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Las Apariencias Engañan por Beyrus

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Notas del capitulo:

Aquí está mi primer fic, espero le deis una oportunidad y que os guste!! La historia va poquito a poco, así que por favor tened paciencia =)

Disclaimer: No me pertenece nada, todo es de J.K. Rowling y de Warner, Salamandra etc, y hago esto solo por diversión, ¡así que difrútenlo!

Antes de irme a dormir siempre me aseguraba de correr los doseles para aislarme de todo y de todos. Era el quinto año que compartía habitación con Neville, Dean, Seamus y Ron y por lo que sabía, la mayoría solía levantarse más bien pronto, o por lo menos más pronto que yo, y con los doseles echados siempre conseguía dormir un poquito más.

Me cambié de posición todavía con los párpados cerrados. Debían quedarme tres o cuatro horas más de sueño. De pronto pareció como si el sol saliese de golpe. Me removí un poco en la cama esperando que se volviese a ocultar. Pasados unos minutos, comprendí que eso no iba a pasar así que me froté con pereza los ojos y los abrí poco a poco.

-Vamos compañero, Hermione nos espera abajo para desayunar –un bulto rojizo me alzaba una mano instándome a levantarme. Me erguí y frotándome de nuevo los párpados, me coloqué las gafas que habían estado descansando hasta ese momento sobre la mesilla.

-¿Ron? ¿Pero qué hora es? Deberías estar durmiendo –alcancé a decir entre bostezo y bostezo-. Y yo también –añadí en un murmullo.

-Anda Harry, levántate y dúchate –me dijo con cara de asco, mientras me señalaba los pantalones frunciendo el ceño-, con agua fría –especificó por si no me había quedado claro a lo que se estaba refiriendo con su mirada.

Sí, en ese momento me di cuenta de que tenía un pequeño problema ahí abajo. En realidad, desde hacía aproximadamente dos meses no paraba de tener sueños de cierta clase, y lo que más me preocupaba y no dejaba de darme vueltas en la cabeza era que los dichosos sueños no estaban protagonizados por chicas.

En alguna ocasión había pensado en contarle a Ron lo que me pasaba, pero siempre acababa desechándolo porque creía que no lo entendería. En general, no solía mostrarse muy tolerante con ciertos temas. Quizás Hermione pudiera servirme de más ayuda, pero me moriría de vergüenza si tuviera que contarle la clase de sueños que había tenido últimamente. Con toda probabilidad estaría tan abochornado contándoselo que cualquier cosa que ella dijera no sería asimilada por mi cerebro, que estaría ocupado pensando en lo mal que lo estaba pasando. Seguramente las chicas no soñaban cosas así, en realidad no creía ni siquiera que pensaran en el tema.

-Harry, ¿estás vivo? Compañero, creo que voy a ir bajando al Gran Comedor, ¿vale? Te esperamos allí.

Asentí saliendo de mi ensoñación y me levanté de la cama para darme una ducha, aunque a aquellas alturas ya no necesitaba que fuese fría. El problema se había solucionado solo mientras me comía la cabeza con mis preocupaciones. Hacía tan sólo unos días que había aceptado el hecho de que no me gustaban las chicas y no sabía qué hacer con ello, era algo extraño para mí y no sabía cómo reaccionarían mis amigos cuando se enteraran.

Después de la ducha, que me sentó realmente bien para terminar de despertarme, cogí todas mis cosas y me dirigí al salón para encontrarme con mis amigos. El Gran Comedor estaba prácticamente vacío. ¿Qué hora debía ser para encontrarse así? Miré el reloj sin estar convencido del todo de querer ver la hora que marcaba y no sólo descubrí que eran las nueve de la mañana, si no que el reloj indicaba que ese día era sábado, por lo que me pregunté porqué demonios habíamos madrugado tanto un día que no había que ir a ninguna clase.

-Maldito Ron, pero ¿qué...?

No pude completar la frase. En ese momento algo grande y ágil que se desplazaba con bastante velocidad impactó contra mi cuerpo consiguiendo derribarme. Me caí de culo contra el suelo y cuando me intenté incorporar noté que lo que se había chocado contra mí, me caía encima.

-¡Au! –grité.

El bulto pesaba bastante y con el impacto se me habían caído las gafas. Mientras intentaba zafarme del peso que estaba sobre mí, oí varias risas que se extendían por todo el Gran Comedor.

-¡¡Potter!! –gritó el bulto.

En el mismo instante en que lo oí, reconocí ese inconfundible tono de voz. Enfoqué la vista y al verle tan cerca de mí, pude apreciar sus facciones a la perfección, a pesar de haber perdido las gafas. Snape estaba rojo de ira. Me miró a los ojos, con los suyos entrecerrados. Estábamos tan cerca el uno del otro que podía incluso notar sus palpitaciones aceleradas, probablemente porque iba casi corriendo antes de impactar contra mí.

Su pecho yacía sobre mi cintura, de hecho, la postura en la que nos encontrábamos era bastante comprometida, ya que el profesor estaba justo entre mis piernas. Mi corazón también golpeaba con fuerza aunque yo no iba con tanta prisa cuando Snape había tropezado conmigo. Estaba muy nervioso y me di cuenta de que me costaba trabajo respirar a pesar de que sobre mis pulmones sólo se encontraba la barbilla de mi profesor, mientras me miraba irritado. Seguro que se iba a cabrear un montón. Temía las represalias que pudiera tomar contra mí, porque a pesar de no haberle tirado, seguramente para él yo sería el único culpable.

Oía su voz enfadada reprendiéndome, mientras gesticulaba violentamente con las manos. Junto con su voz, se seguían oyendo las risas de las pocas personas que se encontraban en la sala. Algo les dijo Snape, porque de repente reinó el silencio en el Gran Comedor. Aún con el ceño fruncido y una mirada de odio como sólo sabía echarla él, tomó impulso con los brazos para levantarse, juntando con el gesto ligeramente sus caderas contra mi cuerpo, provocando que mi corazón latiese más rápido aún de lo que ya lo estaba haciendo.

-Harry, ¿estás bien? –una voz femenina a mis espaldas me hizo volver al mundo real de nuevo.

No entendía nada. Hermione y Ron se acercaban a mí con cautela. En un gesto rápido, mi amiga se agachó y me acercó las gafas, mientras Ron me ayudaba a levantarme, cosa que les agradecí, porque yo estaba tan impactado que no hubiera sido capaz de hacerlo solo.

Una vez de pie, no pude evitar dirigir una mirada de soslayo al murciélago gigante que seguía parado frente a mí, aún con el ceño fruncido y a punto de explotar de furia. Creí que las piernas me iban a fallar dejándome caer de nuevo cuando vi que con disimulo miraba mi entrepierna alzando una de sus negras cejas.

-Mierda –murmuré, aunque no lo suficientemente bajo como para que nadie me oyera. Ni hasta eso era capaz de controlar. Joder. Snape me había pillado en una situación comprometida y ni siquiera había podido disimular un poco.

Los compañeros estaban observando todo, como si aquello fuera un duelo de miradas. Yo prácticamente ni les veía, ni escuchaba lo que murmuraban, solamente podía rezar para que Snape no hiciera ningún comentario sobre el estado en el que me encontraba. Me moriría de vergüenza si todos mis amigos lo notasen y seguramente harían comentarios de todo tipo que no sabía si sería capaz de soportar. En realidad, no sabía qué me había pasado, no tenía ninguna explicación razonable para el estado en el que me encontraba por culpa de Snape. No, por su culpa no, él no podía ser quién me había provocado aquel nuevo problemilla.

-Veinte puntos menos para Gryffindor por tirar al suelo a un profesor –susurró con una sonrisa maliciosa. Rompiendo por fin el silencio que se había establecido entre los dos.

-¡Pero no es justo! ¡Usted me tiró a mí! –protesté. Sabía que no iba a servir de nada, pero por lo menos los que estaban allí observándonos comprenderían que yo no había sido el culpable. No iba a dejar que todos pensaran que yo le había tirado a él.

-Potter, no me eche a mí la culpa de sus desgracias. Si necesita graduarse las gafas vaya a un especialista. Y si no entiende muy bien el procedimiento, aquí tiene a su pequeña amiga sabelotodo que podrá explicarle cómo hacerlo.

-No necesito… -intenté defenderme.

-¡Ah! Y por cierto, espero que tenga una buena explicación para eso –dijo señalando ligeramente con la cabeza mi pantalón, con tanta discreción que casi a mí me costó percatarme. En cuanto comprendí lo que estaba insinuando noté cómo la sangre me subía a las mejillas, debía estar más sonrojado que los colores de mi casa. Mientras, el cretino grasiento dio un giro de ciento ochenta grados y siguió su camino hacia las mazmorras, con una sonrisa de triunfo en su boca. Suspiré. Por lo menos me había librado de detenciones.

-¿Qué tienes que explicarle, Harry? –me preguntó ingenuamente Hermione, siempre metiéndose en todo.

Miré a mi amigo, para intentar ignorar la pregunta de Hermione y me di cuenta de que Ron sí había entendido a lo que Snape se estaba refiriendo, porque me sonrió y me guiñó un ojo. Seguramente se estaría divirtiendo al ver a nuestra amiga confusa por algo que no comprendía, cosa que no pasaba muy habitualmente. No parecía molesto ni enfadado, por lo que supuse que con toda seguridad, Ron pensaba que yo seguía sensible por el sueño que había tenido en la noche, porque si hubiera comprendido que aquella reacción era debida a Snape, no me hubiera sonreído tan amistosamente.

-Siempre me acabo metiendo en líos por su culpa –solté, no quería dar otra oportunidad a Hermione para preguntarme de nuevo-. No sé porqué me odia tanto.

-No es que te odie, Harry. Es que siempre tienes la mala suerte de tropezar con él –me contestó mi amiga, parecía que había conseguido desviar su atención. ¡Bien!- Piénsalo fríamente –continuó-, si hubiéramos estado en tu lugar Ron o yo, hubiera pasado exactamente lo mismo.

Bueno, exactamente… no creo, pensé.

-¿Desayunamos? –sugirió Ron a la vez que su estómago rugía, como si quisiera reafirmar su necesidad de comer.

Así que los tres, sin volver a hablar del tema, decidimos encaminarnos hacia la mesa de nuestra casa y comenzar a comer el sabroso desayuno que habían preparado los elfos domésticos para nosotros.

Notas finales:

Muchas gracias por leer hasta aquí, ahora ya sabéis, a comentar para decir si os ha gustado, si os ha aburrido, si es muy corto... si hay algo mal escrito... cualquier cosa, cada cuanto preferís que actualice... 

Y como leí hace tiempo en un fanfic: me han dicho que poner comentarios adelgaza, así que ya sabeis =)


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