Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Quiero tenerte a mi lado por la eternidad por arcasdrea

[Reviews - 11]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Los personajes de Slam Dunk no me pertenecen... Y QUE NO DARIA YO POR QUE ASI FUERA... SOBRE TODO HANA.... BUAAAAAAA

Notas del capitulo:

En este fic hay terminos provenientes del juego de rol "Vampiros: La Mascarada"... ellos estan explicados en las notas finales, y son los que en el fic aparecen en cursiva y negrita.

Lo narrado en cursiva corresponde al pasado.

Espero que se entienda todo.

 

Quiero tenerte mi lado por la eternidad
by Arcasdrea
Capitulo Unico

 

A pesar de su capacidad sobrenatural, no pudo llegar a tiempo a su lado para socorrerle. Un balazo le habia dado certero en el costado, haciendo que su cuerpo rebotara en el pavimento, para desangrarse luego. Ahora en sus brazos, lo veía irse poco a poco, ya inconsciente, totalmente ido. Musitaba aferrándolo más contra si, que no se fuera, que no le dejará, que ahora después de una enternidad de buscarle no lo podía abandonar.

Detestaba el momento en que aquel humano se le habia cruzado en su solitaria vida. Él, que siempre vivió libre de ataduras, cuando le conocío supo lo que era tener a alguien a quien desear defender. Hace 19 años que le protegía anónimamente, escondido en las sombras como era su naturaleza, pero ahora luchaba contra sus deseos de hacerle un igual a él, solo para salvarle y no dejarlo morir. Pues él, moriría tambien sin Hanamichi.

Un pequeño pelirrojo de ocho años se encaramaba a su cama para ser arropado por su padre. El hombre, se sentó a un lado del niño para leerle un cuento como era la costumbre. Al rato de leer se dio cuenta que Hanamichi no le prestaba atención, pues miraba fijamente por la ventana, donde solo se veía la noche y la muralla trasera que los separaba del regimiento.

- Qué tanto miras, hijo?

- Al fantasma del regimiento... está ahí – con su dedo indice indica la muralla. El padre ya acostumbrado a las alusinaciones que su hijo comenzo a tener hace una semana, le removió los cabellos, antes de ir a cerrar las cortinas de la habitación.

- Duerme Hana... ya es tarde – pensaba que solo era una etapa infantil, tal vez algún amigo imaginario. Por su cargo militar, ya habian cambiado de asignación cuatro veces desde que el pelirrojo naciera, por lo que se respondia que su hijo sufría de alusionaciones, pues nunca lograba tener amigos por más de un año – Buenas noches, amor.

- Buenas noches, papá – contesto el niño desapareciendo bajo las cobijas. Su padre apagó la luz y cerró la puerta tras él.

Cuando constató que los pasos de su padre se alejaban por el pasillo, Hana bajó rápidamente de la cama y corrió en puntillas hasta la ventana. Al remover la cortina, fue que lo vio. A contra luz de la luna, se dibujaba la silueta de un hombre, parado sobre la muralla. El mismo que él plasmara en sus dibujos infantiles y nombrara como “el fantasma del regimiento”.

Pero de repente, el hombre saltó hacia el otro lado, desapareciendo de su vista. Hana volvió sobre sus pasos y removió un poco su closet, hasta hallar lo que tanto buscaba. Lo echó en su mochila verde, luego se calzo sus botas de agua con dibujos de dinosaurios, se puso su chaqueta y saltó por la ventana para ir en busca del “fantasma”. Por suerte su casa era de un primer piso,y el día anterior habia descubierto un pequeño hueco en la muralla, por donde cabía perfectamente pasando agachadito.

Corrió todo lo que dieron sus piernitas, aunque eran largas para su edad no avanzo mucho, para cuando ya se cansó. Trataba de reponer su agitada respiración, agachado, con sus manos apoyadas en sus piernas, cuando le vio salir de uno de los edificios del regimiento, y que reconociera como las oficinas de la comandancia. Las mismas en donde su papá tenía su oficina.

Le siguió sigiloso a través de la arboleda que separaba la comandancia del casino de oficiales. Pero cerca de las bodegas, ya habiendo recorrido un buen trecho, es que el fantasma se detiene burscamente, pues frente a él aparece un peliplateado con espada en mano.

Hana abrió enormemente los ojos, cuando el aparecido atacó con fiereza a su fantasma. No entendía qué sucedía, ni por qué peleaban, pero de un momento a otro ambos luchadores desaparecieron, esfumándose en la nada. El niño salió de su escondite desesperado buscándoles de un lado a otro. Hasta que ambos cayeron desde el cielo, a un costado de él, levantando una gran humareda de polvo y escombros producto del impacto.

Sin reparar en su presencia siguieron luchando. La batalla era titánica e irreal, ambos poseían una destreza anormal, sobrenatural, danzaban en el aire tan ligeros como una pluma, sus ataques eran agerridos y sus defenzas inquebrantables. Se propinaban daños fieros, derramando sangre en sus armas, pero sus pieles sanaban en segundos, sin atisbo de haber sido rasgada en profundidad.

De un momento a otro, el peliplateado se desvaneció en el aire, dejando desorientado con su paradero al fantasma.

El ataque vinó desde atrás, pero el grito de advertencia del niño, permitió que el fantasma girando sobre su eje, le cortara la cabeza a su enemigo.

Limpió lentamente su espada sin dejar de observar como el cuerpo de su enemigo se volvia cenizas que se fueron volando con el aire. Cuando la envainó, escondiéndola con su gabardina, llamó al niño. Hana corrió a su lado, le pelinegro se extraño de que aquel niño no llorara o por lo menos se mostrará turbado por todo lo allí visto. Pero más le sorprendía que pudiera verle si estaba ocupando su poder de Ofuscación.

- Por qué eres capaz de verme? – le pregunto con voz profunda.

- Mi papá dice que es por que eres producto de mi imaginación.

- Desde cuándo me vez? – alzo la ceja ante la respuesta dada por el niño.

- Hace una semana, siempre te veo parado en la muralla atrás de mi casa – eso coincidia plenamente con su tiempo de vigilancia. Como sicario debía asesinar a un alto comandante que había traicionado a su amo, por lo que hace una semana vigilaba el itinerario de su victima, para hallar la mejor oportunidad de definir la misión – puedo pedirte un favor.

- No me tienes miedo? – cómo el niño no corrio horrorizado cuando le vio decapitar al peliplateado y ahora viendo sus colmillos. (Se apresuro a guardarlos)

- Eres mi amigo... no tengo porque tenerte miedo – respondio al tiempo que urgeteaba en la mochila que cargaba a sus espaldas – te puedo sacar una foto.

- No es dígital, no te servirá – se mofó al ver la pequeña cámara de juguete. Estaba dudando cuán aguda era esa pelirroja cabecita – VETE a tu casa – ordenó clavando sus ojos azul prusiano en los mieles, pero nada surtió efecto, el pelirrojo después de una clara negativa seguía allí. ”Me vio estando Ofuscado, y mi Dominacion no sirvió... ¿Quién es este niño?” se pregunto mientras se le acercaba, viendo que el pequeño solo le llegaba a la altura del ombligo.

- Ahy!!! – el niño se quejó llevando su manita a su rodilla derecha. Una rasmilladura del porte de una moneda sangraba copiosamente. Se la habia echo cuando ambos habian caido luchando al lado de él – duele...

El pelinegro se acunclilló frente a él, para inpeccionar la herida y aunque se juró no actuar así, no pudo evitar pasar su lengua hasta limpiar la herida, la cual dejó de sangrar por arte de magia – la saliva funciona como desinfectante – musito luego de reaccionar a su propia acción.

- Gracias – canturrió el niño con una gran sonrisa – dejó de doler.

- Te llevaré a tu casa – le tomó en brazos, acomodándolo en su costado sujetándolo desde sus posaderas, como si sus manos fueran el asiento del pelirrojo.

El niño se sintio en un sueño, cuando el pelinegro tan ligero como el aire, corrió y saltó a gran velocidad para llevarle hasta la ventana abierta de su cuarto.

- Volveré a verte – pregunto el niño ya adentro de su habitación, el pelinegro permaneció afuera.

- No – fue la respuesta tajante antes de desvancerse.

Fue la primera y última vez que se vieron frente a frente, pero no la última en que Rukawa le vio a él. Desde ese día, en que el especial y extraño talento del niño para no verse afectado por los de su condición le atrajo, se dedico a protegerle desde las sombras. Durante el día o las noches le dedicaba muchas horas o si tenia misión iba a verle después, aún antes de que Alamut y su consejo de ancianos le dictaminara vigilarlo, pues vieron en el niño a un potencial Assamita como ellos.

Los años pasaron, pero cuando Hanamichi ya habia cumplido los doce años el pelinegro debió partir a Alamut, para entrenarse en artes aún más oscuras.

Lo extraño demasiado, remomaraba siempre cada instante que paso a su lado incognitamente.

Pero los días se hicieron meses y los meses años. Sin embargo, allí estaba de nueva cuenta frente a la ventana de Hanamichi, habia costado un poco encontrarle, pero sus contactos eran eficientes. Segun calculaba Hana ya tendría 18.

La luz de la habitacion se encendió. Tras las cortinas cerradas, una silueta alta se movia de allá a acá. De un momento a otro le vio, habia abierto las cortinas de par en par, para ver el paisaje. Estaban frente a frente, pero pronto se dió cuenta que él habia perdido la capacidad de verle. Pese a eso, se alegro, pues pudo verle con detenimiento. Estaba muy alto; calculaba que le pasaba algunos centimetros; su cuerpo era fuerte y musculoso, a lo mejor practicaba algun deporte; su cabello era de un rojo más oscuro a como lo tenía de infante, largo hasta los hombros; sus facciones eran más toscas y refinadas; sus ojos eran igual de brillosos e inocentes.

Era hermoso.

Su corazón lo anhelo, deseo tenerlo a su lado por la eternidad, pero su razón le convencio de que no debia atarlo a su lado, para esa alma tan pura sería una condena ser un Vampiro.

Aún así, no perdió oportunidad de verle.

Estuvo emocionado en su licenciatura de la preparatoria y titulación de la universidad. Estuvo aplaudiéndole cada vez que alzó alguna copa ganada en algún campeonato de basquetball. Estuvo conteniendo la rabia cuando tuvo su “primera vez”, solo pudo ver el preámbulo, su enamorado corazón no pudo ver más. Estuvo sonriente cuando le vio gritar de alegría en plena calle cuando consiguio su primer buen trabajo en una constructora. Estuvo sentado atrás cuando manejo su primer auto. Estuvo observándole por largas horas cuando durmió por primera vez en su propia casa nueva. Siempre estuvo ahí.

Más esa noche, la mala fortuna llevó al pelirrojo a quedarse hasta muy tarde en su oficina, haciendo un plano para un gran proyecto. Al llegar a su auto fue abordado por dos maleantes que pretendian asaltarle, imprudente como era les enfrentó.

Los maleantes fueron desmembrados por una fiera de ojos azules, al ver como le quitaban la vida cobardemente. Sus gritos fueron desgarradores, más a esas altas horas, nadie les escucho.

El pelirrojo se contorsionaba de dolor, pero se calmó cuando Kaede le tomó en sus brazos. Le despejó de la frente sudorosa algunos mechones pegados. Su semblante no era bueno, sus ojos estaban idos, su labios amoratados.

Se habia jurado no convertirle en un vampiro, pero ahora era la unica solución para no perderlo. Se habia preparado para verle envejecer y morir en un lecho, con los cabellos canos y los ojos cansados, pero no ahora, joven y fuerte, con toda una vida que disfrutar.

Cerrando los ojos, clavó sus colmillos en aquel apetecido cuello, que ya se sentia frio. Tembló ante la posibilidad de haber actuado tarde, pero un gemido ahogado, le dio esperanzas.

El Abrazo fue cálido, Hanamichi en su mente, pudo ver y conocer todos los recuerdos que la larga vida de Kaede guardaba. Kaede pudo rememorar con las imágenes que Hana le regalo, todo lo que alguna vez observo.

El pelirrojo volvió lentamente en si. Su vista poco a poco enfocó unos ojos azules que le miraban anhelantes, los desconocio, por lo que trato de alejarse del desconocido, pero éste le retuvo firmente en sus brazos.

Aún estaban en el estacionamiento, e inmediatamente se acordó del asalto y el balazo, por lo que se removio inquieto, pero cayó en cuenta de que su piel estaba sana. Ningún rastro de la bala.

- Qué sucede? – pregunto con miedo.

- Vivirás por la eternidad – la voz del pelinegro le calmó inmediatamente.

- Quién eres?

- Desde ahora soy tu Sire... tu maestro... tu amo, mi Chiquillo.

Notas finales:

Ofuscacion: es el poder de poder esconderse (valga la redundancia) en las sombras y pasar desapercibido. Alguien solo podria detectar a un ofuscado si es que choca con él.

Dominación: poder de dar ordenes con una sola palabra. debe mirarse directamente a los ojos, para que la persona obedesca al instante.

Assamita: clan independiente. Asesinos profesionales. Vampiros Árabes.

Alamut: Escondrijo de los Assamita, en algun punto de Turquia.

Abrazo: proceso por el cual un humano se convierte en vampiro.

Sire: denominacion automatica que adquiere el vampiro que convierte a un humano. Sería relativo al apelativo de maestro.

Chiquillo: denominacion automatica que adquiere el vampiro recien convertido, ademas de Neonato.

Estas definiciones, estan echas bajo mis conocimientos del juego. La historia en si, es la adaptacion de como mi personaje, en la cronica que actualmente juego, conocio a su Sire. Hablando el otro dia con Hika, llegamos a hablar de esto, y me insentivo ha modificarla para nuestra pareja favorita. Asi que Hika, esta va por ti, gracias por tu apoyo y aliento.

Sin mas que decir, me despido.... Espero que haya sido de su agrado.

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).