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A las 4... por AIKO_love

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Notas del fanfic:

Este fic fue escrito para Yami, en su cumpleaños n_n que fue hace ya un rato, pero como soy vaga, apenas lo vengo subiendo n.nUu..

Notas del capitulo: Ammm.. El inicio es un pequeño fragmento de la canción 'Julieta' de Fernando Delgadillo, con una pequeña modificación n_n. Ya ya, sé que PoT no es mío, y ustedes también u___u.. ¡Gracias por leer!

A las 4...

*
En ese entonces todo venía en otros nombres,
desde el amarle en secreto,
hasta vivir con la confianza en que me amaba
tras de sus ojos risueños,
siempre se resumía en la frase acostumbrada,
 y para mí todo lo envolvían tres palabras
ciertas como la verdad..
Me gustaba Ryoma…
*



Ryoma caminaba de un lado a otro de la cancha, mientras Momo le miraba pasarse las manos por el cabello con aire frustrado de vez en cuando . Se mordía el pulgar, sumido en sus pensamientos, y soltaba gruñidos luego de unos minutos. Si, el príncipe estaba desesperado. Y la razón de su comportamiento era de lo más común.

Amor.
 
¿Amor? ¿Y cómo se comía eso? ¿Se llevaba bien con vino blanco, o tinto? ¿Espumoso, tal vez? ¿Cómo iba él a saber algo del amor? Echizen era un genio, si, cuando se trataba de tener una pelota, una raqueta y comentarios sarcásticos a la mano, pero el ámbito social jamás había sido su fuerte. Podía vencer a sus senpai’s, y restregarle a la gente cuanto trecho les faltaba para alcanzar su nivel, pero.. ¿Qué hacer cuando el juego no involucraba estar frente a frente en una cancha de tennis?

Halarse los cabellos hasta quedar calvo, eso estaba claro. Si, podía escapar de ahí en cualquier momento, tomar sus cosas, ponerse la raqueta al hombro, y marcharse a su casa como si nada hubiese ocurrido. Pero.. No, había hecho una promesa. ¿Promesa? Al demonio con eso, su salud mental estaba en riesgo.


-Promete que no te irás a casa hasta que esa persona te diga todo lo que debe decirte..-. Había rogado Eiji, con una sonrisa inocente en el rostro.

-¿Por qué pides eso?..-.

-Anda, tú sólo hazlo, ¿si?..-.


Todo por una simple carta..

Y algunos chocolates.. Y una rosa..
 
Vale, vale, que esa persona si que era detallista. Cada pequeño chocolate tenía una R grabada, y la carta una misteriosa caligrafía. ¿Sakuno? De ser ella, ¿cuál era exactamente su problema? Echizen creía haberle dejado perfectamente claro que de ser su interés por ella oxígeno, todos hubieran muerto ya de asfixia.

En definitiva no podía ser ella. Pero no le pasaba por la mente nadie más. Todo estaría bien, si Eiji no hubiese estado en el momento en que Ryoma recibiese la carta, y demás regalos; y que una hora después Oishi lo supiera por obra y gracia del destino, y que a la salida Inui y Fuji le esperaran con una misteriosa -diabólica- sonrisa. Porque ahí las noticias volaban, para desgracia de Ryoma.

Se sentó en el suelo, recargándose en la bardilla, seguido por el mayor, y cerró los ojos. Sólo era agradecerle a quien fuese por los regalos, disculparse e irse de ahí. Si, todo marcharía perfecto. Y él quedaría libre del complot que los demás miembros del equipo habían armado tan ‘amablemente‘.

‘A las 4, en la cancha de tennis. Por favor espera por mí ¡Hasta entonces!’


De no ser por Momo, Ryoma hubiera creído que felizmente le amenazaban de muerte, y se hubiese presentado esa tarde dispuesto a una batalla. Pero fue su senpai quien, después de sonreír, le dijo que en esa ocasión no tocaba pelear a golpes, sino a palabras en contra de sentimientos. Luego llegaron la rosa y los chocolates. Y a Ryoma los colores le subieron al rostro, y los nervios le recorrieron la columna.

-Calma, Echizen, que no puede ser tan malo..-.

-Dices eso porque no te toca lidiar con esto..-.

-Te digo que todo estará bien..-.

-No estará bien..-.

-Tranquilo, ¿desde cuando te pones tan nervioso?..-.

-¿Qué importa?..-.

-Se ha esforzado, al menos sé bueno, ¿vale?..-.

-Parece que todo el mundo está de su parte..-. Momo no dijo nada más, pero sonrió de lado, antes de volver la vista hacia su reloj.

-Ya son casi las 4..-.

-Qué felicidad..-.

-¿Echizen?..-.

-¿Qué?..-. Y de ahí, nada más que los labios de su senpai presionando suavemente los suyos. Tibio, lento e inseguro, Momo le besó. Unos segundos después se separó de él.

-Te quiero..-.

~*~

-Bien hecho, Momo..-. Susurró, mirando a los chicos a la distancia.

-Así que todo el teatro ha dado resultado..-. Fuji se volvió.

No notó cuando el mayor se había posicionado detrás de él, y ahora lo único que sentía era su suave aliento acariciarle la nuca, y erizarle la piel. Y quiso morir en ese momento. Porque él era un vela bajo el tibio fuego de Tezuka.

-Tú también sabías..-.

-Las canchas de la escuela se cierran a las 3.. ¿Cómo es que podría estar abierta, de no ser por una pequeña ayuda?..-.

-Me alegro por ellos..-. Syuusuke suspiró. Y los brazos de Tezuka se aferraron a su cintura, al mismo tiempo que unos labios se unían a su cuello, quemándole la piel. El prodigio gimió por lo bajo.

-¿Tezuka?..-. Logró articular.

-Shh.. -. El mayor continuó el suave tacto por unos segundos más, y después besó sus labios, mordiéndolos sólo un poco. -Calla por un momento, Momo no es el único con cosas que decir..-. Fuji sonrió, podía esperar todo de Tezuka menos palabras aunque, por el momento, sabía que no las necesitaría en un buen rato.

 

Notas finales: Gracias por leer n_n~

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