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Intercambiando cuerpos por ale-chan

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Notas del fanfic:

Nyappy... mi 5to fanfic! toy muy feliz! mas porq no es un one-shot... espero que les guste y solo si es asi lo continuare.

me parecio una idea graciosa, eso de cambiar de cuerpo a los protagonistas. por cierto! grax por los reviews que me dejaron en mi fic anterior!

Los personajes de Gravitation no son mios, pertenecen a la genial y unica de Maki! yo los uso para hacer estos fanfics locos q surgen de mi siempre presente imaginacion... creo n.n

Ya había pasado un año desde que Shuichi y Yuki convivían de manera tranquila (obviando alguna que otra pelea típica de las parejas y claro está, el malhumor de Yuki) y en medio de un ambiente lleno de amor y ternura. Sentían que era el mejor momento de sus vidas, en donde ya nada podía acabar con su felicidad… pero… un extraño suceso ahora los invadiría.

 

-¡Tadaima Eiri!, ¡mi vida, mi amor! -gritaba a todo pulmón el joven pelirosa, poniendo muchos adjetivos al nombre del escritor, los cuales le molestaban mucho- tuve un día tan agotador… ¿pero sabes qué?, mañana nos va a visitar una bruja a los estudios, ¡ah!, y Hiro hizo un solo de guitarra que ni te digo, y Mr. K intentó matarme de nuevo pero…

-¿Qué dijiste? -preguntó sorprendido el rubio, abandonando su tarea de hacerse un café.

 

-Que Mr. K intentó matarme…

 

-No, lo otro.

 

-Que Hiro hizo un solo increíble.

 

-¡No, lo otro! -dijo exaltado, perdiendo la poca paciencia que poseía.

 

-¡Ah!, eso de que la bruja mañana va al estudio… genial ¿no?

 

-¿Para que va una bruja a NG?

 

-No sé, es amiga del señor Tohma, dice que es muy simpática y que siempre quiso conocernos -declaró con alegría el pequeño, acercándose sospechosamente a su koi.

 

-¿Por qué no me extraña que Tohma tenga una amiga así? -el rubio se quedó un momento pensativo- pero bueno… ¿y a ti que te pasa? -preguntó mirando de reojo al rosado, que ya estaba muy arrimado a él.

 

-Eiri, mi cielo, mi corazón… ¡quiero mimos!

 

-Déjate de molestar… y deja de llamarme de esas maneras tan patéticas.

 

-Pero Eiri, hoy vine temprano para estar más tiempo contigo, no seas tan frío.

 

-Cállate, deja de fastidiar que tengo que trabajar… por cierto, mañana ni se te ocurra pedirle cosas extrañas a esa bruja, que te conozco muy bien -dijo el escritor encerrándose en su cuarto para escribir. Shuichi se quedó totalmente triste, rezongando en medio de pucheros.

 

 

 

 

A la mañana siguiente Shuichi llegó con más energía que nunca al estudio, ansioso por conocer a la bruja que los visitaría.

 

-Ay, que emoción… -susurró alegre el pelirosa, echándose lánguidamente sobre una silla- ya quiero que venga la amiga del señor Seguchi, ¿puedes creerlo Hiro? Una bruja! -gritó emocionado, saltando de su silla.

 

-Se, se, la verdad es que no entiendo como puedes creer en esas cosas, la magia y los hechizos no existen -respondió Hiro afinando su guitarra con total delicadeza.

 

-Ay, pero que amargado… ¿usted que cree Mr. K?

-Creo que es hora de empezar a ensayar pink boy -exclamó serio un hombre de cabellos largos y dorados. Shuichi asintió rápidamente, sabiendo lo que le podría llegar a suceder si desobedecía.

 

Ahora en todo el estudio se podía escuchar la voz del joven rosado, que sonaba estruendosa y melodiosa; lo acompañaban la guitarra de Hiro y el teclado de Suguru. Practicaron hasta cansarse, recuperando las horas de ensayo de los días anteriores. En cuanto acabó la última canción, se escucharon unos aplausos provenientes de la entrada al estudio.

 

-Muy bien muchachos -felicitaba alegre Tohma, sonriendo a cada uno de los que allí se encontraban, tras él se encontraba una sospechosa figura.

 

-Muchas gracias señor presidente -respondieron los tres integrantes de la banda, haciendo una reverencia.

 

-En realidad veo que se están esforzando, y sin duda no paran de mejorar… pero el motivo por el que estoy aquí es por lo que ayer les comenté -Shuichi sentía nervios y emoción, sabía que conocería aquella persona finalmente- como ustedes son una banda muy exitosa y joven, les he traído a una admiradora suya, es mi amiga desde la infancia -concluyó el presidente dando paso a la sombra que se ocultaba detrás de él.

 

-Buen día a todos -exclamó tímidamente una muchacha joven y bonita, de cabellos largos y grises, ojos color verde y facciones juveniles y bellas- mi nombre es Mimi Karuna.

 

Todos se sorprendieron ante la belleza de la jovencita que no aparentaba superar los 15 años de edad. Shuichi se acercó con increíble velocidad y la tomó por las manos.

 

-Hola Mimi… te estuve esperando tanto tiempo! -chilló abrazándola con fuerza.

 

-Eh… si… creo que yo soy la que debería estar así de emocionada -susurró la pequeña, tratando de respirar. En cuanto se liberó saludó a cada uno de los integrantes, deteniéndose especialmente en Suguru.

 

-Mucho gusto señorita Karuna -saludó con cortesía el joven tecladista- nos alegra que esté aquí con nosotros, sabiendo que personas tan bonitas como usted nos admira.

 

-S-si… gracias -respondió Mimi sonrojándose- yo… a usted lo admiro mucho… verá… yo quiero ser como usted en el futuro.

 

-¿De verdad? Eso es muy bueno señorita Karuna, si quiere puedo enseñarle unos cuantos trucos -dijo emocionado Suguru, pero mostrando su habitual calma.

 

-Pero bueno, bueno… -los interrumpió Shuichi, tomando por los hombros a la joven y sentándola en una silla- yo quisiera preguntarte algo.

 

-Si, dígame Shindou-san -respondió en una sonrisa la niña de ojos verdes.

 

-Ay, no me digas así, sólo llámame por mi nombre ¿sí?... bueno, ¿es cierto que tú eres bruja?

 

-¡¡Shuichi!! -se escuchó decir ruidosamente por todos los que compartían la misma habitación.

 

-Está bien, no es problema -respondió tranquilamente la chica- si, soy bruja Shuichi, ¿deseas algún favor?

 

-N-no… sólo es curiosidad -vaciló el pelirosa, recordando las palabras que su koi le había dicho el día anterior, “nada de cosas extrañas” resonaba una y otra vez en su cabeza-¡pero ya!, ¡se supone que nos admiras, pregúntanos todo lo que quieras!

 

Y las horas pasaron en medio de agradables conversaciones y anécdotas, en donde cada uno hacía comentarios graciosos. Aún así, la curiosidad crecía cada vez más en Shuichi, quien deseaba pedirle algún tipo de hechizo amoroso a la joven bruja, con el fin de mejorar el humor de Yuki, o para volverlo más romántico o tierno. En eso suena el celular del cantante.

 

-Oh, discúlpenme todos, tengo una llamada -exclamó el pelirosa levantándose y dirigiéndose al baño, lugar adonde siempre iba cada vez que lo llamaba Eiri. Se sentó en el piso, apoyando su espalda contar la puerta, y atendió.

 

-Hola Eiri, que lindo que me llames… te extraño tanto -saludó con tono meloso el pequeño, sintiendo una agradable sensación por recibir el llamado de su escritor.

-Ya, ya… ¿cuándo vuelves? -se escuchó del celular.

-Si quieres vuelvo temprano, ya que me prometiste una cena en tu restaurante favorito -continuó alegre el pequeño sonrojado.

 

-Ah… respecto a eso, no voy a poder llevarte a cenar, surgió un problema.

 

-Pero Eiri… ¡lo prometiste!

-Dije que no puedo, debo salir a otro lado. Hazme el favor de llegar temprano, olvidaste las llaves aquí y no planeo dejarlas bajo la maceta de nuevo… no para provocar problemas otra vez -añadió fríamente el rubio, sin saber que aquellas palabras hicieron que algunas lágrimas brotaran de los ojos amatistas del joven.

 

-Eiri… hoy es viernes, siempre salimos los…

 

-Lo siento, no me esperes que llegaré tarde -le interrumpió el escritor, y luego cortó. Shuichi abrazó sus piernas, ocultando su rostro lleno de lágrimas entre sus rodillas.

 

 

 

-Disculpe Suguru, podría decirme donde está el baño? -cuestionó la bella bruja poniéndose de pie y sonrojándose al ver al más joven de la banda.

 

-Claro que sí, sólo vaya hasta el fondo y luego doble a la izquierda, es la primer puerta -le indicó con el dedo.

 

-Muchas gracias Suguru -y ambos se dirigieron una tierna sonrisa. La joven caminó hasta dar con la puerta, pero se percató de que había alguien tras sentir unos sollozos.

 

-Eiri baka… el jamás entiende… -murmuraba entre pequeños ahogos el cantante.

 

-Pobre Shuichi, tal vez pueda hacer algo por él…

 

-Si tan sólo… él estuviera en mi lugar… y sintiera lo que yo… sufro por su culpa -exclamó finalmente, tratando de retener las lágrimas en vano.

 

-Eso es más que suficiente… el nombre de su koi es Eiri Uesugi tal y como lo dijo mientras charlábamos, y su nombre es Shindou Shuichi -balbuceó cerrando los ojos. Juntó sus pequeñas y dóciles manos y pronunció unas “palabras mágicas”- por el poder que fue concedido en mi familia, generación tras generación, decido utilizar mi magia para el bien de las personas. Que Shindou Shuichi sea Eiri Uesugi, que Eiri Uesugi sea Shindou Shuichi -luego de decir tales frases, golpeó la puerta con delicadeza. Un despeinado pero sonriente Shuichi se presentó ante la bruja.

 

-¿Te sientes bien Shu-chan? -exclamó preocupada Mimi.

 

-Si, estoy bien, no debes preocuparte por mi -le respondió con aire triste, dirigiéndose ya a reunirse con sus amigos.

 

  

Pasaron más horas, y llegó el momento de que Mimi se retire.

 

-Fue un gran placer que nos visitaras, no te olvides de volver -dijo Suguru sonriendo, despidiendo a la muchacha. Shuichi y Hiro la saludaron con un abrazo.

 

-Es cierto, visítanos luego.

 

Mimi Karuna los despidió y lentamente desapareció del estudio tras la espalda de Tohma. Miró su reloj y notó que casi serían las 10 de la noche.

 

-Bien, aún falta -murmuró aliviada -la magia tendrá efecto recién por la medianoche.

 

-¿Dijiste algo Mimi? -pregunto Seguchi volteándose.

-¿Eh?... no nada… sólo espero volver a verlos, en especial a Shuichi -y abandonó el edificio con una sonrisa de satisfacción en los labios.

 

Notas finales:

cuidense y diganme si quieren que lo continue.  ¡suerte!


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