Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Lugares prohibidos. por Alinna

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Otro fanfic más...espero que disfrutéis leyéndolo n_n

Notas del capitulo: El comienzo de todo...
Miró a través de la gran ventana de su habitación, para él cada noche, cada cielo que podía llegar a ver le parecía envidiable, no poder salir de esas cuatro paredes le estaba matando. Se abrochó bien el traje blanco inmaculado y se acercó a la puerta escuchando las voces de los guardias detrás de esos grandes trozos de madera decorados cargadamente.

"Hola hermano…" entró un hombre alto, de figura esbelta y cabellos largos lacios plateados. "…¿Amaneciste bien? Aunque claro…es de noche." Sonrió levemente.

"¿Crees que uno tiene ganas de levantarse estando encerrado aquí Adam?" protestó molesto mirando otra vez hacia el gran ventanal.

"Bueno…solo te estamos protegiendo." Adam chasqueó la lengua molesto, des de que su hermano menor iba creciendo se volvía una tarea más difícil esconderle el porque lo tenían encerrado, no era tonto, y ya había probado de escapar dos o tres veces.

"¿Protegiendo de que? ¡Porque esta mansión llena de vampiros es una fortaleza!"

"La mayoría de los vampiros de aquí no tienen una formación muy amplia sobre defenderse, como mucho el instinto y los colmillos Erwin…" estrechó la mirada mirando fijamente al menor que sentado delicadamente le miró de soslayo con esos ojos dorados.

"Para eso están el escuadrote de guerreros. Sé que hacen muy bien su trabajo y que nunca ha habido problemas gracias a sus constantes salidas para medir a los licántropos. Así que no me tomes por imbécil." Se levantó y se acercó a su hermano. "…si no me dejas salir, un día me escaparé. Y si es cierto y estoy en peligro, si me quieren secuestrar, encantado, prefiero eso que no estar aquí encerrado como un idiota."

"No sabes lo que estas diciendo." Sonrió torcidamente. "…además, si veo que te pasas mucho de la raya no tendré más remedio que llamar a nuestro querido primo Louis…¿entendido?" ese último nombre hizo que la piel del menor se erizara.

El ruido fuerte de un golpe.

Y Adam con el rostro volteado.

"No…no digas eso nunca más. ¡No te atrevas!" respirando fuertemente miró al peliplateado que con una sonrisa se volteó hacia la puerta.

Y otro sonido parecido al primero.

Y Erwin en el suelo agarrándose el rostro.

"Pues entonces cállate y quédate aquí. Dentro de todo no te puedes quejar, tienes un guardia personal muy apuesto." Abrió la puerta encontrándose con una mirada oscura que hizo que Adam se quedara callado observándole. "…que temprano vienes hoy Khaled…"

"Supongo." La voz seca del guardia solamente hizo que la sonrisa de Adam desapareciera parcialmente. "…con permiso." Pasó entre el peliplateado y entró en la habitación cerrando la puerta tras de él. "…Erwin." Se agachó y vio que el pequeño levantaba los brazos y le rodeaba la espalda, el mayor lo agarró fuertemente elevándolo con facilidad del suelo por su poco peso, llevándolo hasta la cama y sentándose con el menor encima. "…¿Qué ocurrió?" acarició las hebras doradas.

"Nada…eso es lo que ocurre, nada." Miró los ojos oscuros de Khaled, viendo su pálida piel con los cabellos negros enmarcándole perfectamente el rostro. "…¿no tienes trabajo?" intentando cambiar de tema sonrió débilmente.

"Soy tu guardia personal. He dejado al mando al subcapitán, piensa que tu eres parte de mi trabajo también."

"No quiero causarte molestias."

"Será mejor que descanses." Lo tumbó en la cama.

"¡No quiero descansar! ¡Estoy todo el día en la cama!" se sentó molesto y miró a los ojos a Khaled.

"Tampoco puedes hacer mucho más aquí dentro Erwin." Se puso de cuclillas delante de la cama del menor observándole detenidamente, su mejilla fuertemente golpeada parecía arder, los cabellos rubios le caían como una cascada por todo su pecho semidesnudo y sus labios carnosos se veían invitantes.

"Tampoco puedes ayudarme a salir Khaled." Miró entre dolido y vencido al pelinegro que impasible asintió. "…sé que te juegas tu cabeza, en este caso que te dejaran a la luz del sol."

"Sé que no eres tonto Erwin, aunque todos te traten como ello."

"Tu a veces también." Bromeó.

"…" más tranquilo por ver que tenía ganas de bromear se levantó y besó la frente del menor. "…creo que tengo un rato libre. Así que si quieres…"

"Quiero…" sonrió ampliamente. "…quédate hasta que me duerma, luego…ya te podrás ir si quieres." Se tiró hacia un lado de la cama y esperó a que el cuerpo caliente del guerrero se pusiera su lado para poder abrazarle. "…un día descubriré porque me tienen aquí encerrado."

"No te lo tomes muy apecho…te lo recomiendo." Estrechó la mirada esperándose lo peor, Erwin era curioso por naturaleza, y cuando se le metía algo en la cabeza costaba hacerle renunciar, era algo que le gustaba de él y que en esos momentos le preocupaba, no quería que supiera la verdad, no ahora.















Caminaba absorto por los pasillos de la gran mansión, era tremendamente amplia y cada detalle había sido cuidado con extrema delicadeza. Algo absorto en sus pensamientos, hacia tan solo dos semanas que había llegado a la mansión, vivía en otra en Londres con sus padres, pero le trasladaron en la principal cuando se hizo el compromiso entre él y Christine.

"¡Andre cariño!" la voz delicada de una chica le hizo voltearse, encontrándose con una sonrisa amplia y unos ojos grandes y azules.

"¿Qué me quieres pedir ya Christine?" miró con una ceja enarcada a su prometida que sonriendo le agarró del brazo. Seguramente no iba tan arreglada para la fiesta que daban esa misma noche, un vestido sencillo de color blanco, el cabello recogido en una larga trenza y los labios ligeramente pintados de color rojo. "…¿te has arreglado así para la fiesta de hoy?"

"Uhm…no." Sonrió ampliamente y seguido junto sus manos a modo de pedido. "¡Tienes que volver a cubrirme!"

"¿Otra vez?" se cruzó de brazos mirando severamente a la castaña que sonrió tímidamente. "¿No me digas que vuelves a ver al humano?"

"Cállate…o aún se enteraran…estas paredes tienen oídos…" miró hacia los lados y luego volvió la mirada a ese par de ojos azules acompañados de un cabello rubio que dañaba los ojos. Andre era tan atractivo, lástima que no le gustaran demasiado las mujeres. Miró con esperanza a su prometido. "…por favor…"

"No sé Christine…es la tercera vez que faltas a uno de los eventos para nuestro compromiso…Ezequiel te matará."

"¿Mi hermano matarme? Me adora…le pondré ojitos y le diré que lo siento mucho y me perdonará…" se rió escandalosamente y en esos momentos pensó que su prometida era un verdadero demonio.

"De acuerdo tu ganas…" suspiró fuertemente. "…pero piensa que por mucho que nuestro compromiso sea pura farsa y que ninguno de los dos estemos enamorados debemos aparentar unión…por lo menos para que nuestros padres no nos comprometan con otras personas que nos exigirán ciertas cosas…"

"Estoy de acuerdo cariño, tu tranquilo que seré muy atenta." Besó la mejilla del rubio.

"Oye Christine si quieres irte hazlo ya…dentro de poco vendrán los invitados y no podrás irte." Una voz algo grave hizo que los dos se voltearan, Christine sonrió ampliamente y abrazo al chico que había aparecido por el pasillo.

Alto, esbelto y con unos ojos gatunos que hacían estremecer.

"¡Alexander!" le besó la mejilla y este la elevó un poco del suelo abrazándola para luego mirar al rubio que algo sorprendido les observaba. "…oh, perdona…este es Andre mi 'prometido'…"

"Si…lo he visto en alguna ocasión por la casa." Sonrió torcidamente y Andre se sonrojó fuertemente. Ese chico le ponía muy nervioso.

Ese posado de atrevido, con los cabellos negros y brillantes que le caían graciosamente a lo largo de su pecho y espalda, la piel pálida y a la vista tersa, con esos ojos grises que parecían analizarle hasta el más mínimo detalle.

"E-encantado…" le tendió la mano y el pelinegro le devolvió el gesto.

"Bueno chicos, yo me voy o aún me verá mi querido hermanito y haré esperar a Jason." Le dio un beso a la mejilla a ambos y se fue corriendo hacia la escalera trasera.

"Tienes una prometida que es un nervio…" miró divertido al rubio que suspirando fuertemente asintió. Era todo un bombón, altísimo, debía medir 1'93, piernas largas pero fuertes, ancho de espalda y por lo que podía ver a través de su camisa medio desabotonada, muy musculado, la mandíbula un poco cuadrada con el cabello rubio desordenado que le hacia ver más perfecto.

"No sé como lo hace pero siempre se escaquea y luego Ezequiel se la cree…"

"Ojos que no ven, corazón que no siente."

"Pues si…" miró al pelinegro que empezó a caminar, le siguió, iban en la misma dirección. "Uhm…¿asistirás a la fiesta?"

"Claro, me encanta ver la cara de todos esos vampiros aburridos y explicando sus vidas acomodadas."

"Me alegra saber que tu no eres de esos…" se rió suavemente y Alexander sonrió levemente.

"Por cierto Andre…"

"Dime…"

"Christine se quedó corta cuando me dijo que eras muy atractivo."

Y el sonrojó volvió a sus mejillas.

Haciendo sonreír torcidamente al vampiro que comenzó a bajar las escaleras.















"¿Así que todo va bien no, Adam?" la voz con un eje se sorna le hizo sonreír levemente.

"Si todo marcha bien Louis, por el momento te pido que no vengas…una visita de las tuyas nada haría más que empeorar la situación…" se acomodó a la mullida butaca aspirando el humo de su cigarro.

"Vaya, que cruel…tranquilo, de momento no tengo ganas de hacerle temblar, ya sabes que me gusta ir de improviso."

"Si bueno…te iré informando de las novedades, pero ya sabes que no me gusta mantener mucho contacto por teléfono, ya nos veremos en las fiestas." Adam con un ligero: adiós, se despidió y colgó el teléfono viendo la figura de su pequeño vampiro. "Estabas aquí…te anduve buscando Naze."

"Yo también, pero después de ver con quién hablabas se me quitaron las ganas." Miró fríamente al peliplateado que levantándose se acercó al vampiro que retrocedió unos pasos. "…no intentes convencerme Adam. ¿Estabas hablando con Louis, verdad?"

"Tampoco importa eso ahora mismo bebé…" sonrió mirando a su querido vampiro, era mucho más bajo que él, 1'68 más o menos, cabello negro y piel blanca, unos ojos rojos que hacían temblar a cualquiera, y ese pequeño cuerpo delgado pero tan fuerte…

"¡¿Cómo que no importa?! ¿Qué haces hablando con semejante individuo? ¿Acaso no sabes de su manera de actuar?" miró seriamente a Adam que se quedó observándolo en silencio.

"No lo entenderías Naze…sé su manera de actuar pero tampoco puedo ponerme en contra de él." Miró al pelinegro que chasqueó la lengua molesto.

"Eres un cobarde Adam. Te pones de su parte para protegerte a ti mismo."

Se calló de golpe al ver la mirada severa de Adam.

"¿Protegerme a mi? En todo caso también te estoy protegiendo a ti…y lo sabes muy bien Naze, si tanto te disgusta mi manera de ser…déjame." Se volvió mirando por el enorme ventanal como el agua caía lentamente.

Estaba empezando a llover.

Y se avecinaba una tormenta.

"Adam…no hace falta llegar a esos extremos." Intentó calmarse, le costaba mucho no perder la paciencia, él era una persona que tenía los nervios a flor de piel, que siempre que pensaba algo lo soltaba sin pensar, una persona arrogante, quizá demasiado agresiva…pero debía medirse con Adam.

"Estoy cansado Naze…tendrás trabajo en el cuartel." Desvió la mirada fija del pelinegro y vio como este apretaba los puños.

"Si…¿sabes que Adam? Que creo que me cansé de esta mierda."

El sonido de algo que se rompe.

Y el eterno silencio.
















Miró por la ventana como el agua caía e iba empapando los cristales, debía encontrar una manera de escapar de allí, alguna forma de poder irse, de poder salir al aire libre, hasta ahora había podido intentar escapar a través del interior de la casa, pero siempre se perdía en esa enorme mansión y Khaled acababa por encontrarle.

Abrió la ventana lentamente sin hacer ruido.

Con el sonido de la música y la gente hablando, seguro que no se darían cuenta de nada, los guardaespaldas estaban en la puerta de su habitación por orden de su hermano Adam, y Khaled salió al cuartel para arreglar algunos informes. Si podía llegar por lo menos hasta el jardín ya sería feliz.

Solo quería por lo menos pasear debajo de la lluvia.

Miró la altura del balcón.

Demasiado alto.

Pero si iba bajando lentamente, con su físico de vampiro podría llegar a caer bien y a poder disfrutar un poco de la hierba fresca y húmeda debajo de sus pies. Una sensación embriagante y emocionante recorrió su cuerpo.

Aunque le cogieran.

Ya habría dado un paso fuera de esa habitación, respirando el aire limpio y mojándose con la lluvia que tanto había visto a través de los cristales de sus grandes ventanales.

"Bien Erwin…tu puedes." Se dijo a si mismo sonriendo ampliamente.
Notas finales: Hola de nuevo n_n
aquí os dejo otro de mis fics...
otro de temática 'fantástica'...
espero que disfrutéis leyéndolo n_n
sé que quizá el primer capitulo quedó algo corto,
pero no quería alargar demasiado la presentación de todo...

Dejar comentarios, opiniones, etc. Muchas gracias ^_^

Besos y cuídense.

Nos vemos en el próximo capitulo! n_n

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).