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Amor Yaoi
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.Soy dueño. por Sady

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Notas del fanfic:

Muchos Holas a todos! La idea que da desarrollo a la historia nació hace como un mes y por fin la he escrito.

Espero sea de su mejor agrado.

 

Los personajes utilizados en este FanFic pertenecen al autor de la serie de manga "Naruto", el señor Masashi Kishimoto.

Notas del capitulo:

Bueno....estoy felíz porque ya es una cuarta historia subida a Amor-Yaoi que espero sea leida por mucho xP

Pero si no les gusta me avisan y la elimino jeje...

En fin, gracias a todo el que este leyendo! Este es un SasuNaru.

 

 

No podía dejar de besar esa boca que en cuanto pidió por ser acariciada, ninguna otra acción que no fuera esa se dio paso. Ahora era él quien se encontraba también sin camisa y en su propia habitación con alguien, siendo que nunca antes algún otro que no fuera él había pisado. Las ganas de hacer ciertas cosas las tenia desde hace mas de 20 minutos, pero tuvo que aguantárselas hasta llegar a su propia habitación y no lastimarse o morir en el lugar donde antes se encontraba con la otra persona que ahora le aflojaba lo sujeto de sus pantalones vaqueros… poco a poco quedaba desnudo y no precisamente para dormir, además el también estaba en proceso de quitarle toda tela y ropa al personaje con quien se había encontrado.

 

 

 

*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.*.* 

“Novela negra. Después de cenar con su familia, la dulce anciana Loren Jones cae y muere envenenada con estricnina. «Pero, ¿Por qué cometería alguien una acción como esa?», se preguntan todos. ¡Ja! La policía… la policía y otro buen sujeto hace esa misma pregunta en términos diferentes: « ¿Quién tenía motivos para matar a la señorita Jones?»”  

Bien podría ser la hermana menor que, si bien ya tiene 75 años, todavía se sobresalta cuando piensa en aquel trágico día hace 50 años en que Loren le robó a su novio. Y está el vecino de al lado, a quien se le ha escuchado decir que si el perro de la señorita Jones vuelve a destruir sus rosas habrá consecuencias. Luego ese sobrino despilfarrador que espera heredar una fortuna de la fallecida… y por último pero no menos importante, la camarera que guarda un secreto vergonzoso el cual la señorita Jones conocía y había amenazado en vida con revelarlo.

 

Y así era, Sasuke Uchiha leía con determinación una historia clásica, de sus favoritas por enredar en su narración a detectives además del respectivo delito de alguien y porque al final se revelaría quién tenía algún motivo para cometer el crimen hecho al principio de la historia. Pero había algo, algo que no concordaba para su perfecta tarde de lectura lejos de cualquier bullicio y como momento para satisfacerse así mismo: el maldito gato de extraño color naranja con negro que tenia de mascota y el cual suponía le era fiel no estaba presente con el fin de utilizar su pelaje, no para acariciarle, sino como finalidad de no estresarse más… al parecer al minino no le había gustado el almuerzo de ese día y había ido a sacar sus dotes de cazador. Desde luego no había vuelto todavía y se estaba demorando más de lo debido.

 

Y lo admitía… admitía que se estaba sintiendo solo y por culpa de semejante criatura sin consideración. Y mientras más lo pensaba no lograba concentrarse en la parte de la novela en que iba… unos diez minutos aproximadamente tratando de discernir una única frase en donde uno de los buenos deducía que los sospechosos tenían fácil acceso al veneno de Loren Jones… ¡pero sin el dobe del gato la idea de ser piadoso e irlo a buscar no se le iba de la cabeza! Si lo había cogido un carro, bien compraría un mejor amigo del hombre o perro así fuera más caro mantenerle, aunque quien sabe si con el perro tuviese problemas para tenerlo, porque en cuanto al gato nadie se quejaba de su presencia y movimientos.

 

Cerró el libro y volvió a ponerlo en su respectivo lugar de la biblioteca. Giro para finalmente acercarse al mesón de la cocina y tomar la chaqueta negra que reposaba sobre una preciosa y admirable obra de arte de su compañero de apartamento como igualmente las llaves que estaban a cinco centímetro a mano derecha y su cuerpo se dirigió a la salida.

 

Le recibió un viento helado que solo sirvió para adornar más esa apariencia de superioridad y elegancia propia de su personalidad.

 

-¡Naruto! –bien que podría caracterizarse como una persona tranquila que solo en casos extremos formaría ondas sonoras tan ruidosas como las de ahora, pero bien seguro estaba que unos cuantos llamados así de fuertes y la criatura debería de aparecer… si es que no estaba muerta. – ¡Naruto! … Naru… ¡to!

 

Quince minutos y nada de nada. El “michú, michú” tampoco había servido y la cabronería poco a poco surgía en el rostro apacible de Sasuke; hombre de lo más de guapo de piel blanca, ojos tan oscuros que la pupila se fundía con el iris y cabello azabache, además de poseedor de un cuerpo realmente admirable como para retratarlo y darlo a conocer como un digno David. 

 

-Michú… ¡¡Naruto!! –Ya se había alejado de su casa en unas dos cuadras y en ese trayecto buscó apropiadamente en cada callejón que existiera o las calles correspondientes como vertientes a la carretera principal, y cuando iba a voltear en la esquina en la que ya se encontraba una voz un poco burlesca le hizo detener… ya la había escuchado antes por lo que decidió prestarle atención dándose la media vuelta y encontrándose a ese otro personaje sentado sobre la acera.

 

-¿Conoces a Naruto? ¿Tú Uchiha le conoces?

 

¿Ehh? Claro que le conocía, era su gato al fin y al cabo… lo extraño era que Kiba conociera a su gato ¿Acaso su gato era famoso entre los del barrio?

 

-Si –escuetamente respondió con lógica, según él, motivación para que siguiese hablando y dijera la ubicación si desde luego la conocía. No se tenía que ser sabio para concluir que estaba buscando a Naruto y si Kiba lo había detenido en tal búsqueda debía por educación ayudarle, porque como fuese compartían algunas labores en el “cineclub” de la universidad a la que ambos al fin de cuenta asistían.

 

-Bueno, eso realmente me deja sorprendido. Como supongo lo quieres encontrar ahí te aviso que esta aquí. –Tal frase fue dicha por esa persona que torció un poco su cuerpo con un brazo extendiéndose en gesto de señalar hacia un local que Sasuke entendía era de tatuajes, perforaciones y accesorios para todos los gustos… aunque por las fotos que adornaban la puerta era sugerente que los fresas y niñas plásticas tendrían que traer su propia foto de Hello Kitty. Suspiro un poco sin tratarle de darle el debido raciocinio a las palabras de Kiba –Ojo con él porque se encuentra un poco furioso de la vida. -¡já! Si su gato le encontraba juego a todo.

 

Al entrar al local y abrir la puerta no se dio cuenta de una caja de cartón con varios objetos descargada en el suelo en plena mitad, al parecer por tal acción de trancar la entrada quizás no había servicio, pero como sea tal caja quedo arrugada entre la presión de la pared y la puerta y el ruido formado advirtió a una chica pelinegra y de ojos muy claros que inmediatamente apareció.

 

-Lo siento chico, pero…por estas horas el local está cerrado. Es que…el aviso de “cerrado” no lo encontramos y, y por eso no lo hemos…

 

-No. Yo no vengo a eso. – corto a la muchacha antes de que le siguiera dando explicaciones innecesarias y  una rápida ojeada por parte suya al interior del sitio decidió hacer pero ninguna cola peluda o siquiera maullido se había hecho presente.

 

-¿Entonces? –Ah…claro, ella que iba a saber sobre su intención de pisar tal zona si no era para grabarse un tatuaje, de ahí su tono de extrañes muy diferente al tímido con el que lo había recibido inicialmente.

 

-Estoy buscando a Naruto y me dijeron que aquí está. No me digas que de igual forma le conoces también…

 

-Claro que le conozco y desde que era pequeño, un travieso cachorro e hiperactivamente enérgico –Y eso sonó raro… y mientras la chica lo decía una sonrisa agradable apareció en su rostro seguido de una risilla por que seguramente recordó algo divertido. Definitivamente la gente estaba loca, mirad que ponerle tanta atención a un gato ajeno. -¿Y que eres de él?

 

-Su dueño. -¿Y ahora que le pasaba a la chica? Sus mejillas se tornaron de un color rojo carmín, viro su mirada directamente a los ojos negros de él con una expresión que únicamente se podía tomar como de sorpresa y un papel que su mano sostenía irremediablemente cayó al suelo –Me dijeron que estaba aquí, ¿de verdad esta aquí?

 

La muchacha afirmo moviendo su rostro de arriba abajo mientras dejaba salir de su boca un débil “sí”, recogía el papel del suelo, volvía a levantarse y señalaba una parte detrás de ella. Tal lugar era una pieza de más adornada con interesantes graficas y una cortina negra de material liviano. Un simple “gracias” del azabache hacia la chica fue dicho mientras se dirigía a la ubicación señalada y quizás más alegre porque un poco mas y volvería a su casa a descansar por fin.

 

-¡Gatooooo! Gatito hermoso… eres adorable y me caes bien. Hinata es alérgica y por eso tuve que esconderte. Lo siento por eso, pero ya verás que en cuanto llegue a mi casa te dejaré probar de mi ramen y podrás dormir en mi cama, además serás mi nuevo amigo hasta que te mueras o yo lo haga… Ahh, gato eres muy lindo. ¡Jeje je! Que suerte la mía… al menos sucedió algo bueno hoy y estoy seguro que me dejaran tenerte de mascota, Gaara es estricto pero no tanto.

 

Un rubio sin camisa puesta mimaba como si se tratase de un bebé al gato que tanto Sasuke se había preocupado por encontrar, y este por supuesto estaba viendo tal escena con sus neuronas haciendo miles de conexiones pero sin lograr ordenar muy bien las ideas de semejante escena percibida. Ni siquiera sabía que los gatos se podían poner boca arriba… y ahí estaba Naruto sobre unas piernas y mostrando su adecuada barriga de gato al sujeto rubio que se encontraba sentado en un sofá realmente cómodo. Podría ser que su mascota fuese conocida por muchas personas más, pero… ¡sus cosas eran sus cosas! Y de nadie más. Quería a su gato ahora y se lo quitaría a ese humano que en su monologo… o bueno, conversación con Naruto afirmaba que lo mantendría de mascota. ¡Pues ya vería que ese gato tenía ya dueño!

 

-¡Naruto! –El primer paso sería llamar al animal para que saltase a su regazo, ¿no? –Ven Naruto… salta y vayámonos ya a casa. –Otra cosa rara y ya no entendía la razón de porque sus compatriotas jóvenes en mayoría al parecer estaban locos… el chico rubio le estaba mirando estupefacto ante sus palabras dichas. - ¡Naruto!

 

-Oye, oye… ¿Estás loco? –genial, ahora él era el loco- Porque verás que  ni porque me pagues saltaría a tus brazos… ¡Serás pervertido!

 

-Serás tu dobe. Le estoy hablando a al gato. –en los años de su vida, nadie y era que absolutamente nadie le había llamado pervertido… ni siquiera ofendido de alguna manera o equivocado de lo que realmente era. Sasuke siempre mantuvo su reputación inigualable, y no era que le importara lo que los demás pensaban, pero el solo hecho de hacer lo que sabía hacer sumado a como tomaba las cosas le dejaban a la gente en claro que siempre terminaba siendo el mejor en todo. – Ladrón de gatos – eso ultimo no lo había pensado muy bien… ¿Había sonado a excusa infantil?

 

-¿Ladrón de gatos? Teme, no soy ningún ladrón de gatos ni de nada más. ¿Acaso no sabes respetar a la gente? Mejor vete por donde viniste y que sea por la sombra y no se te estropee más la cara. –Bien que podría responderle a esas últimas frases dichas porque “teme” y “feo” nunca le habían mencionado ni siquiera por detrás a sus espaldas, pero la lengua de un momento a otro se le trabó cuando la otra persona se levanto de su posición alzando y abrazando al minino contra su pecho, por lo que el azabache calló logrando apreciar lo que tenia al frente al tener una vista bastante… atrayente. Y es que el tatuaje de una clase de remolino ubicado alrededor del ombligo y los ojazos azules ajenos no ayudaba mucho a que su vista se negara a seguir viendo el cuerpo del rubio. Pero en cuanto se fijo y logro enfocarse más en la masa peluda de orejas puntiagudas y bigotes más largos que lo normal recordó inmediatamente el hecho de porqué estaba allí.

 

-Dejemos esto aquí y devuélveme a ese gato.

 

-¿Y eso porqué?

 

-Por que es mi gato dobe. Vengo por él –y definitivamente a veces el destino era algo un tanto más interesante a como lo pintaban los griegos. Analizando mejor la reacción anterior del otro chico, quizás este también se llamaba Naruto… igual a como se llamaba su gato.

 

-No.

 

-¡¿Ahh?!

 

Y el muchacho rubio estaba esbozando una sonrisa socarrona de total “molestarle la vida al nuevo conocido”

 

-Este gato me pertenece a mí y solamente a mí. Si te fijas en su cuello lleva un collar con una plaquita de metal en donde esta escrito “Naruto”. Mi nombre es Naruto y por lo tanto el gato es mío porque está marcado a mi nombre. ¿Qué cómo lo tiene? Puede ser misterio de la vida o el regalo de alguien, la cosa es que lo encontré acostado afuera en la calle y nos caímos bien. –termino hablando el chico de también nombre Naruto mientras mostraba al azabache el collar que rodeaba el cuello del gato que aún llevaba alzado sin aviso de querer soltarlo.

 

-Para tu información, ese collar yo mismo se lo compre, yo mismo se lo puse y yo mismo le llame Naruto, por consiguiente ese gato es mío y quiero que me lo entregues de vuelta y además me importan un reverendo rábano que también te llames Naruto, pero si tiene un poco de razón lo más apropiado para ti sería que sueltes a Naruto. –que cosa…ya había hablado más de lo usual.

 

-¿O sino qué? -Mala idea la del chico rubio. Había caminado hasta donde estaba Sasuke decidiéndose acercar más del metro apropiado para la distancia personal propia de una conversación entre personas nunca antes conocidas. - ¿Qué haría una persona como tú a alguien como yo? ¿Qué le haría Uchiha Sasuke a Naruto?

 

Y cómo si esas fueran unas palabras mágicas, la piel entre sus cejas que se había arrugado en son de enfado, dio paso a una expresión de confusión… el chico rubio conocía su nombre, pero Sasuke no lo conocía él. En fin, eso quizás ni importaba, y si sí pues haría de cuenta que no tenía relevancia alguna. Sin previo aviso puso sus manos pálidas sobre el felino domestico en trato de querer quitárselo del agarre puesto del administrador, dueño, empleado, dibujante , visitante o sea lo que fuera de ese lugar al que quizá nunca más volvería a entrar. Pero el otro chico también era fuerte y no tenía la intención de dejar aflojar su enganche sobre el minino… pobre Naruto.

 

De un momento a otro todo intento de forcejeo termino por algo que el azabache no esperaba que sucediese, el otro joven  se había desmayado y por sus excelentes reflejos al menos no había permitido que se golpeara duro contra el suelo. El gato salto del medio de los dos y a una velocidad impresionante se largó del lugar dejando atrás a esos dos extraños humanos, mientras Sasuke alzaba a quien había perdido el conocimiento y lo llevaba al sofá en donde anteriormente se encontraba.

 

Con tal acercamiento lejos de intereses de posesiones o de insultos burlescos, Sasuke volvió a enfocarse en lo guapo y bello que era el Naruto humano. La perfección de su cara y lo atractivo que era su cuerpo no daba cabida que no fuera  pensar que no sería una perdida de tiempo finalmente disponer conocerle. Para  una rápida recuperación del sentido decidió alzar los pies del rubio con la ayuda de otra caja que se encontraba por ahí, y con la idea de que quizás el problema era el no haber digerido comida alguna durante el día, Sasuke salió con el fin de regresar luego de comprar algún alimento con el fin de que el otro muchacho comiera al recobrarse del desmayo.

 

No vio a la chica de cabello largo y ojos claros para cuando salía y pensó que así seria mejor para no tener problema alguno o ponerse a explicar cosas que no quería. Seguidamente ya estaba de vuelta y traía consigo una bolsa con agua no muy fría, un yogurt con frutas y una especie de pastel no muy grande pero como sea comida. Al entrar el rubio bajaba del asiento la caja que le había sostenido los pies pero cada uno de sus movimientos eran toscos y no muy bien medidos. Así Sasuke empujó con suavidad el torso algo moreno del rubio con el fin de que se volviera a sentar y ubico frente a este una banquita para él mismo sentarse. Tomó el agua y le dio de beber de ella a quien antes estaba inconciente. Destapó el frasco de la bebida láctea y la ofreció inmediatamente para luego tomar la mano libre del rubio ahora con cara de sorprendido, ya con la finalidad de que también comiera de esa otra cosa.

 

Realmente no sabía porque estaba ayudando de esa manera  a otra persona que no fuera él. Quizás era culpabilidad de que el desmayo se haya dado, pero aunque fuera por esto, una simple disculpa habría dado para luego irse del lugar… pero no, Sasuke se encontraba allí dispuesto a acompañar al ojiazul y no tenia el propósito de marcharse todavía. Ya su gato no era lo que rondaba por su cabeza. Solo captaba toda imagen posible del Naruto que tenía al frente.

  
Notas finales: Tranquilos... el siguiente capitulo es el que tiene lemon para sus exigentes cabezas xD....

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