Corría el año de 2110. La tecnología ha avanzado, mas no como se hubiera querido.
Hacía 15 años había comenzado una guerra horrible. La tercera guerra mundial, y hacía sólo 7 años había acabado.
Ahora nos encontramos en Japón. Un chico en especial. Su nombre es Hideki Akaike, de 17 años.
Sus padres murieron cuando él tenía sólo 6 años, a causa de la guerra. Ese día fue llamado el Viernes Negro.
Ese día en Tokio se hizo un ritual, en el que los pobladores llamaban a la paz. Ahí habían estado todos, en una enorme plaza, rezando por la paz.
Una bomba cayó en aquella plaza, alrededor de las 7 de la tarde, matando al 82% de los asistentes, entre ellos, los padres de Hideki, que quedó herido.
Su madre lo había protegido hasta el último momento, al igual que su padre a ambos.
Se supo que había sido un ataque por parte de terroristas que pretendían eliminar la reserva de armas de Japón, pero el blanco fue errado, y la bomba alcanzó el centro de Tokio.
Esa era la explicación que daba todo el mundo, pero Hideki simplemente no podía quedarse con esa sola respuesta.
Hideki ahora iba a la preparatoria. A pesar de que su vida había sido triste desde aquel día, seguía sonriendo. Eso le había pedido su madre antes de morir.
Su mejor amigo era Haruki Okada, que iba en el mismo año y grupo que él.
Haruki era lo que se dice un "Seme sin remedio", y es que se la pasaba en busca del amor, pero en la manera equivocada.
Aún así, él y Hideki eran los mejores amigos que podías ver. Hideki era un poco rebelde, siempre decía lo que pensaba y lo que sentía, no le importaba si era a alguien mayor que él. Aunque no perdía el respeto por sus mayores.
¿Era feliz? Se preguntaba todas las mañanas lo mismo al despertar.
-Soy feliz mamá, papá...pero creo que podría serlo más.- decía cada mañana, e intentaba ser feliz.
Sus vidas cambiarían aquel día, cuando salían de la escuela.
-Vayamos al centro, tengo que comprar el libro de Física que pidió Ozawa (el profesor)- dice fastidiado Haruki.
-Es cierto. Aprovecharé para comprar el libro de Historia. recuerda Hideki.
Y justo ese día, era Viernes. El aniversario sería celebrado en la plaza en la que había pasado aquella tragedia hace 11 años.
Hideki siempre lo tenía presente y decidió acercarse a aquella plaza. Estaba vacía aún.
-Vayamos a la librería.-dice Haruki señalandole el lugar, que no quedaba a más de media cuadra.
Cuando llegaron, fueron a buscar el archivo. Una ginoide les daría la información que necesitaban.
-Física 3.-escribió Haruki en el teclado del mostrador.
-"USB 5"- le dijo la voz computarizada.
-Historia 3.-escribió Hideki
-"USB 7"- le respondió aquella voz.
Ambos fueron hacia los puertos que les habían indicado.
Traían consigo unos brazaletes que acercaron hacia aquellos puertos USB, éstos se conectaron automáticamente y descargaron la información de los libros que querían. Podían consultarlos cuando quisieran desde sus brazaletes, pues desplegaban una pantalla holográfica que contenía la información.
Así era la tecnología entonces. La Ginoide era una especie de androide, pero femenino que daba la información necesaria y realizaba ciertas acciones.
Los androides existían, pero para otros propósitos.
Los más recientes habían sido usados para la guerra, desactivando bombas y haciendo el trabajo peligroso para los humanos en aquel tiempo de guerra.
En 2103 se había creado la generación más avanzada de ellos, y cuando había acabado la guerra habían sido incorporados a la vida humana, fungiendo como cirujanos, programadores, militares, etc.
Esto había sido decidido por el gobierno, pues esos androides tenían la capacidad de asimilar sentimientos humanos. Se podía decir que eran casi humanos.
Y por eso habían sido incorporados incluso a la sociedad. Aunque pocos se daban cuenta de que eran androides, pues eran de aspecto humano, con piel y cabellos casi reales.
Hideki y Haruki se dirigieron hacia la plaza. Había poca gente y eran casi las 7. Todos llegarían ahí después de un recorrido por las principales calles con sus velas encendidas, en memoria de los fallecidos.
Un sonido llamó la atención de la poca gente que había ahí. Un cristal rompiéndose. Los vidrios cayeron cerca de Hideki y Haruki, que se hicieron para atrás. Inmediatamente cayó por aquella ventana algo.
Ambos, asustados, mantuvieron la distancia, pero se acercaron al ver que lo que había caído era un chico.
-¿Qué demonios fue lo que pasó?- Haruki inquirió al momento de inclinarse a ver al chico, que estaba boca abajo y parecía inconciente.
-No lo sé. ¿Lo conoces?- Hideki se arodilló a lado del chico y lo miró curioso.
-Nunca lo había visto -responde Haruki - Pero debemos llevarlo al hospital pronto.-dice preocupado -Parece que no está bien, está demasiado pálido.-lo pone boca arriba.
-Bien...-entonces Hideki recuerda algo -No podemos llevarlo al hospital, ¿no recuerdas que está atestado de gente?-le pregunta consternado.
-¿Por qué?.-no tenía idea de lo que le decía.
-¿No ves las noticias? Ayer hubo otro ataque, hubo muchos heridos, si vamos al hospital y está grave, podría morir ahí. Mejor llamemos a un doctor. Llevémoslo a tu casa.-sugiere Hideki.
-Sabes que no podemos llevarlo a mi casa, mi madre se pondrá histérica. Mejor lo llevamos a tu casa.-sugiere Haruki
-¿Y qué se supone que haga? No sé curar heridas. No tengo idea de qué hacer.- Hideki revisó al chico, al parecer no tenía heridas.
-Mira, lo dejamos en tu casa, yo voy a buscar al doctor Ryusaki y después verémos qué hacer. Por ahora llevémoslo.- Haruki lo cargó en brazos.
Y lo llevaron al apartamento de Hideki. Era pequeño, pero cómodo. Tenía una habitación, la cocina y la pequeña sala. Hideki tomó un par de sábanas y su futón (cama japonesa)
Los dispuso en la sala, quitando la pequeña mesita que la adornaba, y dejando al chico inconsciente en el futón. Haruki lo acomodó mientras Hideki traía una almohada.
Haruki fue a buscar al doctor Ryusaki, un hombre mayor muy amable y simpático que vivía cerca de la casa de Haruki.
Hideki vigiló al chico mientras tanto. Para no aburrirse se dispuso a ver las noticias desde su brazalete. (yo quiero uno XD)
La pantalla holográfica se desplegó.
"Aún no se ha encontrado a los androides que causaron esta catástrofe, pero se cree que huyeron hacia el este. Hasta el momento hay 79 heridos, 23 de ellos de gravedad, que están internados en el hospital central de Tokio. Es toda la información hasta el momento"
"Los ataques comenzaron hace relativamente poco tiempo, cuando un par de androides perdieron el control, inexplicablemente y atacaron a los asistentes de una ceremonia. Se reportaron después más casos de descontrol de estos humanoides y el gobierno decidió eliminarlos. Hasta ahora, de los 50 creados sólo sobreviven 15, pero la cifra va disminuyendo conforme pasa el tiempo."
Hideki escuchó esas noticias. Entonces apareció Haruki.
-No lo encontré. Su esposa dijo que había ido al hospital. Hay tanto heridos que no alcanzan a cubrir la demanda. No sé qué vamos a hacer.-dice Haruki cansado.
-Dejémos que esta noche la pase aquí. Mañana volvemos a buscar al doctor y ya veremos.- ambos estuvieron de acuerdo.
Al día siguiente, el chico no había despertado aún. Hideki se fue de la casa, preocupado por él.
-¿Y si desperta mientras estamos aquí?.-inquiere Haruki preocupado.-Seguro se asustará, creerá que lo tenemos secuestrado, llamará a la policía y nos arrestarán por un crimen que no cometimos.- Hideki lo mira divertido.
-Creaste toda esa historia en segundos. Demonios, tienes una imaginación...Como sea, le dejé una nota en la puerta.-le dice tranquilo.
-¿Y qué dice la nota?.- pregunta curioso.
-Que cuando regrese a casa le explicaré lo que pasa. Además, él tendrá que darnos una explicación también.-toma su sopa y comienza a comer.
Estaban en el descanso. Faltaba alrededor de 4 horas para que fueran a casa.
A las 2 de la tarde, Hideki y Haruki se dispusieron a ir a casa. Haruki vivía más cerca de la escuela. Hideki debía caminar un poco más.
-Nos vemos mañana.-le dijo Hideki despidiéndose.
-Sí, hasta mañana.- Haruki entró a su casa.
-¡Ya llegué mamá!-dijo dejando sus zapatos en la entrada, y poniéndose las sandalias.
-Hijo, iré de compras con tu hermana Mitsuki, ya ordené la comida, puedes comer, nos tardaremos un poco. Vamos a elegir su vestido de novia. Nos vemos esta noche querido.-le dijo a Haruki y besó su cabeza antes de irse.
-Mamá...-dijo apenado por aquel gesto de cariño.
Hideki llegó a su casa. Abrió la puerta. Se puso las sandalias y entró.
Escuchó ruido adentro. Se oían pasos. Intuyó que era el chico que habían traído la noche anterior a su casa.
-Qué bueno que despertaste, me tenías preocupado. Mi nombre es Hideki Akaike, mucho gusto. ¿Cuál es tu nombre?- le preguntó al verlo.
El chico sostenía entre sus manos una fotografía de Hideki, con sus padres. Ni siquiera había volteado a verlo.
-A2100S4-J "Proyecto Brooklyn"-dijo el chico. Hideki lo miró horrorizado.
-¿Eres...eres un...androide....?-cayó sentado mientras lo veía aterrado. Temía que lo matara como se había dicho que lo hacían aquellos humanoides.
¿De verdad iba a matarlo?
Continuará...