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Un rubí en el rio por la-Monge

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Notas del fanfic:

hola!!! >3

Era una calurosa tarde de primavera, las aves cantaban, loas árboles florecían, el sol aunque intenso paresia darle vida a todo lo que tocaba, el polen invadía todo el aire. En pocas palabras, era un hermoso día que invitaba a todo ser viviente a salir de cualquier lugar donde se encontraba. Exceptuando a cierto chico, que estaba en su habitación, dentro de su enorme mansión, frente a una computadora que relumbraba frente a sus ojos.

Ese único ser que se encontraba encerrado entre papeleo y luces artificiales era el joven Rock Lee, heredero único de Maito Gai, antiguo dueño de el emporio de ropa deportiva mas grande de todo Japón, representado por la marca “Guy”. Ya hace dos años Gai había muerto y el emporio paso a manos de Lee, quien desde entonces se enfoco en totalidad a dar lo mejor de si para que esa millonaria empresa no decayera por culpa suya.

Con apenas los 20 años cumplidos era blanco de muchas especulaciones, pues se rumoraba que al cumplir la mayoría de edad el provoco de alguna manera el mortal accidente automovilístico que acabo con la vida de su adorado padre, estos rumores eran absolutamente erróneos e injustos, pues el acoso de los medios era insoportable, causa por la cual no era de su agrado salir en publico o eventos ocasionales. El joven solo se limitaba a ignorar estos dimes y diretes de las personas del medio, honestamente no quería problemas que pudieran repercutir en la empresa de su padre, y que pusieran en entredicho el amor que tenia hacia el susodicho lo llenaba de ira, que siempre era capaz de controlar, haciéndole eventualmente ignorar todo tipo de preguntas o comentarios sobre su vida privada.

Este joven ahora millonario, antes solía ser todo lo contrario repacto a su persona, rara vez se le notaba enfrascado en algo que no fuera el deporte, no le gustaba estar encerrado en su mansión, decía que se sentía “atrapado”, y gastaba gran parte de su tiempo saliendo con sus amigos ya fuera yendo a conciertos, fuera de la ciudad o practicando algún deporte en grupo. Siempre tubo lo mejor, su padre, aunque era un hombre sumamente ocupado nunca le descuidaba, platicaban mucho, no podía dar un paso uno sin que se enterara el otro. Fue a las mejores escuelas de Japón y se preparo estupendamente para el trabajo que tendría .... el que ahora tiene. Extrañaba de una manera extraordinaria a su padre, al irse, había dejado un enorme vacío en el, sin sus siempre constantes palabras de aliento y apoyo, dándole ánimos para ir siempre adelante. Pero no podía dejarse caer por ningún motivo, cualquiera que fuese ... el hizo una promesa sobre la tumba de su padre y no se echaría para atrás.

Esa misma tarde, mientras el no salía de entre su interminable papeleo, llego a su mansión un brillante auto deportivo convertible color naranja chillante que hacia un escándalo terrible con su claxon y los gritos de un chico rubio que lo conducía. En el susodicho auto iban otros tres chicos, uno con aspecto muy salvaje y con marcas en sus mejillas como si de colmillos se tratase, otro con una coleta agarraba su cabello a lo alto y una cara de fastidio enorme, también se encontraba uno un poco mas serio de cabello largo y unos misteriosos ojos blancos. Los cuatro chicos bajaron del automóvil y comenzaron a tocar en la entrada, no paso mucho tiempo para que Lee apareciera abriendo la puerta rápidamente con una reluciente sonrisa.

- ¡Hola chicos, me toman por sorpresa! ... pasen, pasen- decía mientras abrasaba a cada uno cariñosamente, desde ya hace muchísimo tiempo que no los veía, varias veces tiempo atrás habían quedado de verse, pero siempre salía algún imprevisto y Lee terminaba por no asistir al encuentro.

- ¡Hey cejudo! No venimos para saludarte, sino para llevarte- decía el rubio con una enorme sonrisa y pasando su brazo por el hombro del pelinegro.

- ¿Llevarme? ... ¿a dónde? ¿ porque?.- termino diciendo algo asustado, pues ya sabia como era Naruto y cuando se le metía una idea en la cabeza no havia manera de hacerlo cambiar ... Naruto era casi tan cabeza dura como el propio Lee, solo que mas ruidoso y grosero. Además que todavía tenia algo de papeleo que completar y le hacia poner en duda su motivación por irse ese preciso día.

- Tu no preguntes, solo vente con nosotros ... no vamos a hacer nada malo. Además a lo mas vamos a tardar unas tres horas en ir y volver – Repuso el rubio al percatarse de las expresiones de rechazo del otro – Lo prometo, no interrumpiremos mucho con tu “adorado tiempo de calidad con el papeleo” ... por favor cejudito, solo un ratito – Termino diciendo, adivinando que eso seria la principal excusa, de hecho desde hace algún tiempo era la única, y puso la mejor cara de lastima que pudo para convencerle.

- Esta bien ...- dijo por fin cediendo a las peticiones del rubio – pero solo un ratito, ¿ok? – musito con una mirada amenazante para todos los chicos ahí.

-¡Hey! No me mires así, el fue el de la idea- grito Kiba apuntando frenéticamente a Naruto con su dedo índice

- Tampoco te pongas así, por dios, te estas delatando tu solito, además que pareces un niño tonto e histérico – termino diciendo el mayor de los cuatro visitantes, girando los blanquecinos ojos denotando evidente irritación.

- ¿Podrían callarse? ... siempre salir con ustedes resulta demasiado problemático, mejor tu ya súbete al auto para que Naruto y Kiba se callen de una vez- Shikamaru dio una ultima probada de su cigarrillo y lo tiro hacia un lado, en lo que recargaba en el relumbrante auto.

Después de unos cortos minutos Lee volvió ya habiendo cerrado y apagado todo de su enorme hogar. Aprovecho esos momentos para cambiarse de ropa y ponerse unos pantalones negros de mezclilla justos a su medida, unos censillos tenis converse del mismo color y una camisa verde de manga larga, mientras salía se doblaba las mismas para no verse tan formal.

-¡YOSH! ¡Ya estoy listo para lo que venga! – Con un brinco se adentro en el auto y se instalo justo en el asiento detrás del conductor. Y así salieron, los cinco cabían justo en el lujoso auto, con Shikamaru a la derecha del conductor, en este caso Naruto ... bueno, cierto era que Naruto no dejaba que nadie mas manejara su auto, a excepción de su mejor amigo Sasuke, pero ahora el se encontraba de viaje; estaba Lee tras Naruto, entre todos habían podido vendarle los ojos para no saber a donde le llevaban pero pese a eso el estaba con toda su cabeza fuera del auto sintiendo como el aire chocaba contra su sonrosado y alegre rostro, Kiba de lado opuesto le imitaba, pero este sacaba la lengua cual can y Neji solo se mantenía en medio de ellos con brazos cruzados y ojos cerrados, realmente sentía una envidia terrible por Shikamaru que no estaba entre esos dos, que por cierto, por esa precisa razón había decidido quedarse al enfrente.

Después de aproximadamente 2 horas en el camino, docenas de reproches de Shikamaru, gritos constantes de Kiba y Naruto, reproches de Lee y gruñidos fastidiados de Neji, llegaron a su destino. El lugar era algo peculiar, parecido a un mercado al aire libre y atestado de gente de muy diversos aspectos, pero se encontraba notablemente alejado de todo, lejos de cualquier otro lugar visible. Todos bajaron del auto y se adentraron a dicho lugar, Naruto llevaba a Lee por un lado suyo, ya con los ojos destapados, tras ellos estaban muy de cerca los otros tres, podría resultar un gran problema perderse en un lugar así.

Lee miraba con una mezcla de extrañeza y sorpresa todo a su alrededor, nubes grisaceas de humo inundaban el ambiente, que probablemente serian de tabaco ... pero también se percibía un aroma mas extraño.

- “¿Opio?”- pensó incrédulo Lee.

Comenzó a observar detenidamente todo su alrededor mientras avanzaban a paso lento entre la gente, en varios lugares vio animales exóticos, así como tigres, guacamayos, pumas, osos pandas, y otras muchas especies de animales en jaulas grandes y pequeñas, obviamente todas estas especies eran de venta ilegal y prohibida, también se alcanzaban a ver armas de altos calibres, de uso exclusivo del ejercito; medicinas abundaban por todas partes, la mayoría con las que se fabrican enervantes y otras que solo seria posible conseguirlas por receta medica, sin contar que por todas partes se topaba con hombres ofreciendo todo tipo de drogas como si de dulces se tratase, cargando con grandes paquetes de estas sustancias consigo, pero lo mas horrible de todo es que también se le acercaban sujetos intentando vender personas como si de animales rabiosos hablaran y los trataban aun peor, o en el mejor de los casos vendiendo “favores” que estas ofrecían.

- Naruto-kun .... ¿¡que es esto, porque me tres aquí?!- Decía en la voz mas baja posible pero asegurándose que el otro escuchara con claridad.

- ... Espera- Dijo el aludido sin dejar de ver hacia el frente con un rostro serio.

A diferencia, Lee miraba todo a su alrededor con una sensación de asco que se reflejaba en su cara y se agolpaba en su estomago, era casi increíble como la gente podía ser capaz de ser feliz y progresar de esa manera tan asquerosa, pasando por encima de otros, jugando con sus vidas como si fuera algún juguete viejo que solo se quiere explotar y después desechar.

Entre tanto, mientras su mirada divagaba por todo lo que se desplegaba a su alrededor algo llamo su atención ...no, era un alguien. De pronto, de la nada, aparecieron unos ojos aguamarina, que no le miraban, pero parecía que daban una luz de hermosura a ese lugar espantoso, y un pensamiento invadió su cabeza en ese instante.

- “¿Existirá el amor a primera vista?” – pensó como por error. Y agudizo su vista para ver la figura entera. Adornado por una cabellera rojiza, color sangre, y aunque despeinada no le quitaba belleza al mismo; alrededor de esas perlas aguamarina unas ojeras oscuras pintaba alrededor su piel dándole a sus ojos un matiz misterioso, intrigante; su piel parecía literalmente como porcelana, tan blanca, tan limpia, totalmente impoluta, y todo esto combinaba con un muy fino perfil y una delicada boca en línea recta, totalmente sellada. Tenia el rostro un poco de maquillaje en sus mejillas que le daban un ligero tono rozado, a diferencia de las chicas al lado suyo no tenia maquillaje blanco en el rostro, pero si se le notaba un poco de delineado en sus ojos que se lograba diferenciar con el de sus marcadas ojeras, y por ultimo, en sus delgados labios tenia un tinte rojo intenso; portaba una yukata de color rojo oscuro y orillas de color negro. Era en conclusión un chico hermoso, en todos los sentidos –“ ... espera, es un chico”- y se sorprendió de si mismo, nunca imagino sentir una atracción o en cualquier caso un sentimiento así por una persona de su mismo sexo.

Por un segundo el mundo se detuvo, su corazón lo hizo, su respiración lo hizo por igual, pero sus pies no, seguían avanzando, acercándose, pero ... las miradas chocaron, el pelirrojo alzo la mirada y parecía el colapso entre dos mundos, esos dos mundos. Mientras una mirada parecía vacía, lo otra se encontraba llena de sorpresa, de asombro por ese suceso, y Lee dedico una sonrisa ... pequeña, sin siquiera separar los labios, pero era tierna, sincera, pura ... el ojiverte ahora si contuvo el aliento, nunca había visto algo así, nunca nadie le había mirado así, de esa manera tan inocente y tierna, nunca había visto una sonrisa tan hermosa, de hecho ... nunca nadie le había dedicado siquiera una sonrisa sincera, o almenos sin un toque de perversión en ella.

Lee no separaba la mirada de aquel chico, era todo un placer admirarle, hasta que de pronto sintió su cuerpo chocar contra otro, era Naruto, que había detenido la marcha.

- ¿Naruto? ¿qué paso?- Dijo sin mas

- Aquí es ... escoge- Musito con una mínima sonrisa en el rostro y extendiendo su mano hacia el frente. Y apuntaba hacia una fila de personas, mas mujeres que hombres, pero todos por igual muy bien arreglados y maquillados; de la misma manera, todos mantenían la mirada baja con las manos juntas y en el frente. Era una fila de aproximadamente 20 personas ... y entre ellas, se encontraba aquel chico hermosos que tanto llamo su atención.

- ¿Qué? ... ¿escoger que?- inquirió en voz baja, todavía no entendía exactamente la índole de la situación.

- Escoge a alguien, yo te regalo a la persona que quieras- dejo como si fuera lo mas común del mundo

- ¿¡que!? ¡Naruto-kun! Esto es una locura ¿¡que te pasa!?- Naruto solo soltó un sonoro suspiro y musito

- Mira Lee, desde hace un muy buen tiempo te la has pasado encerrado en el trabajo, ya ni siquiera sales a ningún lado, ¡por dios, ya no vives! ... y pues, si tu no vas a la montaña, que la montaña venga a ti- Naruto soltó una risita por el comentario- Así que mi tío Jiraiya me hizo un descuento después de oír tu situación, te traje para que escojas a la prostituta que quieras que viva contigo ... y ya sabes que para mi el dinero no es un problema, el hijo del gobernador puede comprar lo que sea, así que ... escoge- termino diciendo el rubio con una sonrisa muy amplia.

Una mueca de incredulidad llego al rostro de Lee ... y prontamente cambio a la furia, una ira que parecía incontrolable.

-¡ No lo puedo creer Naruto-kun! ¡que diablos te pasa, en que momento te paso por la cabeza que yo querría algo así! ¡¿que?! ¡¿no me conoces lo suficiente como para suponer que yo nuca lo querría?! Yo te tengo mucho cariño Naruto-kun, por eso no he hecho nada en contra de tu tío, porque se que te lastimara... pero eso no quiere decir que le respete, o que apruebe su trabajo, de hecho, señor- dirigiéndose al norme hombre de cabellos blancos- me da un enorme sentimiento de asco el solo hecho de saber cual es su trabajo ... no lo quiero Naruto-kun ... no quiero tu regalito, y ya me quiero ir ... tengo trabajo que hacer- finalizo tajantemente.

Naruto mantuvo su rostro serio durante toda aquella respuesta, ambos se encontraban muy cerca de las personas ahí expuestas, solo dijo en el mismo tono serio:

-Ya esta pagado, y no me pueden devolver el dinero... así que quiero que escojas a alguien, y no aceptare un no como respuesta.- Dijo, los otros tres chicos se mantenían al margen de la situación, ya sabían a lo que iban y no había absolutamente nada que decir.

- No... yo no quiero nada de esto- Continuo Lee –y si estas tan ansioso por este negocio, mejor escoge alguien tu y llévatelo, porque yo n....-

Sus palabras fuero cortadas al sentir un pequeño tirón en su camisa por una delgada mano, Lee volteo rápidamente para saber de que se trataba, era ese chico de cabellos rojos, que se mantenía mirando al suelo, pero no soltaba en ningún instante su camisa, le tomaba de forma temblorosa, como si su cuerpo estuviera invadido por el miedo. Una expresión de furia tomo posesión del rostro de Jiraiya por la acción tan deliberada del ojiverde, hizo su mano un puño... no pasaría este día sin que le tocara otra paliza. Lee se percato de esto miro al chico que le sujetaba, podía sentir algo, como si eso fuera una petición, no podía mirarle a los ojos, pero sabia con certeza que era lo que este necesitaba, paso su vista alternadamente entre ese chico y el tío de Naruto ... la decisión se había tomada.

- ... el- dijo sin mas y tomo aquella delgada mano que lo sujetaba para unirla con la suya – a el quiero- le hecho una mirada totalmente indescifrable a Naruto y le paso de largo por el camino de regreso, no quería pasar ni un segundo mas en ese lugar.

El joven recién comprado no sabia que pensar, esa acción de tomar la camisa del pelinegro avía sido meramente instintiva, no sabia porque lo había hecho... talvez se le figuraba algo único encontrar a alguien que le hubiera dedicado una sonrisa .. una mirada que no tuviese morbo o lasciva ... solo obtuvo una mirada inocente que hizo sentir su corazón, le hizo pensar que el quería verle de nuevo, ver esa perfecta figura y peculiar rostro; no quería que se fuera ... no quería volver a aquel cuarto oscuro y descuidado, donde lo único que tenia que esperar era saber quien entraría y le tomaría, una y otra vez ... sin siquiera un poco de piedad, luego se iría llevándose una pequeña parte de su cordura .... dejando poco a poco de ser humano. Ahora pasaba por entre la gente tomado de la mano de ese chico que solo quería salir de ahí, junto a el, para esperar no volver.

Después de unos cuantos minutos ya se hallaban ya los seis chicos al lado del carro, todos estaban en silencio. Lee aun no soltaba la mano del chico de la yukata y se mantenía con un semblante sumamente serio, que daba claras intenciones de no querer hablar con nadie, los otros tres chicos siempre se mantuvieron en silencio, alejados de aquellos dos, y mejor, por su seguridad, no intentarían acercarse al chico nuevo, al menos por hoy. Naruto volvió por fin a su auto para ya irse, Lee abrió una de las dos puertas al instante y dejo pasar primero a su acompañante para que quedara pegado tras el asiento del copiloto y la orilla del auto, a su lado se sentó Lee, pensando en que no dejaría que sus amigos se acercasen a el otro, no quería que sufriese ningún tipo de grosería o incomodidad a causa de los demás, aparte de que, de alguna cierta manera, el sentía la necesidad de protegerle, de procurar su bienestar... que nadie, jamás, de ahora en adelante le hiciera daño; a un lado de el se sento Neji y a su lado Kiba, ciertamente iban algo justos en la parte trasera los cuatro, pero no había nada que hacerle. Existió en algún momento la posibilidad de que Lee y su “adquisición” se sentaran en la parte delantera para no ir tan apretados, pero el mismo no quería en estos momentos estar cerca de Naruto, ni hablar con el, ni saber de el.

Después de las mismas tensas horas de camino llegaron a la gran mansión de Lee, bajo del auto con el mismo semblante serio de todo el trayecto junto con el otro que siempre se mantuvo en un mutismo absoluto y la mirada baja, después de ayudarle a bajar se dispusieron a entrar de nuevo a la mansión sin decir palabra a los cuatro chicos tras ellos, y antes de entrar a la construcción frente a ellos solo se puedo escuchar a Lee decir con un tono de firmeza muy raro en el:

- por favor ... no vuelvan en un muy largo tiempo- y se adentraron en la casa dejando cuatro rostros atónitos por el comentario. Esta bien, Lee a veces podía ser algo testarudo e irascible pero nunca les había negado el acceso a su casa o hecho algo así, sin decir palabra los cuatro se subieron al auto y se retiraron, solo con un molesto rubio que se sentía totalmente indignado por la actitud de su amigo, el lo único que quería era ayudarle para estar acompañado con un poco de diversión, pero como siempre, era un malagradecido.

Ya dentro de la mansión el pelinegro condujo al ojiverde por el extenso salón y estrechos pasillos, hasta llegar a su habitación, las palabras seguían sin salir de los labios de ninguno, en cambio el pelirrojo miraba de vez en cuando, de forma fugaz al chico frente a el y le resultaba muy cómoda su presencia, pero le extrañaba que cuando le vio por vez primera le dedico una sonrisa hermosa y tierna, ahora, frente a las personas que conocía, sus amigos, que se suponía quería, se le miraba totalmente opuesto, y esto solo terminaba por confundirle aun mas.

-“ talvez esa sonrisa fue solo una fachada”- pensó con su mirada perdida en el brillante cabello y el peculiar corte.

Ya dentro la habitación de Lee, el mismo lo dirigió a la cama, con la misma delicadeza con la que tomo su mano por primera vez le convido a sentarse en ella, y el chico así lo hizo ... ya sabia lo que quería, todos querían lo mismo.

- Por favor espérame un segundo, ya vuelvo- dijo mirando al otro directamente a los ojos y con una expresión sumamente suave. Se alejo a paso rápido a otro extremo de la habitación, se acerco a un mueble y comenzó a buscar algo entre sus cajones.

El otro por su parte solo asintió muy levemente, ya sabia de antemano por lo que le comprarían, ese era su único propósito, debía resignarse a lo que era su vida ... aun no comprendía porque en algún momento llego a pensar que esto podía cambiar, lentamente se dejo caer sobre el suave colchón forrado de color verde pastel, comenzó a abrir sus piernas de una manera titubeante, haciéndose desacomodar la yukata para que las mismas se pudieran abrir lo suficiente, hizo su rostro a un lado, ya solo restaba esperar lo que sabia inevitable ... ese golpe de dolor que ya había sentido desde hace tantos años.

-“para lo único que sirvo”- pensó reteniendo las ganas de soltar alguna lagrima, solo cerro sus ojos.

-¡Espera, que haces!- se escucho el grito desde el otro lado de la habitación ,rápidamente se acerco Lee al otro, parecía que había entendido todo mal, tomo los hombros del mas joven y le levanto suavemente, le encaro, esta vez el pelinegro también se sentó en la cama junto a el, y con un pulcro pañuelo banco en mano comenzó a limpiar de la manera mas dulce el rostro del otro, parecía como si se le fuese la vida en ello – No te equivoques conmigo, yo no soy ese tipo de persona – esbozó otra pequeña sonrisa y continuo – creo que las condiciones en que nos hemos conocido no fueron las mejores, pero me ha dado mucho gusto el conocerte ... mi nombre es Rock Lee, ¿cuál es el tuyo? – preguntó mientras seguía con su labor.

Después de unos instantes de silencio y confusión de parte del aludido, dijo con una voz que a Lee le pareció sumamente bella.

- ... Sabaku No ... Gaara- Termino diciendo bajando el rostro aun mas. Prontamente sintió como una suave mano tomo su barbilla y le obligo a levantarlo.

- Mucho gusto Gaara-san, es todo un pacer conocerte – dijo esta vez con una brillante sonrisa en el rostro, que dejo al chico frente a el totalmente impresionado por esa acción y la sinceridad que desprendía – creo que de ahora en adelante viviremos juntos, pero ... si quieres irte eres libre de hacerlo, yo no quisiera retenerte aquí y que tu sufrieras por ello, Gaara-san, ¿tienes algún lugar donde poder ir?- solo obtuvo como repuesta una lenta sacudida de la rojiza cabeza, y la sonrisa del otro aun se hizo mas agrande – ¡YOSH! Entonces te quedaras aquí mientras lo desees, será muy agradable tener a alguien de compañía, hehehe– Gaara casi da un brinco al escuchar aquel grito, realmente lo había tomado por total sorpresa, realmente este chico si que era extraño, de hecho la manera que le trataba era muy sin sentido, las personas a su alrededor no se suponía que lo tenían que tratar así .... bueno, hasta donde sabia.

La mirada de Gaara parecía perdida, como si no alcanzara a entender del todo lo que le estaba diciendo. Lee termino de limpiarle su rostro y cayo en cuenta que tendría que hablarle claramente, sino, esto terminaría siendo algo que, para el chico frente a el, seria todo un acertijo. Tomo con ambas manos las dos del otro de la manera mas delicada posible.

-Gaara-san .... mmmm ...yo-yo no tengo ninguna intención de obligarte a tener relaciones sexuales ni nada que se le parezca, si bien no te compre, te escogí porque tu me lo pediste, me lo dijiste de alguna forma, no se exactamente como pero no querría ver a alguien como tu sufrir por nada, se que de alguna manera lo necesitas y yo me sentiría muy feliz de poder ayudarte en esto.... que me dejaras ayudarte, y si no te molesta podrías quedarte aquí conmigo... yo no quiero sentirme solo, así que, yo también de alguna manera te necesito – y entonces un ligero sonrojo se apodero de las mejillas de Lee – ahora que lo pienso, me alegra haber ido a aquel horrendo lugar, porque solo así te puede haber conocido y porque solo así te pude haber sacado de ahí ... en primer lugar, nadie debería estar en esa situación que tu estuviste, por eso nunca me arrepentiré de haber estado allí ... aunque no lo hubiese querido en un principio ... valió la pena.- finalizo sin soltar sus manos aun, le sonrio de nuevo cerrando sus ojos.

Gaara se quedo atónito ante toda aquella declaración, si hubiera podido boquiabierto, pero no tenia siquiera mente para eso ... esto era mucho mas de lo que podría esperar ... ¿realmente seria real? ... ¿no habría muerto ya? ...y al final lo único que podía hacer era observar esa sonrisa, tan cálida, que respaldaba cada una de esas palabras para hacerlas verdaderas.

-... Gaara-san, ven, tenemos que escogerte ropa, al menos para lo que resta del día ...¡¡no-no quiero decir la ropa que tienes no es adecuada!! Solo que seria muy incomoda para estar aquí en casa el resto del día ... así que te daré una mía – jalo una de sus manos y le llevo con un paso lento hacia un enorme ropero de madera que estaba contra la pared, abrió con impaciencia las puertas y dejo ver al menos una decena de pijamas de diferentes colores, estampados y texturas - ..mmm ... ¿cuál es tu color preferido? ... puedes escoger la que mas te guste, para mi no hay problema- sonrió- yo que tu tomaba una verde, es el mejor color del mundo, ¿no lo crees? – decía muy alegremente mientras le mostraba una pijama de este color y parecía hecha de seda con pequeños grabados de hojas con hilos dorados. Gaara se le quedo viendo ... honestamente no le gustaría ver eso en el ....no era que no le gustara el atuendo , solo que no creía que le sentara muy bien ese color, y solo atino en sacudir la cabeza - .... mmm .... entonces ... déjame ver- decía Lee metiendo de nuevo la pijama en el ropero y buscando algo que le pudiera gustar al otro, realmente ya le estaba comenzando a gustar esto ...bueno, al menos Gaara ya estaba comunicándose - ... ¡mira! ¡esta te quedara perfecta! Es una de las que están prácticamente nuevas y no son tanto mi estilo, además de que ya me queda un poco chica, seguro a ti te gustara- retiro del ropero una pijama por igual de textura de seda, pero esta era casi en su totalidad negra con franjas color cobre en el final de las mangas y cuello, sin ningún tipo de grabado y con botones por igual negros. El aludido se le quedo mirando a la pieza, no era del todo desagradable a la vista, además que se miraba muy cómoda; con las puntas de sus dedos rozo la fina tela, sintiendo su delicada textura– hehe, esta te gusta ¿verdad? – dijo formando una enorme sonrisa en su rostro, Gaara solo desvió un poco su rostro para que sus ojos se toparan con los de Lee mirándole fijamente ... esto para el fue una indudable señal afirmativa- ¡YOSH! Entonces es tuya – le quito el gancho que la colgaba y la acomodo para que el otro pudiera tomarla en sus brazos- ... toma. Ahora tenemos que darte una habitación, que suerte que justo aquí al lado hay una vacía- Gaara tomo entre sus brazos la pieza de ropa recién entregada y siguió a Lee mientras salía del cuarto y se dirigían al contiguo - ¿sabes? Este cuarto era antiguamente el mío, no es tan grande como el otro, pero si es bastante cómodo- se adentraron a la habitación, y era... para el pelirrojo, gigantesca, tenia una enorme cama en el centro del lugar, junto con varios buros, unos cuantos roperos de tamaño considerable, un estante donde había un televisor y un tanto de libros y una mesa de estudio – perdona por el desorden, ya es jueves, y hasta el sábado viene la señorita de la limpieza – realmente todo estaba perfectamente ordenado, ni siquiera Lee entraba a esa habitación, amenos que quisiera sacar algún libro, o algún videojuego viejo que tenia guardado por ahí. El ambiente comenzó a ponerse un poco tenso, lo dicho era lo que se debía, ya no había nada mas – mm... bueno, te dejo para que te pruebes la ropa a ver que tal te queda, si quieres ver algo por ahí no te detengas, con toda confianza puedes ver ... mira- tomo un control – aquí esta el control de la televisión, y ... mmm... ¿dónde esta? ...¡ha! aquí esta, este es el control para que prendas el aire acondicionado, ¿quieres que lo prenda?- honestamente Gaara no tenia la menor idea de que diablos hablaba, pero no se detendría a preguntar al respecto, así que solo asintió – bien- encendió el artefacto encontrado justo arriba pegado en la pared y al instante comenzó a salir el aire fresco - ...en un momento mas vengo, puedes salir si lo deseas - finalizo con una sonrisa dejando a su nuevo y ahora invitado en la habitación solo, dándole tiempo así de cambiarse a su gusto.

Y así lo hizo, claro, de una manera muy temerosa, raras eran las veces en las que se desvestía y no terminaba con algún hombre dentro suyo, obligándole a sentir algo que no quería, pero esta vez ... perecía todo tan calmo, con suerte y no terminaría así este día, ese chico ... Lee, no parecía del tipo como todos los demás, por eso se atrevió a aquel acto suicida de tomarle por la camisa ... si solo le hubiese rechazado, Jiraiya le habría casi matado. Pero ahora, se encontraba en las mejor de las situaciones, aun seguía si creerlo, seria muy triste el pensar que esto era un sueño ... porque el momento de despertar algún día llegaría.

La pijama termino quedándole perfecta, al entrar a la habitación, Lee por poco termina en el suelo, Gaara ya había terminado de arreglarse y estaba sentado en la cama viendo a la nada, se miraba aun mejor con una ropa mas sencilla, y parecía que lo colores oscuros contrastaban a la perfección con la palidez de su piel, resaltando la belleza de su rostro. Se suponía que le avisaría que la comida ya había llegado, pero la escena hizo a Lee descontrolarse por completo y perderse en esos mares aguamarina que le miraban fijamente desde su asiento.

- ...¿Qué?- se escucho con una voz que daba un pequeño matiz de fastidio, ya habían pasado unos instantes y solo tenia la mirada de Lee encima, ni siquiera se movía, solo estaba ahí como bobo parado en la estrada de la habitación, observándole con una cara de ensoñación, o algo así ... pero de todos modos a Gaara le incomodaba de sobremanera que hicieran eso, además, tenia claro que era su propiedad, no su ejemplo de cortesía y buenos modales.

- ah ....esto .... yo – Lee acababa de entrar ahora si en un pánico irremediable, con esa mirada penetrante y esa voz suya, realmente ese chico se imponía, haciéndole cohibirse, obligando a sus palabras mantenerse dentro de si, prácticamente haciéndole bajar la mirada ante su simple presencia. Pero todavía tenia esos ojos taladrándole y dejándole claro, al menos para el, que si no obtenía un respuesta pronto habría problemas – ya ... ya llego la comida que ordene – musito poniendo una de sus manos en su nuca – espero que te guste el curry- el pelirrojo se puso de pie y comenzó a acercarse al otro a paso muy lento, caminaba mirando al suelo frente a el, bajando su mirada para ir a comer, llegando a la altura del otro paro y se quedo así por unos instantes, esperando instrucciones o alguna señal para seguir al chico frente a el; de nuevo un dedo se poso bajo su barbilla y le obligo a ver a los ojos al otro, hecho extraño, pues generalmente cuando miraba a algún sujeto a los ojos recibía a lo menos un golpe directo en el rostro. Y ahora este chico cada vez que podía le obligaba a verle directamente a ellos, pero a diferencia de los otros, este muchacho, Lee, le miraba con una expresión dulce, no de lastima, ni de condescendencia, sino de dulzura, de complicidad, como si no le molestara su presencia al tenerle cerca, definitivamente este chico era único – por favor, no bajes el rostro cuando estés conmigo, no tienes porque temerme, no te pienso hacer daño de ninguna manera, prefiero que me mires a la cara ... – un nada disimulado sonrojo se apodero de las mejillas de Lee - tienes un rostro muy lindo como para maquillarlo o esconderlo ... ¿me prometes que ya no lo harás? – definitivamente no era la primera vez que le decían a Gaara que tenia un bonito rostro, pero si la primera en la que se lo decían sin aparentes dobles intenciones o al menos con ropa puesta, y sorprendido por Lee, Gaara tomo unos cuantos segundos en finalmente asentir lentamente, sin dejar de mirarle a los ojos, y con un pequeño, muy pequeño sonroso en sus mejillas, difícilmente perceptible. Lee le dedico una brillante sonrisa cargada de alegría – bien .... bueno, a ti te pedí dos ordenes de curry clásico, la verdad no se que tanto comas, así que mejor prevengo ¡hehehe! ... para mi pedí tres ordenes de curry extra picante, la verdad es que me gusta mucho, no tienes idea lo delicioso que es, no se porque a mis amigos no les gusta, dicen que ...-

El mayor siguió contando su “maravillosa historia” mientras se dirigían al comedor, uno a lado del otro, Lee parecía deshacerse moviendo sus manos al platicar, haciendo sinfín de gestos, platicando con toda la emoción del mundo, y de hecho la tenia, para este chico que parecía nunca haber escuchado este tipo de relatos, para este chico que parecía encerrarle en su mirar, para este chico que escondía tanto, que casi no hablaba, que su rostro parecía totalmente estoico ante cualquier situación ... pero contaba con esos ojos que a simple vista y para cualquiera parecían hechos de hielo, pero para el ... para el eran una ventana a su alma, donde expresaba tantas cosas que parecía no sentir ninguna ... ya tendría tiempo de resolver esos acertijos ... ahora solo quería disfrutar de su compañía mientras era hora de comer.

 

Notas finales:

bueno ... ¬////¬, eso fue todo, MUCHAS GRACIAS POR LEER !! >0<

espero que ls aya gustado, y tambien espero subir el siguiente cap pronto. Y bueno, ya se la saben, comentarios que me puedan dar, errores de redacion, de otrografia (y esos si que abundan xD), o si el personaje estubo muy lejos de como es realmente (heheh, de esos tambien abundaran ^^U), o cualquier otra cosa que pedan enontras y se pueda mejoras, por favor aganmelo saber, todos seran tomados en cuanta y muy apreciados >3<

GREACIAS POR LEER!!!! (de nuevo xD)


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