenzaron a beber y luego de un rato Yashiro le propuso que tal vez algún día podrían tocar juntos, a Iori no le pareció tan mala idea así que le dijo que lo pensaría y otro día le daría la respuesta, sin embargo de pronto comenzó a sentirse un poco extraño, y eso que sólo bebió una cerveza, así que se despide y se va, algunos segundos después de que Iori sale, Yashiro lo sigue con una extraña sonrisa en el rostro.
Por su parte Iori ya se encontraba en el estacionamiento pero se sentía demasiado mal, estaba muy mareado y apenas si se mantenía en pie, a duras penas logró llegar a su auto y se encontraba apoyado en él cuando de pronto sintió que algo lo sujetaba por la espalda y lo giraba violentamente estrellándolo contra éste haciéndolo perder el aliento por unos momentos, logró escuchar algo pesado cayendo al piso, se trataba de su bajo, pero era como tan distante que no parecía como si eso fuera en ese lugar justo a su lado, todo fue tan rápido que no logró ver de quién se trataba, cuando por fin pudo enfocar bien su vista, se encontró con unos ojos color granada que lo miraban de manera extremadamente lujuriosa.
- Ahora si Yagami, no puedes defenderte, ¡estás a mi completa merced! – Dice, mientras une sus labios a los del pelirrojo en un apasionado beso para sorpresa de Iori, luego se separa de éste y comienza a recorrer con sus labios el cuello de Yagami quien trata de forcejear inútilmente.
- ¡¿Qué haces Nanakase?! ¡¡SUÉLTAME KISAMA!! (Bastardo) – Grita Iori intentando soltarse del agarre de Yashiro, pero no puede, la droga que éste colocó en su cerveza cada vez hacía más efecto en él y su cuerpo poco a poco iba cediendo a los besos y estímulos de aquel maldito albino.
“¡¡Maldición que me pasa!!” gritaba el pelirrojo en su interior, mientras el otro joven abre la puerta trasera del vehículo y lo tumba contra el asiento besándolo y acariciándolo mientras “¡su maldito cuerpo le corresponde!”, lentamente Yashiro comienza a desabotonar el pantalón de Iori quien no se lo puede creer, “¡¿cómo es posible que le esté sucediendo esto a él?!” Poco a poco las caricias se hacían más placenteras para pesar del pelirrojo quién ya casi no podía pensar con claridad, Yashiro desliza sus manos entre los pantalones del joven señor de la luna tomando su ya erecto sexo y acariciándolo vigorosamente mientras sus besos comienzan a bajar por su cuello, luego su pecho y abdomen hasta llegar a su entrepierna, en ese momento Iori ya se da por perdido pues en este estado no había nada que pudiese hacer su propio cuerpo lo traicionaba, sin embargo, de pronto las caricias cesan y Yashiro es jalado violentamente hacia fuera del vehículo dejando a un semidesnudo Iori luchando por mantenerse consiente.
- ¡¡¿PERO QUE RAYOS ESTAS HACIENDO MALDITO IDIOTA?!! – grita un furioso Kusanagi.
- Nada que sea de tú incumbencia Kusanagi, ¡Y ya lárgate que estoy ocupado! – responde el albino mientras se acerca nuevamente al vehículo, pero Kyo se interpone.
- ¡¿No te le vas a acercar, ME OISTE?!! – grita mientras le propina un fuerte puñetazo a Nanakase pues realmente estaba ardiendo en furia tras ver lo que ese estúpido albino le hacía a Iori, a “SÚ IORI”.
- ¡Maldito desgraciado! ¡¿Y desde cuando eres la niñera de Yagami?! – alega Yashiro reincorporándose luego de aquel golpe y dirigiéndose a atacar a Kyo.
- ¡Eso a ti no te interesa, sólo no te le vuelvas a acercar! – y lo golpea nuevamente.
Mientras tanto Iori no puede creer lo que escucha, ¿Acaso Kyo lo estaba ayudando? Pero… ¿Por qué? ¿Por qué lo ayudaba? Siente como si todo eso se tratase de algún extraño sueño, y su conciencia…maldición se le estaba escapando, por momentos sentía que estaba a punto de perderla completamente. Luego de unos momentos que le parecieron eternos ve que una figura se inclina sobre él, no logra distinguir de quien se trata, cosa que lo pone completamente tenso, pero en ese estado…¡Casi no se podía mover y ni pensar en tratar de defenderse!, realmente se encontraba tan indefenso como un niño ¡¡MALDICION!! ¡¿Cómo pudo ser tan confiado?! ¡¿Qué demonios le había dado ese miserable de Nanakase?! ¡¡No quería que lo volviese a tocar así!! ¡Maldita sea! ¡No quería, no quería! ¡¿Qué iba a hacer?! Se repetía una y otra vez en la cabeza, estaba comenzando a desesperarse, pero después de unos momentos siente que esa persona acomoda sus ropas gentilmente y lo ayuda a salir del auto, apenas si logra distinguir su rostro, se trata de Kyo quien lo había salvado en el último momento dejando a su anterior agresor inconsciente en el piso.
- Yagami, ¿te encuentras bien? ¡¿Yagami?! – trata de hacerlo reaccionar.
- ¿Q…qui…en…? ¿Ky…o…? – logra articular Iori, sin embargo se encuentra demasiado ido y de pronto siente que sus piernas ya no lo sostienen, y de no ser por Kyo quién lo sostenía fuertemente hubiese terminado tendido en el piso tal y como se encontraba Yashiro.
FIN DEL FLASHBACK