Por: Andy Galadrim
CAPITULO DOS: “FÉNIX”
- al menos que tengas una buena razón por la que no deba hacerlo- sus ojos brillaron mientras me colocaba el arma directamente sobre la frente y comprendí que comenzaba a jugar conmigo.
- tal vez no sea una buena razón, pero es la razón por la que te busqué-
- habla-
- libertad- dije únicamente y el chico alzó una de sus cejas sin comprender.
- deseo tener la misma libertad que tú…- sonrió.
- matar no significa ser libre, tan solo me gano la vida-
- pero vives, eso es lo que yo quiero y no me molestaría hacer lo que ustedes-
- ja!, y ser infiltrado de la policía no tiene nada que ver con eso verdad?-
- tan solo los utilicé para llegar aquí- sonrió complacido y guardó el arma.
- todos utilizan a las demás personas…bueno, será divertido- y sacando un pequeño cuchillo cortó mis ataduras.
- te mantendré vigilado, así que no trates de hacer algo estúpido- me dijo y se dirigió hacia la puerta. Fuera aguardaban los demás miembros del grupo, me observaron sorprendidos y el líder se adelantó hacia el pelirrojo.
- por qué el espía todavía está vivo?!!- el chico le sonrió divertido y lo pasó de largo.
- calma Bry, será mi responsabilidad- el pelilavanda me mandó una mirada desconfiada y molesta pero lo ignoré y seguí al chico pelirrojo.
- si vas a formar parte de nosotros tienes que conocernos y saber nuestros motivos- comenzó pero rió interrumpiéndose.
- vaya que molestaste a Daniel!! Pero ya los conocerás a la hora de la comida…hay algo que deseas saber primero?- fruncí el ceño “por qué demonios no los encontré si busqué por toda la maldita abadía!!”
- por qué no los encontré en la abadía?-
- crees que somos idiotas?, no eres el único infiltrado, en total son diez, los conocemos y vigilamos, comenzaron a llegar hace un año y desde entonces ya no podemos seguir viviendo ahí- dijo asomándose por una ventana, lo imité y a lo lejos distinguí la gran contracción de la abadía, en realidad ya sospechaba que no estábamos ahí.
- vivimos en esta cabaña, principalmente Daniel es el que nos manda las ordenes, además de cubrirnos. El señor Boris fue el que comenzó con todo esto, ya éramos demasiados y no podía mantenernos, todo empeoró cuando un grupo de mafiosos seleccionó nuestro hogar como su guarida…eso fue la gota que derramó el vaso…- hizo una ligera pausa y continuó caminando.
- después se formó el grupo, elegido cuidadosamente por el señor Boris cada miembro de los Blitzkrieg boyz tiene una habilidad que sirve para nuestro trabajo, nadie ha rechazado participar… tan solo protegemos nuestro hogar-
- por eso matan solamente a mafiosos?- pregunté y el chico asintió.
- Minsk también está metido en esto?-
- ese chiquillo? Lo preguntas por lo que pasó en su habitación verdad? Pues no, fuera de la abadía solo Daniel es del grupo- rió.
- tan solo supimos manipularlo, fue fácil, sabíamos que si se expandía un rumor de tu partida tendríamos una cuartada para después de matarte y que el niño correría hacia ti en cuanto se enterara. Esperarías hasta la noche para hablar con él e irías a su cuarto- me miró burlonamente.
- eres muy predecible-
- y tú muy arrogante- ignoró mi comentario.
- este será tu cuarto, la única regla es no salir de la cabaña solo…al rato traerán tus pertenencias- se detuvo y me miró con seriedad.
- una sospecha de mi parte y una bala te atravesará la cabeza antes de que te des cuenta- amenazó y me dejó solo.Complacido observé la habitación y me acosté en mi nueva cama. Al instante fruncí el ceño.
- aún me duele la cabeza…-
oooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
- miren quien llegó!, la mascota de Yuriy!!- dijo un sujeto fornido de cabello rubio, a su lado el llamado “halcón” me mandó una mirada de desprecio que me hizo notar que no estaba para nada de acuerdo con la decisión del pelirrojo.
“y hablando del rey de roma…”
- Hiwatari!- llamó el chico y me senté a dos sillas de él.
- te presentaré a los demás, conoces a nuestro líder Bryan, a su lado está Spencer, luego Carlos, Gerardo, Daniel que se dignó en acompañarnos el día de hoy, Pablo e Ian, como te habrás dado cuenta nuestros nombres no son usados para las misiones así que nuestros nombres clave son: halcón, ballena, libélula, Gerardo, Clío, Sp y serpiente- memoricé enseguida tanto los nombres como los apodos, extrañándome del único sujeto que no lo tenía. De pronto sentí una penetrante mirada que recaía en mí, ojos azul ártico me observaban detenidamente lo cual me hizo sentir bastante incómodo.
- tú debes ser el Fénix- aseguró y comenzó a comer tranquilamente. Todos me observaron por un rato antes de imitarlo.
Al acabar la comida ya conocía un poco mas de cada uno de ellos, Spencer era muy alto y fornido, muy callado y malencarado, Carlos era bajo de estatura (y siempre tenía camiseta s que decían libélula), de cabello castaño claro en rastas y ojos almendrados, hablaba bajo por lo que no sabía de lo que hablaba con el de al lado de él, sin embargo su risa era estridente, Gerardo era muy alto, delgado y de cabello y ojos negros, sus movimientos eran extraños…Daniel era el chico que había conocido antes y seguía con la misma expresión calmada, a simple vista Pablo ( extremadamente delgado y de cabello castaño oscuro) parecía el más calmado y sin embargo una vez que comenzó a hablar nadie lo detuvo, Ian era el más bajo y el más nuevo en el grupo (por supuesto, antes de mi), en verdad hablaba de cosas sin sentido y lo que más me llamó la atención fue su prominente nariz…por último se encontraba Yuriy hablando ocasionalmente en voz baja con Bryan.Tuve el pequeño presentimiento de que hablaban de mí, posiblemente infundado por las miradas nada discretas que el chico pelilavanda me lanzaba.
Al terminar de comer Yuriy se puso de pie, miró intensamente a los demás miembros del grupo seguido de un ligero movimiento de cabeza. Todos se marcharon y me dejaron a solas con Bryan.
- no me agradas para nada y si Yuriy quiere jugar contigo, bien, pero anda con cuidado, si te metes con alguien de mi familia te volaré los sesos- y aunque me molestó la manera agresiva en la que me lo dijo no pude evitar el sudar frío.
Se marchó y me dejó acompañado de mis pensamientos, sonreí. Me había convertido en alguien muy popular, en tan solo un día tenía dos amenazas de muerte…
Después de caminar un rato por el lugar, (aprendiendo los caminos por si era necesario) encontré un cuarto lleno de computadoras. Gerardo tecleaba con rapidez en una de ellas mientras a su lado Daniel hacía yoga.
“que extraños!”
- Dan, tu mejor amigo nos acompaña!- mencionó sin quitar la vista del monitor y sonriendo ampliamente. El otro chico abrió los ojos y me observó.
- no fue muy educado de tu parte no saludarme el otro día- dijo sonriente.
- por qué eres Clío?- pregunté y la sonrisa desapareció.
- Hiwatari! Vamos, hay algo que tengo que mostrarte- y al decirlo me jaló del brazo fuera del cuarto. Suspiró aliviado y mi expresión no podía ser de más confusión.
- olvidé decirte que nunca preguntaras eso-
- el por qué de su apodo?- asintió.
- solo Gerardo lo sabe y créeme cuando te digo que no quieres conocer molesto a Daniel-.
- no creo que sea peor que Bryan…- murmuré y el chico comenzó a reírse.
- ya puedo imaginarme lo que te dijo!!, por cierto!! Mira esto!!- dijo emocionado y corrió, lo seguí sin titubear hasta que se detuvo en una extraña y muy amplia habitación, oprimió un botón y enseguida se desplegaron estantes llenos de armas de diferentes tamaños y tipos.
Sus ojos brillaron y su expresión me pareció la de un niño mostrándole a su mejor amigo su valiosa colección de canicas. Sonreí.
- quieres jugar?- preguntó mientras comenzaba a juguetear con un revolver.
Me encontraba sentado, con la espalda recargada en la pared, sudado, cansado y con la respiración agitada, pero no había podido ser más divertido. Frente a mí, Yuriy estaba en las mismas condiciones que yo, pero el había optado por tirarse al suelo a descansar, se sentó un momento y después de quitarse su chaqueta regresó a la misma posición. Mi mirada fue atraída al instante por el tatuaje de un altivo lobo azul en su cuello.
- qué?- preguntó al darse cuanta de que lo miraba, así que no pude hacer otra cosa que sonreír.
- lo repetimos?- pregunté y él también sonrió mientras se ponía de pie.
- por eso me caes bien!- me dijo y comenzó a colocarle balas a su arma.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Tres días habían pasado y no podía creer lo bien que me había acoplado al grupo, nunca me había llevado con alguien mas que no fuera Max, siempre creí que mi manera de ser era la que impedía entablar conversaciones, pero ahora me daba cuenta de lo equivocado que estaba.
En las mañanas me entretenía platicando (principalmente con Spencer y Gerardo) de temas poco convencionales y después estudiábamos sobre alguna materia en especial, y si Yuriy no hubiera aparecido en las tardes para “practicar” con el armamento Ian me habría mareado contándome la vida de cada miembro del equipo. Disfrutaba de todo y aunque pareciese extraño, el chico pelirrojo se había vuelto mi mejor amigo en tan poco tiempo.
- si no fueras un asesino pagado, que crees que estarías haciendo?- no respondió enseguida.
- estaría estudiando para ser policía…irónico no?- respondió y pateó una pequeña piedra.
- llegó un trabajo!- dijo Pablo mientras abría la puerta de golpe. Nos pusimos de pie.
- ah! No se como pueden estar afuera con tanto frío!!- dijo y cerró la puerta con rapidez.
Al llegar al comedor todos ya estaban sentados observando el plano de lo que me pareció un edificio. Yuriy se sentó en el lugar vacío al lado de Bryan (a quien por cierto seguía sin agradarle).
- el objetivo es Victor Alco, un traficante de drogas y personas. El lugar más conveniente para eliminarlo es su casa, son dieciocho guardias, tres en la entrada delantera y tres en la trasera, cuatro vigilando el primer piso, cinco el segundo y tres fuera de su habitación- dijo Bryan mirando a todos.
- como siempre, Daniel nos mantendrá informados, Carlos se quedará en la abadía, no queremos que su gripa empeore, Ian conducirá, Yura, Pablo y Spencer irán por atrás y Gerardo y la avecilla de fuego irán conmigo por el frente, nos encontraremos en el segundo piso- calló esperando algún tipo de desacuerdo que no llegó, aunque me hubiera gustado reclamarle por lo de “avecilla de fuego”.
- tendremos veinte minutos para terminar así que en dos días habrá que aprendernos la casa y…-
- para que alargarlo? Mejor que sea un día- dijo Yuriy interrumpiéndolo.
- bien, un día será, ya saben lo que tienen que hacer- y al terminar de hablar todos se pusieron de pie y se fueron. Para mis adentros sonreí complacido de que hubiera llegado la primera misión en la que participaría.
En el almuerzo observé a Yuriy. A mi manera de ver tenía todas las cualidades para ser el cabecilla del grupo, y hasta el propio Bryan lo respetaba y obedecía sus pedidos sin reclamar. Cuando momentos después se lo comenté lo único que dijo fue “yo no puedo ser el líder, a Bryan no le gusta jugar”.
- viste como interrumpió a Bryan?- me preguntó Ian señalándome al pelirrojo.
- si alguien más lo hubiera hecho no habría salido ileso!! Supongo que le da muchas ventajas el haberlo conocido desde el primer día que llegó…-
“así que hoy es el día de: hablemos de toda la vida de Yuriy!”
- el chico es muy extraño- dio un trago a su bebida.
- nunca he logrado comprenderlo! Hasta Daniel y Gerardo son más fáciles de entender! Se lleva con todos pero al mismo tiempo no lo hace, no le ha contado a nadie sobre su pasado...ves el tatuaje en su cuello? Se lo hizo un día en el que él y el jefe tuvieron una gran pelea- se acercó y de manera susurrante agregó.
- Dos días después Bryan tenía un enorme halcón tatuado en la espalda, Yuriy parecía conmovido…- abrió grandemente los ojos y movió la cabeza de arriba a abajo.
- extraño, no?- calló y yo miré a Yuriy. Por un momento Ian se quedó callado.
- eres gay?- preguntó de pronto y con los ojos abiertos de sorpresa lo encaré.
- que?-
- digo, siempre lo estás mirando…- se alejó un poco de mí, como si esperara que en cualquier momento le lanzara un golpe por tan osada pregunta.
- solo me gusta verlo- dije sin siquiera conocer mis razones.
- tú también eres extraño…- murmuró.
- pero me caes bien, así que te daré un consejo: no te metas con Yuriy si no quieres que Bryan acabe contigo…-
- hn…-“no le tengo miedo”
- toma Kai- Carlos me extendió un papel enrollado y después se volvió a sentar.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo
Repasé mentalmente cada pedazo de la casa y desenrollé el plano comparando mis recuerdos. Me tiré en la cama y comencé a jugar con la cadena que colgaba de mi cuello, mis dedos acariciaron el dije y fue entonces cuando me senté de golpe. Oprimí el pequeño ojo del fénix y hablé despacio.
- sargento…-
- Kai? Dónde has estado! Hemos…-
- en la abadía, donde más?- pregunté con burla.
- cómo? Nos llegó un aviso que decía que no te había gustado el lugar así que te habías ido! Y cuando mandamos a alguien no pudimos encontrarte!-
“demonios, debí pensar en eso”
- estás bien? Quieres que mandemos un grupo a buscarte?-
- no!! Yo…ya me integré-
- a los Blitzkrieg boyz?, perfecto! Cuando digan o hagan algo que los pueda incriminar nos lo comunicas!-
- …-
- entendido?-
- claro…- volví a apretar el ojo y me volví a acostar.
- bueno…nada dura para siempre- murmuré y volví a revisar el plano.
ooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo