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Fragile complex por Thai Maqui

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Notas del fanfic:

fragile-1.jpg picture by thaimaqui

Esta imagen es únicamente con fines ilustrativos,  omega plus derechos reservados, modificaciones por su servidora. 

Derechos de personajes Kishimoto san

 

Notas del capitulo:

Dedicado a mi amiga darksasunaru, que le gusta este tipo de fics, para ti con todo cariño.

 

En una lujosa mansión en la zona mas exclusiva de la ciudad, se celebraba una ostentosa fiesta.

El jardín principal de la residencia Uchiha había sido fastuosamente adornado para tan especial acontecimiento. Un gran dosel en tonos cálidos, armoniosos a la estación otoñal,  resguardaba las mesas cubiertas con la más exquisita y elegante vasija así como los manteles bordados a mano.

Un mar de rosas blancas por doquier en finos jarrones de porcelana china,  una exclusiva orquesta, servicio A1 y exquisita comida gourmet del mejor chef del Japón, complementaban la perfecta ocasión.

Fugaku Uchiha levantó su copa con orgullo dedicando unas palabras de felicitación y afecto a los futuros esposos, a su primogénito, su orgullo y mayor logro, Itachi, heredero de su fortuna, además de ser el próximo sucesor en la presidencia de la compañía y por su yerno, Naruto, perteneciente a la familia Uzumaki, hijo de su socio mayoritario y mejor amigo Minato Namikaze.

Todos los invitados aplaudieron con entusiasmo, las más grandes potencias económicas en el mundo de la informática por fin unirían sus lazos con este matrimonio, entre los presentes destacaban la más acaudaladas familias del país como la Hyuga, Sabaku no, Aburame, Inuzuka, Yamanaka y Naara. 

Parados en la larga mesa principal los novios ofrecían una cortes reverencia a los asistentes.

Itachi de veinticuatro años, de porte altivo y elegante, lucía un traje sastre totalmente en negro, al igual que la fina camisa y corbata contrastante con la rosa blanca en su solapa izquierda, resaltando su  escultural figura, aquella enigmática y felina mirada ónice, sus largos cabellos azabaches y esas peculiares pero sensuales ojeras.

Por otra lado Naruto de dieciséis, vestía un tradicional y hermoso kimono blanco de seda con brocados dorados, el cual hacía relucir sus sedosos cabellos dorados, sus expresivos orbes azul intenso, esas tres marquitas a los costados de sus mejillas, la acanelada piel, su menuda figura, perfectamente esculpida y esbelta y un sencillo tocado en su cabello, reforzó la imagen de extrema belleza que reflejaba ojiazul.

Desde la más tierna infancia pelilargo y el rubio demostraron apego el uno por el otro y a medida del transcurrir de los años la amistad se convirtió en amor, siendo para sus padres como un sueño hecho realidad cuando anunciaron que eran pareja.

Los novios mostraba emoción infinita, claramente reflejada en las fugaces miradas que se ofrecían el uno por el otro. Así la fiesta continuó amenamente mientras unos bailaban, otros comían o charlaban disfrutando de la agradable vista, hasta que una pelinegra se acercó al Uchiha mayor.

- He dicho que no quería interrupciones - susurró Fugaku cuando las ama de llaves le dio el aviso de que tenía una visita.

- Señor, se trata de Sasuke san - musitó Shizune para que solo él pudiese escuchar, sin embargo el azabache ingresó abruptamente en la recepción, notoriamente ebrio.

- ¡Felicidades Aniki! - dijo el azabache fingiendo alegría mientras le daba una calada a su cigarrillo, expulsando el nocivo humo en la cara de Itachi.

- Aquí tienes tu obsequio - pronuncio colérico, dándole un sonoro y certero golpe en la pálida mejilla, la cual se tornó amoratada casi en el acto, mandando al pelilargo al suelo.

Naruto se apresuro a auxiliar a su novio, mirando a Sasuke con rabia, pero el azabache solo le sonrió prepotente, sabiendo que esa actitud era odiada por el menor.

Fugaku arrastró a su hijo menor fuera de la fiesta de compromiso mientras las miradas atónitas de los invitados los seguían discretamente.

Sasuke a pesar de su semblante imperturbable, por dentro los celos y la rabia lo consumían. El a diferencia de su perfecto aniki, era la oveja negra de la familia, como su padre a menudo siempre repetía, acrecentando que la relación entre ambos hermanos se desquebrajara, tomando caminos muy distintos.

Mientras el menor siempre había sido un chico rebelde e insurrecto, infringiendo en todo a su padre, viviendo lejos de las estrictas normas del clan, Itachi hizo todo lo contrario, obedeciendo cada una de sus órdenes y exigencias del patriarca.

Sin embargo, las cosas no siempre habían sido así, de niños estaban muy unidos, y al ser poca la diferencia de edad, solo de tres años, eran los mejores amigos, pero el azabache sabría perfectamente la razón por la cual ese amor filial se convirtió en odio y rivalidad, su nombre, Uzumaki Naruto.

Aquel bello ángel rubio había desatado intensos sentimientos en los Uchiha, su carácter dulce y amable, a la vez revoltoso e impertinente, los conquistó a temprana edad, pero la prepotencia y orgullo del azabache jamás agradó en lo más mínimo al ojiazul, por lo que toda su atención se centró en Itachi, adueñándose finalmente su corazón.  

Todo esto Sasuke lo dejo pasar hasta que se enteró de la susodicha fiesta, a la cual obviamente no fue invitado, decidiendo tomar cartas en el asunto, pues jamás permitiría que Naruto fuera de nadie más.

El menor de los Uchiha odiaba que aquella dulce sonrisa, esas tiernas caricias y amorosas palabras se las dedicara a su hermano, aborrecía incluso que hablara con cualquier persona, quería que todo lo referente a Naruto le perteneciera y fuera absolutamente suyo, transformándose ese profesado amor en una peligrosa obsesión, que pronto viviría en carne propia el Uzumaki.  

- ¡¡Demonios Sasuke que te pasa¡¡ - gritó furioso su padre, totalmente harto de la actitud del menor, sujetándolo por la camisa.

- Solo quería felicitar a mi aniki - habló con aparente inocencia - acaso no puedo también formo parte de esta familia - recriminó al mayor mirándolo con odio.

- Que es lo quieres Sasuke - Fugaku soltó a su hijo y manteniendo su autocontrol se sentó en el mullido sillón detrás del escritorio.

- Naruto es mío - fue su escueta respuesta - lo quiero a él - su padre sabía de antemano que la causa de conflicto con Itachi era el ojiazul, pero también que solo se trataba de un capricho de niño mimado por parte del menor, ya que el Uzumaki era el único que se había negado a estar con él.

- ¡¡El no es un objeto o ninguna de las putas con las que te sueles acostar ¡¡ - bramó el Uchiha mayor golpeando el mesa, asustando al propio Sasuke.

- Olvídate de él, en seis meses se casa con Itachi y TODOS estamos muy felices - explicó Fugaku, dando énfasis en todos.

- Jamás lo permitiré, el dobe tiene que ser mío no me importa como, entendiste. 

Así entraron en una acalorada discusión, los gritos retumbaban por todas las habitaciones aledañas, insultos e impropios eran repartidos por ambos, en una lucha verbal sin cuartel.

Lo último que se escuchó por parte de Sasuke antes de abandonar la habitación para salir de la mansión fue que no dejaría que Naruto fuera de Itachi y no descansaría hasta que fuera suyo, así tuviera que ser a la fuerza.

Lamentablemente Fugaku no le dio la debida importancia a estas palabras, las cuales interpretó como un producto del enojo y la disconformidad de su hijo. 

Ya afuera de la casa, Sasuke observaba atentamente como los novios bailaban, al acompasado y suave ritmo de la música mientras se besaban y se regalaban tiernas caricias.

- Veras como pronto serás mío Naruto, tu cuerpo, tu mente y alma pronto me pertenecerán - dijo el azabache con mirada siniestra y perturbadora - así tenga que violarte - acotó finalmente para abordar su auto e irse del lugar.

 


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