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No lo volveremos a hacer por Kirah69

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— ¡Hey chicos! Ya que hemos acabado nuestra misión ¿Qué os parece si vamos a las termas para relajarnos?—el simplón de Yusuke propuso algo inteligente por una vez.

—Sí, cierto, últimamente Koenma no nos da descanso. Deberíamos relajarnos aunque fuera un día—Kuwabara secundó con una gran sonrisa la propuesta.

— ¿Relajarnos? Tú estás relajado siempre. Somos Kurama y yo los que hacemos todo el trabajo—le respondió el pequeño pelinegro con una mirada de superioridad.

—Pero será idiota el canijo—el pelinaranja alzo el brazo amenazante.

— ¡Basta ya! No empiecen—interrumpió Kurama antes de que Hiei replicara—a mí también me parece una buena idea.

—Hagan lo que quieran, yo paso—contestó el ojirrojos.

  6 horas después

— ¿Ves como ha sido buena idea venir Hiei?—Yusuke sonreía complacido, sumergido en el agua hasta el cuello.

—No consigo entender cómo me habéis convencido—mascullaba el pelinegro lo más alejado posible de los demás.

—Bueno, yo ya me salgo—dijo Kuwabara.

—Eh? Pero si acabas de entrar.

—Sí, bueno, pero es que me han dicho que aquí tienen una sala de juegos y quiero aprovechar.

—Wah!! Entonces yo también voy. Nos vemos en la cena.

Yusuke y Kuwabara salieron de los baños dejando solos a los demonios. El pelirrosa miraba fijamente al pequeño quien hacia como si nada.

—Hace mucho tiempo que no lo hacemos—dijo Kurama sonriendo.

—No te referirás a…—el pelinegro se dio cuenta—¡¡te dije que no lo volvería a hacer!!

—Cierto, eso me dijiste la primera vez y la segunda y la tercera y las siguientes también.

El pelirrosa se había acercado hasta quedar frente a él.

—Me-me da igual, no pienso hacerlo—el pelinegro seguía negándose, sin tan solo mirarle a la cara.

— ¿Ni tan siquiera si hago eso que te vuelve loco con mi lengua?—el ojiverde levantó a Hiei y lo sentó fuera del agua.

El pelinegro no pudo decir que no. Llevaba demasiado tiempo sin sentir aquel placer y la sola punta de la lengua del demonio zorro sobre su miembro lo hizo estremecer. Kurama comenzó a lamer y besar la reciente erección del pelinegro disfrutando de sus gemidos y las expresiones de placer en su rostro que tan solo él conocía. Aquel sonrojo en sus mejillas y la vulnerabilidad que poseía en aquellos momentos lo volvían loco. Se apartó del miembro que estaba a punto y besó los labios temblorosos del pelinegro.

— ¿Q-qu-qué haces? ¿Por qué paras?—decía el pequeño sin poder soportarlo.

— ¿Quieres que siga?—preguntó malicioso el pelirrosa—entonces pídemelo.

—Zorro maldito…

—No te oigo.

—Sigue…sigue chupándomela, haz que me corra—el rostro de Hiei estaba rojo de la vergüenza.

—Te falta algo.

—Por-por favor—era algo humillante pero no podía más.

El pelirrojo, complacido, llevó de nuevo su boca al miembro erecto. Siguió lamiendo, besando y mordiendo hasta que el pelinegro se vino en su boca.

— ¿Otra vez te lo has tragado? ¿No es asqueroso?—dijo Hiei mirando los restos de su semen en el rostro del pelirrosa.

—No, porque es tuyo—Kurama arrastró de nuevo al pequeño al agua y comenzó a besarlo.

Lamía y mordía su cuello mientras llevaba los dedos a su entrada.

—Ah! ¡No, eso no!—gritó el pelinegro al sentir los dedos en aquel lugar.

—Ya has disfrutado tú, ahora me toca a mi también ¿no crees?

Hiei apretó los dientes y desvió la mirada. El ojiverde tomo aquello como una aprobación y comenzó a meter un dedo en su interior sin dejar de moverlo mientras el pequeño intentaba ahogar los gemidos que le provocaba.

—Ya te vuelves a poner duro solo con mi dedo dentro—le susurraba el pelirrojo lamiendo su oreja.

—Ca-cállate zorro estúpido ah!!—Kurama metió de golpe otro dedo en su interior.

—Deberías hablarme bien, al fin y al cabo te tengo en mis manos.

—Ah!!!—el pelirrosa metió el tercer dedo seguido.

Sabía que, aunque lo negara, el pelinegro disfrutaba con aquello, las uñas clavadas en su espalda lo demostraban. Se dieron un húmedo beso mientras el pelirrosa sacaba sus dedos e introducía en su lugar su miembro erecto. Hiei, sin darse cuenta, se abrazó al pelirrosa, éste, bastante sorprendido, correspondió al abrazo y comenzó a moverse en su interior despacio.

—Ah! Hiei, sigues tan estrecho como siempre. Siento que me estás succionando—susurro el pelirrosa deleitándose con aquel placer que añoraba tanto.

—Cállate, pareces un pervertido ah!!—Kurama se movió más fuerte en su interior.

— ¿Pervertido? Entonces tú también lo eres porque lo disfrutas.

Kurama se movió más fuerte y rápido acariciando la nueva erección del pelinegro, deleitándose con las lindas expresiones de su rostro.

“— ¿Cómo puede un demonio tan cruel, poner ese rostro tan hermoso e inocente al hacer el amor? Realmente es lo que más me gusta de esto”

Ambos demonios se vinieron al unísono, manchando e agua con su líquido. El pequeño demonio quedo reposando sobre el pecho del zorro como si se encontrara en otro mundo, acariciando los sedosos cabellos que tanto le gustaban pero que no podía demostrarlo. Kurama sonreía como viendo a un niño.

—No lo volveremos a hacer—dijo Hiei con el rostro sonrojado.

—Claro, como tú digas—respondió el zorro sin ninguna preocupación.

  
Notas finales: gracias por leerme y espero que te haya gustado, me encantaria que me enviaras un review con tu opinion

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