Un chico trenzado recorría las calles de la ciudad, apenas hacia cinco años que vivía en Roma, antes el habitaba en América, hasta la muerte de sus padres, cuando tuvo que ir a lado de sus tíos, pero un año después aprendió a vivir solo, sobreviviendo con la pensión mensual que le dejaron sus padres, tiene 20 años, y aunque no tiene muchos lujos no se puede quejar, por lo menos es libre de hacer lo que quiera,
-Si Trowa, ese hombre no quiso darme el empleo, me dijo que mi ingles no era muy bueno. ¡¿Puedes creerlo?! Es un maldito- El joven trenzado hablaba por su celular
-Tranquilo Duo…- Del otro lado del teléfono, un joven alto, de mirada verde y de cabello castaño peinado de extraña manera, trataba de tranquilizar a su amigo, mientras inspeccionaba a los cocineros de su restaurante.-Sabes muy bien que yo podría darte un empleo en uno de mis negocios…
-NO, ESO SI QUE NO- Grito Duo- Tengo que conseguir algo por mi mismo, no siempre va a ver alguien que me ayude- En su rostro apareció una sonrisa- Pero si quieres ayudarme invítame a comer ¡Es que me encanta como cocinas!
Trowa sonrió confundido, Duo solía ser muy contradictorio, cinco años conociéndolo y aun se comportaba así, por ejemplo, no aceptaba que el pagara toda la renta del departamento que compartían, pero literalmente le había quitado su motoneta sin ningún tipo de remordimiento- Muy bien Duo, entonces te espero en el restaurante de Vía Mazzini a las cinco
-Gracias Trowa- Grito Duo, Trowa tuvo que separar su oído del auricular, después de eso Duo colgó, Trowa observo la labor de sus empleados sonriendo.
-Duo ¿Cierto?- Una chica sonrió frente a el
-Catherine, si Duo vendrá a comer esta tarde
-Muy bien chicos, escucharon, Duo viene, así que prepárense ya saben que parece como si no tuviera fondo- La chica sonrió dirigiéndose a los demás cocineros, Trowa sonrió por el comentario, pero tenia razón su amigo devoraba todo lo que tenia en frente.
Duo seguía transitando por las calles de la ciudad, tenia que llegar a su próxima cita de trabajo, esta mañana había sido mala, muy mala, primero se había quedado dormido, y perdió su primera cita de trabajo, luego en los demás lugares lo habían rechazado y ahora la gasolina estaba a punto de terminarse, esperaba poder llegar a casa, para tomar un poco de dinero, si es que aun tenia…
-Por lo menos comeré con Trowa- Pensó con una sonrisa… pero en ese momento (por su distracción) no vio cuando el auto de frente freno y se estampo contra de el, al auto no le paso nada, pero la luz delantera de la motoneta en la que iba Duo quedo hecha pedazos.
-Oye parece que no te puedes fijar- Duo grito al conductor mientras bajaba de la motoneta- ¿No escuchaste?- Grito golpeando el auto, segundos después del auto bajo un joven de cabello rubio y ojos azules llenos de ternura que hacían que parecía menor que Duo, incluso podía pasar por un niño, sino fuera por su traje y por el hecho de que manejaba
-¿Te encuentras bien?- Pregunto el rubio acercándose a Duo- Debes tener mas cuidado y no ir distraído cuando conduces
-¿Distraído?- Murmuro Duo- ¿Quién se cree que es para regañarme?-Pensó y después de un segundo comenzó a gritar- Yo no me distraigo, usted freno de repente, no se como puedes tener una licencia
-Tranquilízate
-estoy tranquilo, pero por poco me mata, y todavía te atreves a culparme, frenar asi, la calle no es solo para ti
-Yo no frene de repente- El joven rubio se estaba molestando, estaba dispuesto a pagar las reparaciones, pero el chico no se calmaba, el rubio no tenia por que aguantarlo- Yo hice la señal de detenerme hace un rato además…
-¿Qué pasa Quatre?-La voz de un joven interrumpió el discurso, de la puerta de la casa de enfrente, apareció, un joven alto, moreno, de cuerpo atlético, cabello castaño oscuro revuelto y ojos azul cobalto que parecían retar a cualquiera que os mirara
-Hee-chan- Sonrió Quatre- Nada solo un accidente
-¿¡Accidente!? Casi me matas y dices que fue un accidente- Duo grito, después de que la impresión de ver a aquel chico desapareció
-Yo no…- Empezó a explicar Quatre
-Sube al auto- Ordeno el recién llegado, tomando a cabeza de Quatre y revolviendo sus cabellos, este sonrió y subió al auto
-Pero…-Duo trato de reclamar
-No estas herido- Dijo el joven de manera fría y sacando una tarjeta donde escribió un numero y se la dio a Duo- y aunque estoy seguro de que Quatre no tuvo la culpa, marca a este numero, es un mecánico, yo me haré cargo de los gastos- Y se alejo para subir al auto dejando a Duo muy confundido como para decir algo…
Mientras en el auto
-¿Por qué lo hiciste Heero?- Pregunto de manera inocente Quatre, sin separar la mirada del camino
-¿Hacer que?
-Lo de hace unos momentos… nunca habías hecho algo parecido… te ofreciste a pagar… sin que tuviéramos la responsabilidad… sin razonar antes, eso fue extraño- Mas que hablar parecía que Quatre pensaba en voz alta, y dirigiéndose a Heero- ¿Por qué?
-Teníamos prisa- Fue la simple respuesta del aludido
-No te creo- Quatre sonrió de manera tierna e iba a decir algo mas, pero una mirada de advertencia de su compañero lo hizo desistir- Esta bien guardo silencio- Pero su sonrisa no desapareció- Parece que tengo razón, aquel chico de ojos violetas te gusto, ¿No es así Heero?- Pensó mirando de reojo a Heero que parecía perdido en sus pensamientos con la vista fija hacia el frente y los brazos cruzados.
En la calle Duo solo ve el auto alejandose y desapareciendo en una esquina…
CONTINUARA...
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